"Cuando me inicié en el rescate lo primero que me enseñaron fue una especie de lema o regla que decía:
Primero yo
Segundo yo
Tercero yo
Y si queda algo por ahí también yo.
El rescatista siempre debe ser la prioridad, porque un rescate sin rescatista deja de ser un rescate.
Decidir ser Rescatista voluntariamente es un acto heróico, los hay de esos que no se detienen ante nada y cargan sobre sus hombros el peso del mundo.
Cada uno de esos que aún están allí en la caliente, cada uno de los que fueron hospitalizados, los que ya están de alta y los que no, y sobre todo esos que perdieron la vida cumpliendo ordenes merecen todo mi respeto y admiración y el de toda Cuba, son mis héroes y los héroes de esta nación, no creo que a nadie le quepa alguna duda .
Aún tengo buenos amigos ahí, de esos que son más que hermanos, estoy esperando ahora mismo llamada de uno de ellos cuando le toque el descanso.
De los que perdieron la vida, no conocía a ninguno personalmente, pero muchos sí eran amigos de uno de mis compañeros de trabajo, se criaron desde la infancia y se hicieron rescatistas juntos.
Y por otro lado están esos niños que pasando el servicio militar obligatorio en un cuerpo de bomberos formaron parte también de esa misión.
Entre ayer y hoy me he ganado con mis criterios con respecto a esta catástrofe ofensas de todo tipo, amenazas, tengo hasta pruebas y audios grabados, etc...
Super triste todo.
Solo porque afirmo que es el gobierno quien debe pagar por ese desastre y la vida de esos muchachos.
Empezando por la falta de mantenimiento que tiene todo aquí en Cuba, construcciones de todo tipo colapsando de muchas maneras solo porque la restauración o el mantenimiento que se les dió fue un paripé solo para poder justificar los gastos de presupuestos que deben cerrarse antes de fin de año, y se de lo que hablo porque es mi trabajo desde hace más de dos años.
Un hotel de lujo acabado de restaurar al detalle no se puede dar el lujo de tener un fuga de gas que provoque una explosión y la muerte de decenas de personas.
¿De quién fue la negligencia?
¿Quién paga la mala gestión, los malos trabajos, la mala supervisión?. ¿Quién paga el desastre, las víctimas?
Se cae un balcón, uno de los tantos en la habana que están por caerse y se lleva consigo dos vidas.
¿Quién paga que vivienda no quiera invertir en la reparación de las casas de los ciudadanos? , y cuando se invierte y se hace un trabajo, de igual forma es un paripé (en la mayoría de los casos, siempre hay personas dignas, pero son las menos).
"Un rayo impacta contra un depósito de combustible en la base de supertanqueros de Matanzas"
¿Acaso no tenía sistema de seguridad contra descargas eléctricas esa base?
¿No tenían pararrayos?
¿O los pararrayos no estaban correctamente anclados a tierra?
¿Quién responde estas interrogantes?
¿Quien responde por el nefasto sistema de gestión de los actuales gobernantes?
Luego, la orden de combate está dada, y salen mis hermanos con la fuerza de un león, todos intachables, dignos, vestidos de héroes, armados de valor, en pos de cumplir su misión, controlar las llamas hasta reducirlas a 0, evacuar el área, salvar vidas prevenir una catástrofe mayor, y ahí se encontraban ellos, combatiendo como mejor saben hacerlo, con determinación, coraje, y el por ciento de fe necesario que reside en el optimismo.
¿Cuáles fueron las órdenes?
Meterle el pecho al tanque, comenzar a enfriarlo, esa manguera no era suficiente, la temperatura era demaciada y el tanque estaba a punto de estallar, habían muchachos ahí del servicio militar, no eran profecionales, muchos aveces no entienden la gravedad del contexto, y aunque ellos no debían estar ahí porque por la gravedad del siniestro es en contra de la ley que soldados reclutas del servicio militar tomen parte en esa acción específica, aún así ellos se mantuvieron ahí, siguiendo órdenes, firmes, valientes, quizá muchos no entendían lo que estaba sucediendo, y muchos que sí, quizá no estaban de acuerdo con esa acción, pero las órdenes primero se cumplen y luego se discuten.
Solo que nunca tuvieron la oportunidad de discutir esa orden, la explosión no se los permitió, los redujo a cenizas en cuestión de segundos.
No se pusieron ellos en primer lugar, y los que ordenan en la mayoría de los casos nunca están sintiendo el calor del fuego como los que siguen las órdenes.
Entonces yo me pregunto.
¿Soy yo un odiador?
Por querer buscar respuestas, por desear que los responsables de tan malas deciciones que costaron la vida de rescatistas y reclutas asuman la responsabilidad.
¿Entonces soy yo un mercenario?
Porque el dolor no se va de mi, porque tengo un empingue ahora mismo que ni yo me aguanto, soy una mierda, una basura, porque estoy llorando a estos amigos que perdieron sus vidas por culpa de un Singao que no sabe ni a que huele el humo.
¿Estoy haciendo política con el sufrimiento ajeno?
Porque no quiero qudarme callado, porque quiero que acaben de pagar de una vez y por todas todos los responsables de la miseria en Cuba, porque no quiero ver más muertos por malas deciciones, y negligencias de otros, porque no quiero ver más hambre, escuchar más mentiras, ver más niños pidiendo dinero en la plaza vieja, muchos prostituyendose.
¿Entonces no tengo derecho yo de expresar lo que siento, de vomitar toda esta impotencia, dolor, frustración, miedos, dudas, que tengo dentro?
¿No es mi derecho y mi deber como cubano decir lo que pienso libre y pasificamente?
¿Qué tengo que hacer?
¿Irme de aquí como dicen muchos?
¿Olvidar Cuba?
¿Olvidar el sufrimiento, la resignación, la falta de amor propio del cubano promedio?
¿Engañarme a mi mismo y decirme que todo está bien, que vamos a por más, que somos continuidad?
No soy así, nunca he podido serlo.
Hay demasiadas preguntas, y muy pocas respuestas.
Tengo miedo, tengo dudas, no me las se todas, y también tengo faltas de ortografía, pero me importa una mierda, todos vamos a morir algún día, pero de aquí a que eso pase, yo por lo menos seré transparente, buen hijo, nieto, padre, amigo, hermano, trabajador, esposo, ciudadano, ser social.
Seré fiel a mi y a mis principios, caminaré con dignidad, seguiré aportando a mi país de muchas formas.
Y sobre todo, no permitiré nunca que sea olvidada ninguna víctima de este sistema diabólico.
Ellos son mi razón de lucha, no merecen que callemos ante las injusticias, no merecen ser olvidados y que dejemos que los responsables vivan con total impunidad.
Por ellos, en honor a ellos, los caídos y los que aún están ahí, con las botas puestas.
No Más Descaros.
Por una Cuba donde todos tengamos un lugar en la edificación de la nación.
El amor, madre, a la patria,
no es el amor ridículo a la tierra,
ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el odio invencible a quien la oprime,
es el rencor eterno a quien la ataca."