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viernes, 7 de enero de 2011

Desde España: El dictador solvente.

El dictador solvente.
"A un tipo que viene a comprar deuda sin hacer preguntas incómodas no le vamos a mirar el color de los calcetines

Por: IGNACIO CAMACHO
Día 07/01/2011

EN las democracias occidentales —tautología porque fuera de Occidente hay pocas democracias verdaderas— existe una vieja doble moral sobre los regímenes dictatoriales, a cuyos dirigentes sólo se les hacen reproches y se les pone mala cara si son pobres o pertenecen a países pequeños. A los grandullones ni toserles, y a los ricos, alfombra roja y si no hay alfombra se quita uno la americana para que no pisen los charcos, como hizo sir Walter Raleigh ante Isabel I. Que no se resfríen, Dios guarde a V. E. muchos años, etcétera. ¿Los derechos humanos? Bah, pequeños detalles que no deben estropear los tradicionales lazos de amistad entre nuestros pueblos.

China es grande y rica, o sea. Los jerarcas chinos se pasean por el mundo con la chequera y no hay quien les levante la voz ni les pregunte por minucias de disidentes encarcelados —aunque tengan el Premio Nobel— o de ejecuciones masivas. A un tipo que viene a comprar deuda sin hacer preguntas incómodas no le vamos a mirar el color de los calcetines. Los chinos financian el gasto keynesiano de Obama, rescatan la industria aeroespacial francesa y dan oxígeno a los bonos españoles. Portugal no ha quebrado aún porque en otoño les colocó en diciembre 5.000 millones de pavos soberanos. Algún día se cobrarán todo eso junto y más, pero por ahora no conviene ponerse quisquillosos. Si ellos tienen déficit democrático, nosotros lo tenemos presupuestario; pelillos a la mar. El tal Li se ha paseado por Madrid como un Rey Mago de ojos rasgados, que habría quedado muy exótico y multicultural en cualquier cabalgata. En Repsol le dieron jamón de pata negra, y en la Moncloa abrazos y sonrisas marca de la casa. Sería injusto acusar sólo a Zapatero por tan solícito afecto con un jerifalte comunista; en otoño, Sarkozy sacó detrás de Hu Jintao a toda la Guardia Republicana. Antes ocurrió con Gaddafi. Las objeciones y los morritos sólo se los ponen en Europa –y en España ni siquiera eso, la verdad—a Fidel Castro, que está más tieso que nosotros y en vez de dar dinero tiene la desfachatez de pedirlo. O al presidente de los Estados Unidos… siempre que sea republicano.

De este modo los chinos le han dado la vuelta al refranero: no sólo no se dejan engañar sino que logran que nos engañemos a nosotros mismos fingiendo no ver lo que está bien a la vista porque ellos ni siquiera se preocupan de ocultarlo. Saben que teniendo dinero a la vista y mostrando disposición a gastarlo nadie va a preocuparse por su evolución democrática ni por su seguridad jurídica; esos son conceptos antropocéntricos de ámbito restringido, propios de los sistemas liberales. También lo saben los emires del Golfo, capaces de comprar un Mundial de fútbol por el mismísimo turbante. Cuando Occidente está en apuros sólo necesita un dictador solvente. Y no sólo adquieren bienes industriales y servicios tecnológicos: compran aquiescencia y silencio. Les sale barato y se lo vendemos con garantía. Somos gente seria en los tratos.

Columnas / UNA RAYA EN EL AGUA
http://www.abc.es/

1 comentario:

  1. si esta comprando la deuda de espana y pronto pedira a cambio que no mencionen mas el tema de los ddhh en china y que los espanoles aprendan mandarin

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