apuesto por la paz,
apuesto por la vida,
apuesto por ti y por mi
y por ellos y por vosotros.
Apuesto por todos los románticos
de este desordenado mundo.
Apuesto por la alegría en los ojos,
de los rostros sonrientes.
Apuesto por la palabra tierna que sacude
montañas y ahuyenta el miedo.
Apuesto por la risa de los niños,
por el saludo solidario al capitan
que se ha quedado dormido en la esquina
con sus ojales rasgados y sus zapatos rotos.
Apuesto por la madre y por el padre
y por los hijos de los hijos, los sobrinos y primos
y por toda la estirpe enredada en las ramas.
Apuesto por los amigos que llegan
y por los que se van con el tiempo.
Apuesto por el pan de cada día
ganado con el sudor de la frente,
apuesto por la alegría, por el pudor,
por la honestidad que no se vende,
y por la sinceridad de tu mirada ardiente.
Apuesto por la verdad que ilumina
hasta en la obscuridad de la noche,
Apuesto por la prosperidad,
la dicha, el placer, la pasión, las fiestas
los bombos y platillos y por esta copa
de vino que llevo en las manos
y no consumo porque prefiero el wisky
con trocitos de hielo y una hamaca
bajo las palmas cerca de la playa.
Apuesto por todo,
apuesto hasta por el aburrimiento
que adorna mis días.
Esperanza Serrano
Lutz, Florida USA
Una noche de un dia de un año cualquiera