“VILLA MIRAMAR”
Casa de Carlos Miguel de Céspedes.
Por Mario Herrera
Carlos Miguel de Céspedes Ortiz. Abogado, empresario y político cubano. Muy adinerado y notorio por su espíritu emprendedor. Fue Secretario de Obras Públicas durante el gobierno del General Gerardo Machado. Su intensa actividad al frente de esta Secretaria hizo que el pueblo le conociera con el sobrenombre de El Dinámico. Dirigió el amplio plan constructivo del presidente Machado que tuvo por cumbre la construcción de la Carretera Central y el Capitolio Nacional.
Amigo personal de Machado y muy comprometido con su régimen huyo del país a la caída de éste. Regresó en 1934 tras la rehabilitación del Partido Liberal y aspiró a la Alcaldía de La Habana en 1946 pero perdió. Después fue senador de la República entre 1948 – 1952 y 1954 – 1955, año en que murió.
La Mansión “Villa Miramar”
Otra de sus residencias, la nombrada “Villa Miramar”, entre las calles Calzada y 20, junto al Torreón de La Chorrera, en la desembocadura del río Almendares, donde vivía su señora madre, también fue saqueada y destruida. Esta, sin embargo, reconstruida por él a su regreso a Cuba en 1937, fue su residencia hasta el momento de su fallecimiento.
El lugar también contaba en sus inicios con un varadero de yates para la familia y los invitados. Su arquitectura es de estilo ecléctico. Se trata de una casa de dos pisos con vitrales, rejas, balcones torneados de maderas preciosas que parecen neoclásicos. La decoración interior se compone de grandes lámparas de bronce y cristal que cuelgan; rejas interiores bellamente trabajadas, profusión de apliques, figuras de porcelana, espejos, todo en perfecta armonía de estilos.
Cuenta con una terraza cerrada por ventanales de cristal y situada hacia el litoral a cuya derecha estaba antes la biblioteca, que hoy es ocupada por el bar. Posee varios salones el Rojo, Violeta, Oro y Tropical y los dedicados a almuerzos y cenas, denominados. Verde, Azul e Imperial.
“Villa Miramar” era famosa por su belleza y por el buen gusto de todas sus construcciones. En sus terrenos aledaños o patios se levanta “La Mezquita”, hecha con azulejos traídos de “La Cartuja” de Sevilla, la que con su isla artificial “Koisima”, que en idioma japonés quiere decir “isla de amor”, constituyen lugares verdaderamente de ensueño. Allí tenía también su yate “Miramar” y su lancha de regatas “Cuba”, ganadora en varias competencias.
Después de 1959 “Villa Miramar” fue convertida en el Restaurant “1830”
Nota aclaratoria de José Manuel Delgado.
Cuando el senador falleció, su viuda, la distinguida dama Margarita Johanet Montalvo y sus herederos vendieron la casa a la familia Curráis, dueños del famoso restaurant La Zaragozana, quienes la adecuaron para un restaurant de lujo respetando la arquitectura de la mansión la cual nombraron 1830 que fue el año en que se fundó La Zaragozana que como sabrán está situado en la calle Monserrate al lado del Floridita. Al llegar la revolución y ser confiscados todos los bienes a la familia Curráis pues paso a manos del estado el cual lo siguió gestionando bajo el mismo nombre aunque no con el glamour que dicho sitio poseía.