La tiranía castrista encausa a Carromero por homicidio , el sueco regresa a su país.
Una vez más el gobierno mafioso de La Habana logra sus objetivos: Asesinar a un fuerte opositor de gran prestigio dentro y fuera de Cuba, además de eliminar también por muerte accidentada, a uno de sus más fructíferos colaboradores; sembrar el terror dentro y fuera de la isla y engañar a la opinión pública internacional.
- Una vez más la mafia castro comunista de La Habana y sus organos represivos organizan un operativo en el que implican a ciudadanos de otros países. Esta vez han usado el simulacro de un accidente de tránsito, para asesinar a opositores que ya les estaban resultando demasiado molestos por sus actividades y recientes declaraciones en contra del fraude cambio del raulato. Esta vez las víctimas fueron Oswaldo Payá Sardiñas, líder del MCL y su colaborador juvenil Harold Cepero.
- La mafia, es decir el gobierno cubano, dueño absoluto de todos los poderes (politico, económico, legislativo, juridico, ejecutivo, etc), a través de sus subordinados publicó un informe "técnico" sobre el accidente. Informe que no es creible por estar lleno de contradicciones. Unos días después presentó a los dos extranjeros sobrevivientes en una rueda de prensa y éstos se declaran culpables de violar sus estatutos migratorios por vincularse a grupos opositores contra revolucionarios y llevarles ayuda financiera para conspirar en contra de esa entelequia que ellos llaman revolución. El español, por ser el chofer, carga con la responsabilidad del accidente y como tal tendrá que cumplir condena de acuerdo con las leyes cubanas.
Para cerrar el caso, publica un editorial en el ógano oficial del PCC, el periodico Granma
Una vez más el gobierno cubano miente descaradamente ante la comunidad internacional. Miente y sus aliados, los tontos útiles, los indiferentes y los oportunistas de dentro y fuera de Cuba, le creen. Se trata del vil asesinato de dos opositores, crimen sangriento que cometen impunemente y con toda defachatez dicen, en sus declaraciones publicadas como Editorial.
"Es conocida la historia inmaculada de una Revolución que triunfó y ha sido defendida durante medio siglo sin una sola ejecución extrajudicial, sin un desaparecido, un torturado, un secuestrado, un solo acto terrorista."
Y yo me pregunto:
¿El asalto al cuartel Moncada no fue un acto terrorista?
¿La expedición del yate Granma, quien la pagó? ¿No fue en Mexico donde los asaltantes del cuartel y otros facinerosos organizaron el desembarco del Granma?
¿Y los actos terroristas en las ciudades y campos de Cuba, y los fusilados durante los años de la insurrección capitaneada por el movimiento 26 de julio, no cuentan?
¿Y los condenados a los paredones de fusilamientos, sin garantías judiciales, acaso no fueron fusilados a mansalva a la vista de todo el pueblo en los primeros años de esa mal llamada revolución?
¿Y los miles y miles de hombres y mujeres que fueron condenados sin derecho a replicas a largos años de prisión por oponerse al castro comunismo, también fueron pagados por el imperialismo yanqui?
¿Y Pedro Luis Boitel también era un asalariado de la CIA?
Y para no hacer muy larga esta lista de interrogantes, que me expliquen por favor:
¿Quienes autorizaron la masacre del río Canimar, el hundimiento del remolcador 13 de marzo, el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, el asesinato de Orlando Zapata Tamayo, de Wilmar Villar y de tantos otros disidentes y opositores muertos en circunstancias sospechosas en las cárceles de Cuba, en los parques, calles, hospitales, etc?
¿Quién amenazó de muerte a la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, cuando ésta proclamó que la organización estaba dando pasos positivos para darle un carácter más masivo e incluyente a la organización fundada por las madres, esposas y familiares de los presos políticos? No fue por casualidad que Laura se enfermó y murió en corto tiempo, en circunstancias también sospechosas, después de sufrir actos de repudio, golpizas y ataques personales en su propia vivienda.
Que otros les crean a esos mafiosos moncadistas y a su red de segurosos y policías políticos, a su prensa controlada, y a sus aliados en el extranjero. YO NO.
Ellos asesinaron premeditadamente a Oswaldo Payá y a Harol Cepero, de eso no tengo la menor duda.
Esos burdos montajes que han hecho para justificar todas sus macabras actuaciones algún día se desmoronarán y entonces el mundo entero conocerá lo que es capaz de hacer un gobierno mafioso terrorista castro comunista por tal de mantenerse en el poder.
Esperanza E Serrano
A continuación el texto íntegro del editorial aparecido en el diario Granma:
EDITORIAL: LA VERDAD Y LA RAZON
Desde el pasado 22 de julio, se han publicado más de 900 informaciones de prensa y 120 mil mensajes en las redes informáticas sobre el lamentable accidente de tránsito ocurrido esa tarde en que fallecieron dos ciudadanos cubanos y resultaron lesionados un español y un sueco.
Solo los más vociferantes de la mafia anexionista de Miami acusaron a Cuba de haber realizado un asesinato político.
El candidato republicano en Estados Unidos, el Departamento de Estado y, curiosamente, el vocero de la Presidencia de Chile estuvieron entre el puñado de calumniadores que pidieron "una investigación transparente".
La Nota Informativa del Ministerio del Interior, publicada el pasado viernes 27, cerró el paso a la infame insinuación, con testimonios irrefutables de peritos y testigos presenciales, incluidos los dos extranjeros participantes en el trágico suceso.
Es conocida la historia inmaculada de una Revolución que triunfó y ha sido defendida durante medio siglo sin una sola ejecución extrajudicial, sin un desaparecido, un torturado, un secuestrado, un solo acto terrorista.
No es Cuba, sino Estados Unidos, quien ostenta un vergonzoso récord en materia de asesinatos políticos y ejecuciones extrajudiciales, incluso con aviones no tripulados; de secuestros, torturas en campos de concentración como el de la ilegal Base Naval de Guantánamo y en las cárceles, aplicación arbitraria y racista de la pena de muerte, y crímenes contra civiles inocentes en Iraq, Afganistán, Paquistán y otras naciones.
Todos conocen también la participación de algunos de los aliados europeos de la OTAN en esos actos, en particular los secuestros de ciudadanos de otros Estados, los vuelos secretos de la CIA, las cárceles clandestinas en Europa y la intervención de su personal en las torturas.
Por su parte, el monopolio financiero-mediático, que tradicionalmente difama a Cuba, se concentró en enaltecer a los supuestos "luchadores por la libertad" sin respetar límites éticos ni la muerte de seres humanos, lamentable en cualquier circunstancia.
No se puede tapar el sol con un dedo: pese a la censura y la manipulación, es bien sabido que, en nuestra tierra, la contrarrevolución siempre ha sido y es mercenaria. Son vulgares agentes que el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados pagan, abastecen e instruyen. Traicionan a su Patria por unas monedas.
Algunos de ellos, sin mínima decencia, armaron un macabro espectáculo para la prensa extranjera que detuvo, en plena calle, el cortejo fúnebre de uno de los fallecidos en el accidente. La rápida y enérgica respuesta del pueblo obligó a la Policía Nacional Revolucionaria a extraerlos del lugar. Generosamente, no se les instruyeron cargos y regresaron a sus casas pocas horas después.
Pero lo más interesante de la desproporcionada cobertura de prensa internacional a los hechos acaecidos, es que pocos se preguntan qué hacían en nuestra isla los dos políticos europeos lesionados.
El conductor del automóvil era Ángel Carromero Barrios, no precisamente un turista español como los miles que disfrutan de sincera y cálida hospitalidad en nuestro país. Ahora se sabe que es el Vicesecretario General de Nuevas Generaciones, sector juvenil del Partido Popular de España, cercano a los connotados anticubanos José María Aznar, expresidente del gobierno, y Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid.
El otro pasajero era Jens Aron Modig, líder del Partido Demócrata Cristiano Sueco, émulo del ultraconservador "Tea Party" norteamericano, y presidente de su Liga Juvenil, con nexos, entre otras organizaciones anticubanas, con el Instituto Republicano Internacional (IRI) y vinculado a quienes en la derecha nórdica más nos hostigan.
Entraron a nuestro territorio el 19 de julio, con Visas de Turista, y disimuladamente, en violación de su estatus migratorio, se involucraron en actividades netamente políticas contra el orden constitucional.
No lo hicieron por su iniciativa, sino como parte de una operación organizada por Anikka Rigo, jefa de la Sección de Relaciones Exteriores del Partido Demócrata Cristiano Sueco, con el objetivo de traer financiamiento al minúsculo y contrarrevolucionario Movimiento Cristiano Liberación, que presidía Oswaldo Payá, uno de los fallecidos en el accidente; y de asesorar la constitución de una organización juvenil asociada a este.
Con ese propósito, el diputado del PP, Presidente de Nuevas Generaciones, miembro del Comité Ejecutivo Regional del PP y ex Asesor de Aznar, Pablo Casado Blanco, había instruido a Carromero ponerse en contacto con la española Cayetana Muriel Aguado, residente en Suecia y también del Partido Demócrata Cristiano Sueco, de la que recibió instrucciones, el dinero a entregar y un teléfono celular programado con los números necesarios. Posteriormente, Carromero contactó al sueco Modig mediante Facebook y luego se conocieron en un restaurante madrileño.
Modig ya nos había visitado en el 2009 con similares propósitos, bajo instrucciones de Víctor Olmedo Capdepon, dirigente del Partido Demócrata Cristiano Sueco y Redactor en Jefe de la revista contrarrevolucionaria "La Primavera de Cuba", radicada en Estocolmo y financiada por el Centro Internacional Demócrata Cristiano Sueco.
Habiendo entregado el dinero al destinatario y asesorado la creación del grupúsculo juvenil, se dirigían a Santiago de Cuba con propósitos similares cuando ocurrió el accidente.
Los dos ciudadanos extranjeros recibieron asistencia consular. El español Ángel Carromero Barrios se encuentra instruido de cargo por homicidio en ocasión de conducir vehículo por la vía pública. Al sueco Jens Aron Modig se le permitió retornar a su país, pese a las actividades ilegales que realizó y a la violación de su estatus migratorio.
La operación descrita es una más entre muchas organizadas desde Miami, fundamentalmente, y también desde Madrid y Estocolmo.
Durante el pasado mes de marzo, días antes de la visita del Papa Benedicto XVI, ocho jóvenes mexicanos viajaron como turistas a territorio cubano, con el objetivo de incitar al pueblo a protestar en las calles y a tomar iglesias, distribuir volantes y crear desórdenes en las actividades del Sumo Pontífice.
Cuatro de ellos fueron detenidos, los que reconocieron haber sido pagados, entrenados e instruidos por Orlando Gutiérrez Boronat, del Directorio Democrático Cubano, de Miami, para llevar a cabo esa operación de abastecimiento y propaganda. Informaron además que el jefe del operativo en México fue René Bolio Hollarán, exSenador suplente del Partido de Acción Nacional (PAN), vinculado estrechamente a cabecillas de la mafia de la Florida.
Anteriormente, se había habilitado el sitio de Facebook "Por el Levantamiento Popular en Cuba", que registra 13 proyectos para promover la "desobediencia civil".
Uno de los planes de la organización abiertamente contrarrevolucionaria "Raíces de Esperanza" es el envío de más de 10 mil celulares para promover acciones contra el sistema político cubano.
Este año, se conoció la incitación mediante un servicio denominado "WoS", que posibilita el acceso a sitios web con información sobre lo acontecido en el Medio Oriente, a desarrollar aquí "levantamientos populares" de corte similar.
Otros programas han estado dirigidos a fabricar eventuales líderes de "oposición", proporcionándoles acceso a Internet, a las redes sociales, computadoras y variados medios técnicos, con manifiesto propósito político, en contraste con la aplicación del bloqueo en el área de las telecomunicaciones.
En la propia sede de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, con abiertos propósitos subversivos, se facilitan miles de horas de conexión ilegal a Internet y se imparten cientos de horas de cursos conspirativos, en abierta violación de las leyes nacionales y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Hay copiosa evidencia de que el gobierno norteamericano sigue la política de "cambio de régimen" en nuestra nación, mediante el bloqueo económico, político y mediático y la subversión.
Solo entre el 2009 y el 2012, el Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) han recibido un presupuesto público de 75 millones de dólares para programas subversivos contra Cuba.
Otras agencias e instituciones norteamericanas y europeas canalizan fondos con idénticos objetivos: el Instituto Nacional Demócrata (NDI); el Instituto Republicano Internacional (IRI); la Fundación Nacional para la Democracia (NED); la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA); Solidaridad Española con Cuba; el Grupo "Prisa"; la Federación Española de Asociaciones Cubanas; el Instituto Democrático Europeo (EDI); "People in Need"; el Centro para la Apertura y Desarrollo de América Latina (CADAL) y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD); entre muchas otras, sin contar los millones en fondos secretos que los servicios de inteligencia, como la CIA, dedican a la subversión contra Cuba.
Con toda razón, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante la clausura del IX Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 23 de julio, expresó que "Estados Unidos no cesa en su afán de formar una quinta columna en suelo patrio y en el empleo de novedosas tecnologías con fines subversivos".
Los grupos más reaccionarios y violentos de Miami no cejan en sus propósitos de incitar al pueblo a la "rebelión" contra el gobierno que, libre y soberanamente, ha elegido. Sueñan con desestabilizar el país, crear condiciones para repetir lo ocurrido en Libia o Siria y provocar una intervención militar norteamericana.
En el informe al VI Congreso del Partido, Raúl había advertido que "lo que nunca haremos es negarle al pueblo el derecho a defender a su Revolución, puesto que la defensa de la independencia, de las conquistas del socialismo y de nuestras plazas y calles, seguirá siendo el primer deber de todos los patriotas cubanos".
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La tiranía castrista encausa al español Angel Carromero por homicidio y el sueco regresa a su país.
Un buen análisis sobre el editorial publicado en http://www.cubaencuentro.com/
Un editorial ejemplar
agosto 2/2012
Por:Luis Manuel García Mendez
La edición del diario
Granma correspondiente al 31 de julio
de 2012 es inusual por varias razones. Primero, la mitad izquierda de la
portada, la primera en orden de lectura, está ocupada por un editorial
cuyo título, en grandes letras rojas, es “La verdad y la razón”, y ni
siquiera alcanza el espacio, continúa en la 2, porque son 1.541
palabras, 10.000 caracteres, algo que solo ocurre cuando el diario trata
asuntos de primerísima importancia.
Y ahí viene la segunda
singularidad: el editorial se refiere a un accidente de tráfico, uno más
de las decenas de accidentes que ocurren a diario en la Isla, en
algunos de los cuales mueren compatriotas. Si mi memoria no me engaña,
nunca el
Granma había dedicado su espacio estelar a un
accidente de circulación, donde no ha muerto un alto funcionario, sino
un tal Oswaldo Payá, que presidía el “minúsculo y contrarrevolucionario
Movimiento Cristiano Liberación” y otro ciudadano cubano de cuyo nombre
Granma no quiere ni acordarse.
Es cierto que el accidente de Camilo Cienfuegos ocupó varias portadas, pero no del diario
Granma, que no existía, y tampoco, hasta donde se sabe, Camilo derrapó en las mal pavimentadas carreteras del cielo.
Colocado
en la piel de un lector cubano, hay algo que me sobresalta en el primer
párrafo: “Desde el pasado 22 de julio, se han publicado más de 900
informaciones de prensa y 120 mil mensajes en las redes informáticas
sobre el lamentable accidente de tránsito ocurrido esa tarde en que
fallecieron dos ciudadanos cubanos y resultaron lesionados un español y
un sueco”.
¿Novecientas informaciones de prensa? ¿120.000
mensajes? ¿Y de qué tratan? ¿A qué se refiere tal profusión online? Pero
de inmediato yo, lector cubano sin Internet, recuerdo la invasión a
Angola, a la que no se hizo referencia en la prensa en su momento, ni
durante muchos meses, mientras el asunto circulaba en los periódicos
noruegos, filipinos y paraguayos, seguramente muy implicados en el
asunto; hasta que un buen día, como si todos los cubanos ya estuvieran
al tanto, se habló de Angola como cosa sabida. Y esa es una cualidad de
la prensa cubana que no he encontrado en el resto del planeta: atribuir
la omnisciencia a sus lectores. Dar por sentado que se habrán enterado
por la competencia de aquello que prefieren no mencionar.
Más
adelante afirma el texto que “acusaron a Cuba de haber realizado un
asesinato político”. ¿Y eso cuándo fue? ¿Qué dijeron?, se preguntará un
lector cubano. Pero ahí queda la cita, no hay hipervínculo.
El
editorial no es ejemplar solo por esas razones. En sus 1.500 palabras
reúne el glosario completo de tópicos granmianos (no gramscianos, ojo):
“la mafia anexionista de Miami”, “la infame insinuación”, “la historia
inmaculada de una Revolución”, “sin una sola ejecución extrajudicial,
sin un desaparecido, un torturado, un secuestrado, un solo acto
terrorista” (de los nuestros), “el monopolio financiero-mediático” (de
los otros,
of course)”, “los supuestos luchadores por la
libertad”, “la censura y la manipulación” (de ellos), “la
contrarrevolución (…) mercenaria”, “vulgares agentes”, “grupúsculos”,
etc.
Dice también que los “calumniadores” pidieron “una
investigación transparente”. ¿A qué investigación se refiere?, vuelve a
preguntarse el inocente lector. Y el diario aprovecha la ocasión para
acusar a Estados Unidos y a sus “aliados europeos de la OTAN” de todos
los pecados, excepto la crucifixión de Jesucristo.
Hay que
reconocer al editorial un gesto piadoso cuando condena a quienes exaltan
a los “supuestos ‘luchadores por la libertad’” “sin respetar límites
éticos ni la muerte de seres humanos, lamentable en cualquier
circunstancia”. Aunque no queda muy claro por qué exaltarlos equivale a
no “respetar límites éticos ni la muerte de seres humanos”. Y, sin
embargo, no lo es calificar a los finados como “mercenarios” y “vulgares
agentes”, que “traicionan a su Patria por unas monedas”, aunque, de
paso, les sirva para dejar claro que “la patria” son ellos.
Comenta
el editorial que en el sepelio de Payá, los asistentes “armaron un
macabro espectáculo para la prensa extranjera” y la policía no los
detuvo, sino que los salvó de la ira popular para poco después,
“generosamente”, soltarlos sin instruir cargos. (¿Acusados de macabro
espectáculo para la prensa? Mi versión del código penal cubano debe ser
obsoleta, porque ese delito no aparece).
Si el diario es
extremadamente discreto con los fallecidos cubanos, y se abstiene de
mencionar el Proyecto Varela, el premio Sajárov o las dos nominaciones
para el Nobel de la paz, se extiende en desbarrar de los dos
extranjeros, Ángel Carromero Barrios y Jens Aron Modig, “connotados
anticubanos”, cercanos al Partido Popular en España y promotor del Tea
Party en Suecia, respectivamente, que “entraron a nuestro territorio (…)
con Visas de Turista, y disimuladamente, en violación de su estatus
migratorio, se involucraron en actividades netamente políticas contra el
orden constitucional”. Y a continuación nos cuenta la tremebunda
conspiración internacional “organizada desde Miami” que amenaza a los
indefensos generales. Le Carré palidece, sobre todo cuando hablan de “un
teléfono celular programado con los números necesarios”, una operación
de espionaje
high tech que perpetra cualquier ama de casa.
Aunque
hay operaciones más perversas: “programas (…) dirigidos a fabricar
eventuales líderes de ‘oposición’” (no se menciona el sistema operativo,
pero debe ser Windows). Y “proporcionándoles acceso a Internet, a las
redes sociales, computadoras”, es decir, armas de destrucción masiva. Y
añade que en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana “se
facilitan miles de horas de conexión ilegal a Internet”. ¿Ilegal? ¿No
pagan la cuenta? ¿Internet pirata? “Y se imparten cientos de horas de
cursos conspirativos”. ¿Explosivos, sabotaje, guerrilla urbana?
Menciona
“el envío de más de 10 mil celulares para promover acciones contra el
sistema político cubano”. ¿Celulares de cabeza nuclear, láser, de qué
calibre?, se pregunta el inocente lector cubano. ¿O solo permiten la
transmisión de SMS disidentes?
Y todo eso “en contraste con la
aplicación del bloqueo en el área de las telecomunicaciones”. De lo cual
se deduce que la prensa cubana ha olvidado informar a los lectores que
Barack Obama autorizó a las empresas proveedoras de Internet dar
servicio a Cuba.
Denuncian también un servicio llamado WoS “que
posibilita el acceso a sitios web con información sobre lo acontecido en
el Medio Oriente”. Si eso es subversivo, se sobreentiende que la prensa
oficial escamoteará las informaciones sobre el tema. Y más adelante
explican que sus enemigos “sueñan con (…) repetir lo ocurrido en Libia o
Siria”. De modo que era eso. Ver a pueblos sojuzgados durante décadas
librándose de sus tiranías no es un espectáculo edificante. Es triste, y
lo digo sin ironía, que quienes en su día se postularon como
libertarios tras derrocar una nefasta tiranía, quienes despotricaron
contra los Trujillo, Somoza y Pinochet, se aterren ahora ante la caída
del Trujillo libio, el Pinochet egipcio, o el Somoza sirio. Aunque no
deja de ser un arranque de sinceridad que se identifiquen con Muamar el
Gadafi y Bashar Al-Assad. Pero la sinceridad dura poco, porque más
adelante se califican como “el gobierno que, libre y soberanamente, ha
elegido” [el pueblo cubano], lo cual es una verdadera primicia.
Obsesionados por la película
Todos los hombres del presidente y el caso Watergate,
Granma repite hasta la saciedad la clave que ofreció
Garganta profunda
a Bob Woodward en la penumbra de un parking: “Siga la pista del
dinero”. Y se refiere a la entrega de fondos a los disidentes, un
pecado, a menos que se trate de los que donó Carlos Prío Socarrás a
Fidel Castro, o los 96.000 millones que le aportó la URSS. Y regresan al
tema en un largo párrafo dedicado a todas las instituciones extranjeras
que reciben donaciones para promover la democracia en Cuba. Casi parece
envidia. Se sabe que los generales no andan bien de fondos. Y se me
ocurre que podrían aplicar. Méritos lo les faltan. En definitiva, los
peores enemigos de aquello que un día se llamó Revolución, son ellos.
Decía
que se trata de un editorial ejemplar, que debería estudiarse en la
Facultad de Periodismo de La Habana, porque en él aparecen todos los
procedimientos del libro de estilo de
Granma: engaños,
omisiones, tópicos, subterfugios, medias verdades, confesiones
involuntarias, párrafos prefabricados para lectores cautivos.
Si el texto se proponía refutar la tesis del asesinato político o del asesinato político accidental, por muy ejemplar del
granma’s style
que sea, es un texto fallido. Intenta convencernos de que se trató de
un mero accidente de tráfico, y en lugar de centrarse en ello y
explicarlo con total transparencia, 1.252 de las 1.500 palabras son una
diatriba política, 581 de ellas directamente contra los disidentes
muertos y los extranjeros que los acompañaban. Sobre estos demuestran un
exhaustivo conocimiento: pedigrí político, actividades, viajes
anteriores, personalidades cercanas, e incluso el restaurante de Madrid
donde se conocieron, información que no se obtiene sin un seguimiento.
Y, al menos semánticamente, del seguimiento a la persecución no va tanto
trecho. Para rematar, aparece Ángel Carromero Barrios en televisión
pidiendo que no se de al accidente una lectura política, y a
continuación hace un patético llamado para que lo saquen de allí lo
antes posible. Demasiadas refutaciones para un mero accidente. Si fue
eso lo que ocurrió, deberán despedir al buró de comunicación y a sus
asesores de imagen.