Quizás algunos de los que me leen no entiendan lo que esto significa y es que para vivir en Cuba, según muchos (" experimentados en eso de la adaptación al medio para no perecer antes de tiempo como especie humana") sino "te bañas con quimbombó, eufemismo con el que se nombra la baba de la indiferencia, se te revienta el higado.
Me imagino que por estos días de resurrección de la momia escribiente, a quien ya no le bastan sus reflexiones apocalípticas publicadas en el Granma ( ahora se roba cuanto escenario puede y quiere, incluyendo la escalinata universitaria) para hablar de su última locura: la guerra nuclear "inminente", muchos cubanos se estarán dando más de un buen baño de quimbombó al amanecer, o tan pronto abren los ojos al nuevo día, ya que esa es la formula que la mayoría allá en la isla aplica para sobrevivir a la tiranía mas larga de la historia. Pero como todas las cosas que se repiten por costumbre y se asumen con la indiferencia que provoca la inercia, "el baño de quimbombó" resultará extremadamente tóxico para las nuevas generaciones que, estoy segura, se niegan a llevar el cuño del hombre nuevo en la solapa.
Ya lo escribí en otro post. El loco anda suelto y con nuevos bríos. Ya verán al pueblo de Cuba con una agenda llena de"tareas", de planes emergentes, para supuestamente contrarrestar la hecatombe que se avecina: "el fin de la humanidad- según Fidel Castro- por las irresponsabilidad del imperialismo yanqui que no quiere impedir la guerra nuclear". ¡Vaya fórmula genial que ha encontrado la cúpula gobernante para entretener a los tontos útiles, y para estimular a la mayoría a continuar con su acostumbrado baño de quimbombó. Estaremos pendientes y ya les informaré si las tierras de la Isla alcanzan para producir todo el quimbombó que se necesita para esos baños matutinos.
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A propósito, según la Real Academia de la Lengua Española, no existe el quibombó sino algo muy parecido:
1. m. Planta herbácea originaria de África y cultivada en América, de la familia de las Malváceas, de tallo recto y velludo, hojas grandes y flores amarillas, parecidas a las del algodonero, y fruto alargado, casi cilíndrico y lleno de semillas que al madurar toman un color oscuro. El fruto tierno se emplea en algunos guisos, dando una especie de gelatina que los espesa, y también en medicina. La planta, que es filamentosa, se emplea como textil.
1 kg de quimbombó
Corte el cerdo en trozos de 2 cm cuadrados y los quimbomboes en rodajas de 2 cm de largo.Sazone la carne de cerdo con las especias secas, agréguele sal y dórelas en aceite caliente en el propio recipiente donde cocinará los quimbomboes.Separe la carne de cerdo y en la misma vasija incorpore las especias frescas; sofríalas al gusto. Agregue la pasta de tomate y 2 tazas de agua o caldo sustancioso preferiblemente. Eche la carne y deje cocinar durante 30 min a fuego lento.Añada los quimbomboes sazonados previamente con el jugo de los limones y cocínelos 10 min más. Separe el recipiente del fuego, deje reposar el guiso 5 min y sírvalo.Puede acompañarlo con arroz blanco o rodajas de pan.En algunas regiones de Cuba , sobre todo en las zonas rurales de Camagüey, se agrega a este guiso bolitas de harina de maíz tierno y fufú deplátanos pintones. El quimbombó a la criolla se elabora en la misma forma, sólo que en lugar de carne de cerdo fresca se utilizar tocino desalado previamente.