ALEXANDER CAMBERO
| EL UNIVERSAL
miércoles 17 de abril de 2013 12:00 AM
En la noche del domingo 14 de
abril, Venezuela se encontró de frente con un nuevo liderazgo que
encarna Henrique Capriles Radonski. Quien dentro de muy poco sustituirá
la impronta que marcó Hugo Chávez a lo largo de catorce años. Su
titánico esfuerzo hizo temblar los cimientos de la revolución en tan
solo diez días, frente a todo pronóstico logró un resultado que lo
convierte en el protagonista estelar de la Venezuela que viene.
Sostenemos que uno de los aciertos más grandes de la exitosa carrera
política de Capriles fue desafiar a Hugo Chávez en las elecciones
presidenciales del pasado octubre. Para millones de venezolanos el joven
gobernador era visto como funcionario light que jugaba al redentor
visitando los sectores populares en una especie de domingo de camping
en el zoológico. A pesar de ser un funcionario que como Alcalde primero y
posteriormente como gobernador, siempre desarrolló una gran labor
social en los sectores menos favorecidos. Los estrategas del régimen
sostenían que la opción opositora sería una puesta en escena en los
medios de comunicación social y visitas a las capitales de estado en
actos medianos sin mayor ingrediente popular. Una mera invención de los
asesores de aire acondicionado que solo miran a los humildes desde los
fríos números de la estadística. Sorprendentemente da un giro en su
propuesta candidatural, comienza a recorrer la Venezuela olvidada por
décadas. Se va haciendo familiar, su figura que camina entre la gente
despertando un frenesí tan grande que hizo posible una transformación
entre el líder emergente y un pueblo que comenzó a mirarse en sus ojos.
Ríos humanos lo siguieron hasta hacerlo un miembro más de sus sueños,
allí en alguna mañana de sudor y sol calcinante, entre el mundo de los
olvidados Henrique Capriles descubrió que pertenecía a todo aquel
ecosistema de dolores de parto violento.
El resultado electoral
frente a Hugo Chávez le sirvió de aprendizaje, creció de manera
increíble de octubre hasta hoy. Mejoró sustancialmente su discurso hasta
hacerlo sumamente atractivo. Se quitó la imagen de sifrino que solo
respondía a un sector elitesco de niños bien. Levantándose con firmeza
hasta posesionarse con un liderazgo que despunta como referencia para la
nación. Es más, soy de la idea que Henrique Capriles, aprendió más
midiéndose contra el tótem del régimen que aquellos adulantes que
heredaron su legado histórico después de su muerte. Nicolás Maduro logra
su victoria por estrecho margen envuelto en la mortaja del líder. Aquí
quien consigue dejarlo en Miraflores son los votos cautivos del
presidente caído. En cambio los sufragios por el abanderado democrático
son de su propia cosecha, sin duda una diferencia notoria. Esta fue la
última elección de Hugo Chávez, su recuerdo hizo posible que un
candidato tan gris lograra semejante votación. Ese liderazgo que tuvo en
vida lo heredará en el corazón venezolano Henrique Capriles.
Paradójicamente su gran adversario en el final de sus días, es el ungido
de millones de chavistas que ahora sienten que el líder mirandino es la
respuesta del futuro.
alexandercambero@hotmail.com
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=-cXcV6DIa7A
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