
Foto de A. Guiteras tomada de internet
ANTONIO GUITERAS,¿DÓNDE ESTÁS?
Por Alberto Méndez Castelló
DELICIAS, Puerto Padre, Cuba, mayo,
www.cubanet.org – El viento sopla del nordeste. Un pitazo está
por sonar. Pronto serán las siete. El cadáver de Antonio
Guiteras fue llevado a la tumba a las seis de la tarde del 8 de mayo de 1935.
Los soldados del entonces coronel Fulgencio
Batista despojaron el cadáver de Guiteras de cuanto llevaba
encima, haciéndolo enterrar en un tosco ataúd sin flores.
Paradójicamente, 77 años después los obreros
entran a trabajar al central azucarero que lleva el nombre de
Guiteras tan despojados como el mártir de El Morrillo fue
llevado al cementerio.
Desconociendo la obra del mártir de El Morrillo
y no satisfecho el gobierno de los hermanos Castro con hacer
trabajar a sus obreros no solo la jornada laboral de ocho horas
ganada por Guiteras, sino también cuantas jornadas de trabajo
voluntario ha concebido en más de medio siglo, ahora el Consejo
de Estado utiliza el nombre de Antonio Guiteras en
condecoraciones, nombres de fábricas, calles y repartos.
¿Es Cuba un Estado socialista de trabajadores
organizado por todos y para el bien de todos como república
unitaria y democrática para el disfrute de la libertad política,
la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la
solidaridad humana como dice el Artículo 1 de la Constitución, o
es un mero régimen militar disfrazado de socialista?
Tras la caída de la dictadura de Machado, en ese
gobierno que sólo duró del 10 de septiembre de 1933 al 19 de
enero de 1934, Guiteras fungió como un Primer Ministro. Valga
decir, el único Primer Ministro enteramente honesto que ha
tenido el pueblo de Cuba, llevando al presidente Ramón Grau San
Martín a firmar leyes que hoy harían temblar a los supuestos
comunistas cubanos con sólo imaginarlas.
¿Acaso el general Castro Ruz aceptaría en las
fuerzas armadas o en el ministerio del Interior a opositores
políticos?
A instancias de Guiteras, el 20 de septiembre de
1933, el presidente Grau promulgó el decreto número 1693,
estableciendo en Cuba la jornada laboral de ocho horas, reglas
especiales para el trabajo de los jóvenes entre 14 y 18 años y
la creación de tres turnos en los centrales azucareros.
Desde el pasado 17 de enero, en contra de la
voluntad de los trabajadores, el otrora central Delicias,
rebautizado el 6 de agosto de 1960 con el nombre de Antonio
Guiteras, produce azúcar solo en dos turnos de trabajo de 12
horas ininterrumpidas.
Conocidas son las condiciones de trabajo en un
central azucarero: líneas eléctricas de alto voltaje, calderas
de vapor, hornos con elevadísimas temperaturas, ruedas dentadas,
molinos, sistemas transbordadores y transportadores. Súmele a
ello que en la fabricación de azúcar se necesita la precisión de
un relojero.
“Nos estamos durmiendo en el trabajo. Ya
siempre tengo sueño aunque duerma. Lo peor de todo que antes
cometíamos errores, pero ahora si nos equivocamos, nos amenazan
con la Seguridad del Estado y la sospecha de contrarrevolución”,
dijo a este cronista un operador de tacho que pidió el anonimato
por temor a represalias.
Según Salvador Mesa Valdés, integrante del Buró
Político del Partido Comunista y secretario general de la
Central de Trabajadores de Cuba, de visita en el Antonio
Guiteras, la decisión de laborar turnos de 12 horas obedeció a
un acuerdo de los trabajadores de los 46 centrales que hoy
funcionan en Cuba, una aseveración que fue refutada por los
sindicalistas.
“Nosotros sometimos esa medida a votación y de
606 trabajadores, 600 votaron en contra. Por cierto, entre los
que votaron a favor de trabajar 12 horas algunos trabajan en
oficinas y no precisamente haciendo azúcar”, dijo un dirigente
sindical del central Guiteras que no quiso dar su nombre.
La situación de los obreros ferroviarios, que ya
pertenecen al ministerio de Transporte, todavía es peor. Se da
el caso que en vías férreas en malas condiciones tienen que
trabajar 16 y hasta 24 horas ininterrumpidas.
La locomotora 90 es operada por los hermanos
Leiva. “Ángel Luis llega a la casa totalmente extenuado; se
baña, desayuna y si acaso se despierta para almorzar después de
media tarde”, dijo el familiar de uno de los maquinistas.
Doce horas también pasan los guardagujas, los
operadores que cambian las vías férreas para dejar entrar y
salir a los trenes en el central.
En una alejada garita que no poseen ni una débil
bombilla, ni un farol, ni una linterna, esos obreros no tienen
con qué hacer señales a los trenes o a los vehículos en el paso
a nivel sin barreras. Si necesitan llamar por teléfono, deberán
encender un fósforo para discar en el anticuado aparato.
A lo largo de la zafra ya se han producido
accidentes y no es raro que los operarios trabajen cabeceando
del sueño.
Alguien pudiera pensar que si estos trabajadores
permanecen 12 horas en sus puestos de labor, serán retribuidos
en la medida de su esfuerzo. Nada más lejos de la realidad. Un
operador de tacho ganó este mes unos 700 pesos devaluados y diez
convertibles. En total, unos 30 dólares mensuales.
¿A dónde va Cuba?, se preguntará el lector.
La respuesta nos la dio un obrero del basculador
en el Antonio Guiteras cuando dijo a este cronista que aquella
no una fábrica de hacer azúcar, sino de destruir hombres.
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