Se trata de su primer mensaje ante el pleno de Congreso, en el que sorprendió por un novedoso tono presidencial y menos agresivo que de costumbre. Habló de recuperar la "grandeza de EEUU", deslizó algunas pistas sobre cómo quiere reemplazar el Obamacare y planteó una reforma migratoria que se base en el "mérito".
Señor presidente de la Cámara, señor vicepresidente, miembros del Congreso, primera dama de Estados Unidos, y ciudadanos estadounidenses:
Esta noche, conforme conmemoramos la conclusión de nuestra celebración del Mes de la Historia Afroestadounidense, se nos recuerda la trayectoria de nuestra nación hacia los derechos civiles y la labor que aún queda por hacer. Las recientes amenazas dirigidas a centros de la comunidad judía y el vandalismo cometido contra cementerios judíos, así como el tiroteo de la semana pasada en la ciudad de Kansas, nos recuerdan que, si bien podemos ser una nación dividida en cuanto a políticas, somos un país que está de acuerdo en condenar el odio y el mal en todas sus formas.
Cada generación de estadounidenses pasa la antorcha de la verdad, la libertad y la justicia -- en una cadena ininterrumpida hasta el presente.
Esa antorcha está ahora en nuestras manos. Y la utilizaremos para iluminar el mundo. Estoy aquí esta noche para dar un mensaje de unidad y fortaleza, y es un mensaje que sale de lo más profundo de mi corazón.
Un nuevo capítulo de la grandeza Estadounidense está empezando ahora.
Un nuevo orgullo nacional está recorriendo toda nuestra nación.
Y una nueva oleada de optimismo está colocando sueños imposibles firmemente dentro de nuestro alcance.
Lo que estamos presenciando hoy es la renovación del espíritu estadounidense.
Nuestros aliados encontrarán que Estados Unidos está listo para marchar al frente una vez más.
Todas las naciones del mundo -- amigas o enemigas -- encontrarán que Estados Unidos es fuerte, orgulloso, y que Estados Unidos es libre.
En 9 años, Estados Unidos celebrará el 250º aniversario de nuestra fundación -- 250 años desde el día en que declaramos nuestra independencia.
Será uno de los grandes hitos en la historia del mundo.
Pero ¿cuál será el aspecto de Estados Unidos cuando lleguemos a nuestro año 250º? ¿Qué clase de país vamos a dejarles a nuestros hijos?
No permitiré que los errores de las últimas décadas pasadas definan el curso de nuestro futuro.
Durante demasiado tiempo, hemos visto nuestra clase media reducirse conforme exportamos nuestros empleos y riqueza a países extranjeros.
Hemos financiado y construido un proyecto mundial tras otro, pero hemos ignorado la suerte de nuestros niños en las ciudades de Chicago, Baltimore, Detroit -- y muchos otros lugares en todo nuestro país.
Hemos defendido las fronteras de otras naciones, dejando a nuestras propias fronteras abiertas para que cualquiera cruce -- y para que entren las drogas a un ritmo sin precedentes.
Y hemos gastado billones de dólares en el extranjero, mientras que nuestra infraestructura en casa se ha deteriorado terriblemente.
Luego, en 2016, la tierra cambió bajo nuestros pies. La rebelión comenzó como una protesta silenciosa, expresada por familias de todos los colores y credos -- familias que solo querían una buena oportunidad para sus hijos, y una audiencia justa para sus preocupaciones.
Pero luego las voces tranquilas se convirtieron en un coro de voces fuertes -- conforme miles de ciudadanos unían sus voces, desde ciudades grandes y pequeñas, en todo nuestro país.
Por último, el coro se convirtió en un terremoto - y el pueblo acudió por decenas de millones, y todos estaban unidos por algo muy sencilla, pero crucial, la demanda de que Estados Unidos debe poner a sus propios ciudadanos primero ... porque solo entonces, podremos hacer de Estados Unidos un gran país nuevamente.
Las moribundas industrias revivirán con fuerza. Los heroicos veteranos recibirán la atención que tan desesperadamente necesitan.
Nuestras fuerzas armadas recibirán los recursos que tanto merecen sus valientes guerreros.
La desmoronada infraestructura será reemplazada con nuevas carreteras, puentes, túneles, aeropuertos y ferrocarriles, relucientes en toda nuestra hermosa tierra.
Nuestra terrible epidemia de drogas se reducirá y, finalmente, se detendrá.
Y nuestras ciudades olvidadas verán el renacimiento de la esperanza, la seguridad y la oportunidad.
Por encima de todo, vamos a mantener nuestras promesas para con el pueblo estadounidense.
Ha pasado poco más de un mes desde mi investidura, y quiero aprovechar este momento para actualizar al país sobre los progresos que he hecho en cuanto a mantener esas promesas.
Desde mi elección Ford, Fiat-Chrysler, General Motors, Sprint, Softbank, Lockheed, Intel, Walmart y muchas otras, han anunciado que van a invertir miles de millones de dólares en Estados Unidos y crearán decenas de miles de nuevos empleos estadounidenses.
El mercado bursátil ha ganado casi tres billones de dólares en valor desde la elección del 8 de noviembre, un récord. Les hemos ahorrado a los contribuyentes cientos de millones de dólares reduciendo el precio del fantástico nuevo avión de combate F-35, y ahorraremos miles de millones de dólares en contratos en todo nuestro gobierno. Hemos implementado una congelación de la contratación de trabajadores no militares y trabajadores federales no esenciales.
Hemos empezado a vaciar el pantano de la corrupción del gobierno al imponer una prohibición de 5 años al cabildeo por parte de funcionarios de la rama ejecutiva -- y una prohibición de por vida al convertirse en cabilderos de un gobierno extranjero.
Hemos emprendido un esfuerzo histórico para reducir masivamente los reglamentos que afectan los empleos, creando una fuerza de tarea de desregulación dentro de cada organismo gubernamental; imponiendo una nueva norma que estipula que, por cada 1 nuevo reglamento, se deben eliminar 2 antiguos reglamentos; y deteniendo un reglamento que amenaza el futuro y los medios de subsistencia de nuestros importantes mineros del carbón.
Hemos allanado el camino para la construcción de los oleoductos Dakota Access y Keystone -- creando decenas de miles de empleos -- y he emitido una nueva directiva para que los nuevos oleoductos estadounidenses sean fabricados con acero estadounidense.
Hemos retirado a Estados Unidos de la Asociación Trans Pacífico, la cual hubiera eliminado empleos.
Con la ayuda del Primer Ministro Justin Trudeau, hemos constituido un consejo con nuestros vecinos de Canadá para ayudar a garantizar que las mujeres empresarias tengan acceso a las redes, los mercados y el capital necesarios para iniciar un negocio y cumplir sus sueños financieros.
Para proteger a nuestros ciudadanos, he dado instrucciones al departamento de Justicia para que formar una Fuerza de Tarea para la reducción de los delitos violentos.
Además, he ordenado a los departamentos de Seguridad Nacional y de Justicia, junto con el departamento de Estado y el director nacional de Inteligencia, que coordinen una estrategia agresiva para desmantelar los cárteles criminales que se han extendido por toda nuestra nación.
Evitaremos que las drogas entren en nuestro país y envenenen a nuestra juventud -- y vamos a ampliar el tratamiento para aquellos que se han vuelto adictos.
Al mismo tiempo,
mi administración ha respondido a las súplicas del pueblo estadounidense de que se apliquen las leyes de inmigración y seguridad fronteriza. Al aplicar finalmente nuestras leyes de inmigración, vamos a aumentar los salarios, ayudar a los desempleados, ahorrar miles de millones de dólares, y hacer que nuestras comunidades sean más seguras para todos. Queremos que todos los estadounidenses tengan éxito -- pero eso no puede suceder en un ambiente de caos anárquico. Debemos restaurar la integridad y el estado de derecho en nuestras fronteras.
Por ese motivo, pronto comenzaremos la construcción de un muro a lo largo de nuestra frontera sur. Se iniciará antes de lo programado y, cuando termine, será un arma muy eficaz contra las drogas y el delito.
Mientras hablamos, estamos sacando pandilleros, narcotraficantes y delincuentes que amenazan nuestras comunidades y buscan sus víctimas entre nuestros ciudadanos. Los malos se están yendo mientras les hablo y como les he prometido.
A cualquiera en el Congreso que no crea que debemos aplicar nuestras leyes, quiero hacerles esta pregunta: ¿Qué le diría a la familia estadounidense que pierde su trabajo, sus ingresos, o uno de sus seres queridos, porque Estados Unidos se negó a respetar sus leyes y defender sus fronteras?
Nuestra obligación es servir, proteger y defender a los ciudadanos de Estados Unidos. También estamos tomando medidas enérgicas para proteger a nuestro país del terrorismo islámico radical.
Según los datos proporcionados por el departamento de Justicia, la gran mayoría de las personas condenadas por delitos relacionados con el terrorismo desde el 11 de septiembre llegaron aquí desde otros países. Hemos visto los ataques en nuestro país desde Boston y San Bernardino hasta el Pentágono y sí, incluso el World Trade Center.
Hemos visto los atentados en Francia, en Bélgica, en Alemania y en todo el mundo.
No es compasivo, sino imprudente, permitir la entrada incontrolada de lugares donde no existe una investigación adecuada. Aquellos que recibieron el alto honor de ser admitidos a Estados Unidos deben apoyar este país y amar su pueblo y sus valores.
No podemos permitir que un puntal del terrorismo se forme dentro de Estados Unidos -- no podemos permitir que nuestra nación se convierta en un santuario para los extremistas.
Es por ello que mi administración ha estado trabajando en la mejora de los procedimientos de verificación y, en breve, tomaremos nuevas medidas para mantener segura nuestra nación -- y mantener fuera a aquellos que quieren hacernos daño.
Como se prometió, le encargué al departamento de Defensa que desarrollara un plan para demoler y destruir ISIS (el Estado Islámico) -- una red de salvajes sin leyes que han sacrificado a musulmanes y cristianos, y hombres, mujeres y niños de todas las religiones y creencias. Trabajaremos con nuestros aliados, incluyendo a nuestros amigos y aliados en el mundo musulmán, para eliminar este vil enemigo de nuestro planeta.
También he impuesto nuevas sanciones a entidades y personas que apoyan el programa de misiles balísticos de Irán, y reafirmé nuestra alianza indisoluble con el Estado de Israel.
Por último, he mantenido mi promesa de designar un juez a la Corte Suprema de Estados Unidos -- de mi lista de 20 jueces -- quién defenderá nuestra constitución. Me siento honrado de tener a Maureen Scalia con nosotros esta noche en la tribuna de invitados. Su difunto marido, el gran Antonin Scalia, será siempre un símbolo de la justicia estadounidense. Para ocupar su puesto, hemos elegido al Juez Neil Gorsuch, un hombre de increíble habilidad y profunda devoción a la ley. Fue confirmado por unanimidad en el Tribunal de Apelaciones, y pido al senado que apruebe rápidamente su nominación.
Esta noche, mientras describo los próximos pasos que debemos tomar como país, debemos reconocer honestamente las circunstancias que hemos heredado.
Noventa y cuatro millones de estadounidenses están fuera de la fuerza laboral.
Más de 43 millones de personas viven actualmente en la pobreza, y más de 43 millones de estadounidenses reciben cupones para alimentos.
Más de 1 de cada 5 personas en sus años laborales más productivos no está trabajando.
Tenemos la peor recuperación financiera en 65 años.
En los últimos 8 años, la pasada administración ha adquirido más deuda nueva que casi todos los anteriores presidentes combinados.
Hemos perdido más de una cuarta parte de nuestros empleos de manufactura desde que se aprobó el TLCAN, y hemos perdido 60,000 fábricas desde la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio en 2001.
Nuestro déficit comercial de bienes con el mundo del año pasado fue de cerca de $800 mil millones de dólares.
Y en el extranjero, hemos heredado una serie de trágicas catástrofes de política exterior.
La solución de estos y muchos otros problemas apremiantes nos obliga a superar las diferencias entre partidos. Tendremos que aprovechar el espíritu estadounidense que ha superado cada desafío a lo largo de nuestra larga y rica historia.
Pero para lograr nuestros objetivos en nuestro país y en el extranjero, debemos reiniciar el motor de la economía estadounidense -- haciendo más fácil para las empresas hacer negocios en Estados Unidos, y mucho más difícil que las empresas se vayan del país.
Ahora mismo, las compañías estadounidenses están gravadas con una de las tasas más altas de cualquier parte del mundo.
Mi equipo económico está desarrollando una histórica reforma fiscal que reducirá la tasa de impuestos sobre nuestras empresas para que puedan competir y prosperar en cualquier lugar y contra cualquiera. Al mismo tiempo, proporcionaremos enormes recortes tributarios para la clase media.
Debemos crear condiciones equitativas para las empresas y los trabajadores estadounidenses.
En la actualidad, cuando enviamos los productos fuera de Estados Unidos, muchos otros países nos hacen pagar muy altos aranceles e impuestos -- pero cuando las compañías extranjeras envían sus productos a Estados Unidos, no les cobramos casi nada.
Me acabo de reunir con funcionarios y trabajadores de una gran empresa estadounidense, Harley-Davidson. De hecho, mostraron con orgullo cinco de sus magníficas motocicletas, fabricadas en Estados Unidos, sobre el césped de la Casa Blanca.
En nuestra reunión, les pregunté, ¿cómo les va? ¿cómo va el negocio? Dijeron que va bien. Les pregunté cómo les va con otros países, principalmente con las ventas internacionales. Me dijeron -- sin siquiera quejarse porque han sido maltratados durante tanto tiempo que se han acostumbrado a ello -- que es muy difícil hacer negocios con otros países porque gravan nuestros bienes con tasas muy altas. Dijeron que en un caso otro país grava sus motocicletas al 100%.
Ni siquiera estaban pidiendo un cambio. Pero yo sí.
Creo firmemente en el libre comercio, pero también tiene que ser COMERCIO JUSTO.
El primer presidente republicano, Abraham Lincoln, advirtió que "el abandono de la política de protección por parte del Gobierno Estadounidense producirá carencia y ruina entre nuestro pueblo".
Lincoln tenía razón -- y es momento de que prestemos atención a sus palabras. No voy a permitir que se aprovechen más de Estados Unidos y sus grandes empresas y trabajadores.
Voy a traer de vuelta millones de empleos. Proteger a nuestros trabajadores también
significa reformar nuestro sistema de inmigración legal. El actual sistema obsoleto deprime los salarios de nuestros trabajadores más pobres, y ejerce una gran presión sobre los contribuyentes.
Las naciones alrededor del mundo, como Canadá, Australia y muchas otras -- tienen un sistema de inmigración basado en el mérito. Es un principio fundamental que quienes están tratando de entrar a un país deban ser capaces de mantenerse a sí mismos financieramente. Sin embargo, en Estados Unidos, no aplicamos esta regla, sobrecargando los recursos públicos de los que dependen nuestros ciudadanos más pobres. Según la Academia Nacional de Ciencias, nuestro actual sistema de inmigración cuesta a los contribuyentes estadounidenses muchos miles de millones de dólares al año.
Alejarse del actual sistema de inmigración menos cualificada y, en su lugar, adoptar un sistema basado en el mérito, tendrá muchas ventajas: ahorrará muchísimos dólares, elevará los salarios de los trabajadores, y ayudará a las familias en dificultades -- incluyendo a las familias inmigrantes -- a incorporarse a la clase media.
Creo que la reforma migratoria real y positiva es posible, mientras nos enfoquemos en los siguientes objetivos: mejorar el trabajo y los salarios para los estadounidenses, fortalecer la seguridad de nuestra nación, y restaurar el respeto hacia nuestras leyes.
Si nos guiamos por el bienestar de los ciudadanos estadounidenses, creo que los republicanos y los demócratas podemos trabajar juntos para lograr un resultado que ha eludido a nuestro país durante décadas.
Otro presidente republicano, Dwight D. Eisenhower, inició el último programa nacional de infraestructura realmente grande -- la construcción del sistema de autopistas interestatales. Ha llegado el momento de un nuevo programa de reconstrucción nacional.
Estados Unidos ha gastado aproximadamente 6 billones de dólares en el Medio Oriente, todo esto mientras nuestra infraestructura en casa se está desmoronando. Con estos seis billones de dólares podríamos haber reconstruido nuestro país -- dos veces. Y tal vez incluso tres veces si hubiéramos tenido personas con la capacidad de negociar.
Para iniciar la reconstrucción nacional, le pediré al congreso que apruebe una legislación que produzca una inversión de 1 billón de dólares en la infraestructura de Estados Unidos -- financiada por capitales públicos y privados -- lo cual creará millones de nuevos empleos.
Este esfuerzo se guiará por dos principios básicos: Comprar productos estadounidenses y contratar trabajadores estadounidenses.
Esta noche, también le pido a este congreso que derogue y
sustituya el Obamacare con reformas que amplíen las opciones, aumenten el acceso, reduzcan los costos y, al mismo tiempo, brinden una mejor atención de salud.
Obligar a cada estadounidense a comprar seguros de salud aprobados por el gobierno nunca fue la solución correcta para Estados Unidos. La manera de hacer que el seguro de salud esté disponible para todo el mundo es bajar el costo del seguro de salud, y eso es lo que vamos a hacer.
Las primas del Obamacare a nivel nacional han aumentado en dos y tres dígitos. Como un ejemplo, en Arizona subieron un 116% el año pasado. El gobernador Matt Bevin de Kentucky acaba de decir que el Obamacare está fracasando en su estado -- es insostenible y se está colapsando.
Un tercio de los condados tienen solo un asegurador en los mercados, lo cual deja a muchos estadounidenses sin ninguna opción.
¿Recuerdan cuando les dijeron que podría mantener su médico y sus planes?
Ahora sabemos que todas esas promesas se han roto.
El Obamacare está colapsando -- y debemos actuar con decisión para proteger a todos los estadounidenses. La acción no es una opción, es una necesidad.
Así que les pido a todos los demócratas y republicanos en el congreso que trabajen con nosotros para salvar a los estadounidenses de la implosión de este desastre del Obamacare.
Aquí están los principios que deben guiar al congreso conforme tomamos las medidas para crear un mejor sistema de salud para todos los estadounidenses:
En primer lugar, debemos garantizar que los estadounidenses con condiciones preexistentes tengan acceso a cobertura, y que tengamos una transición estable para los estadounidenses actualmente involucrados en los mercados del sector de la salud.
En segundo lugar, debemos ayudar a los estadounidenses a comprar su propia cobertura, a través de la utilización de créditos fiscales y cuentas de ahorro para la salud ampliadas -- pero debe ser el plan que quieren, no el plan forzado por el gobierno.
En tercer lugar, debemos darles a nuestros grandes gobernadores de estados los recursos y la flexibilidad que necesiten con Medicaid para garantizar que nadie se quede fuera.
En cuarto lugar, debemos implementar reformas legales que protejan a los pacientes y a los médicos de los costos innecesarios que aumentan el precio del seguro -- y trabajar para bajar los precios artificialmente elevados de medicamentos y bajarlos inmediatamente.
Finalmente, ha llegado la hora de darles a los estadounidenses la libertad para adquirir el seguro de salud en otros estados -- creando un mercado nacional verdaderamente competitivo que bajará los costos y mejorará los cuidados de salud.
Todo lo que está mal en nuestro país puede ser corregido. Todos los problemas se pueden resolver. Y cada familia doliente puede encontrar sanación y esperanza.
Nuestros ciudadanos se merecen esto y mucho más -- Entonces, ¿por qué no unir fuerzas para lograr esto finalmente? En esta y muchas otras cosas, demócratas y republicanos deben unirse por el bien de nuestro país, y por el bien del pueblo estadounidense.
Mi administración quiere trabajar con miembros de ambos partidos para hacer la atención infantil accesible y asequible, para ayudar a garantizar que los nuevos padres tengan licencia familiar pagada, para invertir en la salud de la mujer, y para promover el aire y el agua limpios, y para reconstruir nuestras fuerzas armadas y nuestra infraestructura.
El verdadero amor a nuestro pueblo nos obliga a encontrar un terreno común, promover el bien común, y cooperar en nombre de todos los niños estadounidenses que merecen un futuro mejor.
Una increíble joven está con nosotros esta noche, y debería servir como una inspiración para todos nosotros.
Hoy es el día mundial de las Enfermedades Raras, y junto a nosotros en la tribuna tenemos a una sobreviviente de una enfermedad rara, Megan Crowley. Megan fue diagnosticada con la enfermedad de Pompe, una rara y grave enfermedad, cuando tenía 15 meses de edad. No se esperaba que viviera más de 5 años.
Al recibir esta noticia, el papá de Megan, John, luchó con todo lo que tenía para salvar la vida de su preciosa hija. Fundó una compañía para buscar una cura, y ayudó a desarrollar el medicamento que salvó la vida de Megan. Hoy ella tiene 20 años -- y es estudiante de segundo año de Notre Dame.
La historia de Megan es la del ilimitado poder del amor de un padre hacia una hija.
Pero nuestro lento y engorroso proceso de aprobación en la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) evita que muchos avances, como el que salvó la vida de Megan, lleguen a quienes los necesitan.
Si queremos reducir las restricciones, no solo en la FDA sino en todo nuestro gobierno, entonces seremos bendecidos con muchos más milagros como Megan.
De hecho, nuestros niños crecerán en una nación de milagros.
Pero para alcanzar este futuro, debemos enriquecer la mente -- y el alma -- de todos los niños estadounidenses.
La educación es el tema de los derechos civiles de nuestro tiempo.
Hago un llamamiento a los miembros de ambos partidos para que aprueben una ley de educación que les costee la elección de escuela a los jóvenes desfavorecidos, incluyendo millones de niños latinos y afroestadounidenses. Estas familias deben ser libres para elegir los sectores público, privado, charter, imán, religioso o la educación en el hogar que consideren adecuados para ellos.
Junto a nosotros esta noche en la tribuna se encuentra una mujer extraordinaria, Denisha Merriweather. Siendo niña, Denisha tuvo dificultades en la escuela y reprobó el tercer grado dos veces. Pero entonces pudo matricularse en un centro privado de aprendizaje, con la ayuda de un programa de beca por crédito de impuesto. Hoy, ella es la primera en su familia, no solo en graduarse de bachillerato, sino de la universidad. Este año obtendrá su maestría en trabajo social.
Queremos que todos los niños puedan romper el ciclo de la pobreza, al igual que Denisha.
Pero para romper el ciclo de la pobreza, también debemos romper el ciclo de la violencia.
La tasa de asesinatos en 2015 experimentó su mayor aumento anual en casi medio siglo.
En Chicago, más de 4,000 personas fueron baleadas solamente el año pasado -- y la tasa de asesinatos en lo que va de este año ha sido aún mayor.
Esto no es aceptable en nuestra sociedad.
Todos los niños estadounidenses deben poder crecer en una comunidad segura, asistir a una gran escuela, y tener acceso a un buen trabajo.
Pero para crear este futuro, debemos trabajar con -- y no contra -- los hombres y las mujeres de las fuerzas del orden.
Debemos construir puentes de cooperación y confianza -- no sembrar la desunión y la división.
La policía y los alguaciles son miembros de nuestra comunidad. Son amigos y vecinos, son padres y madres, hijos e hijas -- y cada día se despiden de sus seres queridos quienes se preocupan de si van a regresar a casa sanos y salvos.
Debemos apoyar a los increíbles hombres y mujeres de las fuerzas del orden.
Y debemos apoyar a las víctimas del delito.
Le he ordenado al departamento de Seguridad Nacional que establezca una oficina para servir a las víctimas estadounidenses. La oficina se llama VOICE -- (Victims Of Immigration Crime Engagement) Víctimas de Delitos de Inmigración. Estamos dándoles voz a quienes han sido ignorados por los medios de comunicación, y silenciados por los intereses especiales.
Junto a nosotros en la audiencia de esta noche se encuentran cuatro valientes estadounidenses cuyo gobierno les ha fallado.
Sus nombres son Jamiel Shaw, Susan Oliver, Jenna Oliver y Jessica Davis.
El hijo de 17 años de Jamiel fue brutalmente asesinado por un pandillero inmigrante ilegal, que acababa de ser liberado de prisión. Jamiel Shaw Jr. Era un joven increíble, con un potencial ilimitado quien estaba preparándose para ir a la universidad donde se habría destacado como un gran mariscal de campo. Pero nunca tuvo la oportunidad. Su padre, quien está en el público esta noche, se ha hecho buen amigo mío.
También con nosotros están Susan Oliver y Jessica Davis. Sus esposos -- el Ayudante de Sheriff Danny Oliver y el Detective Michael Davis -- fueron asesinados en la línea del deber en California.
Eran pilares de su comunidad. Estos valientes hombres fueron brutalmente asesinados a tiros por un inmigrante ilegal con antecedentes penales y dos deportaciones previas.
Sentada con Susan se encuentra su hija Jenna. Jenna: Quiero que sepas que tu padre fue un héroe, y que esta noche tienes el amor de todo un país que las apoya y reza por ustedes.
A Jamiel, Jenna, Susan y Jessica: Quiero que sepan que nunca dejaremos de luchar por la justicia. Sus seres queridos nunca serán olvidados, siempre vamos a honrar su memoria.
Por último, para mantener seguro a Estados Unidos debemos proporcionar a los hombres y a las mujeres de las fuerzas armadas de Estados Unidos las herramientas que necesitan para prevenir la guerra y -- si deben hacerlo -- para luchar y ganar.
Le estoy enviando al congreso un presupuesto para reconstruir el ejército, eliminar el secuestro de la defensa, y pedir uno de los mayores aumentos en los gastos de defensa nacional en la historia de Estados Unidos.
Mi presupuesto también aumentará el financiamiento para nuestros veteranos.
Nuestros veteranos han cumplido con esta nación -- y ahora debemos cumplir con ellos.
Los retos que enfrentamos como nación son grandes. Pero nuestro pueblo es aún mayor.
Y ninguno es mayor o más valiente que aquellos que luchan por Estados Unidos en sus uniformes.
Somos bendecidos por la presencia esta noche de Carryn Owens, la viuda de un operador especial de la Armada de Estados Unidos, el Contramaestre de Cargo William "Ryan" Owens. Ryan murió como vivió: guerrero y héroe -- luchando contra el terrorismo y protegiendo nuestra nación.
Acabo de hablar con el General Mattis, quien reconfirmó que, y cito textualmente, "Ryan fue parte de una exitosa redada que generó grandes cantidades de datos vitales de inteligencia que conducirán a muchos más triunfos en el futuro contra nuestros enemigos". El legado de Ryan está grabado en la eternidad. Como nos enseña la Biblia, no hay mayor acto de amor que el que da su vida por sus amigos. Ryan dio su vida por sus amigos, por su país, y por nuestra libertad -- nunca lo olvidaremos.
A los aliados que se preguntan qué tipo de amigo será Estados Unidos, no busquen más allá de los héroes que llevan nuestro uniforme.
Nuestra política exterior exige un directo, robusto e importante compromiso con el mundo. Es el liderazgo de Estados Unidos basado en intereses vitales de seguridad el que compartimos con nuestros aliados en todo el mundo.
Apoyamos firmemente la OTAN, una alianza forjada a través de los lazos de las dos guerras mundiales que destronaron al fascismo, y una Guerra Fría que venció al comunismo.
Pero nuestros socios deben cumplir con sus obligaciones financieras.
Y ahora, sobre la base de nuestras discusiones francas y fuertes, están empezando a hacer precisamente eso.
Esperamos que nuestros socios, ya sea en la OTAN, en el Medio Oriente o en el Pacífico -- tengan un papel significativo y directo, tanto en las operaciones estratégicas como militares, y paguen la parte justa de los costos.
Respetaremos las instituciones históricas, pero también respetaremos los derechos soberanos de las naciones.
Las naciones libres son el mejor vehículo para expresar la voluntad de la gente -- y Estados Unidos respeta el derecho de todos los pueblos a escoger su propio camino. Mi trabajo no es el de representar al mundo. Mi trabajo es representar a Estados Unidos de América. Pero sabemos que Estados Unidos está mejor, cuando hay menos conflictos -- no cuando hay más.
Debemos aprender de los errores del pasado -- hemos visto la guerra y la destrucción que han azotado a nuestro planeta.
La única solución a largo plazo para estos desastres humanitarios es crear las condiciones en que las personas desplazadas puedan regresar a sus hogares y comenzar el largo proceso de reconstrucción.
Estados Unidos está dispuesto a encontrar nuevos amigos, y forjar nuevas alianzas, donde se alineen los intereses compartidos. Queremos armonía y estabilidad, no guerra y conflicto.
Queremos la paz, donde quiera que se puede encontrar la paz. Estados Unidos hoy es amigo de antiguos enemigos. Algunos de nuestros aliados más cercanos, hace décadas, lucharon en el lado opuesto de estas guerras mundiales. Esta historia debería darnos a todos fe en las posibilidades de un mundo mejor.
Ojalá el año del 250º aniversario de Estados Unidos exista un mundo más pacífico, más justo y más libre.
En nuestro 100º aniversario, en 1876, los ciudadanos de toda nuestra nación llegaron a Filadelfia para celebrar el centenario de Estados Unidos. En esa celebración, constructores, artistas e inventores del país mostraron sus creaciones.
Alexander Graham Bell reveló su teléfono por primera vez.
Remington reveló la primera máquina de escribir. Hubo uno de los primeros intentos de generar luz eléctrica.
Thomas Edison mostró un telégrafo automático y una pluma eléctrica.
Imagínense las maravillas que nuestro país podría conocer en el 250º aniversario de Estados Unidos.
Piensen en las maravillas que podemos lograr si simplemente liberamos los sueños de nuestro pueblo.
La cura para enfermedades que siempre nos han asolado no es una esperanza inalcanzable.
Las huellas de Estados Unidos en mundos distantes no son un sueño demasiado grande.
Millones de personas que ya no dependan de la asistencia pública y tengan empleos no es esperar demasiado.
Y calles donde las madres no sientan temor -- escuelas donde los niños aprendan en paz -- y empleos donde los estadounidenses prosperen y crezcan -- no son mucho pedir.
Cuando tengamos todo esto, habremos hecho de Estados Unidos un país mucho mejor que nunca antes. Para todos los estadounidenses.
Ésta es nuestra visión. Ésta es nuestra misión. Pero solo podemos llegar juntos.
Somos un pueblo, con un destino. Todos tenemos la misma sangre. Todos saludamos la misma bandera. Y todos estamos hechos por el mismo Dios.
Y cuando cumplamos esta visión; cuando celebremos nuestros 250 años de gloriosa libertad, recordaremos esta noche como la noche en que comenzó este nuevo capítulo de la Grandeza Estadounidense.
Ya pasó la hora de pensar a pequeña escala. Ya pasó la hora de las disputas triviales. Solo necesitamos el valor para compartir los sueños que llenan nuestros corazones.
La valentía para expresar las esperanzas que animan nuestras almas.
Y la confianza necesaria para convertir esos sueños y esperanzas en acciones.
A partir de ahora, Estados Unidos estará empoderado por nuestras aspiraciones, no agobiado por nuestros temores -- inspirada en el futuro, no atado a los fracasos del pasado -- y guiado por nuestra visión, no cegado por nuestras dudas.
Pido a todos los ciudadanos que abracen esta renovación del espíritu estadounidense. Pido a todos los miembros del congreso que se unan a mí en soñar cosas grandes, audaces y atrevidas para nuestro país. Y pido a todos que nos ven esta noche que aprovechen este momento y crean en ustedes mismos.
Crean en su futuro.
Y crean, una vez más, en Estados Unidos.
Gracias, Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos.
Este texto es una traducción de la versión del discurso suministrado por la Casa Blanca para ser leído por el presidente Donald Trump el 28 de febrero de 2017
http://www.univision.com/noticias/politica/el-discurso-completo-de-donald-trump-ante-el-congreso-en-espanol
Este es el discurso completo (en inglés) del presidente Donald Trump ante el Congreso
http://www.univision.com/noticias/politica/este-es-el-discurso-completo-en-ingles-del-presidente-donald-trump-ante-el-congreso