El cólera penetró en Cuba durante el siglo XIX en tres oportunidades. En 1833, en 1850 y en 1867. En las tres ocasiones se produjo por el levantamiento de la cuarentena impuesta al comercio marítimo que existía entre Cuba y el mercado internacional.
La primera epidemia de cólera en Cuba (1833) dejó un saldo de 30,000 defunciones.
Durante la segunda epidemia de cólera en Cuba (1850-1854) se reportaron 32,084 con 17, 144 fallecidos.
La tercera epidemia de cólera en Cuba duró cuatro años, ente 1867 y 1871, con 7 066 defunciones. Luego fueron recogidos casos aislados debido al arduo trabajo del gran estadista Dr. González del Valle, y de la constante labor científica de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, fuente de divulgación nacional e internacional de las principales investigaciones y publicaciones relacionadas con cualquier tema científico en el país.
Desde el 3 de agosto de 1882, fecha en la cual se reportó el último caso de cólera en Cuba, la enfermedad no había vuelto a azotar al país hasta este mes de julio del 2012. El gobierno cubano ya no puede negar la existencia de esta epidemia en Cuba y tendrá que afrontar sus consecuencias.
Varios periodistas independientes en la isla desde hace varias semanas han venido reportando la existencia de una epidemia de cólera en Cuba. Hasta la fecha se habla de más de 30 muertos pero el gobierno (hasta ahora) sólo da como cifra oficial 3 casos.
Esperanza E Serrano
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Cuba en los tiempos del Cólera
En 1997 se intentó silenciar la epidemia de dengue. Hoy la del cólera
Por Ileana Fuentes
No, no es el título de una nueva
versión de la novela de Gabo. El esclerótico Gabo ya ordeñó el surrealismo
cubano hasta la saciedad y la fama. No, éste es el título de la tragedia real,
la de la Cuba —supuesta potencia médica— que se mueve hoy entre la hemorragia y
la diarrea. No ha habido un caso de cólera en Cuba desde 1882; la Isla todavía
era colonia, la segunda guerra de independencia —la Guerra Chiquita— había
terminado en 1880, y la esclavitud perduraba y no se aboliría hasta 1886. ¡En
esas condiciones paupérrimas y miserables —las de hace 130 años— ha sumido al
pueblo de Cuba la dictadura socialista!
En 1997 fue la epidemia silenciada de
dengue hemorrágico en Santiago de Cuba, que destapó el médico opositor Dessy
Mendoza Rivero por radio al exterior. Ello le costó una condena de 8 años de
cárcel; cumplió 18 meses dada la presión internacional por su libertad. Hoy
—además de los casos de dengue— es el cólera en la provincia Granma, en
Manzanillo para ser exactos, y ahora también en Trinidad y Santa Clara, y se
dice que hasta en La Habana.
Ya hay 29 muertos, aunque oficialmente
solo tres. La historia se repite. En 1997, el Ministerio de Salud Pública ni
siquiera informaría sobre la epidemia desatada hasta que no tuvo más remedio.
Hubo que confirmar la noticia del Dr. Mendoza, a quien nunca reivindicaron.
"El objetivo del gobierno era encubrir la gravedad de la situación para no
ahuyentar a los turistas. Todo estaba dispuesto para Expo Caribe 1997; el
Festival del Caribe; el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes; y el
carnaval santiaguero" (Dessy Mendoza-Rivero e Ileana Fuentes, Dengue:
La epidemia secreta de Fidel Castro, CFC Publications, Washington, 2000).
La mentira costó entonces muchas vidas, muchas más de la cifra oficial del 10%
de 757 casos. Las mentiras abundan también ahora: se informa que las muertes
son por "deficiencia respiratoria".
Si aquélla fue una epidemia secreta, el
brote de cólera es una debacle no tan secreta de Raúl Castro, quien anda por la
tierra del genocida Mao buscando al médico que resuelva los problemas
epidémicos, y un chino que le ponga a cada cubano un cuarto para resolver la
vivienda. ¿Hasta cuándo seguirá esta mafia machista destruyendo ese país?
Lo tremendo del cólera es que mata a la
velocidad del rayo. En horas se deshidrata una persona por las diarreas
incontrolables. Este desastre se desata en femenino, porque la atención de
enfermos en un hogar, su limpieza e higienización están en manos de las
mujeres, y las cubanas no tienen desinfectante, ni agua potable —mucho menos
fórmulas farmacéuticas para rehidratar un organismo y equilibrar el nivel de
minerales—, ni alcohol de 90, ni detergente y cloro para lavar la ropa
contaminada, ni una docena de sábanas en los escaparates, ni toallas
suficientes, ni 25 mudas de ropa para que dé tiempo a lavar la contaminada y
colgarla al sol en las tendederas.
¿Quién va a terminar con las manos
sucias de heces coléricas, sin podérselas desinfectar? ¿Quién tendrá que hervir
sábanas, pañales, blumers y calzoncillos? ¿Con qué papel higiénico puede
limpiarse alguien a quien se le escapa la vida por el inodoro? ¿Inodoro? ¿Y qué
de quienes tienen que acudir al retrete, al excusado? ¿Qué posible higiene
habrá en el hueco a nivel de piso? Y con este calor de julio, cuando acuden los
niños y jóvenes a refrescarse en los ríos, ¿cómo quedarán las aguas públicas
cuando los intestinos descarguen descontrolados su letal contenido?
El Hospital Clínico Quirúrgico Celia
Sánchez Manduley no dará abasto con sus insuficientes recursos. ¡Qué ironía!
Cuba, 2012: pacientes de cólera en un hospital que lleva el nombre de la máxima
revolucionaria y manzanillera, bióloga y enfermera, a cuyo padre médico ayudó
en la crianza de los ocho hermanos a la muerte de su madre a consecuencia de
parto.
Cuando se informe oficialmente la
demografía de esta epidemia, muy probablemente abundarán las mujeres, además de
menores, adolescentes y ancianos. ¡Ni la moringa del médico chino cambiará el
derrotero de miseria y muerte de 11 millones de cubanos!
Cuba cada día va más para atrás y está en pleno siglo XIX. Con este brote de cólera se sitúa entre los países más miserables del mundo.
ResponderEliminarSi uno visita los barrios Habaneros y ve como esta el sistema de servicio de agua y desagües de las poblaciones se da cuenta el porque de estas epidemias .
ResponderEliminarLo peor que puede hacer una nacion es abandonar los servicios a la comunidad que previenen enfermedades , es mas economico prevenir que curar las enfermedades . mas agua potable , mas jabon , y mejores ambientes para vivir es la forma , pero los comunistas y las dictaduras que ellos controlan prefieren el poder que el vienestar de la poblacion . para ellos las vidas son faciles de desperdiciar ya sea en guerrillas , en las carceles , o en los paredones de fusilamientos , que les puede importar que mueran unos miles en cituaciones en las que ellos quizas hasta consiguen dineros de otros paises para guardarlo en sus cuentas bancarias en ves de usarlo para curar los enfermos por las epidemias que ellos mismos crean . Ranulfo Ramirez.