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sábado, 16 de marzo de 2013

Lo que no cuentan de Hugo Chávez



La verdad histórica del bolivariano dictador
 Por: Agustín Laje (*)
La muerte del Hugo Chávez humano ha dado paso al nacimiento del Hugo Chávez mítico: una versión falaz e insolente del dictador bolivariano, despojada de sus atrocidades y abarrotada de supuestas virtudes que lo ubican, como todo mito de esta naturaleza, en el pagano altar de los ídolos políticos.
El poder simbólico de la muerte es de inimaginable vigor en las sociedades humanas. La muerte nos fascina, nos sensibiliza, sacude eso llamado empatía que nos permite ponernos en el lugar del otro, como rezan algunas teorías sociales y psicológicas. Paradójicamente, la muerte muchas veces nos acerca a quien ya no tiene existencia terrenal y, precisamente por esto, contribuye a la emergencia de los mitos políticos.
La muerte tiene el poder de borrar historias y crear historietas. Sepultar hechos y construir fantasías. Otorgar plenarias indulgencias y amordazar visiones alternativas. En definitiva, censurar verdades y alentar mentiras. Todo ello, en presunto “honor” del difunto, por supuesto. Ejemplos argentinos en la historia reciente sobran. Ernesto Che Guevara, de asiduo fusilador a exponente de la “lucha por los Derechos Humanos”. Néstor Kirchner, de corrupto matón multimillonario a fetiche “nacional y popular”. Ambos viven hoy, pero en remeras de algunos fanáticos. La muerte evidentemente todo lo puede.
¿Pero quién murió realmente el pasado 6 de marzo de 2013 (descontando que ésta haya sido la verdadera fecha de su muerte)? La pregunta es válida, en tanto y en cuanto el nacimiento del Chávez mítico no tardará en pervertir la verdad histórica del bolivariano dictador.
En términos políticos, murió un caudillo profundamente antidemocrático que, fracasado en su intentona golpista del 4 de febrero de 1992 contra el presidente democrático Carlos Andrés Pérez (intentona que dejó un saldo de más de 20 muertos y decenas de heridos), entendió que la democracia debía ser destruida desde adentro. En 1999, habiendo obtenido el poder mediante formas democráticas, Hugo Chávez activó entonces su plan para fagocitar la democracia desde su interior, socavando la independencia de poderes; destituyendo caprichosamente a incontables jueces y colocando a dedo a otros que le fueran funcionales; controlando celosamente la Asamblea General; obstaculizando el actuar de la oposición; violentando la libertad de expresión a niveles insoportables, y destruyendo instituciones vitales para el funcionamiento sano de toda democracia.
Así las cosas, aquel cuyo poder tuvo un origen democrático, en su ejercicio se volvió un dictador, pues reunió en su persona la suma del poder público y pronto se convirtió, además, en un enemigo declarado de los Derechos Humanos. Cabe mencionar que Hugo Chávez fue denunciado nada menos que por la Human Right Watch (Informe 2008) y por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en su informe de 2009 subrayó que el dictador Chávez “criminaliza a los defensores de los Derechos Humanos, judicializa la protesta social pacífica y persigue penalmente a los disidentes políticos”. La dictadura chavista, que acabó retirándose de la CIDH en la OEA, no se privó de tener sus numerosos presos políticos y sus exiliados. Un caso interesante es el del político opositor Alejandro Peña Esclusa, quien padeciendo cáncer fue encarcelado a partir de un sucio trabajo de los grupos de inteligencia de Hugo en 2010. Esta terrible enfermedad que soportaba el preso político, naturalmente empeoró en prisión, y las presiones de organismos de Derechos Humanos sólo obtenían indiferencia por parte del chavismo que gozaba de la situación.
A este veloz recorrido por el legado político de Hugo Chávez, debemos agregar que su gobierno ha sido considerado el más corrupto de toda América Latina por el prestigioso ranking que hacen los expertos de Transparencia Internacional. Es de conocimiento público la fortuna que han hecho los políticos del “socialismo del Siglo XXI” y sus amigos (conocidos como “boliburgueses”), incluyendo al mismísimo difunto y a su familia por supuesto. La Venezuela bolivariana también ocupa el último puesto del Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (2012), que si bien no incluye a Cuba en su ponderación, habla a las claras del proceso dictatorial que introdujo Hugo Chávez en el país de Bolívar, a pesar de su origen electoral.
En términos económicos, murió un pésimo administrador que, más preocupado por repartir prebendas y desarrollar su sistema clientelar, descuidó una inédita posibilidad que tuvo Venezuela de modificar su ineficiente estructura económica. Esta posibilidad estuvo dada por la exponencial alza del precio internacional del petróleo, que es prácticamente lo único que exportan los venezolanos. El día que Chávez ganó las elecciones, el barril de petróleo costaba 9 dólares; en 2011 ya estaba en 160 dólares. Estamos hablando de un incremento de casi el 1800% de aquello que representa el 96% del ingreso por exportaciones del país. En 14 años de gobierno chavista, se estima que ingresaron 980.000 millones de dólares por petróleo (de los cuales varios millones se usaron para financiar la dictadura castrista y organizaciones terroristas como las FARC) gracias a factores que nada tienen que ver con la habilidad en el manejo de la economía, sino con una coyuntura internacional dada. Si aquel número no le dice mucho, considere que Estados Unidos destinó en su Plan Marshall para la recuperación de 18 países, la suma de 12.741 millones de dólares.
Sin embargo, y a pesar de este inédito viento de cola, Venezuela continúa desindustrializada, en permanente crisis energética, importando prácticamente todo de afuera, y padeciendo una inflación que está entre las más destructivas del mundo casi llegando al 30%.
En los últimos años han cerrado más de 107.000 empresas, que constituyen un 15% del total. Y es que la libertad económica en Venezuela ha sido coartada casi al extremo. El último informe anual de Libertad Económica en el Mundo, del prestigioso Fraser Institute, señala que los venezolanos tienen el país menos libre de las 144 naciones computadas. En el Índice 2013 de Libertad Económica de la Heritage Foundation, Venezuela aparece en el puesto 174 sobre 176 países considerados. Junto a Cuba, el país de Hugo Chávez es el de menor seguridad jurídica de todo el continente y, por lo tanto, el peor para invertir.
En términos sociales finalmente, murió un belicista que, mientras militarizaba a la población, introducía la discordia y la división social. Arguyendo descabelladas hipótesis de conflicto como una “guerra asimétrica” contra los Estados Unidos, Hugo Chávez armó y entrenó a más de 25.000 milicianos irregulares en una suerte de escuadrón de la muerte llamado “Guardia Territorial”. Además, conformó los “Movimientos Bolivarianos Revolucionarios” que, con una impronta casi guerrillera, controlan los barrios al estilo de los “Comandos de Defensa de la Revolución” de Fidel Castro. Todo esto, sin contar la reserva militar de 500.000 civiles dispuestos a enfrentarse contra “el imperialismo” (conflicto armado que sólo estaba en las esquizofrénicas neuronas del dictador bolivariano) que anunció allá por 2005, o la militarización de niños en las llamadas “guerrillas comunicacionales”.
Semejante militarización irregular, división social y fanatismo político, hacen hoy de Venezuela uno de los países más inseguros del mundo, con una tasa de 73 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Murió Hugo Chávez. Recordémoslo como verdaderamente fue: políticamente, un enemigo de la democracia que consiguió destruirla desde su interior; económicamente, un pésimo administrador con suerte que desperdició una posibilidad inédita de desarrollar a Venezuela; y socialmente, un militarista desquiciado que quiso pergeñar un Estado policíaco en permanente paranoia, y acabó fragmentando a toda una sociedad que ahora, sin el caudillo, armada y fanatizada, espera por tiempos más violentos aún.
 (*) Autor del libro “Los mitos setentistas” y co-autor de “Plumas Democráticas”.
La Prensa Popular
http://impactocna.com 

2 comentarios:

  1. Fuentes de inteligencia de los EEUU produjeron el siguiente informe que relata la macabra utilización del cadáver y el vaciamiento de las reservas de Venezuela.

    El cuerpo del Presidente de Venezuela fallecido en Cuba el 29 de diciembre de 2012 a las 4 y 45 pm, y posteriormente embalsamado el 3 de enero 2013 a un costo de 880 mil dólares por los embalsamadores italianos los Scorfino, fue trasladado en secreto desde Cuba a la capilla ardiente de la Academia Militar directo vía aeropuerto de la Carlota el día 5 a las 4m, en vuelo de avión de las FAB y en otro venia su familia y no como se anunció que fue al hospital militar el 18 de febrero. Así lo señalan fuentes de la inteligencia estadounidense y francesa proveniente de las estaciones de Jamaica y Granadinas
    El coche con el falso féretro de Chávez recorrió las calles de Caracas rumbo a la Academia Militar durante más de siete horas, durante el largo cortejo fúnebre del miércoles, los venezolanos que llenaron las calles de Caracas lloraron ante un féretro en el que no iba el cuerpo del embalsamado Hugo Chávez.
    Es la versión de varios altos oficiales activos militares del Ejército conocedores del dispositivo de traslado, que aseguran que el cadáver del presidente venezolano fue transportado de Cuba a Fuerte Tiuna, en el complejo de Defensa donde se encuentra la Academia Militar. El «cambiazo» se produjo en el sótano de esa institución, cuando llegó allí el falso féretro al término de la procesión. Fue el único momento en que las cámaras de televisión lo perdieron de vista.
    La versión de esos altos oficiales militares, comunicada por ellos mismos al diario ABC de Madrid a petición de mantener su anonimato, confirma además la información ya avanzada por este diario de que Chávez murió en Cuba y no en Caracas, como insiste el Gobierno venezolano.
    El engaño de la procesión supone un nuevo montaje del Gobierno, sumándose a la larga lista de mentiras con que el chavismo ha llenado los últimos meses de vida de su líder. En realidad, el objetivo no era tanto burlar al pueblo, como su utilización política. «Querían mostrar un baño de multitudes con un claro interés político, todo trazado desde La Habana permitiendo que la gente pudiera hasta tocar el féretro, el falso, sin poner en riesgo la integridad física del verdadero; no iban permitir que este, por lo que fuera, se cayera, cuando además parte de su estructura interna es de vidrio», indica una de las personas al tanto de las circunstancias del traslado.
    De hecho, según destacan igualmente fuentes del MOSSAD, servicio secreto israelita, tras producirse el cambio en el sótano de la Academia Militar, la seguridad alrededor del ataúd pasó a ser estricta, sin que se permitiera acercarse a nadie de la manera en que había ocurrido durante la marcha. A partir de ahí todo pasó a ser solemne, sin el desorden populista visto en el recorrido por la ciudad.
    Estaba también la necesidad de la conservación del cadáver. Someterlo a siete horas al calor de Caracas, a 29-30 grados Celsius cuando tenía que ser expuesto al público durante varios días antes de su sepultura, no era lo más aconsejable.
    cont..

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  2. Después de que Chávez embalsamado hacia 72 días en La Habana, como ya develó ABC de Madrid, el cadáver del presidente fue llevado por la noche del 5 de marzo al aeropuerto venezolano de La Carlota, la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, según aseguran los militares informantes. La Carlota está en el interior de al este de la capital Caracas, más cerca de Fuerte Tiuna que el aeropuerto internacional de Maiquetía. De allí fue conducido al Hospitalito Vicente Salías, el centro médico de ese complejo castrense, en el que se encuentra el Ministerio de Defensa. Su nombre se debe al menor tamaño comparado con el Hospital Militar, situado a unos 7 kilómetros, en otro lado de la ciudad. A unos doscientos metros del Hospitalito está la Academia Militar.
    En el Hospitalito, que posee una morgue, se abrió el féretro, se revisó el estado en que había llegado el cuerpo tras el vuelo y se concluyó la labor de vestirlo con el uniforme verde con boina roja militar luego de un fuerte incidente entre Maduro y la familia. En algún momento del miércoles el ataúd fue transportado al sótano de la Academia Militar.
    Un féretro similar, vacío o con algún peso en su interior con un maniquí facsímil con careta, fue llevado al Hospital Militar, de donde el miércoles por la mañana partió la procesión popular. Cuando ésta llegó a la Academia, durante un rato las televisivas perdieron de vista el ataúd.
    La excusa fue que había que adecentar el féretro, como quitarle las flores y otras cosas que el pueblo había arrojado o reposicionar la bandera que lo cubría. El que surgió de nuevo ante las cámaras, no ya sobre la plataforma de un coche fúnebre, sino a hombros de militares y otras autoridades, era el ataúd verdadero, que luego se abriría en la capilla ardiente.
    En el ínterin, en privado, un reducido grupo de personas especialmente allegadas -la familia y probablemente los presidentes de Argentina, Bolivia y Uruguay, presentes también luego en la ceremonia pública celebrada en esa Academia Militar- tuvieron un acto íntimo.
    Aunque la televisión venezolana no mostró ningún plano cercano del féretro cuando éste fue abierto para el adiós público, diversas personas que acudieron a despedirse de los restos del presidente indicaron que lo habían visto ligeramente hinchado y sin pelo, nada que ver con las falsas fotografías difundidas por el Gobierno hace tres semanas.
    Es importante que el pueblo de ese país, Venezuela, sepa que el 17 de octubre de 2012 una vez que el presidente Chávez fue informado en la Habana luego de someter a exámenes rigurosos, que le restaban unos cercanos 60 días de vida, trasportó 13 toneladas de oro de las reservas del Banco Central de ese país, Venezuela, que fueron transportados en un avión ruso que partió del aeropuerto de la Carlota a las 6am del día 20 de octubre hasta el aeropuerto de Rancho Boyero en Cuba. Y además sacaron de las reservas del Internacionales 20.000 millones de dólares americanos que fueron depositados en el Banco Central de Cuba. De allí que las reservas de ese país, Venezuela, apenas disponen de 1.200 millones y por ello la restricción de divisas para importar necesidades básicas de alimentos, medicinas, autopartes, reactivos para laboratorios y equipos médicos que genera una grave situación alimentaria causa del desabastecimiento severo que sufre ese país en estos alimentos que amenaza con implosionar una situación de vastas proporciones en los próximos tres meses.
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