Estimados amigos y colegas de Centroamérica, Suramérica y España:
Como habrán 
podido observar en los últimos días en el Encuentro de mandatarios de 
América Latina y del Mundo ocurrido en Chile, convocado por la CELAC, se
 ha recibido en su seno a uno de los tiranos más longevos y crueles del 
mundo: Raúl Castro, o lo que es lo mismo -al ser investido por su 
hermano Castro I, en lo que podemos considerar un nombramiento dinástico
 antidemocrático-: Castro II.
Después de más 
de medio siglo en el poder, cincuenta y cuatro años, el dictador Castro 
II ha sido invitado a una reunión en la CELAC, junto a otros presidentes
 elegidos democráticamente, y además, para colmo, ha sido nombrado 
Presidente de honor de dicha institución, la que, no nos llamemos a 
engaño, al ser propuesta y creada por Hugo Chávez, no duden ni un 
instante que también es una creación de los hermanos Castro.
Es una 
vergüenza, estimados amigos y colegas, que un personaje tan oscuro, que 
un criminal, cuyos crímenes se pueden demostrar, como fueron los 
crímenes del Remolcador Trece de Marzo donde murieron más de setenta 
personas, entre ellas doce niños, el derribo de las avionetas de 
Hermanos al Rescate, así como los innumerables encarcelamientos, 
fusilamientos y desapariciones cometidos bajo sus órdenes, sea nombrado 
representante de todos los ciudadanos centroamericanos, suramericanos e 
hispanos del mundo libre.
No debemos 
aceptarlo calladamente. El futuro de Centroamérica, Suramérica y España 
depende de nosotros, es para nuestros hijos. Ellos heredarán el 
resultado de nuestras demandas y de nuestra lucha. No podemos tolerar de
 ninguna manera que un asesino, que los asesinos Castro, y ahora de 
manera puntual y directa Raúl Castro, se erijan en ejemplos para los 
niños y jóvenes centroamericanos, suramericanos e hispanos. No es justo 
que unos usurpadores, que unos ladrones, que han usurpado la libertad y 
la democracia, que han robado todo un país al pueblo cubano, haciendo de
 sus tierras su finca personal, que han sido injerencistas brutales en 
vuestros países, sean los que hoy nos representen y sean erigidos como 
modelos a seguir.
Hago un llamado
 a todos los escritores y artistas de Centroamérica, Suramérica y España
 para que protesten, por cualquier medio que crean posible, o firmando 
debajo de esta carta, con el objetivo de enfrentarse firmemente en 
contra de esta decisión, y exigir la retirada de este oneroso 
nombramiento, o de lo contrario la CELAC perdería toda credibilidad (si 
es que alguna vez la tuvo) y debería desaparecer como institución, al no
 ser considerada tampoco por nosotros representativa de la justicia, de la libertad y de la democracia.
La historia de 
nuestros pueblos, de nuestro continente, es tan real como imaginaria, 
gracias en buena medida a la obra de todos nosotros, poetas, escritores,
 pintores, cineastas, músicos, arquitectos, científicos, pensadores, 
pero también esa historia ha padecido desdichadamente de manera más real
 capítulos nefastos, aunque esté llena de hermosos momentos y de 
ejemplares epopeyas que no debiéramos manchar sumándole otro capítulo 
aciago que sólo nos avergonzaría más de nuestra propia historia. Una 
historia en la que participaron nuestros abuelos, nuestros padres, 
nuestros ancestros, dejándose la vida en ello.
Basta ya de 
soportar mudos la zangaletonería política, basta de permitir que los 
dictadores, tiranos y caudillos se apoderen de nuestros destinos y 
jueguen a su antojo con el porvenir de nuestros hijos, basta ya de 
entregarles nuestras existencias para que hagan de ellas sus macabros 
jardines infernales. Hay demasiada hambre en el mundo para aguantarles 
sus pujos (y no gracias) y sus funestos experimentos exterminadores en 
contra de los que se merecen la verdad: los auténticos “pobres de la 
tierra”. ¡Libertad y vida!
Reciban un fuerte abrazo,
Zoé Valdés.

DEDICADO A TI
ResponderEliminarVocê é a luz
Que ilumina minha escuridão,
A paz que acalma minha alma,
O beijo que adocica os meus lábios,
O fogo que me queima,
As palavras que me orientam,
A paixão que não cessa,
O amor que se eterniza...
(Agamenon Troyan)