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lunes, 5 de abril de 2010

Más sacrificios y un recordatorio...

Perreta o muerte!...Nos hundiremos"

Ayer, 4 de abril, en la clausura del IX Congreso de la UJC, otra vez Raúl Castro pidió más sacrificios a la juventud cubana y al pueblo en general:

"Los jóvenes revolucionarios cubanos comprenden perfectamente que para preservar la Revolución y el Socialismo y continuar siendo dignos y libres tienen por delante muchos años más de lucha y sacrificios"

¿?

¿Dignos y libres a ese precio? ¿Hasta cuando seguirán pidiendo más sacrificios, más lucha, más renunciamientos, más "ahorros y menos derroches", al cansado y sufrido y hambriento pueblo cubano? No lo sé.
Al parecer el segundón piensa que manteniendo el viejo y gastado lenguaje saldrá a flote de la gran crisis que está atravesando la dictadura castrista. Como siempre, ha hecho uso de la retórica y la demagogia para culpar de los fracasos económicos al pueblo para que la propuesta de solución sea aceptada tranquilamente.

En el siguiente párrafo, extraído de su discurso publicado en el Granma , Raúl anuncia despidos masivos:

"Si mantenemos plantillas infladas en casi todos los ámbitos del quehacer nacional y pagamos salarios sin vínculo con los resultados, elevando la masa de dinero en circulación, no podemos esperar que los precios detengan su ascenso constante, deteriorando la capacidad adquisitiva del pueblo. Sabemos que sobran cientos de miles de trabajadores en los sectores presupuestado y empresarial, algunos analistas calculan que el exceso de plazas sobrepasa el millón de personas y este es un asunto muy sensible que estamos en el deber de enfrentar con firmeza y sentido político."

Los problemas económicos el heredero los sigue presentando de manera superficial. Como si se trataran de problemas organizativos y no estructurales. El sistema economico implantado en Cuba sigue engendrando miseria, y lo seguirá haciendo mientras esa élite moncadista se mantenga en el poder imponiendo su voluntad y sus caprichos.

En su discurso - clausura, refiriéndose a un asunto que seguramente lo tiene sin dormir plácidamente desde hace días, Raul refleja preocupación, miedo y prepotencia a la vez, al advertir que no cederán a las presiones de las campañas internacionales provocadas por la muerte de Orlando Zapata Tamayo y la actual huelga de hambre de Guillermo Fariñas.
Otra vez, el viejo General de Ejército hace gala de su maestría para tergiversar los hechos usando el término: revolución cubana, como si se tratara del pueblo cubano, presentándolo como víctima de un cruel ataque mediático internacional, confundiendo con esta maraña a los desinformados jóvenes que le escuchan. Acá sabemos que esta campaña no es contra el pueblo sino contra la tiranía que lo oprime. Pero allá, las cosas son diferentes porque la tiranía domina los medios de comunicación y la internet a su antojo. Raúl, habilidoso como su maestro, tergiversa y presenta los hechos a su conveninecia. Se queja de que Cuba está siendo atacada:

..."Celebramos este Congreso en medio de una de las más feroces y concertadas campañas mediáticas contra la Revolución Cubana en sus 50¨"

Para colofón, como ya lo ha hecho en reiteradas ocasiones, pero esta vez usando un lenguaje más moderado advierte:
"..Este país jamás será doblegado, por una vía u otra. Antes prefiere desaparecer como lo demostramos en 1962"
¿Quién le ha dicho a Raul Castro que Cuba prefiere desaparecer del mapa? Si en 1962, durante la conocida crisis de los misiles o crisis de octubre, el pueblo, totalmente desinformado sobre los verdaderos objetivos de los emplazamientos de las ojivas nucleares , mostró cierto apoyo al lider revolucionario Fidel Castro en sus locuras, ahora es diferente. Los años no pasan por gusto y las mentiras predominantes por mas de cinco decadas, ya nadie las cree. El tirano segundón se siente dueño de la isla y de todos sus habitantes, habla por él, por "lo que queda de su hermano"y por la camarilla elitista, secuaces mafiosos, que le rodean.
Estoy segura que ese no es el deseo del pueblo cubano. El pueblo cubano ama la vida, la prosperidad y la felicidad posible de alcanzar con el trabajo creador y la libre empresa. No más sacrificios inútiles, no más promesas, no más ensayos frustrantes. El pueblo quiere cambios, cambios radicales, no parches de coloretes. Por eso seguiremos protestando y denunciando las vilezas de ese régimen despótico, hipócrita, inhumano.
En las manos de todos nosotros está el fin de esta gran pesadilla llamada "revolución cubana".

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