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martes, 26 de marzo de 2013

Carta abierta. Respuesta de Zoé Valdés a "Coco Fusco"



 Imagen: Coco Fusco. tomada de
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Nota:
Esta carta  está estrechamente relacionada  con el articulo de Zoé Valdés


Desde el Comité Central hasta la casa Blanca: "Un solo pueblo"

Artículo con el que me identifico plenamente ya que considero que Zoé ha hecho un análisis muy acertado sobre la controvertida figurilla Yoani Sánchez  y las fuerzas ocultas que la han convertido en mito, y la hacen   gozar de una posición privilegiada, como si se tratara de  una  figura importante en la transición hacia la democracia en Cuba.
Esperanza E Serrano
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Leyendo un poema erótico en La Habana, 1981. Foto Sonia Pérez

Zoé  Leyendo un poema erótico en La Habana, 1981. Foto Sonia Pérez (imagen tomada de su blog)

Carta abierta dirigida a mí de parte de Coco Fusco colgada en Facebook, y mi respuesta.
Por Zoé Valdés



Coco Fusco responde a Zoé Valdes”, colgado en el Facebook de Geandy Pavón, a quien mi hermano y mi padre ayudaron a su llegada al exilio organizándole varias exposiciones en el edificio donde mi padre tenía su mueblería y mi hermano su galería Ars Atelier en New Jersey, y a quien siempre apoyé desde lejos y desde este blog, me ha empezado a hacer una guerra sorda y cochina porque no pienso como él y su grupo de jalalevas:

Carta de Coco Fusco:

“Estimada Zoe Valdes,
Muchas gracias por haberse recordado de mi rostro y mi nombre después de tantos años.
Me gustó mucho su novela La Nada Cotidiana.
Tristemente me parece que sus comentarios sobre la visita de Yoani Sánchez a Nueva York son muy confusas. Le recomiendo que preste más atención a los hechos y la información concreta.
Para empezar, puede ser que haya sido yo conocida en Cuba en los 80, y es verdad que viajé a la Habana varias veces en los 80 y los 90. Tengo familia en Cuba además de haber sido investigadora de la cultura cubana por treinta años. No era socia de Sandra Levinson pero en los 80, para viajar a Cuba desde los EU había que hacer gestiones a través del centro de estudios cubanos, que ella dirigía. En aquella época, fui coproductora de un documental sobre el arte posmoderno en Cuba que no fue bien recibido por la oficialidad cubana, y organicé varias exhibiciones de arte cubano en los EU, además de publicar muchos artículos sobre cultura cubana que molestaron a los oficiales lo suficiente para que me negaran una visa de entrada en el ’94.
Desafortunadamente, no tuve la oportunidad de conocerle en persona en los 80. Me acuerdo de un viaje que hice a Paris en el 87, cuando usted formaba parte de la delegación de Cuba ante la UNESCO y vivía ahí con su marido y Pepe Horta, que en aquel entonces era el asistente de Alfredo Guevara, fundador del ICAIC y militante del partido comunista. Un amigo mío que se estaba quedando con ustedes me explicó que no me podían recibir, porque siendo oficiales del gobierno cubano en el exterior, no les convenía acercarse a una cubana-americana. Hacerlo podría ser interpretado como un acto contrarrevolucionario.
Entiendo bien que desde esa época su posición con respeto a Cuba ha cambiado bastante.
Estuve en al aeropuerto de JFK para recibir a Yoani Sánchez porque le había hecho una invitación a Nueva York para que participara en la conferencia que organicé, titulada La Revolución recodificada, en la universidad del New School, donde soy profesora. Le ofrecí un poncho peruano de lana alpaca cuando aterrizó porque hacia muchísimo frío en Nueva York — -1 grado Celsius — el día de su llegada y ella venia de un clima mucho más caloroso. El choque del frío afecta a la mayoría de la gente que viene del caribe, incluyendo a todos mis parientes cubanos que emigraron al norte. Mi madre, una cubana que también conocía a Sandra Levinson pero no era comunista, vivió 56 años en Nueva York y nunca se adaptó al frío. Unos días antes, cuando llegó otro cubano que participó en la conferencia, al que también le llevé ropa de invierno, me dijo que le hacia falta tomar algo caliente antes de salir al frío. Tratar de proteger a alguien contra el frío solo podría ser interpretado como un gesto político por una mente un poco perturbada.
Me parece que sus comentarios sobre el viaje de Yoani Sánchez no revelan mucho más que una envidia que provoca pena ajena. Durante mis últimos viajes a Cuba he encontrado a varios intelectuales de la oficialidad cubana que hablan mal de Sánchez y los otros blogueros de la misma manera que la hace usted – es decir a través de la mentira y sin haber leído sus escritos. Existen mejores maneras de aumentar la cantidad de lectores en su blog.
Un saludo cordial,
Coco Fusco”



Mi respuesta:

Señora Coco Fusco:

Resulta raro que encabece usted su carta abierta llamándome “estimada” cuando por el tono de la misma se nota que usted no me estima ni me respeta en lo más mínimo.

Mi artículo, al que usted responde, publicado en Libertad Digital, en España, lo escribí con todo el derecho que me da vivir en un país libre donde la libertad de expresión es uno de las conquistas fundamentales del ser humano; y por supuesto aunque la mencioné de manera correcta no iba dirigido a usted, la mencioné de manera correcta reitero, y usted salta y me responde dirigiéndome una misiva colgada en su muro de Facebook, como para que no quede duda a nadie, a sus supervisores, promotores, patrocinadores o sponsores, o quienes sean, que usted está clara y firmemente en mi contra y a favor de la señora Yoani Sánchez.

Responderé a su carta, señora Fusco. Primeramente le diré que mis comentarios acerca de YS no son “confusas” como usted escribe, y mucho menos confusos que es como debió de haber escrito dado su gran cantidad de doctorados y estudios. Por otro lado, me alegra que le haya gustado La nada cotidiana, forma parte usted de un número amplio de lectores que en todo el mundo apreciaron esa novela y la siguen apreciando, como continúan apreciando las siguientes que escribí traducidas a diversos idiomas, que publiqué, y que han sido premiadas con el mejor premio que puede tener un escritor: el de ser reconocido por sus lectores desde hace ya casi veinte años, aunque escribo desde hace más de tres décadas, y que sus novelas sigan vendiéndose en los principales centros de ventas y existan en las bibliotecas de mayor afluencia en el mundo.

Señora Fusco, no se ofusque usted. Llevo prestándole atención a los acontecimientos relacionados con la bloguera Sánchez desde sus inicios, así como de las informaciones concretas acerca de su persona. Lo que dada mi enorme capacidad de trabajo tampoco me roba demasiado el sueño. Mi principal preocupación es mi trabajo y la libertad de Cuba. Fui de las primeras en apoyar a la señora Sánchez, y sin nada a cambio, de manera solidaria, como hago con muchas personas que en el mundo defienden los derechos humanos y se dedican a luchar por la libertad de expresión, de ello pueden confirmarle mi labor con Reporteros sin Fronteras, Amnistía Internacional, entre otras ONG’s con las que colaboro desinteresadamente desde hace décadas.

Cuando yo empecé a apoyar a Yoani Sánchez, a Claudia Cadelo, a Lía Villares, a Porno para Ricardo, entre otros, apoyo que como supondrá con mi nombre, mi firma, y mi curriculum vitae, constituyó un sostén importante para esta señora, usted no estaba ni por esos lares, de modo que usted empezó a apoyar a Sánchez públicamente a última hora, cuando ya muchos nos habíamos convencido del paquete que nos estaban queriendo meter como un supositorio en un trasero estreñido con la señora de marras, y ya nos estábamos retirando. Usted apoyó a Sánchez cuando se hizo superfamosa, y devino la superbloguera que es hoy.

Sí, usted era muy conocida en Cuba en La Habana de los ochenta y de los noventa, yo no. Yo era una cubana del montón, una habanera del montón, vista desde otros ángulos, claro. Usted, una cubanoamericana que regresaba a Cuba amparada por el régimen -¿cómo si no?- y cuya importancia al lado de cualquier cubano del montón cobraba fuerzas descomunales por lo que no podía usted reparar en gente como yo.

Por cierto, yo investigo la cultura cubana y la vivo, la viví in situ desde que esa cultura que usted investigaba de manera folklórica a nosotros se nos prohibió de forma contundente. Y sin embargo, muchos de las personas anónimas que se encontraban oprimidos trabajando con la cabeza gacha colaboramos sin que siquiera usted y otros se enteraran de que lo hacíamos, y sin ser remunerados por nuestras colaboraciones. De tal modo siendo yo jefa de redacción de la Revista Cine Cubano, me dieron la tarea de hacerle fotocopia a usted de algunos trabajos suyos, transcribí también cintas para un libro de María Luisa Gómez Mena, y le hice varias gestiones burocráticas a la señora Sandra Levinson, todas encomendadas por la oficina de la Presidencia del ICAIC y los que ordenaban y mandaban en el ICAIC, sin que ninguno de ustedes pagara por ello, ni lo agradeciera. De manera que muchos de nosotros, entre ellos yo, les servimos de esclavos a ustedes. Supongo que conozca lo que eso significa en el país donde usted vive, y lo que significa usar la mano de obra de un individuo que no ha sido remunerado. De manera que usted debiera como mínimo agradecerme mi colaboración desinteresada y anónima en sus investigaciones.

En las investigaciones que yo hice por mi cuenta, muchas veces tuve que contactar con mi familia en el exterior, en el exilio, en New Jersey, a riesgo de perder mi trabajo y mi libertad, y a escondidas, por supuesto. Nunca le pedí nada a ninguno de ustedes. La señora Sandra Levinson, una vez llegó al ICAIC con un paquete enorme de galletitas dulces y viendo que yo estaba embarazada y con un hambre de tres pares en pleno Período Especial, en el año 1993, exclamó: “¡Mira lo que te traje!” Yo pensaba que me traía ese gran paquete de galletitas de María para mí sola, pues no, sacó una galletita y me la dio, largándose con el paquete hacia el despacho de Alfredo Guevara. No la boté porque tenía hambre. Pero no sabe usted cómo me he arrepentido de haberme comido esa galletita mierdera.

De modo que todos los que trabajamos en el ICAIC en aquella época de los noventa (yo solamente trabajé cuatro años) tuvimos que meternos a la Levinson y a toda la retahíla de gente bajo los nombres de maceítos y los tantos “itos” que viajaron a Cuba y que debimos recibir en silencio. Su relación con ella seguramente fue diferente. A usted, ella le resolvía los viajes a Cuba, a nosotros nos traía una galletita baratucha del peor supermercado de Nueva York para humillarnos.

Conozco sus peripecias en Cuba, señora Fusco, fui una de las mejores amigas del poeta Osvaldo Sánchez, juntos hicimos una gira en el año 1986 por una gran cantidad de universidades francesas, él le podrá contar de mis enfrentamientos políticos con los organizadores del evento, recalcitrantes castristas, con el embajador de Francia en la época, y con Alfredo Guevara, quien para decir la verdad, era el que menos nos controlaba y vigilaba, pues él en lo que estaba era para comprar muebles antiguos y lámparas Gallé con el presupuesto del pueblo cubano.

En efecto, desde el año 1983 hasta el año 1988 trabajé bajo contrata ganando 632 francos mensuales a pleno tiempo, en la oficina cultural de la UNESCO de la Misión Cubana de esa institución internacional, no es algo que yo haya ocultado, he escrito varias novelas donde hablo abiertamente de esa época de mi vida, entre esas novelas La nada cotidiana y La cazadora de astros; la primera la leyó según me cuenta, la segunda todavía no. Nunca he escondido para nada el poco tiempo que trabajé en Cuba y para Cuba bajo contrata, para Cuba, no para el régimen, hacer una revista de Cine no me sitúa en el peor de los trabajos que puede tener un cubano en Aquel Vómito de Mofeta: el de terrorista, por ejemplo. Y por Miami pululan.

Nueve años en total trabajé en la cultura, con los pro y los contra que hacerlo suponían de manera callada y honesta, y siempre por contrata, me exilié con 34 años en el año 1995. Jamás fui militante comunista, ni pedí paredón para nadie, aunque sí pude saborear el privilegio de viajar a París, lo que sucedió porque el señor Alfredo Guevara sentía una gran debilidad y lo unía una gran amistad por y con el que era mi esposo en la época, el señor Manuel Pereira, quien gozaba de un nombramiento de diplomático, lo que no nunca ocurrió en mi caso, yo, señora Fusco, viajé como esposa acompañante, por si usted no lo sabía, y no sé si tampoco sabe lo que eso significa en el medio diplomático castrista. Para viajar nos hicieron verificaciones políticas y no dudo de que la prisión de mi padre por cinco años haya salido, pero Guevara estaba tan interesado en llevarnos con él, perdón, en llevar a Manuel Pereira con él, que no dudo que haya borrado ese “pequeño detalle”, puedo imaginar que conocerá usted cómo se manejan las cosas en el castrocomunismo cubano, cómo se “arreglan” los problemas e inconveniencias entre esos viejos camajanes.

No sé si usted quiso verme a mí cuando vino a París, lo dudo, ya le digo que yo no era nadie. Seguramente deseó usted ver a Guevara, a Horta, y a mi esposo. A mí nadie pedía verme, le reitero que no era nadie. Sólo una joven poeta escondida. Sin embargo, todo el que quiso verme en la época me vio, le puede preguntar a mis amigos venezolanos que me apoyaron, que me vieron, que me ayudaron, y que son testigos del enorme padecimiento de esos años en este país siendo controlada y acosada por un régimen machista-leninista y por un machista, lo que no viene al caso. Me dirá usted que por qué no regresé a Cuba, eso hice. No podía hacer de otra manera porque el gobierno norteamericano no me hubiera dado asilo, yo no era nadie. Y además, cómo brincar la verja dorada que rodea al consulado norteamericano en París, lo que me pasó mil veces por la cabeza y que en múltiples ocasiones consulté con otra persona de la Misión de Cuba ante la UNESCO. Mi pasaporte, además, estaba guardado, como el resto de los pasaportes, en la Oficina de Cubana de Aviación, así como mis documentos de identidad, y con lo único que contaba para identificarme era con una carta del metro, que hoy conservo todavía, como mismo conservo la libreta de racionamiento, no por masoquismo, si no para nunca jamás olvidar los instrumentos del terror, los menos peligrosos y menos dañinos.

El señor Manuel Pereira, quien al parecer olvidó aquellos años o no quiere rememorarlos, está en su derecho de ser desmemoriado, es por cierto una de las personas que presentó a Yoani Sánchez en México. Su historial revolucionario es muchísimo más grueso que el que usted me quiere endilgar sin pruebas y que yo no tuve. Porque además, cuando me nombraron redactora en jefe de Cine Cubano, así como subdirectora después, lo hice sustituyendo al escritor y poeta, gran periodista, fallecido en Miami, en el exilio, Antonio Conte, también con un historial de revolucionario que yo no tuve, pero quien, por el contrario, jamás renegó de su pasado.

Muchos han sido los escritores que fueron revolucionarios y fueron nombrados diplomáticos y luego se exiliaron; desde el corazón del castrismo enfrentaron la máquina del terror, y también desde el exilio. Si usted no lo sabe debiera saberlo, porque usted ha presentado varias convenciones relacionadas con Cuba y con instituciones norteamericanas recientemente, donde se han mostrado en pantallas imágenes de terroristas connotados, como el Che Guevara y Leila Khaled, y usted no ha protestado por ello, tampoco la señora Sánchez lo hizo, ignorando que el pueblo de Cuba padeció los crímenes del asesino argentino, así como tuvimos que tolerar que muchos de esos terroristas palestinos se entrenaran en nuestro país y usaran las casas expropiadas de los exiliados y se comieran nuestra cuota de comida.

De modo que si no me vio en París fue porque no preguntó por mí, como hicieron tantos, por diferentes vías. No sé si Manuel Pereira la recibió, supongo que tampoco, en aquella época él estaba escribiendo la gran novela de la literatura cubana y no tenía tiempo para nadie, entonces pregúntele a él por qué no lo hizo. Supongo que siendo amigo de la bloguera Sánchez, y su cicerón en México, es probable que le responda mucho más rápidamente de lo que yo con esta carta.

En cuanto a su relación con la señora Levinson es su problema, no el mío. Siento mucho que su mamá haya tenido que pasar tantos años de frío en el exilio, mi padre y mis hermanos también, en New Jersey. Y yo desde hace 18 años en este país. Por cierto, mi hija cumplirá 20 años en este país en abril, nació en Cuba, y no puede regresar allí, ni quiere. No encuentra inspiración en las dictaduras, eso lo aprendió en libertad. El precio es no conocer su país, en el que nació y debió criarse. Nos tienen todavía a todos en una lista negra, al cineasta Ricardo Vega por su película Fiel Castro, mi esposo, y quien fue disidente en Cuba del Grupo ARDE (Arte y Derecho) en los años ochenta y noventa, pero que creo que usted tampoco lo conoció, no sé por qué, porque era artista, era cineasta, era disidente, tal vez por esto último. Una de sus películas El Informe se exhibió en Nueva York gracias a Néstor Almendros, no sé si usted estuvo en el cine aquella noche. Tampoco vi a Sandra Levinson, ella estaba del lado de nuestras películas, las del ICAIC, las oficiales.

En cuanto a la mantita de lana y el gesto de rechazo de la Sánchez, es su problema, no el mío, pero no es el único gesto maleducado que hace la señora Sánchez, quien tiene por costumbre no responder emailes ni responder al teléfono y dar la callada por respuesta. A ella sólo le interesa, me imagino que como a usted en una época, la gente importante.

Mire usted, respetando el orden de su misiva, yo escribí varios libros de poesía y una novela antes de La nada cotidiana, esos libros se leyeron por un grupo reducido de personas en La Habana, enseguida me convirtieron en autor de culto en aquella ciudad turbulenta y promiscua de los ochenta donde el erotismo era considerado raro y contestatario, hasta que años más tarde empecé a vender libros a montones y empezaron los ataques, que si me había convertido en una escritora comercial, que si esto o lo otro. Siempre he recibido las buenas críticas como las infamias con el mejor de los rostros, y he seguido trabajando y escribiendo. Mis lectores me importan no por la cantidad sino por el amor con el que reciben mi trabajo. Si mañana tengo que escribir un libro para leerlo yo sola lo haré, porque primero que todo escribo para amar la vida, para reinar poéticamente en los sueños, para reinventar la existencia, y para reafirmar mi libertad.

Llevo mi blog desde el año 2004 y nunca he traficado las entradas ni he aumentado mintiendo la cantidad de visitantes. Los que me visitan a diario llevan años conversando en mi portal como si fuera en un portal habanero, el que nunca pude tener allá en nuestro país. La cifra de mis entradas está a la vista, en mi blog de WordPress como en los que tuve anteriormente en Skyrock.

En relación a la envidia que dice usted que le tengo yo a Yoani Sánchez, señora, por favor, usted es profesora de alto nivel, es artista, ha viajado el mundo, como hemos hecho unos cuantos. ¿Qué envidia puedo tenerle yo a la señora Sánchez? Mi marido es seis años más joven que yo, voy a cumplir 54 años y me siento saludable y con ganas de seguir escribiendo libros y poesía, desde hace 18 años he publicado mínimo un libro anual, poseo un tesoro: amigos artistas e intelectuales así como gente sencilla entrañables en todas partes del mundo que han buscado mi amistad no para sacarme nada a cambio, por amor, lealtad, admiración, como yo me he acercado a ellos; trabajo, vivo en París, frente al Sena, mi familia es honesta, mi marido y yo fundamos varios proyectos, entre ellos la productora de cine y video
Lunáticas Prod, un viejo deseo. Y tengo lo más preciado, mi mayor virtud y mi más hermosa riqueza, que no son solamente ni antes que nada mis libros ni mi blog, no: Tengo una hija, por la que me fui definitivamente de Cuba el 22 de enero del 1995, para salvarla del horror. Por ella he hecho todo, como también lo hace su padre. Estamos orgullosos como seguramente lo está su madre de usted, y satisfecha de haberla criado lejos de la tiranía; ella es libre, inteligente, transparente, solidaria con los demás, es totalmente bilingüe, y habla dos idiomas más. Ha viajado el mundo con solo veinte años, conoce los museos más importantes como los hogares más humildes de los rincones más bellos del mundo como los más sombríos; hace cine, estudia en La Sorbonne, una de las universidades más prestigiosas, y nunca, nunca, me pasó por la cabeza sacrificarla a ella y a su futuro para brillar yo en su lugar. O sea que esa palabra “envidia”, usada por los detractores y depredadores de la libertad de expresión como mismo usan otras y usaron en el pasado cuando gritaban “¡P’a lo que sea, Fidel, pa lo que sea!”, sin que nadie pudiera emitir la más mínima queja porque los fusilaban o los encarcelaban, como fusilan y encarcelan todavía, no va conmigo, y no se lo permito ni a usted ni a nadie.

Ahora me despido, creo que no he dejado nada en el tintero. Si pasa nuevamente por París y si yo no estoy muy ocupada como he estado hoy aunque sin embargo me he detenido a responderle, puede llamarme y con gusto la veré, como la hubiera visto en París antes, como la vi yo a usted en La Habana, pero fue usted quien no me vio a mí.

En una Cuba democrática y libre será el pueblo de Cuba quien elija a sus líderes, a sus políticos, no lo olvide. No necesitamos que nos impongan a más figuras inventadas por los americanos, o por los raulistas ahora, o por los oportunistas de toda la vida, como ya nos impusieron una vez en el pasado los americanos a Fidel Castro y a toda su parentela. Y ya llevamos más de medio siglo sufriéndolo.

Sin más,

Zoé Valdés

Escritora cubana en el exilio.

5 comentarios:

  1. PREGUNTAS QUE NO LE HARÁN A YOANI SÁNCHEZ

    1. ¿Quién organiza y financia su gira mundial?

    2. En agosto de 202, después que usted se casara con un ciudadano alemán llamado Karl G., abandonó Cuba, “una inmensa prisión con muros ideológicos”, para emigrar a Suiza, una de las naciones más ricas del mundo. Contra todo pronóstico, en 2004, usted decidió regresar a Cuba, “barco que hace aguas a punto del naufragio”, donde “seres de las sombras, que como vampiros se alimentan de nuestra alegría humana, nos inoculan el temor a través del golpe, la amenaza, el chantaje”, donde “los bolsillos se vaciaban, la frustración crecía y el miedo acampaba”. ¿Qué razones motivaron esta elección?

    3. Según los archivos de los servicios diplomáticos cubanos de Berna, Suiza, y de los servicios migratorios de la isla, usted solicitó regresar a Cuba a causa de las dificultades económicas que encontró en Suiza. ¿Es verdad?

    4. ¿Cómo pudo casarse con Karl G. si ya estaba casada con su actual esposo Reinaldo Escobar?

    5. ¿Todavía es su objetivo establecer un “capitalismo sui generis” en Cuba?

    6. Usted creó su blog Generación Y en 2007. En 2008 consiguió el Premio de Periodismo Ortega y Gasset, dotado con 15.000 euros, el 4 de abril de 2008, otorgado por el diario español El País. De costumbre, este premio se otorga a prestigiosos periodistas o escritores con una larga carrera literaria. Es la primera vez que una persona con su perfil lo obtiene. Usted fue también seleccionada entre las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time (2008). Su blog fue incluido en la lista de los 25 mejores blogs del mundo de la cadena CNN y la revista Time (2008) y también logró el premio español Bitacoras.com, así como The Bob’s (2008). El País la incluyó en su lista de las 100 personalidades hispanoamericanas más influyentes del año 2008. La revista Foreign Policy hizo todavía más en diciembre de 2008, al incluirla entre los 10 intelectuales más importantes del año. La revista mexicana Gato Pardo hizo lo mismo en 2008. La prestigiosa universidad estadounidense de Columbia le concedió el premio María Moors Cabot. ¿Cómo explica usted esta avalancha de premios, acompañados de importantes dotaciones financieras, en apenas un año de existencia?
    7. ¿A qué dedica los 250.000 euros conseguidos gracias a estas recompensas, un importe equivalente a más de 20 años de salario mínimo en un país como Francia, quinta potencia mundial, y a 1.488 años de salario mínimo en Cuba?

    8. La Sociedad Interamericana de Prensa, que agrupa los grandes conglomerados mediáticos privados del continente, decidió nombrarla vicepresidenta regional por Cuba de su Comisión de Libertad de Prensa e Información. ¿Cuál es su salario mensual por este cargo?

    9. Usted también es corresponsal del diario español El País. ¿Cuál es su remuneración mensual?

    10. ¿Cuántas entradas de cine, de teatro, cuántos libros, meses de alquiler o pizzas puede pagar en Cuba con sus ingresos mensuales?

    11. ¿Cómo puede pretender representar a los cubanos cuando usted tiene un nivel de vida que ninguna persona en la isla puede permitirse?
    12. ¿Qué hace para conectarse a Internet si afirma que los cubanos no tiene acceso a Internet?

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  2. 13. ¿Cómo es posible que su blog pueda usar Paypal, sistema de pago en línea que ningún cubano que vive en Cuba puede utilizar a causa de las sanciones económicas que prohíben, entre otros, el comercio electrónico?

    14. ¿Cómo puede disponer de un Copyright para su blog “© 2009 Generación Y – All Rights Reserved”, mientras ningún otro bloguero cubano puede hacer lo mismo por las leyes del embargo?

    15. ¿Quién se esconde detrás de su sitio desdecuba.net cuyo servidor está alojado en Alemania por la empresa Cronos AG Regensburg registrado bajo el nombre de Josef Biechele, que aloja también sitios Internet de extrema derecha?

    16. ¿Cómo pudo hacer su registro de dominio mediante la empresa estadounidense GoDady, ya que lo prohíbe formalmente la legislación sobre las sanciones económicas?
    17. Su blog está disponible en no menos de 18 idiomas (inglés, francés, español, italiano, alemán, portugués, ruso, esloveno, polaco, chino, japonés, lituano, checo, búlgaro, holandés, finlandés, húngaro, coreano y griego). Ningún otro sitio del mundo, incluso los de las más importantes instituciones internacionales como por ejemplo las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE o la Unión Europea, dispone de tantas versiones lingüísticas. Ni el sitio del Departamento de Estado de Estados Unidos ni el de la CIA disponen de semejante variedad. ¿Quién financia las traducciones?

    18. ¿Cómo es posible que el sitio que aloja su blog disponga de un ancho de banda 60 veces superior al que dispone Cuba para todos sus usuarios de Internet?

    19. ¿Quién paga la gestión del flujo de más de 14 millones de visitas mensuales?

    20. Usted dispone de más de 400.000 seguidores en su cuenta Twitter. Apenas un centenar de ellos residen en Cuba. Usted sigue a más de 80.000 personas. Usted afirma “Twitteo vía sms sin acceso a la web”. ¿Cómo puede seguir a más de 80.000 personas sin un acceso a Internet?

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  3. 21. El sitio http://www.followerwonk.com permite analizar el perfil de los seguidores de cualquier miembro de la comunidad Twitter. Revela a partir de 2010 una impresionante actividad de su cuenta. A partir de junio de 2010, usted se ha inscrito en más de 200 cuentas Twitter diferentes cada día, con picos que podían alcanzar 700 cuentas en 24 horas. ¿Cómo pudo realizar semejante proeza?

    22. ¿Por qué cerca de sus 50.000 seguidores son en realidad cuentas fantasmas o inactivas? En efecto, de los más de 400.000 perfiles de la cuenta @yoanisanchez, 27.012 son huevos (sin foto) y 20.000 revisten las características de cuentas fantasmas con una actividad inexistente en la red (de cero a tres mensajes mandados desde la creación de la cuenta).

    23. ¿Cómo es posible que muchas cuentas Twitter no tengan ningún seguidor, sólo la siguen a usted y han emitido más de 2.000 mensajes? ¿Acaso es para crear una popularidad ficticia? ¿Quién financió la creación de cuentas ficticias?

    24. En 2011, usted publicó 400 mensajes por mes. El precio de un mensaje en Cuba es de 1,25 dólares. Usted gastó 6.000 dólares al año en el uso de Twitter. ¿Quién paga por ello?

    25. ¿Cómo es posible que el Presidente Obama le haya concedido una entrevista, cuando recibe centenas de peticiones de los más importantes medios informativos del mundo?

    26. Usted afirmó públicamente que mandó al Presidente Raúl Castro una petición de entrevista tras las respuestas de Barack Obama. Ahora bien, un documento oficial del jefe de la diplomacia estadounidense en Cuba, Jonathan D. Farrar, afirma que usted nunca escribió a Raúl Castro: “Ella no esperaba una respuesta de este, pues confesó que nunca las [preguntas] había mandado al presidente cubano”. ¿Por qué mintió?
    27. ¿Por qué usted, tan expresiva en su blog, oculta sus encuentros con los diplomáticos estadounidenses en La Habana?

    28. Entre el 16 y el 22 de septiembre de 2010, usted se reunió secretamente en su apartamento con la subsecretaria de Estado estadounidense Bisa Williams durante su visita a Cuba, como lo revelan los documentos de Wikileaks. ¿Por qué mantuvo un manto de silencio sobre este encuentro? ¿De qué hablaron?

    29. Michael Parmly, antiguo jefe de la diplomacia estadounidense en La Habana afirma que se reunía regularmente con usted en su residencia personal como lo indican los documentos confidenciales de la SINA. En una entrevista, hizo partícipe de su preocupación respecto a la publicación de los cables diplomáticos estadunidenses por Wikileaks: “Me molestaría mucho que las numerosas conversaciones que tuve con Yoani Sánchez se publicaran. Ella podría pagar las consecuencias toda la vida”. La pregunta que viene inmediatamente a la mente es la siguiente: ¿cuáles son las razones por las que usted tendría problemas con la justicia cubana si su actuación, como afirma, respeta el marco de la legalidad?

    (Estas preguntas, …creo todos las tenemos en la mente…habrá respuestas para ellas, no , no las formulé yo, hablando en términos de escritura, pero las ví publicadas, y pensé que habiendo tanto defensor, …alguno sepa la respuesta de al menos algunas de las 29…si no te molesta Zoe, igual , las publicamos aquí a ver que avezado, las responde, por ella claro…)

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  4. Esa tal coco esta de espanto! Solla vaya con la bruja!

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