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sábado, 19 de febrero de 2011
"El que empuja no se da golpes"
Desde muy corta edad aprendí el significado del viejo refrán:"El que empuja no se da golpes". Aunque al "empujar no me de golpes" prefiero no empujar, por la sencilla razón de que creo que cada cual debe actuar en la vida por si mismo, obedeciendo a lo que su conciencia, sentimientos, pensamientos, principios, aspiraciones, deseos, etc, le dicten. Nadie debe actuar por embullo,sino por convicción propia.
Hasta donde conozco, los estallidos sociales generalmente han comenzado en la mente de unos cuantos que valientemente manifiestan publicamente su descontento y su disposición a enfrentarse a los abusos, atropellos, imposiciones, injusticias etc, sin temor a los riesgos y convencidos de que sus motivaciones son las mismas de la gran mayoría aplastada por una minoría dominante. A esos iniciadores que "rompen el hielo" con su ejemplo, se les van sumando otros y otros y otros hasta que se convierten en grandes revueltas capaces de desestabilizar cualquier tipo de regimen por muy fuerte, consolidado, tiránico y despótico que este sea. Como también conozco que un grupo de revoltosos sin escrúpulos, aspirantes a tomar el poder para luego ejercer su voluntad acorde con sus mezquinos intereses, son capaces de manipular a todo un pueblo, especulando con sus necesidades, demagogicamente prometiendo lo que jamas cumplirán, mintiendo y manipulando voluntades, maquiavélicamente se erigen como lideres de una supuesta revolución que promete ser la solución de los problemas existentes, y luego, una vez que logran el poder, se entronizan y son hasta peores que sus antecesores.
Cuando las voluntades se unen y hacen causa común, por el bien mancomunado de la mayoría que padece y sufre y no está dispuesta a continuar el martirologio inutil, las fortalezas se derrumban, los malos gobiernos caen. En Cuba hay suficientes razones para que ocurra un estallido violento ya que la crisis económica, social, cultural y politica que vive el país se agrava más cada dia. La lucha por la subsistencia se torna mas dificil en medio del caos, la corrupción, las regulaciones impuestas por las leyes absurdas, la represión, las violaciones de los derechos humanos, la carestía de la vida acompañada de la escacez de productos básicos, los bajos salarios, despidos masivos, etc.
Lo que no sé es si existe dentro de Cuba una organización o un grupo con un plan de acción, con un programa para enfrentar las consecuencias del estallido.Consecuencias que van mas allá del derrocamiento del regimen, ya que si no se actua con la cordura y la inteligencia requerida en estos casos, para prevenir lo que será el después en aras de que este sea mejor, se puede caer en una anarquía, en un caos mayor del que ya vive el país.
Que el pueblo de Cuba salga a la calle a protestar y a exigir la salida de los Castro y de toda la élite moncadista en el poder, creo que es un deseo que todos los cubanos exiliados llevamos por dentro. Un deseo, un sueño,una quimera, un anhelo, que con el paso de los años se ha convertido en una gran frustración para muchos de los que añoramos recobrar esa patria que nos han robado en contra de nuestra voluntad y de nuestra dignidad humana.
Desde acá, fuera del país, lejos del contexto principal donde se podrían desarrollar los acontecimientos más importantes del momento, me pregunto:
1.-¿Quiere y puede el pueblo cubano dentro de la isla acabar con el sistema de vida que le han impuesto durante estos largos 52 años de tiranía absolutista de la misma forma que lo hicieron el pueblo tunecino y el egipcio? ¿ Sabiendo que las condiciones no son las mismas, está ese pueblo hambreado dispuesto a manifestar masiva, pública y pacificamente su descontento arriesgando la vida en algo que puede desencadenar la brutalidad del régimen militar comandado por Rául Castro, su hermano y toda la mafia militar que los sustentan? ¿Está el país en condiciones de armar una revuelta que acabe con la robolución castrista? ¿Esta el pueblo mentalmente preparado para lo que vendrá después? ¿Sabe lo que quiere y cómo lo quiere? ¿Sabe cuáles son sus derechos y cuáles sus deberes en una sociedad realmente democrática, pluralista, participativa, incluyente "con todos y para el bien de todos los cubanos" para no caer en lo mismo en que se basa el sistema actual con su política unipartidista, excluyente, sectarista...?
Ese pueblo que conforma toda una nación acostumbrada a resistir a través de la lucha por la sobrevivencia (lucha en la que impera la ley del más fuerte y donde todo se vale), ¿Tácitamente habrá decidido esperar pacientemente a que el reloj biológico se encargue de eliminar a los tiranosaurios, para luego ver qué rumbos tomarán las cosas dentro del país? ¿O tal vez la causa de su inmovilismo se debe a que tiene miedo, no solo a la represión con la que historicamente ha respondido el régimen, sino también a que otra revolución violenta los ponga en una situación peor si las riendas del gobierno las toma otro grupo de mafiosos, tan o más ambiciosos y extremistas que los Castro moncadistas?
Buscando respuestas a mis preguntas llevo días navegando por la blogosfera cubana. Me he encontrado todo tipo de opiniones. Algunos están a favor de promover desde acá y desde la isla el levantamiento popular, otros estan dispuestos a secundar cualquier estallido que conlleve a un cambio para el bien de todos los hijos de Cuba (en este grupo me incluyo), pero hay quienes opinan que no ocurrirá tal cosa porque al cubano de a pie solo le interesa luchar el plato de comida del día, otros consideran que la mayoría ni siquiera sabe lo que cibernéticamente se está tramando en estos días porque no tienen acceso a la internet...la divergencia de opiniones, de criterios y de posturas es larga.
Pondré solo dos ejemplos ilustrativos en aras de no hacer este post demasiado largo:
Blogueros y manifestaciones en Cuba
Por Joan Antoni Guerrero Vall
Hace pocos días Míriam Celaya atacaba contundentemente la iniciativa del grupo de Facebook Por un levantamiento popular en Cuba. Su contundencia parece indicar que quien la promueve es percibido como su enemigo. Hoy, otra bloguera alternativa, Regina Coyula, en su blog Mala letra, se posiciona también en contra de (¿o reacia con?) la iniciativa porque, según ella, "está condenada al fracaso". No tendría capacidad de convocatoria y, además, "podría ser una provocación", añade.
Por esta regla de tres sus blogs también tendrían que estar cerrados. Y no lo están. Desde el exterior les tendríamos que estar impulsando a que clausuraran de inmediato esas bitácoras ilegales temiendo por su integridad y, claro, tampoco quisiéramos que, por ejercer su derecho (no reconocido en Cuba) de libertad de expresión fueran a parar con sus huesos en las cárceles de la dictadura castrista. Pero no. Desde fuera somos muchos los que apoyamos y seguimos apoyando a los bloggers que ejercen un derecho cuyo gobierno no reconoce en el territorio en el que viven.
Me resulta particularmente contradictorio defender el derecho a la libre expresión en un ámbito concreto virtual y recoger velas cuando se trata de llevar el ejercicio de ese derecho al espacio público. Para mí, una manifestación pública sigue siendo una forma más de libertad de expresión y creo que debe ser tan válido impulsar a la gente a ejercer ese derecho en el espacio público como impulsarlo a que se ejerza en un espacio virtual.
Si aplaudimos que Antúnez salga a la calle, si admiramos a unas señoras que pacíficamente -gladiolo en mano- salen por las calles de La Habana cada domingo, si reportamos las marchas de Reyna Luisa Tamayo Danger por Banes, ¿qué hay de malo en animar a que muchas más personas se sumen a acciones de este tipo y hagan lo mismo? En Cuba, la protesta callejera no tendría que ser cosa única y exclusivamente de señoras. Es hora de animar a los jóvenes a plantarse, sin ánimo de violencia, ante un poder omnímodo que les niega la dignidad
Tomado de:
Punt de vista: Blogueros, manifestaciones y levantamientos en #Cuba
Otra opinión
¿Por qué no me uno a las campañas internáuticas que exhortan a un levantamiento popular en Cuba?
(Aclaración de su autor el poeta David Lago:Postura absolutamente personal, y no recomendable de secundar.)
"Independientemente de que deseo que esto sucediera y, sobre todo, trajera un cambio total, radical y absolutamente nuevo (y no un acomodamiento a la lentísima y casi eterna y repetida sesión de maquillaje de la Revolución Cubana), no me manifiesto al respecto ni me uno al coro".
"Es obvio y evidente de que mi posición física, social, económica y política, una vez asumidos todos y absolutamente todos los pormenores del significado y trascendencia de la terrible y gozosa experiencia de la migración, desde el inicio y el fondo de esa reconstrucción del ser humano, y careciendo –gracias a todos los dioses del Olimpo y al miserable reciclaje de los compatriotas— de prebendas, privilegios, facilidades, asilos políticos (que me negué a solicitar, aun teniendo mucho más derecho a ellos que muchas otras personas que vinieron antes y después, y muchas de las cuales ni siquiera lo agradecen y lo toman por humillación), favores y/o abrazos de fraternales hermanastros que provienen de los antiguos oficiales y oficiosos compañeros, me protege, digo me protege y pone a salvo que cualquier represalia directa de un régimen, un ejercito y un pueblo, cubanos, en los que lamentablemente no confío gran cosa."
"Por tal razón, me cuido muy mucho de instigar a posibles acciones y reacciones cuyas consecuencias sobre terceras personas son impredecibles para mí, y que podrían acarrearme un añadido más a los distintos sentimientos de culpa que porto y transporto desde mi infancia."
"Recuerdo que en los años 60, las emisoras radiofónicas (no se dice “radiales” aunque sea de uso común en el habla popular cubana) del exilio “radical” (EL EXILIO, PARA QUE SEA EXILIO, SIEMPRE TIENE QUE SER AL MENOS VERTICAL EN SUS PRINCIPIOS), arengaban a que los cubanos que estábamos o quedábamos en la Isla, saliéramos a la calle a protestar. Mi madre --que, por suerte, siempre fue más madre y ser humano y mujer que otras muchas cosas colaterales y fantocheras— se encaraba con la bocina del radio, exhortando a su vez a quien estuviera del otro lado a que fuera él quien volviera de su mísera o sublime vida fuera de El Horror y se pusiera a gritar por la calle en contra del gobierno."
"Tuvo otras muchas formas de demostrar su valentía, que por suerte no estaba empobrecidamente limitada a una función patriótica que por lo general casi siempre termina en patriotera, o interesada y productiva individualmente.
Tomado de:
http://heribertopenthouse.blogspot.com/
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Realmente no sé dónde encontrar las respuestas correctas a mis preguntas, pero creo que todos tenemos motivos suficientes para preocuparnos ante un problema que nos atañe a todos los cubanos y que urge darle solución por el bien de esa nación cubana que cada día está más lejos de lo que debiera ser.
Esperanza E Serrano
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