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martes, 2 de junio de 2009

¿Hay una comprensión real sobre Cuba?

¿Hay comprensión real de Cuba?

Por Lázaro Tirador Blanco


El 10 de marzo de 1952 el General Fulgencio Batista le dio un golpe de estado al gobierno cubano electo constitucionalmente, lo cual provocó una gran tragedia dentro del país. Por la presión y el empuje de las tropas rebeldes al mando del Comandante Fidel Castro, el 31 de diciembre de 1958 Bastista huye del país.¡Qué lejos estarían de saber, aquellos que apoyaban al insurgente Movimiento 26 de Julio, que el 1 de enero de 1959 comenzaría la más grande, férrea y prolongada dictadura en toda la historia de Cuba!

Si bien se ha hablado y publicado mucho de lo que constituyó el final de una cruenta etapa de represión contra la juventud y de impunidad de las fuerzas armadas y la policía - nunca o casi nunca- se ha informado de la real situación económica y social que gozaba Cuba, aún bajo la dictadura batistiana. Los libros de historia, los programas de estudio y la sistemática y únicamente permitida propaganda oficial del régimen castrista sólo han hablado de una historia ajustada a sus intereses pero sin mencionar los logros que ostentaba uno de los países de más desarrollo social y económico del continente americano.

Esta estratagema es parte de la negación de los valores reales de nuestra historia y de no hablar con meridiana honestidad ni hacer el análisis de los períodos históricos en su justa dimensión. Claro que el régimen descubrió bien temprano que el aislamiento provocado por el embargo norteamericano le daba la oportunidad ideal para reescribir la verdadera historia cubana con los énfasis adecuados para que todo el pueblo llegara a considerar que el castrocomunismo salvó a Cuba y la ha llevado por senderos de triunfo. Eso piensa la mayor parte de las generaciones actuales. Y no sólo en Cuba, sino en muchas partes del mundo.

Pero la realidad era otra y creo que vale la pena mencionarla para que todos podamos establecer la verdad.

Valiéndonos de la información de documentos oficiales de la época, que existen y pueden ser comprobados, como el Atlas de Economía Mundial de Ginsburg o cualquier otro análisis estadístico de la época, encontramos que Cuba ocupaba el puesto número 22 dentro del conjunto de 122 naciones en los indicadores de desarrollo económico universal en aquellos tiempos y que el nivel de vida cubano solamente era superado entonces por Estados Unidos y Argentina y que nuestro país superaba los índices de Canadá, Chile, México, Brasil, Italia y España. Todo esto antes que Castro entrara al poder. Estos datos no lo han enseñado nunca en la historia cubana.

Es indudable que la economía, reflejada en la economía familiar, es la que más ha sido afectada para los cubanos en estos 50 años, independientemente de la falta de libertades ciudadanas. Los economistas y politólogos del régimen, así como sus defensores en diversos países, han hablado de la influencia del bloqueo en el comportamiento de los índices económicos del país, pero no han considerado que sólo EE.UU. haya mantenido ese bloqueo en los últimos 20 años. El régimen recibió la ayuda soviética por casi 30 años y después la venezolana en los últimos años, sin contar el resto de la colaboración y negocios con la Unión Europea, México, Chile, Brasil, China, Viet Nam e innumerables países más. ¿Por qué es que la economía cubana sigue siendo un desastre? Se dice en Cuba que los EE.UU. sostenían y dominaban la economía en Cuba antes de Castro, lo cual es otra mentira histórica; hay pruebas de que hasta 1958 la economía cubana estaba en manos mayoritariamente del capital nacional, hay ejemplos evidentes de ello ya que el 61% de la Banca Nacional era controlada y dirigida por cubanos, que de los 166 centrales azucareros de la época también el 61% eran propiedad cubana. En el terreno social Cuba contaba con numerosas organizaciones de defensa de los derechos de los trabajadores como asociaciones, sindicatos, gremios y otros mecanismos de derechos civiles. En la sociedad cubana de la época sólo el segmento más sufrido y explotado fue el campesino, situación que en gran medida continúa hoy.

¿Era la sociedad cubana antes de la llegada de Castro al poder ideal, era perfecta? En lo absoluto, era una sociedad en crecimiento en medio de sus contradicciones pero con los mecanismos democráticos necesarios para generar sus propias soluciones y escoger su propio camino, como tienen derecho a hacerlo todos los pueblos.

El castrismo totalitarista disfrazado de revolución social truncó el rumbo democrático del país y lo sumió en una de las más cruentas, explotadoras y malvadas dictaduras de las que se han conocido en la historia del continente y ha sido el más duro yugo que pueblo algunos haya sufrido sobre la faz de la tierra.

¿Ha hecho daño el embargo al pueblo cubano? Sí, lo ha hecho. ¿Es responsabilidad del embargo la situación económica y social que sufre Cuba hoy? En lo absoluto, si nos atenemos a la propia historia de Cuba. Sin dudas la década de los 60 fue muy dura, pero ya en los 70 el propio Castro proclamó al mundo que la Revolución había derrotado al imperialismo yanqui con respecto al bloqueo. Ya en esa época Cuba había sustituido todo su parque industrial, de transporte y su soporte financiero con los países socialistas miembros del CAME y contaba con grandes suministros comerciales de algunos países del área, sobre todo México. ¿Qué pasaba entonces? ¿Por qué la economía y los sufrimientos sociales, la falta de libertades, etc. se mantenían en Cuba? Cuba había vencido el bloqueo imperialista y fracasó en la chambelona de turno que se llamó la Zafra de los 10 Millones, que se convirtió en el fracaso de los 10 millones de culpas a otros por parte del Agricultor en Jefe. Ese es el ejemplo clásico de los vaivenes de la economía en manos de líderes políticos confiables sin que se tuviera en cuenta su preparación técnica ni sus conocimientos, y de las sapientísimas orientaciones del Comandante en Jefe omnisciente.


El embargo ha sido una malévola medida que ha afectado al pueblo cubano realmente, pero es insignificante comparado con la plaga castrista que lo ha consumido y llevado a un estado de sumisión y abandono tales que nos ha convertido por décadas casi en animales irracionales e incapaces de reclamos para el ejercicio de nuestros derechos ciudadanos.

Esa ha sido la historia, con un capítulo tras otro, de los monarcas del castrismo, primero Fidel y ahora Raúl y Fidel. ¿Y el pueblo qué? ¿Después de 50 años todavía los cubanos vamos a seguir creyendo en el cuento del bloqueo? ¿Será que las medidas que adopte EE.UU. en la política de buena voluntad del Presidente Obama van a resolver los problemas de Cuba?


Los problemas de Cuba son en verdad económicos, de subsistencia de las familias cubanas; pero van más allá, son realmente de cambios totales en las estructuras de explotación, opresión, temor y mentiras en que han vivido varias generaciones de un pueblo trabajador, inteligente y abnegado que ha sido utilizado para los sueños hegemónicos de un lunático émulo de Hitler tropicalizado, que ha logrado formar algunos discípulos trasnochados entre los que se destaca Chávez y le siguen otros que –como el pueblo cubano-, se han dejado adormecer por el sueño de las promesas que después se deshacen ante la realidad del totalitarismo económico, social y político cual nuevo imperialismo con vestiduras de nacionalismo.

De estas cosas queremos hablar los cubanos, con libertad y sin temores a la represión y con el ejercicio de los derechos cívicos que nos permitan cambiar lo que haya que cambiar en nuestro país, realmente sin Obama, pero también sin Chávez metido en la casa a diario, como vecina chismosa y aprovechadora de las necesidades ajenas.

Gracias a Dios, la labor de muchos cubanos dignos dentro y fuera de Cuba, el sacrificio y el ejemplo de la disidencia interna reprimida, masacrada y nunca reconocida y el entendimiento político cada vez más agudo de una gran parte del pueblo cubano van cambiando el panorama de manera tal que, con medidas de apertura o no por parte de Castro II, con la anuncia o no de Castro I, con el levantamiento de las medidas restrictivas por parte de EE.UU., con el levantamiento o no del bloqueo norteamericano, una nueva era de libertad para nuestra patria se vislumbra de manera irreversible. Podemos dar gracias a Obama por pretender ayudarnos y aliviar los sufrimientos de muchas familias, pero quizás deberíamos agradecerle más que nos entienda, que apoye nuestras reivindicaciones, que nos corresponde de una vez y por todas lograr a los cubanos, unidos en un poderoso espíritu de reconciliación nacional.

De eso se trata en verdad el asunto. La eliminación del embargo puede ser utilizada todavía para lograr al menos los primeros cambios en la posición de fuerza del régimen y exigirle su comprometimiento ante la comunidad internacional que sus intenciones son participativas para los cambios paulatinos en Cuba. Con las primeras medidas unilaterales sólo se han dignado a ofender y sacar la lengua a quienes les tiende la mano, pensando en el beneficio de los cubanos.

Eso han hecho durante años con el pueblo, tantas veces engañado. Mientras, Cuba sigue siendo entregada al compromiso de participar como lo hizo antes con el imperialismo soviético, en la construcción del Nuevo Socialismo del Siglo XXI, léase el Nuevo Imperialismo Bolivariano, con el Emperador Chávez I a la cabeza.
Una vez más digo, de todo corazón: Dios quiera que me equivoque y que la realidad sea otra, por el bien de Cuba y quizás del mundo.




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