Translate

domingo, 30 de agosto de 2009

Verde


Hoy he salido a caminar. El paisaje me ha devuelto un poco la paz que había perdido en estos días a raíz de un intercambio de criterios con alguien que no ha sabido comprender mis puntos de vista.
Me dolió que, indirectamente, me llamara cubana indigna. Creo que es un adjetivo demasiado fuerte y cuando se usa peyorativamente y de manera excluyente, indiscutiblemente es aplastante y hace daño, sobre todo cuando viene de alguien a quien se aprecia como al mejor amigo.
Si quien yo creía era mi mejor amigo no es capaz de escucharme tranquilamente y por lo menos respetar mis puntos de vista ¿Qué puedo esperar de otros que tampoco comparten mis criterios?
Los cubanos somos apasionados. Defendemos a capa y espada nuestras opiniones y muchas veces subestimamos los criterios de los demás. No por gusto andamos regados por el mundo y llevamos más de medio siglo divididos. Cada cual tirando por su lado creyendo ser el dueño de la verdad absoluta... y mientras, en medio de tantas verdaderas absolutas anarquicamente defendidas por todas partes, nuestra patria agoniza entre las manos asesinas de sus verdugos.

2 comentarios:

  1. Queridisima Esperanza,
    la vida nos da golpes para que entendamos que no todo es perfecto y lo que nos parece una gran amistad a veces esta envuelta en oropel y no en papel fino.
    Lo siento, de verdad, que hayas sufrido este golpe.
    Cuenta con mi cariño y aunque no nos conocemos desde hace años he tenido el tiempo necesario para valorarte en lo que verdaderamente eres: una patriota y una bellisima persona.
    Mis brazos estan abiertos.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Angelica por tu apoyo y tu solidaridad humana, no solo conmigo sino tambien con todos los que sufren.
    Leo tus escritos en tus blogs porque en ellos encuentro aliento para seguir adelante. Siempre es bueno saber que existen personas humanistas como tu.
    Tienes razón en lo que dices. A veces nos equivocamos al escoger a nuestras amistades y peor aún, brindamos cariño, lealtad y confianza, sin saber en realidad si realmente nos aprecian.
    Que pena.
    Suerte que mis años me han enseñado a no dejarme vencer por golpes como estos, pero siempre duele.
    Un abrazo para ti también

    ResponderEliminar