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domingo, 21 de agosto de 2016

American Airlines, más que contenta por acuerdos aéreos entre Cuba y EEU

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American Airlines realizará 56 vuelos semanales a Cuba desde Miami a partir del próximo 7 de septiembre, según indicaron funcionaros de la empresa aérea estadounidense que acaba de recibir el permiso del gobierno de La Habana para comenzar sus viajes a la isla.

La portavoz de la línea, Martha Pantin, indicó a la agencia Efe que se trata de un vuelo diario a Cienfuegos y Camagüey, y dos al día a Holguín, Santa Clara y Varadero.

American Airlines es la tercera aerolínea en importancia en Estados Unidos y vuela hacia casi todas partes del mundo. Sin embargo, Jet Blue, una línea de menor categoría, le llevó la arrancada en la conquista del “destino Cuba”.

Jet Blue se convertirá el 31 de agosto en la compañía aérea estadounidense que inaugurará los vuelos comerciales regulares a Cuba después del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre La Habana y Estados Unidos.

El destino del primer viaje de Jet Blue, que se realizará desde el aeropuerto de Fort Lauderdale, será el Aeropuerto Internacional de Villa Clara, Abel Santamaría, donde técnicos locales ya laboran de conjunto con sus colegas estadunidenses para que la instalación cumpla con todos los requisitos que exige este nuevo contexto histórico.

Hasta el momento el Departamento de Transporte de EE.UU ha aprobado 110 vuelos diarios a Cuba de aerolíneas comerciales norteamericanas. De ellos 20 serán a La Habana (que aún esperan el permiso final) y el resto a otras ciudades de la nación antillana.

Según la Efe “la demora en esta autorización (la de los viajes a la capital cubana) obedece a que las solicitudes de las aerolíneas estadounidenses para vuelos diarios a La Habana triplicaron la cifra de veinte que ambos gobiernos acordaron”.

Los turistas estadounidenses que deseen viajar a la isla deberán cumplir con al menos uno de los requisitos exigidos por el Departamento del Tesoro para dicho propósito, entre ellos que el objetivo de la visita se enmarque dentro de los intercambios culturales, académicos, deportivos o religiosos.

A la espera de obtener el “visto bueno” para comenzar a operar en Cuba están además otras aerolíneas estadounidenses como Alaska Airlines, Delta Air Lines, Frontier Airlines Southwest Airlines, Spirit Airlines y United Airlines.
http://www.miamiactualidad.com/

sábado, 20 de agosto de 2016

Humor cubano [Para que te rias]

Porque el cubano se va de Cuba?

Hoy me visto de arrogancia

Hoy me visto de arrogancia
para  gritar,
con todas mis fuerzas,
todo lo que me molesta en este mundo:
La mentira,
 la manipulación,
el engaño, 
la idolatría, 
el fanatismo,
la ignorancia, 
la maldad,
el odio,
 la prepotencia de los débiles,
la demagogia de los políticos,
el fraude,
 la corrupción,
 la delincuencia a todos los niveles,
las violaciones a los derechos de los otros,
las vejaciones,
la mendicidad de los pobres de espíritu,
el abuso infantil,
la discriminación, 
el unipartidismo izquierdista,
la miseria humana
que pulula en todas partes,
el hambre, 
la desidia,
el abandono,
la complicidad de los cobardes,
la pasividad de los corderos,
el llanto de los niños desvalidos,
la soledad de los ancianos,
la injusticia, 
la hipocresía,
el engaño a los ingenuos,
a los que creen que todos somos buenos, 
y se dejan engañar por los astutos;
masoquismo y sadismo de la mano,
el uno no existe sin el otro...
Hoy no me soporto ni a mí misma...
Estoy cansada de tantas amarguras,
fracasos propios y  ajenos que me duelen,
me laceran, 
me lastiman
y me hacen sentir como una hormiga
que intenta cargar sobre su espalda
una roca más grande que este mundo.
Hoy presiento que debo desconectarme,
cerrar la laptop  y olvidarme de las noticias,
que se caiga el universo si es preciso, 
pero que no me entere de  lo que ocurre
ni siquiera   a tres metros de distancia.
Me despojo de la ira y del llanto,
del sacrificio inútil de una vida casi en blanco.
Me voy al mar,
al inmenso mar 
que recibe mis  lágrimas,
mis sales, 
mis angustias, 
y a cambio
me refresca,
 me rejuvenece,
me calma
me da aliento,
me da fuerzas
para seguir esta batalla
por la vida.
Esperanza E Serrano

WILFREDO MENDI: AMOR MARINERO

jueves, 18 de agosto de 2016

Una breve historia de amor

Aquella mañana Jacinta se levantó distinta. Se miró al espejo y sintió pena por ella misma. Se sentía cansada, vieja. No quería salir de su cuarto; necesitaba estar sola. Trataba de aferrarse a la idea de que esta vez Dios escucharía sus ruegos, y no la dejaría desamparada a su suerte
La noticia había recorrido todos los caminos para colarse en su casa bien temprano en la mañana. Detrás de la puerta de su habitación, escondida de todos, pero alerta, como siempre, pudo escuchar los gritos desesperados, confundidos en la algarabía matinal. Nadie se preocupó por avisarle. Para "los otros", ella era algo irreal, inexistente. Era la sombra que se desliza por la vieja casa sin que nadie la vea.
Nadie sabía de sus secretos en las largas noches de luna, de sus miedos, de sus recuerdos... 
Recuerdos buenos y malos que llenaban su vida y tenían el poder de cambiarle la expresión de su rostro, de su cuerpo, de sus manos y hasta de sus pasos al caminar cerca de las paredes o de los árboles del patio.
El recuerdo de José muchas veces iluminaba su cara volviéndola niña... Con él se "sentaba" en el patio, buscando la sombra, debajo de la mata de mango, y de su mano se dejaba llevar por los hilos del tiempo...Su corazón latía con la misma intensidad de antaño, como si reviviera al recuerdo de la plenitud de sus quince años cuando se entregaba libremente al amor.
José era lo más hermoso que le había sucedido en la vida. Se enamoró de él desde muy pequeña. Era su héroe, su estrella, el galán de su novela adolescente. Juntos iban a la escuela, compartían los mismos amigos, los mismos libros de versos y las mismas canciones. Sus recuerdos se remontaban a las tardes de mayo, cuando apenas eran dos niños traviesos jugando, cómplices autores de locas travesuras, en el patio de la abuela. Allí pasaban horas persiguiendo mariposas, tomeguines, lagartijas, hormigas y hasta a los perros del barrio que, extraviados o por equivocación, cruzaban la verja abierta por el descuido de los mayores. 
Lo mejor de aquellos encuentros infantiles sucedía al anochecer, cuando casi todo estaba en penumbras y la luna no alumbraba las matas de mangos ni de aguacates, ni siquiera uno de sus rayos alcanzaba al alto mamoncillo. Los cocuyos, asustados, huían para no caer en las manos de aquellos niños traviesos. Conocían muy bien aquellas extrañas diversiones en las que terminaban enterrados en las pequeñas montañas fabricadas con aquellas manitas arrogantes, siempre afanadas en construir “una ciudad” en una “montaña” hecha con la tierra recogida debajo del cocotero. Ciudad a la que ellos, los cocuyos, a medio enterrar, debían alumbrar hasta altas horas de la noche. Aquellas fiestas de verano en las noches sin luna, también eran terribles para las pobres luciérnagas que quedaban atrapadas entre las piedrecillas a las que le trasmitían sus destellos...

Los años de la infancia volaron como lo hacen las aves cuando emprenden el largo viaje sin retorno al nido que las vio salir del cascarón. Jacinta y José, como todos, también crecieron. 
Entre estudios, dichas, alegrías, travesuras y fiestas un día los sorprendió la adolescencia y comenzaron a sentir una fuerza interior que los llevaba a buscar los momentos propicios y los lugares más apartados, donde no llegaran las miradas indiscretas de los chismosos del barrio.
Jacinta recordaba las siluetas de ambos abrazadas, tratando de alcanzar lo inaccesible; el lugar perfecto donde no llegan los miedos impuestos por las costumbres y creencias de los viejos. Sola, a la sombra de los árboles del patio, día a día revivía su infancia... Las imágenes desfilaban recurrentes, en armonía, coherentes.
Entre suspiros y alguna que otra lágrima, se "repetían" aquellos días en el bosque, en que, entre mimos, canciones, juegos y retozos, terminaban haciendo el amor sobre las flores silvestres del monte. Las aguas del río, las nubes, el cielo y alguna que otra paloma torcaza que por allí pasaba, fueron los únicos testigos de sus impulsos y de sus hormonas revueltas, pero ninguno de ellos podría decir de qué manera aquellos adolescentes comprometían sus vidas al compartir las divinas experiencias del primer amor que sentían y disfrutaban a sus anchas.
Cuando aquello su familia no sabía todavía por qué a ella le gustaba perderse con su bicicleta calle abajo camino del embarcadero. Todas las tardes de aquel verano inolvidable, cuando sus padres estaban ocupados en otras cosas, José la esperaba y juntos rodaban por las calles del puerto hasta perderse tras los árboles del monte, lejos de los caseríos de la zona. 
 Juntos habían descubierto los parajes del río debajo de las grandes arboledas; los campos de flores silvestres, las piedras y la quietud del atardecer en esa zona no visitada por nadie gracias a las creencias y tradiciones del pueblo. Pueblo supersticioso que creía las historias trasmitidas de generación en generación, inherentes a la idiosincrasia de  la comunidad.
La leyenda se remontaba a muchos años atrás, tan remotos que nadie podía precisar la fecha exacta de lo que por allí ocurrió. Todos hablaban de lo mismo cada vez que había una oportunidad para ello. Decían que "de las ramas del viejo algarrobo se había ahorcado el Indio Julián una noche de lluvia cuando descubrió que su esposa se había ido con el otro..."
Los vecinos decían que "ese monte estaba embrujado con el ánima del indio vagando en pena por los alrededores, y que sus gemidos lastimeros se escuchaban más allá de la loma. Que en las noches de lluvia o en los días de mucho sol, a cualquier hora, incluso en las hermosas mañanas, podía escucharse el lamento de su alma atormentada por los crueles castigos del infierno. Castigos que el indio tenía muy bien merecidos por haberse privado de lo que Dios le dio: ¡La vida! El indio Julián, actuando ciego y sordo por el dolor de la doble traición, se olvidó por completo que la vida es lo más sagrado que nos entregan al nacer y que debemos cuidarla por encima de todo y protegerla como el más preciado de todos los tesoros.
Julián, pobre indio enamorado, no supo escoger, no supo cuidar su vida y fue débil entregándole su alma al demonio al colgarse de un palo del monte. No merece perdón de Dios quien atenta contra su vida . Es débil quien no sabe enfrentar con valentía las ingratitudes que la vida nos presenta como pruebas. Julian fue un cobarde; se quitó la vida porque su morena se fue con un indio mal nacido que no supo respetar la amistad y la hospitalidad que él le ofreció cuando lo trajo a vivir a su casa el día que lo encontró herido, casi muerto a la orilla del río. Ese indio, del que nadie recordaba el nombre, cuando él lo recogió tenía quemado todo el pecho y andaba con el corazón destrozado porque un rayo acabó con su casa, matando a su esposa y a sus dos hijitos. Julián, buen cristiano, lleno de generosidad, se apiadó de él, lo recogió , le brindó alimentos y lo acogió como a un hermano por largo tiempo en su propia casa, permitiendo que Zulema, su esposa, lo cuidara con esmero todo el tiempo que estuvo enfermo...
Como todos los adolescentes Jacinta y José no creían en esos cuentos escuchados hasta el cansancio desde que tenían uso de razón. Se reían de los viejos y cada tarde se aprovechaban de los mitos y prohibiciones, para divertirse ampliamente sin pensar en los indios...ni en los rumores, ni en las maldiciones que la india María había sembrado al pie del algarrobo la tarde aquella en que vino, acompañada por los vecinos del lugar, a recoger el cuerpo de su hijo Julián, totalmente descompuesto por el calor y casi despedazado por los picazos de las aves de rapiña que merodeaban por el lugar.
Jacinta y José nunca se preocuparon por saber cuándo y cómo sucedieron los hechos que los viejos contaban, con lujos de detalles, sobre "los algarrobos, las muñecas de trapos, las ceibas marcadas y las tantas historias de jóvenes que no obedecieron las órdenes de los padres ni escucharon los consejos de los viejos y al final terminaron atrapados por el alma del indio y junto a ella ahora se pasean como malos espíritus en pena condenados a vagar por la zona. 
Los viejos ponían un énfasis especial cuando aseguraban que ya había un coro de almas dolientes, dueñas de aquellos parajes cautivadores por su belleza, como todas las cosas que el innombrable pone ante nuestra vista para seducirnos, y bien que les advertían a la muchachada del barrio que los escuchaba embobecida, que el que se dejara llevar por las falsas apariencias de la armonía y la quietud del lugar, caería en las redes de los malos espíritus y terminarían como ellos condenados en las llamas del infierno"
Jacinta y José, intrépidos como todos los jóvenes de su edad, saludables y  con las hormonas bien revueltas, solamente deseaban estar juntos, sin testigos inoportunos, la mayor parte del tiempo posible. Pasaron meses, desde la primavera, correteando por las orillas del río, debajo de los algarrobos, cerca de las ceibas, sobre las flores silvestres, sin que nadie los viera y sin temor a ser sorprendidos por los indiscretos buscadores de noticias aplastadoras. Ellos se dejaban arrastrar por los instintos y por esas fuerzas internas propias de la adolescencia que nos dominan llevándonos a incursionar en todas direcciones en busca de lo nuevo, sedientos de dichas y de placeres hasta entonces desconocidos.
Cada tarde los jóvenes enamorados llegaban más lejos y más cerca en sus juegos. Un día descubrieron "la gran maravilla", seductora y divina, que significa la entrega total. Ocurrió espontáneamente, sin premeditación ni maldad, por instinto y por amor, fundieron sus cuerpos y sus corazones tierna y apasionadamente. Ambos conocieron ese día los placeres que brinda el sexo por amor. Desenfrenados y enamorados se convirtieron en esclavos de aquel sentimiento que les regalaba la imperiosa necesidad vital de estar juntos todo el tiempo. Fue como un vicio compartido con alegría, sin culpas ni miedos. Fueron meses de total felicidad, de crecimiento espiritual interior.
Vivían consumidos por la fiebre del amor y la ansiedad que éste genera. Apenas dormían en las noches devorados por el deseo de volver a estar juntos a la orilla del río. En sus ojos la ansiedad, el enamoramiento, el deseo y las hormonas, pusieron un brillo, un sello especial, pero los tontos que los rodeaban no se percataron de eso. No es raro, casi siempre las cosas hermosas no son captadas por quienes debieran hacerlo. Son como los mensajes divinos que se pierden por falta de fe. Para Jacinta y José el hecho de que los demás no se percataran de su felicidad, no era un problema. Cómplices de la dicha de estar juntos en aquellos parajes solitarios, se sentían muy seguros. 
Una noche, ya bien entrado el otoño, los despertó el alboroto de la vecindad. Después de haber hecho el amor por largas horas, extenuados, sin darse cuenta, se habían quedado dormidos. Desde lejos, y cada vez más cerca, se escuchaban los ruidos y los gritos de los vecinos que, organizados en brigadas, andaban buscándolos, totalmente desorientados y angustiados por el terror que les inspiraba aquel lugar, los llamaban por sus nombres:
_ ¡ Jacintaaaaaaaaaaa! .... 
  Josééééééééééééééééé!
Algunos caminaban rezando, con una cruz en la mano y en la otra una gran vela o un farol, otros iban gritando los nombres de los perdidos a la vez que avanzaban por la vereda repartiendo golpes con un palo a diestra y siniestra, mientras los más austeros se dedicaban a tirar piedras por doquier para ahuyentar los malos espíritus...
La vieja Pancha les había dicho a todos en el barrio que ella vio a la pareja entrar al bosque temprano y que no se había preocupado de avisarles antes porque todas las tardes los veía pasar y regresar sin ningún problema, además de que, como siempre, les había advertido, cuando la saludaron, que no se adentraran en el monte, que huyeran de los algarrobos, de las ceibas, de los pitirres y de las flores. Como no los vio regresar y ya era tan tarde, -pasaban las ocho -, decidió avisarles a todos porque se asustó al ver que caía la noche.
Pancha lloraba desesperada mientras se pasaba la mano por la cabeza. Se sentía responsable porque su casa estaba ubicada en las afueras del pueblo, casi a la entrada del sendero que conduce a esa parte del río, y ella, como persona mayor, debía estar al tanto de los muchachos del barrio por si alguno se escapaba y se colaba por esos lugares malditos. Pancha tenía miedo. Temblaba de pensar que algo malo les hubiera sucedido. Al hablar, a la anciana le temblaban las manos. Un fuerte escalofrío recorría toda su columna vertebral....
Al cabo de los años Jacinta todavía recordaba aquella noche que cambió su vida para siempre. Recordaba aquella fatídica madrugada que la sorprendió pensando por primera vez, en el indio Julián y en todas las cosas que se decían de aquel lugar. Fue también la primera vez que tuvo miedo de los augurios, de las amenazas, de las almas en penas, de las murmuraciones y de las reacciones de sus padres...

Pero este día de hoy, es diferente. Diferente, aunque seguía atada...
Quería huir del pasado. Jacinta se negaba a recordar, no deseaba salir al patio a caminar por las rutas de lo tantas veces transitado...
Paró de dar vueltas por la estrecha habitación. Se dejó caer en la cama. En contra de su voluntad, una angustia solidaria la llevó de nuevo a los inicios. Otra vez vivía los sinsabores de aquel día en que amaneció cargada de miedos. Recordó las veces que le lloró y le imploró a su madre para que le quitaran el castigo, para que no la enviaran a casa de su tía Susana. 
Su madre se negaba pensando que ella suplicaba porque no quería alejarse de José. La familia reunida la noche anterior había acordado mandarla para la casa de los tíos , bien lejos del lugar, en otra provincia, en una ciudad donde no hay ríos, ni montes, ni flores seductoras, ni jóvenes atrevidos como ese chiquillo irresponsable, que no levanta una cuarta y ya anda buscando problemas de hombres...
Por más que Jacinta lloraba, su madre no la escuchaba. La muchacha no tenía valor para explicarle que el problema mayor no era la separación de José, en aquel entonces estaba segura que él la buscaría donde quiera que ella estuviera. El problema no era su novio, sino el viejo Gregorio. Sentía miedo de su tío. El la miraba de una forma que le sacaba los colores a la cara. Sabía que detrás de aquellos ojos arrugados y brillantes se escondía un deseo reprimido. Lo intuía cada vez que lo sentía cerca, con su respiración entrecortada y su mirada perdida en sus senos adolescentes. Cuando sus manos frías y babosas la tocaban, o cuando apretándola contra el pecho la besaba por la fuerza, ella sentía una sensación desagradable, semejante a la que se siente cuando tocamos uno de esos sapos feos, verdosos y húmedos que nos parecen pequeños monstruos salidos de un pantano cercano.
La familia, nunca supo de sus angustias en casa de la tía Susana. Tampoco sabía de sus lágrimas amargas detrás de una ventana, ni de sus días cargados de ansiedad suplicándole a Dios para que ayudara a su tío a encontrar una amante que le calmara su salvaje y asqueroso apetito sexual.
Siempre tuvo miedo de decirle a sus padres el infierno que estaba viviendo en aquella casa lejana, llena de perros y gatos ladrando y maullando a una luna que nunca pasaba, mientras la tía dormía plácidamente, abrazada a su almohada, disfrutando el sueño profundo que producen las pastillas para dormir cuando se mezclan con el te de tila, naranja, manzanilla y menta que el tío Gregorio todas las noches, como un ritual, le servía a la esposa, con la mejor sonrisa dibujada en su cara y que ella, la tía Susana, muy agradecida, inocentemente, consideraba ese gesto como un profundo y delicado acto amoroso de su querido esposo, quien, preocupado por su salud, la ayudaba a combatir sus largos insomnios ofreciéndole aquel te de maravillas...
No. Nadie sospechaba de sus noches de sufrimientos y de sus miedos de niña ultrajada, injustamente castigada por quienes debieron protegerla. Estaba segura de que los viejos del barrio se equivocaban con sus augurios y que por eso sus advertencias son en vano. El infierno, al menos el suyo, no estaba en el bosque ni en los algarrobos, ni en el río, ni en las flores, ni tampoco era cierto que el alma del indio solamente vagaba por aquellos lugares... No, nada de lo que le dijeron los viejos del barrio era cierto. Estaba segura que de que los vecinos se equivocaban en sus relatos al decir que los condenados se quedaban en las márgenes del río o en los montes...
Ella había sentido al indio Julian y a todo su séquito de almas en penas durante todo el tiempo que vivió en aquella maldita casa. Los sentía cada noche cuando escuchaba los pasos de su tío Gregorio subiendo las escaleras después de dejar a la tía Susana dormida en el cuarto matrimonial ubicado en la planta baja.
Por aquellas horas de inocentes entregas amorosas a José cayó sobre ella la pena, la deshonra de la familia y los castigos...Tres años de castigos nocturnos por haber tenido la osadía de entregar su cuerpo virgen al amor de su vida. Fueron tres largos años viviendo la condena de sentirse abusada, despreciada, mancillada, constantemente violada. 
Tres años en los que cada noche debía soportar aquel monstruo que no respetaba ni los días de recogimiento natural. Ni los dolores de ella, ni los flujos sanguíneos lo detenían; al contrario, parecía que en días como esos disfrutaba más, se volvía más fiero, más salvaje, buscándola a todas horas, sin importarle si la tía dormía o no. 
Aquel sapo verde se pegaba a su cuerpo en contra de su voluntad, venciéndola por la fuerza tras  largos forcejeos, para penetrarla, hiriéndola, marcándola cruelmente con sus zarpazos de macho alborotado. 
Cuando quedaba libre del morboso, ya en la ducha, debajo del agua por horas, Jacinta no podía evitar las nauseas, los mareos y los vómitos. Al recordar la crónica halitosis del viejo y la baba que le dejaba por todas partes, la muchacha se alteraba, temblando de pies a cabeza y hasta se le salía el orine, sin poder contenerse por mucho que tratara de evitarlo.
Tres años viviendo en aquella casona y no fueron suficientes para liberarla del infierno.Un día se miró al espejo: estaba mustia, como una rosa arrancada antes de tiempo: marchita en su capullo. Estaba débil. Dejó de forcejear, abandonándose a los caprichos del viejo, tratando de pensar en otra cosa mientras él la poseía. Esa noche descubrió que, si no ofrecía resistencias, el calvario de tenerlo sobre ella duraba menos tiempo, aunque adolorida y sintiéndose sucia a todas horas, comenzó a percibir que por lo menos su mayor agonía comenzaba a disminuir.

Cuando ya nada quedaba de su cuerpo de niña, cuando las ojeras se apoderaron de todo su rostro, cuando su piel andaba tan pegada a sus huesos que daba lástima mirarla y cuando ya no servía ni para lavar los trastos de la cocina, su tía reparó en ella y decidió llamar a su hermana para que viniera a buscarla por temor a que su "adorada "sobrinita se muriera allí, de tanta pena por el amor que había dejado en el pueblo. Ya la "niña" tenía 18 años y era el momento preciso para que ellos, sus padres, decidieran si le permitían o no que José la visitara."
Jacinta regresó a su casa convertida en una sombra. Tenía 18 años y era toda una desgraciada silueta de  mujer enloquecida y triste vagando por los rincones. 
Sus tíos se mostraban  satisfechos como si en realidad hubieran cumplido con el sagrado deber de proteger a la muchacha de las maledicencias del vecindario. Hipocresía total. Para ese entonces  ya los vecinos se habían olvidado de la tragedia, quizás hasta habían perdonado o tal vez comprendido mejor los descalabros de la chiquilla que, sin haberse casado, se entregó a un desconocido mocoso, a un don nadie, mancillando la honra y el buen nombre de toda la familia.
Otra vez Jacinta se levantó de la cama dispuesta a todo. Se miró al espejo y se preguntó si valía la pena fingir un dolor que no sentía, si valía o no la pena acudir a la capilla donde estaba toda la familia reunida llorando sin consuelo.
Habían pasado trece años. Durante todo ese tiempo, ella era el fantasma que recorría las habitaciones de la vieja casa, matando el tiempo mientras hacía los cotidianos quehaceres domésticos para ayudar a su madre, quien se decía muy enferma por los achaques propios de la edad, reclamando descanso para el cuerpo y para el espíritu. 
Al terminar las faenas del día, casi siempre en horas de la tarde, cuando sus padres dormían la siesta, Jacinta se iba al patio a sentarse a caminar en el tiempo, rodeada por las gallinas, los conejos, los gansos y las matas de rosas; embriagada muchas veces por la brisa o por el olor de los mangos maduros o de los naranjos en flor, se dejaba llevar por los hilos que tejen los recuerdos... Lentamente su mente luchaba por liberarse para siempre.
Jacinta, refugiada en la costumbre de inventarse historias peregrinas para combatir sus miedos en las noches, habitaba otros planetas . Cerraba la puerta de su cuarto con tres cerrojos y al menor ruido su cuerpo se tensaba en acecho, buscando en la oscuridad de su habitación los monstruos que llegaban a montones a saciarse en sus carnes famélicas, desnudas de cobijas y de caricias. Eran pesadillas que la atormentaban y no la dejaban dormir. Era el sapo verde que siempre estaba allí, persiguiéndola, atormentándola, buscándola como un salvaje en celo, forcejeando con ella irresistiblemente para violarla una vez más.
Muchas veces quiso huir de sí misma, inventándose otro nombre, otra personalidad, otra historia...Riendo a carcajadas trataba de ahuyentar a los monstruos que la acechaban a todas horas. 
Otras veces, mientras peinaba su larga cabellera, tarareaba una canción de cuna y hablaba con la almohada transformada en el niño, fruto de sus amores con aquel joven apuesto que una vez la amó y le bajó la luna y las estrellas del cielo para que ella se construyera la mágica carroza que la llevaría por el mundo protegida, bañada con los rayos de las luces siderales.
No obstante, por más que se esmeraba en creerse otra, siempre venían los malos pensamientos trayéndole de vueltas los monstruos y los sapos verdes y los te de tilo, naranja, manzanilla y menta y los paquetes de pastilla sobre la mesita de noche y los ruidos en la escalera, todo eso a veces se mezclaba con la imagen de la tía rendida en la hamaca del patio en las tardes de estío, rodeada de gatos y los perros aullando en el granero donde tantas veces su pudor de niña quedó destrozado por la desmesurada libido de su tío, quien le mostraba sus partes privadas exaltadas, desnudas a plena luz del día, mientras se acercaba para decirle al oído que lo esperara por la noche y le tomaba la mano obligándola a tocarle aquella cosa fea que parecía sacada de un libro de horror, como una larga y gorda morcilla cubierta de pellejos blancos y apestosos que de solo verla le daban deseos de vomitar.
 Cada vez que esos olores y esas imágenes llegaban así, de improviso sacándola de su mundo mágico, un alarido se escapaba de sus labios. Trataba, a través de ese grito, huir de esas visiones, se tapaba la nariz y corría para el baño a vomitar, cuidando de no ensuciar las paredes y el piso que con tanto esmero limpiaba cada día, como todas las cosas de la casa. 
Sucio. Todo estaba sucio para ella. A pesar de sus esfuerzos y sus constantes tiraderas de aguas olorosas por todos los rincones, estaba segura de que algo fallaba, porque mientras más limpiaba, y más se bañaba, más sucia se sentía y todo alrededor de ella le parecía necesitado de una limpieza más profunda. En días así, a cualquier hora, impetuosamente, tiraba agua por todas partes; agua con detergente, jabón y colonia de violeta, agua que llegaba también a las cortinas, a los adornos, a las lámparas y a los cuadros colgados en las paredes, los cuales, de tanta limpieza ya habían perdido todos los colores.

Esta mañana, Jacinta se comportaba diferente: estaba calmada, actuaba fríamente, estudiando cada movimiento, cada gesto...Iba de la cama al espejo y del espejo a la cama, debatiéndose entre el ir o no ir, calculando los pro y los contra entre el deber familiar y el deber personal, entre "el qué dirá mamá, qué dirá papá, qué diran las hermanas, qué dirán las tías, que dirá el Santo Padre que dará la misa, qué dirá la tía Susana, ...y qué realmente debo hacer"
Al fin tomó una decisión. Se bañó otra vez. Se vistió con sus mejores galas: su suave y "elegante" vestido de terciopelo rojo y sus zapatos de charol; se puso un poco de colores en el rostro. Luego de acicalarse como nunca antes , salió directo para la capilla de la vieja Iglesia del pueblo donde estaba tendido el ilustre muerto.
Allí estaba toda la familia reunida, conmovida y triste llorando sin consuelo. Nadie se explicaba qué había pasado, si solo hacía dos días el ahora difunto, parecía tan alegre, tan optimista... Había estado en la casa por largas horas, como siempre hacía cada vez que venían al pueblo de vacaciones, en aquellos meses de verano que les daba por descansar en el rancho de la finca de los abuelos. Esta vez andaba sin prisas y estuvo en el patio con Jacinta mirando las rosas y celebrando el buen tiempo, con sus bromas de siempre.. Nadie entendía por qué ahora estaba ahí tendido, si lucía tan rozagante y fuerte como todo un hombre saludable, como el guajiro campechano que siempre fue aunque viviera en la ciudad, en su casona de grandes patios coloniales donde los animales andaban a gusto.
_¡Pobre Don Gregorio! y otra vez al decir o escuchar esta frase todas las mujeres de la familia, llorando al unísono, se acercaban para abrazar a la desconsolada viuda. Mientras los hombres salían al portal a fumar sus largos tabacos o sus cigarrillos para matar el tiempo esperando por la misa. 
El forense que le hizo la autopsia buscando las razones de esa muerte repentina, todavía no tenía los resultados de los exámenes. Según lo establecido, tendrían que esperar por lo menos un mes para saber la verdad de lo ocurrido al viejo.
Al llegar, Jacinta se detuvo unos minutos en la puerta de la capilla. En silencio los observó a todos por unos minutos. Luego, con pasos firmes y decididos se acercó al féretro. Se inclinó un poco para mirar al muerto. Lucía elegante. Lo habían bañado, maquillado; hasta le habían quitado la peste... Parecía todo un gran señor: noble, indefenso, delicado en su palidez mortal... Siguió observándolo por un tiempo prolongado sin decir ni una palabra, mientras los presentes la miraban con la respiración en vilo, entrecortada, por temor a lo que pudiera pasarle a la supuestamente muy dolida sobrina preferida de Don Gregorio...
De pronto, inesperadamente, sorprendiendo a todos, la muchacha comenzó a reírse a carcajadas, su risa descompuesta, altisonante se elevaba por los aires..
Toda la familia se asustó al verla tan loca, tan  “alegre". Su madre se le acercó tratando de abrazarla, pero Jacinta la detuvo, apartándola bruscamente de su lado, mirándola por primera vez en toda su vida, con los ojos llenos de rabia. Era la mirada de un fiera fuera de control. 
Luego, ya dueña de la situación, la joven se volteó para que todos pudieran verle la cara,. Les mostró sus manos abiertas, con los brazos extendidos. Las volteaba una y otra vez para que pudieran verlas, quería que se convencieran de que habían estado muy sucias. Terriblemente sucias las sintió durante más de quince años. Tan sucias que toda el agua del mundo no le alcanzaba para limpiarlas...
Alzando la voz para que todos y en todas partes la oyeran, sarcásticamente y soltando largas carcajadas entre palabras, les dijo:
“_ ¡Ahí lo tienen! ... Ja ja ja ja ja ja ... ¡Mírenlo bien!... Ja ja ja ja ja.... Pero ¡No busquen otro culpable! ... Ja ja ja ja... ¡He sido yo!... Ja ja ja ja ja, "
Después de un breve silencio, con voz calmada continuó:
_ Con estas sucias manos que pronto estarán muy limpias, le preparé el café, ¡su café!... Esta vez no me temblaron .¡ Al fin pude echarle los polvos que guardé por tantos años!
 ¡El arsénico lo mezclé con su café el último día que vino a visitarme!
Esperanza E. Serrano

Fort Myers, Fl, 2008
Nota>
la primera versión de este relato fue publicada en el 2009 en la revista digital Vancuba en su pagina web

miércoles, 10 de agosto de 2016

Vuelos Charters de CTS no pueden competir y dejarán de volar a Cuba

 Vuelos Charters de CTS no pueden competir y dejarán de volar a Cuba

Por 13
El retorno de los vuelos comerciales programados entre Cuba y Estados Unidos dejará en fuera de juego a Cuba Travel Services, una empresa de vuelos chárter en Tampa, y amenaza a Island Travel & Tours y ABC Charters.
"No creemos que las compañías de chárter vayan a poder competir con las grandes aerolíneas", dijo Michael Zuccato, gerente general de Cuba Travel Services al diario Tampa Bay Times.
"Vamos a dejar de operar vuelos fletados programados desde Tampa a principios de septiembre. Todavía estamos trabajando en una fecha exacta", añadió.
Lo anterior pone en evidencia una nueva conscuencia del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los países vecinos y el dominio que ejercerán las grandes aerolíneas en los puentes aéreos. De hecho los vuelos regulares a la Isla se pondrán en marcha paulatinamente a partir del 31 de agosto, con un vuelo de JetBlue a Santa Clara.
En principio los enlaces incluirían a aeropuertos en las provincias y zonas turísticas de la mayor de las Antillas (Camagüey, Cayo Coco, Cayo Largo, Cienfuegos, Holguín, Manzanillo, Varadero, Santa Clara y Santiago de Cuba). Una vez que la Habana y Washington den luz verde a las aprobaciones
 finales, se iniciarán los vuelos a la capital cubana.
Según comunicó al citado medio estadounidense la presidenta de ABC Charters, Tessie Aral, no se plantean abandonar el mercado de Tampa, pero sí reconoció que el futuro de su empresa no estará nada claro tras el próximo 31 de octubre, fecha en la que está prevista el arranque de los vuelos comerciales desde la localidad tampeña hacia ciudad habanera.
El motivo, a ojos de Aral, es que el ejecutivo de la Isla concede los derechos de aterrizaje a los chárter en incrementos de seis meses y otorga la autorización con tres meses de antelación. Pero, en la actualidad las autorizaciones que debieron concederse el 1 de agosto para el ciclo que comienza en noviembre no se han recibido.
"Desde el día en que supimos que las grandes compañías aéreas empezarían el servicio a Cuba, las preguntas eran si los chárter podrían sostenerse desde un punto de vista puramente económico, y si habría suficientes viajeros para justificar la necesidad de ambos", explica el presidente de Cuba Executive Travel, Frank Reno.

"Si la respuesta a ambas interrogantes es no, creo que desgraciadamente los chárter desaparecerán", lamentó.
El problema es que aunque los vuelos chárter abaraten sus elevadas tarifas, concretamente cuando Cuba reduzca a los estándares internacionales las astronómicas cifras que cobra por derechos de aterrizaje, la presión es que las aerolíneas sean más populares debido a su política de ofertas y las compras online.
https://www.cibercuba.com/noticias

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martes, 9 de agosto de 2016

Trump just knocked out the 50 GOP ntl. security officials who bashed him with this response!

 

Fifty former national security officials from GOP administrations have recently signed a letter stating they oppose Donald Trump, saying he is an unqualified choice who will put the nation at risk.
“None of us will vote for Donald Trump,” the officials said. “Most fundamentally, Mr. Trump lacks the character, values, and experience to be President.”

Fox News reports, “The co-signers include security and foreign policy officials who served in Republicans administrations dating back to the Richard Nixon administration. It also includes officials who served more recently, under George W. Bush, like ex-Homeland Security Secretary Michael Chertoff.”
Donald Trump responded by releasing this statement
DONALD J. TRUMP STATEMENT ON POLITICALLY MOTIVATED LETTER

“The names on this letter are the ones the American people should look to for answers on why the world is a mess, and we thank them for coming forward so everyone in the country knows who deserves the blame for making the world such a dangerous place. They are nothing more than the failed Washington elite looking to hold onto their power, and it’s time they are held accountable for their actions.
These insiders – along with Hillary Clinton – are the owners of the disastrous decisions to invade Iraq, allow Americans to die in Benghazi, and they are the ones who allowed the rise of ISIS. Yet despite these failures, they think they are entitled to use their favor trading to land taxpayer-funded government contracts and speaking fees. It’s time we put our foot down and declare that their gravy train is over: no longer will Crooked Hillary Clinton and the other disasters in Washington get rich at our expense.
Instead, I offer a better vision for our country and our foreign policy – one that is not run by a ruling family dynasty. It’s an America first vision that stands up to foreign dictators instead of taking money from them, seeks peace over war, rebuilds our military, and makes other countries pay their fair share for their protection. Together, we will break up the rigged system in Washington, make America safe again, and we will Make America Great Again.”

We could not agree more, Mr. Trump! Washington needs a change and our country will never be great again until the same corrupt politicians that have caused these messes are out of office.

lunes, 8 de agosto de 2016

Desempolvando archivos: Despedida


Dame  lo que te sobra
de todo lo que no tienes:
una gota de ternura,
un minuto de alegría,
un segundo de entendimiento,
un tramo de anhelos,
una mirada limpia,  
una tarde de ensueños,
mariposas  en el aire,
melodías en el viento...
¡Todo lo que necesito
para combatir mis tedios!.
Tal vez un gramo de amor
sirviera para algo,
quizás la brújula
del desatino
se enderezara un poco,
pero eso es imposible;
no se puede dar
lo que no se tiene
A cambio te regalo
mis noches de insomnio,
mi soledad perenne,
mis dudas,
mi desamor
mi desaliento,
mi gesto fruncido,
mi mirada escéptica,
mi voz perdida
en los muros del silencio.
Como tanto te sobra
y tanto me falta,
mejor me quedo
con tu gran indiferencia,
tu desidia
tu frialdad,
tus desajustes,
tus equívocos, 
tus imposiciones,
tu tozudez rampante,
todo lo negativo
de tu vida errante.
Así te borro definitivamente
de esta memoria mía,
tan lacerante y altiva
que no admite perdones
ni pide explicaciones.
Como soy  dadivosa,
me conformo con darte
el punto final de la historia
de lo que nunca fue,
ni será,
como tú la querías.
                                             Esperanza E Serrano


viernes, 5 de agosto de 2016

lunes, 1 de agosto de 2016

NO MEDIA IS TELLING YOU ABOUT THE MUSLIM WHO ATTACKED DONALD TRUMP, SO WE WILL...

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The Muslim who attacked Donald Trump, Khizr Muazzam Kahn, is a Muslim Brotherhood agent, working to bring Muslims into the United States.
After reading what we discovered so far, it becomes obvious that Khan wanted to ‘trump’ Trump’s Muslim immigration. But not so fast. Trump we have your back.
Kahn is a promoter of Islamic Sharia Law. Khan is also co-founder of the Journal of Contemporary Issues in Muslim Law (Islamic Sharia).

Khan’s fascination with Islamic Sharia stems from his life in Saudi Arabia. During the eighties Kahn wrote a paper titled Juristic Classification of Islamic [Sharia] Law. In it he elucidated on the system of Sharia law expressing his reverence for “The Sunnah [the works of Muhammad] — authentic tradition of the Prophet Muhammad (Peace be upon him).” A snapshot of his essay can be seen here:

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Kahn currently runs a law firm in New York City called KM Kahn Law Office. According to the website, the the law firm specializes in “immigration services.” Most likely Kahn was working to bring Muslims into the country.
In regards to his son, many were the ‘Muslim martyrs’ who joined the US military. Ali Abdul Saoud Mohamed, for example, enlisted in the Special Forces of the US Army; he was a double working for the US and Al-Qaeda.
http://makeamericagreattoday.com/no-media-telling-muslim-attacked-donald-trump-will/
.......

An Open Letter to Mr. Khizr Khan

 By Ray Starmann

Dear Mr. Khan:
I, like millions of Americans saw your speech at the DNC on Thursday night.
I wish to offer my sympathy for the death of your son, Captain Humayun Khan, who was killed in action in Iraq.
As a former US Army officer, and a veteran of the Gulf War, I can certainly understand the pain and anguish that you and your wife endure every day.
Your son died saving the lives of his fellow soldiers. As John wrote, Greater love hath no man than this, that a man lay down his life for his friends.
Captain Khan is a hero. I am sure the soldiers he served with regard him as one. I know you and your wife do. Rest assured that millions of veterans regard your son as a hero as well.
To paraphrase from the Book of Ecclesiasticus, your son’s name liveth for evermore.
Your son made the ultimate sacrifice for his country, a country that was new to you and your family and one which you openly embraced and certainly love.
When you and your family arrived to America from Pakistan, you assimilated into our country. You adopted American ways, learned our history and apparently you even acquired a pocket Constitution along the way. Good for you sir.
But, there are many Muslims in America who not only have no desire to assimilate, but wish to live under Sharia Law.
That is unacceptable to Americans. There is only one law of the land. That is the US Constitution.
As you well know, Mr. Khan, we live in violent times, dangerous times. Muslim madmen from ISIS and other radical Jihadi groups are on a murder and terror spree across the globe.
Your religion of peace, Islam, is anything but that in 2016. That is a fact that is confirmed every time a Muslim shoots, bombs, beheads and tortures innocent men, women and children. This does not mean that every Muslim is a terrorist, but most terrorists, sir, are indeed Muslims.
A Muslim terrorist attack has become the sign of the times.
Regardless of what the feckless, naïve, leftist ideologue Barack Obama and his dimwitted colleagues John Kerry, Francois Hollande and Angela Merkel state, the United States and the West are at war with Radical Islam. It is the job of the President of the United States to protect his nation from all enemies; foreign and domestic. Unfortunately, Mr. Obama romanticizes Islam and refuses to accept reality, which has resulted in the deaths of thousands of innocent people across the world.
Groups like ISIS and Al-Qaeda have one goal, the complete destruction of the Judeo-Christian culture, our religions and our way of life.
Many Americans have families that have been here for decades, even centuries. Many families like mine have relatives who fought in the Civil War, WWI, WWII, Korea, Vietnam and Desert Storm. Some families have relatives who fought in the American Revolution.
We don’t plan on letting our country be devoured by Muslim maniacs. We are Americans sir, and not unarmed, socialist European zombies. We will do what is necessary to protect the United States. While many Democrats and liberals see the world through rose colored glasses, conservatives understand that there is good and evil in this world. Evil must be destroyed before it destroys us.
Strong measures, wartime measures, must be taken to protect this country from those that wish to annihilate us and our way of life.
Mr. Trump’s plan to temporarily halt immigration from Muslim countries that are known to either support terrorism or harbor terrorist groups is not only pragmatic, but indeed it is constitutional. It is the constitutional duty of the President of the United States to protect this nation.
There is simply no way to vet hundreds of thousands of Muslim refugees from war zones like Syria, Iraq and Afghanistan.
Europe is being destroyed because reckless leaders like Angela Merkel have opened the continent’s doors to a flood of over one million undocumented Muslims arriving with nothing more than a bad attitude and a haversack of Jihad.
Do you think Americans are stupid? While the left lives in a dream world, the right does not. Mr. Trump understands the threat to his nation and the threat, sir, is not from Swedish Lutherans named Anna and Lars. The threat, sir, is from Radical Islam.
How in God’s name are US immigration authorities supposed to know the true intentions of a 22 year old Syrian man? It is impossible. You know it is impossible.
How in God’s name are US immigration authorities supposed to know the true intentions of hundreds of thousands of Syrian refugees and thousands of other sundry Muslims who wish to arrive on our shores?
It is impossible. You know it is impossible.
Whether you, your wife, the Muslim world and millions of Democrats are offended by Mr. Trump’s realistic view of the world is irrelevant.
Whether you, your wife and son would have been prohibited from emigrating from Pakistan to America under Mr. Trump’s wartime plan is irrelevant. The security of this great land supersedes your desires and the desires of others who wish to come here now. The United States of America has no obligation to open its doors in order to placate foreigners and liberals in our government.
To adopt any other course but Mr. Trump’s would be a cause for further endangering the lives of Americans every day. That, sir, is unacceptable.
You attacked Mr. Trump in front of a worldwide audience, yet you can’t understand the fact that he defends himself against attacks from you, Hillary Clinton and the left. What else is one to do sir?
We must live in a world of reality, not a world of denial, delusion and fantasy the Democrats inhabit every waking day of their lives.
Radical Islam is the enemy of everyone on this planet who believes in freedom and justice. Until it is destroyed, this nation must protect itself from enemies both foreign and domestic.
http://usdefensewatch.com/2016/07/an-open-letter-to-mr-khizr-khan/