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domingo, 10 de marzo de 2013

Cristina Fernández de Kirchner llevó a Caracas el testamento de Hugo Chávez

La presidenta argentina mostró el documento manuscrito el miércoles pasado y acabó con todas las aspiraciones a la presidencia de Cabello

El testamento político de Hugo Chávez, escrito de puño y letra antes de su operación y llevado a Caracas por la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, desencalló en el seno del chavismo el ascenso del vicepresidente Nicolás Maduro–y no Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, a quien constitucionalmente le correspondía– a la jefatura del país.
Con las espadas en alto entre Maduro y Cabello en el día de la muerte de Chávez, sin que los partidarios de este en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) quisieran facilitar una coronación del vicepresidente, la rápida llegada de Kirchner con el testamento acabó por desactivar cualquier oposición. Culminaba una orquestación en la que pocos dudan que Cuba ha llevado la batuta, acaparando el control sobre el moribundo Chávez.
La presidenta llegó a Caracas el miércoles a primera hora y mantuvo varias reuniones, en un día en que toda la atención se centraba en el cortejo fúnebre por las calles de la capital venezolana. Fuentes informadas de los pormenores de esa visita han confirmado a ABC la existencia del testamento escrito, si bien no trasladaron detalles de su contenido, más allá de que el texto señalaba a Maduro como sucesor. Aunque Chávez había hecho esa designación también de palabra y públicamente el 8 de diciembre, antes de marchar a Cuba para su operación, el carácter testamentario del documento acabó por derrotar las aspiraciones de Cabello.

El papel de Raúl Castro

Al presidente de la Asamblea Nacional, que internamente ha jugado la carta anticubana en su pulso contra el candidato refrendado por los hermanos Castro, el momento de la muerte de Chávez le pilló parcialmente fuera de juego. Si bien la defunción del presidente en La Habana se produjo sobre las 7 de la mañana del martes, como ya informó este diario, supuestamente Cabello no fue informado hasta que la noticia de un desenlace comenzó a ser trasladada a un círculo más amplio de dirigentes, a los que a media mañana se convocó a una reunión especial de la dirección política y militar del movimiento chavista (el anuncio oficial del fallecimiento no se haría hasta la tarde, dando una hora falsa). La coincidencia de la muerte y sepelio de la madre de Cabello acabó por desactivar su capacidad de reacción.
La referencia a un testamento de Chávez y su posesión por parte de Kirchner fue algo avanzado en enero por el periodista venezolano Nelson Bocaranda, cuando al parecer la propia presidenta argentina comunicó a los Castro, durante su visita al centro médico en el que estaba internado Chávez, que tenía copia de dos cartas escritas por este en diciembre, antes de la operación.
Kirchner mantiene una estrecha relación con la familia Chávez, especialmente con la hija mayor, Rosa Virginia. De hecho en su reciente viaje a Caracas durmió en La Casona, la residencia presidencial en la capital venezolana.
Una vez cumplió su misión, Kirchner ya no se esperó al funeral del viernes. Quien entonces habría terminado por empujar la coronación Maduro fue Raúl Castro. Al menos su llegada a Caracas el jueves por la tarde coincidió con el despliegue de decisiones finales del TSJ y el aviso a los diputados de que al día siguiente, tras el funeral, la Asamblea Nacional tomaría juramento a Maduro.

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