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viernes, 12 de enero de 2018

Primero USA




"Mientras algunos políticos de Washington eligen pelear por otros países, el presidente siempre peleará por el pueblo americano. Al igual que otros países tienen sistemas de inmigración basados en un sistema meritocrático, el presidente Trump quiere luchar por soluciones permanentes que hagan a nuestro país más fuerte, recibiendo a quienes puedan contribuir a nuestra sociedad”.
Raj Shah, portavoz de la Casa Blanca,

miércoles, 10 de enero de 2018

Propuesta para una Cuba verdadera, vital y libre.



por Zoé Valdés.
Desde hace más de 59 años, Cuba está dominada por el régimen totalitario de los hermanos Fidel y Raúl Castro, bajo el cual una gran cantidad de personas han sido enviadas a cárceles donde fueron y son torturadas, y fusiladas. Sus familias han quedado devastadas y numerosos hijos se criaron sin sus padres.
El régimen de los Castro creó campos de trabajos forzados al estilo soviético para religiosos, homosexuales e intelectuales (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), muchas de las personas que fueron encerradas sufrieron y sufren secuelas espantosas de miedo, paranoia y delirio de persecución, de las que nunca han podido liberarse.
Como en todo régimen totalitario comunista, la educación devino adoctrinamiento ideológico y el trabajo de los adolescentes en las escuelas al campo y en el campo se contaba y se cuenta como obligatorio, meritorio e imprescindible para poder alcanzar los estudios superiores. La educación superior depende del nivel de combatividad, militancia ideológico y adherencia ciega al castrismo. De lo contrario no se obtiene la carrera ansiada. En diversas ocasiones no se obtiene –pese a que se cumplan esos requisitos– debido a que las mejores carreras están destinadas a los hijos de los dirigentes y líderes del Partido Comunista Cubano y de la Nomenklatura.
La única idea admitida durante casi seis décadas ha sido la de los hermanos Castro, y no es una idea, es la ideología castrocomunista. El que no adhiera a ella no tendrá derecho a la salud, al trabajo, ni a la vida. Como prueba la gran cantidad de asesinatos políticos cometidos durante más de 59 años.
El número de asesinados repertoriados bajo el régimen de los Castro asciende a 28.000, no es una cifra definitiva. Otras personas han desaparecido o han muerto bajo sospecha de haber sido vilmente asesinadas por sus ideas políticas. En esta cifra no cuentan las más de 80.000 personas que se calcula que han muerto en el mar cruzando el Estrecho de la Florida intentado llegar a Estados Unidos, tierra de libertad.
Más del veinte por ciento de la población cubana se encuentra en el exilio real, y no únicamente económico, en lo que ahora se ha dado en llamar "diáspora", como un eufemismo que beneficia a la tiranía, tanto económica como moralmente.
Se calculan por miles los cubanos muertos en la guerra de Angola, así como en otras misiones guerreristas e injerencistas fuera de Cuba.
Hemos debido asistir a una transmisión de poderes de forma dinástico-castrocomunista entre hermanos, de Fidel a Raúl Castro, y supuestamente en abril de este 2018 habrá otra transmisión de poderes en el mismo estilo. Sospecho que seguirá sucediendo dentro de la familia Castro, o sea con la herencia que deje la primera nomenklatura en el poder, tal como ha sucedido en Corea del Norte. Para conseguirlo, Raúl Castro se ha armado durante dos décadas de una serie de medidas que ha llamado "aperturistas". Ninguna de las que ha anunciado hasta ahora ha sido puesta en vigor con tanta efectividad como la permisividad de una cierta disidencia alternativa y prorraulista, que solo pide cambios cosméticos del régimen, y que ha sido aupada por los fuertes grupos de prensa de la izquierda radical en el extranjero (injerencia desleal, por cierto), así como con la complicidad de la iglesia católica castrista, que ha dado la espalda al pueblo cubano para ponerse enteramente a los pies del raulato comunista.
A grandes rasgos, la situación de Cuba no puede ser peor, aunque podría empeorar para aquellos que no tienen nada y, por supuesto, mejorar para aquellos que pretenden enriquecerse esclavizando aún más a los cubanos con la complicidad del régimen. En lo que sería una suerte de China, Singapur o Vietnam, pero sin los alivios económicos de estos dos últimos.
Creo firmemente que la realidad cubana pudiera cambiar si trabajamos en los siguientes pasos:
Los grupos disidentes y opositores cubanos deberían constituirse en partidos políticos de manera urgente, con proyectos políticos reales. Como es el caso de La Rosa Blanca, La Patria es de Todos, el Proyecto de Nación de la Fundación Lawton, el Proyecto Varela, El Camino del Pueblo, Un Cubano, Un Voto, inspirado y creado por el MCL y su líder Oswaldo Payá, y llevado a cabo por Eduardo Cardet Concepción, actualmente encarcelado y del que el mundo debiera exigir su liberación inmediata, y Rosa María Rodríguez. La constitución de estos partidos tendría que constar en acta y ser autentificada por abogados, dado que es muy probable la dictadura no los aceptara como partidos de oposición. Sin embargo, su legalización debiera constar de manera real, el hecho de que estos partidos existan debe ser palpable.
– Se deberían deslindar los grupos opositores independientes de prensa de los grupos o partidos políticos. En el mundo democrático, los grupos de prensa suelen apoyar a los proyectos políticos, pero no manifiestan ni –mucho menos– afirman su vinculación política. No es ético que la prensa y los medios de comunicación asuman el rol de manipuladores o árbitros de campañas partidistas de manera militante, aunque sabemos que esa ética se rompe desafortunadamente también en democracia. Cuba no debiera empinar su camino hacia la democracia rompiendo esa ética. Ya con el periódico Granma y sus adherencias dentro y fuera de Cuba hemos tenido suficiente para reproducir los mismos cánones de imposición antidemocrática. La prensa y los medios de comunicación del exilio debieran brindar espacios a todos los partidos y a sus representantes por igual.
– Los partidos opositores y disidentes solamente serán considerados como tales, en el punto en el que estamos, si verdaderamente se oponen al castrismo en todas sus facetas, con un proyecto político consistente. No se aceptarán como partidos opositores a aquellos que se presenten como grupos alternativos al castrismo y que admitan mejoras y cambios bajo el castrismo. En ningún país del mundo y bajo ninguna dictadura los grupos opositores han sido leales ni se han constituido en promotores de sus represores, ni han dialogado con las fuerzas opresoras hasta que esas fuerzas no hayan reconocido públicamente que se han equivocado frente el pueblo, y hayan sido juzgadas, y hayan pedido perdón, y además hayan dado pasos reales hacia la democracia: liberación de presos políticos sin condiciones de ningún tipo, ni deportaciones obligadas, ni negociaciones humanas en lo que sería considerado como una trata de presos contra beneficios a favor del régimen, reconstrucción inmediata del país con la participación activa, humana y libre del pueblo en la vida social, económica y política, tal como está sucediendo en Birmania, por poner un ejemplo.
Otro ejemplo del cual los cubanos podríamos tomar nota es el Contubernio de Múnich, como el franquismo llamó a las reuniones celebradas por opositores españoles en esa ciudad alemana en agosto de 1962.
– Ese diálogo se podría llevar a cabo, en igualdad de condiciones, con el Ejército y con los líderes que se encuentran en prisión domiciliaria, en el exilio, en la oposición real, o con líderes inmediatos, cuya culpabilidad bajo la dictadura sea considerada menor a la representada por los Castro y sus esbirros; y una vez que hayan reconocido frente los tribunales y al pueblo sus faltas.
– Los grupos opositores constituidos en partidos políticos debieran empezar a enviar de manera urgente, a través de embajadas o emisarios casuales, cada mes, misivas a Naciones Unidas, al Parlamento Europeo y a todas las organizaciones internacionales, así como a los presidentes de los principales países del mundo, condenando y exigiendo el cese inmediato de la dictadura de los hermanos Castro, su detención, y que estos personajuelos sean juzgados en Tribunales Penales Internacionales por crímenes contra la Humanidad. Esto evitaría posibles actos de violencia, guerras civiles, en un futuro, como hemos visto recientemente en Libia y en Siria. Los cubanos también tenemos el derecho de demandar una intervención norteamericana, como sucedió en Panamá o en Granada –sólo dos ejemplos–, casi 60 años de tiranía lo justificaría ampliamente.
Ningún Gobierno podría ser impuesto desde el exilio ni desde dentro de Cuba sin que esos partidos tengan la oportunidad libre y democrática de ser votados por el pueblo cubano en sufragio universal.
– El exilio cubano debería apoyar estas medidas de manera radical para conseguir, después de tantos años de aguante y resistencia pacífica, por fin la libertad, la justicia y la democracia en Cuba. De otra manera, el exilio sería cada vez más penetrado por los castristas y cada vez más diezmado por las fuerzas de mentalidades usurpadoras del espíritu, de las conciencias y del pensamiento. Miami se convertiría –si no lo es ya– en una plaza sitiada por el cretinismo y la mediocridad de la vida del cubano recién llegado, que ha vivido bajo la opresión la mayor parte de su vida, al que le costaría cada vez más entender la libertad, y sus deberes y derechos en democracia.
Cuba no es diferente de Checoslovaquia, ni de Polonia. Muchos han muerto en el empeño de verla libre y soberana, como es el caso de Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante, Laura Pollán, la incorruptible líder de las Damas de Blanco, Wilmar Villar Mendoza, Juan Wilfredo Soto, Orlando Zapata Tamayo, Miguel Valdés Tamayo, Pedro Luis Boitel, entre otros muchos, mujeres y hombres que han sufrido cárcel, como Mario Chanes de Armas, Ernesto Díaz Rodríguez, Eusebio Peñalver, Ángel de Fana, y que la siguen sufriendo, como Eduardo Cardet Concepción, entre otros.
Todos podemos cambiar Cuba de manera justa, verdadera y vital, sin la tiranía de los Castro. Sin odios pero con justicia. Los que han odiado hasta ahora han sido ellos. Pero el desprecio, más que el odio, también es válido, canalicémoslo a través de la justicia, de la verdad y de la acción real. Sin racismo, sin clasismo, con libertades de todo tipo, con todas las fuerzas posibles de nuestra cultura, en la mejor tradición democrática, y con el ejemplo de lo más efectivo y relevante de la Guerra de Independencia y de la República.
– Todavía podemos reconstruir una Cuba con vergüenza, donde la mayor venganza sea la justicia que reconozca a las víctimas, y que los tribunales penales internacionales condenen enérgicamente a los verdugos, a los Castro. Impidiendo que sus descendientes, así como los descendientes del Che Guevara, uno de los mayores asesinos confesos de cubanos, y como aquellos vinculados al terrorismo nacional e internacional que fueron entrenados en Cuba y cuya misión recibieron directamente del Departamento América del Consejo de Estado castrista, puedan acceder a esferas de poder no sin antes pasar por un proceso de reconocimiento como tales, como lo que fueron, terroristas, y sean juzgados y reciban su condena.
Cuba merece, más que la esperanza, la vida, la libertad, la paz y la justicia. Nosotros podemos ser sus protagonistas inmediatos. Debemos organizarnos de manera plena y transparente para que nuestras ideas, nuestros sueños, nuestros proyectos individuales progresen y puedan hacer progresar a la sociedad cubana, cada día más indigente mental e intelectualmente, más pobre económicamente y más oprimida socialmente.
Una vez que el pueblo cubano pueda decidirlo en democracia, deberá restituirse la Constitución de 1940.
¡Libertad y vida para Cuba y los cubanos!
http://www.libertaddigital.com/opinion/zoe-valdes/propuesta-para-una-cuba-verdadera-vital-y-libre-84118/

sábado, 6 de enero de 2018

El camionero de Queens


El camionero de Queens
POR ANDRÉS REYNALDO


En mi cuenta, me deben tres almuerzos. Mis amigos apostaron a que Donald Trump no duraba un año. Pues miren, por todo un año Trump se ha mantenido en la Casa Blanca. Ni las instituciones lo trituraron ni él trituró las instituciones. Un editorial del Wall Street Journal lo dice con pertinente ironía: “Al tiempo que Donald Trump entra en su segundo año como presidente, tenemos el placer de reportar que todavía no se ha producido un golpe fascista en Washington”.
Efectivamente, aquí vemos, en perfecta salud, el habitual sistema de comprobación y equilibrio que vela contra los excesos constitucionales de cualquier presidente norteamericano. Cierto que Trump no se mide en mostrar su desprecio por buena parte de la prensa. El exceso, cuando lo hay, no pasa de ser retórico. Hasta ahora ningún periodista ha sido obligado a callar o rendir cuenta de sus fuentes. Cierto que Trump no pasa día sin jurarse un nuevo enemigo. Hasta ahora ninguno ha sido hostigado por la ley. En honor al registro, no puede decirse lo mismo del presidente Barack Obama. Recordemos las reclamaciones oficiales de récords a periodistas de Prensa Asociada y la cadena Fox en el 2013, así como el ensañamiento del Servicio de Rentas Internas contra organizaciones y personas vinculadas al Tea Party.
Alguien dijo que Trump se comportaba como un camionero de Queens. La observación lleva implícito el desdén de las elites lo mismo por Trump que por los camioneros. Por ahí van las claves de su triunfo. El hombre común reencontró su voz. Mi Dios primero. Mi hogar primero. Mi país primero. Estridente voz, sin duda. Pero simple y afilada. Pensándolo mejor, se necesita la crudeza, el templado ímpetu y el callejero sentido común de un camionero de Queens para tratar de devolverle a esta nación el orgullo por su indoblegable fuerza, el egoísmo por sus bien ganados logros, el celo por su tradición cristiana, la exaltación del trabajo duro y el estricto respeto al mérito sin concesión a raza, origen o sexo. Esta es la tierra de una feroz promesa. Por eso cautivó la imaginación del mundo. La tierra de los hombres que conquistan el oeste, llevan el ferrocarril a las selvas (¡viva la United Fruit Company!), desembarcan en Normandía, traman golpes de estado contra los comunistas, se embriagan de jazz y rock y se hacen dueños de la luna. De alguna manera, este rumbo se había perdido. De alguna manera, piénselo usted, sólo un camionero de Queens, inocente en su arrogancia, culto en trampas, podría atreverse a recobrarlo.
Nadie les va a decir que Trump es Winston Churchill. Ni siquiera que es Ronald Reagan. Mucho menos Richard Nixon, el más intelectual de los presidentes norteamericanos. Eso sí, en una época en que los raperos drogadictos, los académicos que abogan contra la enseñanza de Grecia y Roma, los actores que viven en constante terapia, los atletas analfabetos, los obispos que transforman la doctrina al vaivén de las encuestas, los activistas de la corrección política que organizan el odio y la mediocridad, los representantes políticos del parasitismo y la delincuencia son aceptados como autoridades morales, nadie puede negar que Trump, con todas sus imperfecciones, es un ventarrón de aire fresco en el pantano. Un aventurado, quizás suicida cowboy en territorio comanche.


viernes, 5 de enero de 2018

La gente está tirando la 2da piedra


ernesto en su celda de plantado en calzoncillos


Por Andrés Pascual
Sitúese en cualquier año desde 1987 hacia atrás ¿Conocía de los presos políticos, de las cantidades, de Pedro L Boitel, de Roberto Martín Pérez, de González Infante, de Peñalver, de Ernesto Rodríguez (foto preso plantado), de los San Román, de Ángel de Fana, de Mongo Grau… del Presidio Político proceso calzoncillos, de lo que sucedió en Isla de Pinos…?
Dígame la verdad sin oportunismo ni miedo ¿Se interesó porque murieran presos en huelgas de hambre, supo quiénes fueron? ¿Supo que hubo una huelga en 1982 en el Combinado? ¿De los fusilados? ¿Sabe a cuántos “tumbaron” entre 1981 y 1983? ¿Oyó hablar de Abilio y de Rodolfo, de los Toledo? ¿Le dice algo la causa Zapata? ¿Cómo alimentaba y actualizaba su “conocimiento” del presidio político? ¿Con familiares de ex presos, con amigos que conocían a esos presos o a sus familiares?¿Lo ayudó escuchar la Voz de las Américas primero, o a Radio Martí desde 1985?
¿Por qué cree que existió un período de 25 años conocido como nadie escuchaba? ¿Escuchó usted? ¿Cómo, desde cuándo?
Voy a hacerle la vivisección, primero dígame ¿Dónde trabajaba? Antes, hablo de 1988 hacia atrás, no era común el cuentapropista (salvo en momentos “difíciles para la robolución”, que después liquidó con causas de enriquecimiento); entonces trabajó “para el gobierno”, la mayoría trabajó y trabaja para la tiranía, que no es un delito si lo que se busca es el sustento sin compromisos que dañen al ajeno, porque la tiranía es el único empleador, incluso en esta época de “reformas”.
Debajo puse un link de Radio Martí, se refiere al cardenal castrista y a los proses políticos ¿Considera a este induviduo parte de lo peor de la Cuba de cualquier tiempo? ¿Por qué?:
http://www.martinoticias.com/content/cardenal-ortega-pide-listado-de-presos-politicos/97088.html
Déjeme hablar de un tirón, sin interrupciones y evalúese en escala de 1-10, para usted mismo, digo, con honestidad, al final voy a decirle algo respecto a si pasó o no de grado.
En Cuba, durante el castrismo, NADIE HA SIDO PRESO POLÍTICO, la tiranía no lo reconoce, pero separaba “lo político de lo común” con la palabra “contrarrevolucionario, entonces aparecía en la tarjeta del preso, a la izquierda margen superior, el símbolo C/R.
El propio tirano desmentía la clasificación cuando lo entrevistaban “extranjeros”, decía “aquí no tenemos ni un preso político”, “salga a la calle y pregunte…” Se lo dijo a Barbara Walters, a un zopenco de PBS, a Marisol Herrera, de EFE…a María la ex de Arnold, del clan maldito del Camelot de Jackie O, también.
Como contrarrevolucionario lo investigaba el G-2 y le metía los años el propio departamento, cuando llegaba al juicio ya lo habían condenado y los defensores no pedían libertad, sino clemencia no comprometida: “pido que no lo condenen al máximo por el delito, porque, aunque fue muy grave contra la patria…” ¿Conoció esta situación? Nadie quería defender a un contrarrevolucionario.
Paara ganarse la categoría de contrarrevolucionario, la causa debía ser “intento de atentado”, “sabotaje o intento”, “agrupación-organización para conspirar”, “alzamiento”, “tenencia de divisas”, “intento de salida ilegal del país”, “propaganda enemiga”, “agente de la CIA” y alguna más que escapa a la memoria.
Hoy ¿Conoce cuántas de las que mencioné se mantienen como tipos? Solo la propaganda y en ciertos casos, es común que enjuicien por “difamación”; al sabotaje lo convirtieron en “daños a la economía” y los demás no existen ¿Sabía esto?
¿Por qué desaparecieron los tipos de antes? Pues para desaparecer el presidio “contrarrevolucionario” e informar solo “presos comunes”. Pero estoy seguro que la contrarrevolución existe, lo que a nadie de los disidentes les interesa averiguar cuántos presos hay por daños o por otra causa de ese tipo, la disidencia vive sin competencia protagonista, por eso nadie sabe cuántos presos contrarrevolucionarios hay, es conveniente para los opositores, para sus padrinos, y para la satrapía, pero muy malo para la libertad de Cuba.
Quiere decir que los “opositores no son tenidos ni como contrarrevolucionarios” y hay algo importante: cuando usted ve por televisión cómo le dan un mitín a alguna persona en su casa y un par de patadas a otro, incluso sabe que recogieron a 20 y los llevaron al “vivac” común en corta detención (horas), desconoce que ni advertencias les hacen, no son investigados, porque actúan como un libro abierto, no esconden nada ni le hacen daño material ni moral al castrismo, que está blindado por sus buenos amigos.
De 1987 hacia atrás te recogía un auto del G 2, previo registro en la casa y te llevaban al DSE, te metían en una celda y te interrogaban 14 ó 15 veces durante el día, la noche y la madrugada y te daban más palos y te aplicaban más torturas que hoy, pero en privado, sin acceso público, de ahí al depósito de la prisión a esperar la petición y el juicio, es decir, a informarte de lo que proponían como sanción que ya habían decidido, todo en calidad de preso “asegurado”, si recibías entre 3 años y 8 dabas una fiesta y si salías antes podía llover azufre. Las visitas eran por régimen, cada 4, cada 6 meses o una anual, los plantados no recibían visitas y en los casos reglamentados, un solo familiar mayor de edad separado del preso por malla.
Y eran muchos, en 1980 dejaron 756 y en 1981 había crecido a 1,250, en 1983-84 tal vez 3,400…ningún preso común podía hablar con un contrarrevolucionario, ahí mismo podía coger una ración de palos, el común, el contrarrevolucionario no.
Los contrarrevolucionarios vivían juntos en galeras solo para ellos, les permitían cuchillas de afeitar y lociones.
El preso CR de antes era solicitado por las personalidades que visitaban a Cuba, todos llevaban una lista, desde 1977 se indultó con el llamado PLAN PROGRESIVO, después en 1978-79 y por último entre 1986 y 1989. Castro, de la lista, entregaba al que quería y siempre menos de la mitad, nunca salió quien fuera pedido, salvo gestiones personales de “gente muy importante” como TED KENNEDY, que se llevó al último invasor preso de la 2506, RAMÓN CONTE HERNÁNDEZ, en 1987; un año antes salió el Cdte Ricardo Montero Duque. Dicen que a Menoyo lo “trabajó” Felipito el Preocupado (asuntos venezolanos)
Al presidio político plantado histórico los soltaban lunes o jueves y se vestían de civil en la posta del exterior penal, porque vivían en pajamas rudimentarios que hacían con sábanas. Desde la prisión que fuera, oficiales del G-2 lo entregaban en sus casas, recuerde que podían haber estado 20 ó más presos.
Con esto a mano, respóndame ¿Cuántas de las cosas que dije conoció en Cuba? Yo sé que la mayoría no conocío de esto si no fue familia o vecino muy cerca de un preso, que si veían a alguno por una cera viraban y se perdían por otra calle que no pensaban transitar, porque los comprometían o se señalaban, que no lo averiguaron porque usted, posiblemente como el PAPA y el cardenal, nunca recibió la información de cuántos ni si hubo presidio político. Por lo menos ni lo leyó en Bohemia “como la heroica generación del Centenario” ni en radio o televisión, aunque ¿Si usted era dirigente?
Ortega es un h de p, pero, si la tiranía está allí no es porque el cardenal haya tenido que averiguar si hay o no presos, sino porque usted, que no es cardenal ni, como dice, castrocomunista, nunca supo del fenómeno trágico del Presidio Político, etapa de verdadera candela con fusiolados, asesinados en la cárcel de varias formas…
Sé bien que el 90 % de quienes lean esto no aprobaron el test, una mayoría aplastante tuvo mucho miedo de juntarse con presos, incluso con sus familiares, tampoco oían “radio contrarrevolucionaria porque…”.
La disidencia opositora no es más preso contrarrevolucionario, porque no son peligrosos, no hacen labor proselitista entre la juventud, no dan candela ni tratan de matar a Guarapo, el propio tirano le hizo los ajustes a su código, cuando creó la nueva vitrina que le permite mostrarle al mundo “su respeto al derecho de libertades civiles”, que le sirve para dejarlos viajar y cobrar a nombre de la lucha por Cuba.
Junto a la indolencia general de casi todo el pueblo ayer y hoy, culpable de que el cardenal diga que no hay presos y YO LE CREO, si los que quisieron arreglar al país con la mejor voluntad y mucho más valor sin oficiar de mercenarios de nadie, no existieron ¿Qué se puede esperar? mientras, se hacinaban y eran torturados y asesinados más de 100,000 que repletaban las cárceles de Cuba, que apenas tenían comunes de verdad.
Si el pueblo no conoció nada de aquello, si los ex dirigentes vienen a desayunar con la noticia aquí, no hay ninguna razón para juzgar al tipo de la iglesia que dijo que “lo desconocía”, porque, y yo lo sé, en este caso SON MUY POCOS QUIENES PUEDEN TIRAR LA PRIMERA PIEDRA.
http://lacronicausa.com/la-gente-esta-tirando-la-2da-piedra/

martes, 2 de enero de 2018

Otra caja de Pandora se abre en Cuba.


                             Venta de medicamentos por "tarjetón"en una farmacia estatal en Cuba. (Archivo)
Autor: Miriam Celaya
Resulta imposible destapar una fracción de la realidad cubana sin exponer un aluvión de corruptelas
LA HABANA, Cuba.- Con fecha 28 de diciembre de 2017 el periódico Granma publicó un extenso artículo donde se destapa un grave hecho delictivo: la adulteración de medicamentos detectada en el laboratorio farmacéutico Reinaldo Gutiérrez, ubicado en el municipio de Boyeros, en la capital cubana, a partir de la sustitución de metilfenidato por placebo, este último un producto inocuo “utilizado para la limpieza de las máquinas una vez concluida cada producción de medicamentos”.
La información tiene como fuente un reporte entregado a Granma por la Dirección de Información y Análisis de la Fiscalía General de la República, e incluye una somera referencia a una lista de hechos delictivos detectados en el transcurso del año 2017, relacionados con la sustracción y el comercio ilícito de fármacos en diferentes entidades subordinadas a la Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE) BioCubaFarma, y con sus correspondientes procesos penales, sin profundizar mucho en los detalles.
No obstante, en el caso del referido laboratorio sí se mencionan los chivos expiatorios que suelen acompañar este tipo de noticias en los medios gubernamentales, a saber, una jefa de brigada de la máquina de blisteo, un operario, un jefe de turno y “estibadores de la empresa provincial minorista de medicamentos del Este” –es decir, solo personal de base relacionado directamente con el proceso productivo o con la manipulación y transporte de los fármacos–, quienes se afirma “recibieron en total sumas de efectivo superiores a 1500 CUC”.
Una cifra que constituye una verdadera nadería, en especial si se tiene en cuenta un sencillo dato que no mencionan Fariñas y Rodríguez en su artículo, pero que resulta de capital importancia por sus implicaciones: el metilfenidato es una sustancia psicoestimulante sintética –es decir, una droga– que eleva los niveles de dopamina y norepinefrina en el sistema nervioso central. Por su estructura molecular, el metilfenidato es similar a las anfetaminas, pero sus efectos –que inician aproximadamente 30 minutos después de ingerida la píldora y se prolongan por varias horas– son análogos a los de la cocaína, si bien menos poderosos.
Así, pues, estos malhechores sustraían, no la materia prima de, digamos, las dipironas, los hipotensores o los diuréticos –medicamentos éstos que escasean y tienen gran demanda entre la población– sino “casualmente” una sustancia psicotrópica… Pero las periodistas, (¿piadosamente?) pasan ese detalle por alto. ¿Será que en este Día de los Santos Inocentes la prensa oficial cubana pretende tomarnos el pelo? ¿Acaso se trata de engañar a la opinión pública nacional encubriendo lo que a todas luces es un comercio ilegal de estupefacientes, es decir, una red de narcotráfico dentro de la Isla?
Sin dudas, con la prensa oficial cubana sucede como con la lencería fina: resulta mucho más interesante y atractivo lo que se insinúa que lo que se muestra. Porque todo el texto conduce, además, a otras consideraciones de tipo administrativo sobre las que no se comenta absolutamente nada en el Granma, y que deberían implicar efectos penales para otras testas, mucho más elevadas que las de los delincuentillos atrapados en el caso y señalados en el texto de marras.
De manera que el lector se queda inmerso en un océano de interrogantes y muchas preocupaciones.
Pongamos en la palestra algunos cuestionamientos que emanan de este artículo publicado –no por la prensa enemiga ni por los voceros del Imperio para tergiversar la realidad y dañar a la revolución–, sino precisamente por el órgano oficial del partido comunista de Cuba:
Resulta obvio que (al menos) en el mencionado laboratorio no existe un adecuado control sobre las materias primas, incluyendo las que constituyen un fuerte potencial para el desarrollo de un mercado subterráneo de drogas en Cuba, con todo lo que ello implica;
no se realiza un adecuado control de calidad con un examen aleatorio sistemático y minucioso de los lotes de medicamentos producidos en el laboratorio de referencia, toda vez que salieron impunemente cantidades indeterminadas de placebo hacia la red minorista, en lugar de las tabletas con los componentes apropiados;
las cartas tecnológicas de los laboratorios farmacéuticos pueden ser fácilmente violadas por personas inescrupulosas que trabajan en esta industria;
la maquinaria del laboratorio es susceptible de ser utilizada a voluntad por operarios y otros trabajadores;
no existe un sistema de vigilancia eficaz sobre el proceso productivo a pesar de que se manejan sustancias psicoestimulantes que –como es informalmente conocido– están comenzando a inundar muchos barrios y sitios puntuales muy concurridos de la capital cubana.
Llegados a este punto, cabe preguntar: ¿qué garantías hay de que estas y otras violaciones no se estén cometiendo en otros laboratorios, incluyendo la producción de fármacos que se exportan a otros países?; ¿a quién pueden demandar los padres de los niños que –según refiere el artículo– estuvieron consumiendo tabletas adulteradas, sin efectividad alguna para el tratamiento de su enfermedad?; ¿cuán serias y confiables pueden ser las certificaciones que avalan la producción de medicamentos en Cuba?;¿hasta cuándo se seguirá omitiendo la inexcusable responsabilidad de todos los directivos de la industria farmacéutica y otros funcionarios relacionados con ésta, desde los más cercanos al proceso productivo hasta el flamante presidente de BioCubaFarma, señor Eduardo Martínez Díaz y el propio Ministro de Salud Pública, doctor Roberto Morales Ojeda?;¿en verdad alguien se cree que “la preparación del personal, el sentido de pertenencia, los valores éticos y morales y la formación político-ideológica” serán estrategias eficaces para erradicar los delitos que en el artículo son eufemísticamente llamados “hechos extraordinarios”?
Seguramente sin proponérselo, estas corresponsales del Granma han puesto el dedo sobre una llaga que, si lo piensan bien, tal vez hubiesen preferido dejar oculta, porque lo cierto es que la podredumbre de la realidad cubana de hoy es tan general e incontrolable que resulta imposible destapar una fracción de ella sin exponer un aluvión de corruptelas que salpican incluso los pies más egregios, tal como si se tirase porquería contra un ventilador.
Han abierto otra caja de Pandora que, con toda seguridad, tendrá algunas secuelas… quizás algunas de las cuales no estaban previstas. Son los riesgos de la profesión, incluso para aquellos que dejan preterido el compromiso con la verdad para postrarse a los pies de las ideologías.
(Este artículo fue publicado originalmente en CubaNet)