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viernes, 22 de marzo de 2013

Desde el Comité Central hasta la casa Blanca: "Un solo pueblo"

 
Por Zoé Valdés
La señora Yoani Sánchez, que según ella estudió Filología en la Universidad de La Habana, quien también según su propia presentación ha sido y es profesora de Español para turistas, y un sinfín de cosas más, devenida periodista por obra y gracia del Premio Ortega y Gasset, periodista virtual será el caso (ya sabemos lo que es la prensa en Cuba), autora de un blog titulado Generación Y (que debiera llamarse Generación Yo), más famoso en el extranjero que dentro de Cuba, ha podido por fin salir de la isla, llevaba años intentándolo, tras haber regresado a Cuba y después de haber vivido durante dos años o más en Suiza, en fin, que la historia, como toda historia cubana, es larga y compleja.
Resumiendo, la señora Sánchez, cuya historia larga y compleja ella solo muestra fragmentariamente, lleva dándole la vuelta al mundo desde hace algunas semanas. En esos pocos días ha estado en Brasil, en varios países europeos, en México, y seguidamente se dirigió a Estados Unidos, donde actualmente se halla. En México, la presentaron varias personalidades, entre ellas el escritor Manuel Pereira, cuya historia, también larga y compleja, se desvela esta semana también a la mitad en la revista Cubaencuentro, en una entrevista que le hace un joven mexicano (aquí y aquí). Pero eso no viene al caso ahora. Lo cierto es que la señora Sánchez llegó a Estados Unidos, y ya en el aeropuerto new-yorquino la estaban esperando Coco Fusco (muy conocida en la Cuba de los ochenta, como también se conocía a Sandra Lewinson, pro castrista), así como Ted Henken, y una figura emérita de la universidad de Columbia cuyo nombre no se anunciaba en el video que yo vi. Coco Fusco, solícita, por no decir guataca, le fue a colocar una mantita en la espalda a la señora Sánchez, pero la señora Sánchez alegó con un gesto despótico, que no, que no la necesitaba, que ella no sentía frío, que recordara que ella venía directico de Europa. No, ella venía directico de México, pero esta señora al parecer tiene la memoria larga en Twitter y corta en la vida real.
En Nueva York, en la Universidad de Columbia, la presentaron Ted Henken y la periodista cubanoamericana Mirta Ojito, llevaba, dicen, seis guardaespaldas. Ni Aung San Suu Kyi cuando estuvo en París y fui a verla y a saludarla, lo que hice personalmente sin ningún tipo de contratiempo. También la entrevistaron varias cadenas televisivas, y la periodista cubanoamericana María Elvira Salazar se deshizo en egolatrías suyas, a las que fue respondida con más gestos ególatras de la entrevistada (aquí y aquí).
Mentiras y más mentiras. Y ni un solo periodista ha hecho el trabajo que le corresponde como periodista. Desvelar la verdad.
Yoani Sánchez dijo en Brasil, primer país que visitó durante esta gira que todavía continúa, que ella no tenía miedo, para luego no cansarse de repetir en una sarta infinita de contradicciones que tiene miedo del regreso, lo que es natural, pero si solo se contradijera en ese tema; más tarde añadió que ella estaba en contra del "bloqueo" norteamericano por considerarlo injerencista, que además pedía la liberación de los Cinco Espías (que en realidad son 4, porque ya uno ha sido liberado y vive cómodamente protegido en Miami, pagado todo por el contribuyente norteamericano), y ni siquiera mencionó a los presos políticos ni a los jóvenes pilotos de Hermanos al Rescate, a pocos días de que se conmemorara, el asesinato de estos jóvenes valientes en manos de los castristas y delatados por esta misma red de espías, la Red Avispa, que operaba en varios dominios de la política y la sociedad estadounidense. La señora Sánchez llamó "gobierno" al régimen tiránico de La Habana, no una, en varias ocasiones, y además mencionó en diversas oportunidades el "bloqueo" y no el embargo, sutil diferencia. Nadie le preguntó por qué se expresó de esa manera en Brasil, todo fueron alabanzas, elogios, y pedestales inmerecidos. Sin embargo, pese a este comportamiento tan polí­ticamente correcto, una serie de personas le hicieron mí­tines de repudio y la llamaron mercenaria y agente de la CIA, lo que han dicho siempre de los cubanos exiliados.
Más tarde, en México y Nueva York, nadie le preguntó por qué durante su periplo ha ido variando su lenguaje y se ha dedicado a decir lo que han querido oír cada uno de sus anfitriones en los distintos países que ha ido visitando, pero siempre manteniendo un lenguaje ambiguo y dentro de los márgenes que hoy en día son considerado autorizados por el régimen, quien tras la muerte de Hugo Chávez solamente busca desaforadamente una cosa: a quién cogen de mingo, quién será el próximo Sugar Daddy o comemocos que los mantendrá en vida de por vida, y en la relación desigual que entablarán con posibles chulos a los que arrimarse; y por supuesto que en esa lista está la opción norteamericana como una de las más jugosas posibilidades. Porque como profetizó Guillermo Cabrera Infante en el pasado, ya no dirían para nada "Yanki, go home!" en un viril clamor general, sino ahora que mendigarían más bien "Yanki, come home!" en un gemido entre desesperado y soberbio.
La bloguera Sánchez, que ya se define como escritora, cuando solamente ha reunido en uno de sus libros las viñetas de su blog y en el otro libro da lecciones a los utilizadores de Wordpress de ¡cómo usarlo!, que también se describe como una maga que usa internet sin internet, no fue jamás interpelada por la prensa en ninguna de las cuestiones que muchos hubiéramos querido que se aclararan públicamente, sobre todo porque nosotros sí pagamos impuestos, porque somos contribuyentes, y porque vivimos en países donde lo primero que el pueblo tiene derecho a exigir es la transparencia de las figuras públicas políticas, eso es lo que al menos sucede en Francia, donde un ministro de Finanzas acaba de dimitir por tener cuentas escondidas en Suiza y en Singapur, y ahora mismo les está requisicionando el apartamento a la presidenta del FMI, la señora Christine Lagarde, nada más y nada menos.
La señora Sánchez, periodista según ella, ha hecho más política en esta gira que periodismo. Ha sido ella el centro de la noticia, cosa de la que éticamente un periodista siempre debiera huir. Un periodista verdadero debe mantenerse distante y discreto para poder hacer su trabajo de periodista. Pero por lo que podemos intuir, y ya somos muchos en hacerlo, la señora Sánchez pretende ser lo que no es, o lo que es y todavía no ha confesado porque nadie se lo ha preguntado. ¿Es periodista, es escritora sin libros literarios, es periodista, es política, es todo eso a la vez? Ya en una ocasión se confesó poeta. También se definió como una especie de compendio o multi-oficio (concepto castrista donde los haya) del siglo XXI. ¡Qué espanto, de todo lo que los seres normales y aspirantes a la belleza, a la paz, a la cultura, a la libertad, a la democracia, a la poesía, debiéramos huir de inmediato si queremos salvar este mundo desbordante de idiotas o aprovechados que quieren convertirse en personajes touche à tout!
Pero lo peor no ha sido la prensa adocenada, que la califica como antes hicieron con Fidel Castro, de buena, calmada, hermosa, pacífica, educada, maravillosa, y todos esos epítetos que luego usan, pero en sus variantes antónima en contra de los que con todo el derecho que confiere la libertad de expresión se preguntan: ¿esto de qué va? ¿De qué va esta señora?
Porque desde que esta señora salió de Cuba lo que sí no hemos dejado de ver porque ella no ha cesado de resaltarlo, es que ha salido con una misión fija. Y esa misión ella la ha dicho, repetido y subrayado (nadie se lo ha inventado) con sus palabras. Pidió a Obama un diálogo con Cuba, pidió el levantamiento del embargo por injerencista, ¡eliminar la Base Naval de Guantánamo, por nada lo olvido! Y no más llegar al Congreso Norteamericano, en el que la prensa también se dedicó a enmascarar el verdadero carácter de su visita dando a entender que había sido importantísima cuando en verdad sólo estuvo con cuatro políticos cubanoamericanos máximo, con el demócrata pro raulista Joe García, con los republicanos Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, y no sé quién otro u otra más. No habló frente a cientos de personas, pero al mismo tiempo pasó, con vaselina esta vez, su mensaje misionero: el gobierno norteamericano tiene que trabajar más "pueblo a pueblo".
Tal vez la presencia de los republicanos en esa reunión fue lo que hizo que bajara el perfil y se acocara un poco. De cualquier modo, la foto, esa foto, es muy valiosa para su regreso a Cuba. Es una foto que le levantará el nivel, frente a los opositores, frente a los disidentes, y también frente a "su gobierno".
"Pueblo a pueblo". Esa frase ya lo resume todo. Es una frase que recuerda uno de esos lemas castristas o de viejos himnos castristas revestidos de canciones populares, que rezaban disimuladamente que desde tal punto del país hasta tal otro punto de la isla, o de otro país, o de otro continente, éramos: "Un solo pueblo". O sea, que ella ha venido a proponernos, ella o quien esté detrás de ella, lo que proponen es que desde el Comité Central hasta la Casa Blanca, o hasta el Congreso Norteamericano, exista "un solo pueblo". El mismo lemita de Hugo Chávez: Cubazuela o Venecuba, un solo pueblo. De pueblo a pueblo, bah...
Todavía la prensa no se ha dignado a preguntar a la señora Sánchez qué hay detrás de esas palabras, no creo que lo hagan. Como tampoco sabremos cuáles son sus relaciones con Carlos Saladrigas, el hombre de negocios que quiere que Cuba se convierta en Singapur, y cuáles son sus relaciones con el gobierno de Barack Obama, puesto que en varios cables de Wikileaks se ventilaron sus visitas y relaciones, de ella y de su marido, con varios funcionarios y políticos norteamericanos. Pero sobre todo, lo que queremos saber los cubanos es por qué ella, en lugar de hacer su trabajo de periodista, de escritora que dice que es, de filóloga, dado que ha visitado tantos países con tantas lenguas diferentes, en vez de dedicarse a lo de ella, en suma, por qué se vende como la representante única y exclusiva de toda la oposición cubana, por qué se vende como la representante de los cubanos en general, incluso de los del exilio, cuando ella no ha sido elegida por nadie para tal tarea, pero todavía más, queremos saber si es que ella ha salido con una misión encomendada por su "gobierno", tiranía para muchos, y por supuesto con un mensaje específico de parte del raulismo.
Un detalle, desde hace al menos un año la señora Sánchez anuncia que hará un periódico en Cuba, dijo que sería el primero, lo que es falso, porque como podemos comprobar aquí, en Cuba y fuera de Cuba existen medios de prensa que entran y salen de la isla. Todos sabemos que para hacer un periódico a lo grande se necesitan millones de euros. ¿Es eso lo que busca Sánchez, ingresar en la isla millones de euros para convertir su sueño o el sueño de otros en realidad de otros en realidad, y romper por fin el embargo norteamericano, abriendo la brecha en el muro, o extrayendo un fragmento del edificio –según sus propias palabras– para que se derrumbe entero, no el régimen precisamente, sino el embargo? Tampoco nadie se lo ha preguntado.
De momento, el exilio la recibirá en la Torre de la Libertad el 1ro de abril, pero ya ella dio el mensaje principal en Washington. En Miami se dedicará a lo que mejor sabe hacer: Twittear en medio de un acto público, como hizo en Columbia mientras sus presentadores se dirigían a ella, recaudar dinero en una cena donde se exigirán 100 dólares por cabeza y 1.000 dólares por mesa (todavía no sabemos oficialmente a dónde irá a parar ese dinero, ojalá sea para la oposición), y contentar con su muela infatigable, porque en eso sí que es maestra, en hablar por los codos sin decir nada que valga la pena a sus adulones y halagadores. No sé si allí podrá estar, en esa cena, la madre de Orlando Zapata Tamayo, la señora Reina Loina Tamayo, no creo que pueda costearse una cena a esos precios. Y no sé si por fin, allí, por conveniencia o por lo que sea, mencione finalmente que la Dama de Blanco Sonia Garro Alfonso lleva ya un año en prisión sin juicio, en lugar de afirmar como se apresuró a afirmar ya no sé en qué país de los tantos que ha visitado, que Miguel Díaz-Canel podía ser el Gorbachov cubano. Puaf!
Entretanto, pasa lo que siempre ha pasado con los cubanos, que apoyan al primero que se vende como mesías, sin conocerlo, y sin preocuparse por averiguar. Y luego se lamentan de haberse comido el millo. Y ni siquiera tienen memoria para recordar que con Castro la mala digestión ya les dura más de medio siglo.
  http://www.libertaddigital.com/opinion/zoe-valdes/un-solo-pueblo-67838/

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