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domingo, 11 de diciembre de 2011

Un novio marinero


                           
                                        Un novio marinero
        
Noche de exorcismos,
de alquitrán y de velas,
No hay  estrellas fugaces...
Es noches para vinos,
sin rosas, sin música…
Noche de  soledades y miedos…

Presurosos llegan
Los fantasmas que salen
del antiguo diván.
Quieren divertirse
en esta noche tibia,
en que mi sombra
vaga por los  calles de Banes,
por las angostas calles
que nos vieron pasar.

Una brisa confusa
se detiene en el silencio
que se quedó prendido,
desnudo de primavera,
en la ventana ambigua
que miraba siempre al mar...

Ya no soy la intrépida chiquilla
que te anidó en sus brazos,
soñando con las rosas,
que nunca florecieron,
rosas de invernadero,
a las que nunca llegan
los cálidos  besos
de un sol mañanero.

En esta hora de cuentas,
quiero encontrar la brújula,
que perdí aquella  tarde,
tratando de alcanzar
un pedazo de piedra
que parecía brillar.

"Calamidades todas
se sientan en mi mesa;
el pan está servido,
es hora de cenar...
Bebamos de este vino...
¡Pronto ha de pasar!
allá nos quisimos,
y no nos vimos más.”


El barco... Navegó sin rumbos,
dispuesto a naufragar.
Mis ojos, húmedos,
se cansaron de esperar...
No volvimos a ser los mismos
sentados en aquel muro,
leyendo los poemas,
que querías escuchar.

Me dijiste  "te quiero"
y yo no te creí,
me sorprendió tu beso…
Tus manos en mis mejillas,
una caricia tierna,
una sonrisa tuya...

Tú ocultaste el brillo
de tus pupilas negras,
y negra se hizo la noche,
y nos hicimos  novios,
 y no fuimos amantes,
y no fuimos amigos...

Pasaron los veranos
y la playa y las gaviotas
y la arena en mis dedos
ardiendo por escribir tu nombre...

Tan lejos, tan cerca, tan sin ti,
que me fui poniendo vieja
y no estrené los besos,
que en mi almohada guardaba,
tan sólo para ti.

Es noche sabatina,
no quiero ni pensarlo,
después de cuatro décadas,
estarás sentado
detrás de aquella puerta,
cerrada tan sólo para mi...

Otra vez alzo la copa,
con ganas de llorar.
¿De qué sirven los trastos
que guardo en la trastienda,
si nada fue, ni es, ni será
como quiso la niña
que se perdió en mis canas,
cansada de esperar
aquel  novio marinero,
que la quería mucho,
y deseaba  regalarle
el cielo y las estrellas....?

Un novio que yo  tuve,
un novio que   no espero,
un novio en el recuerdo,
un novio marinero
que no quiere partir.

Esperanza E. Serrano
Fort Myers , 2009
(Escrito en memoria de mi primer amor)

4 comentarios:

  1. Enamorarse de los marineros siempre a sido inseguro , pero si ello lleva a escribir hermosos poemas vendito sea
    La felicito Espe por el hermoso poemia , siento que las penas que lo crearon la hicieran sufrir siendo tan niña .
    El primer amor nunca se olvida , y ese primer amor en sierto grado influye en todos los amores que podamos vivir para el resto de nuestras vidas . Ranulfo

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  2. ...Le di mi amor y el mar como testigo
    nos vio a los dos al lado de sus aguas.
    Mas el destino quiso separarnos...

    El regresó después de errar por años.
    Se vino al mar y en él me vio llorando.

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  3. Hola Esperanza, No pienses por un momento que te tengo olvidada, realmente ando muy alocado con el lío de la presentación y todo lo demás. Me ha gustado leer tu poema, y percibir todo ese sentimiento envuelto entre gratas imágenes, te dejo un fuerte abrazo y te deseo unas felices fiestas, un abrazo

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  4. Ranulfo, tienes razón. Como dijo el poeta: "los marineros besan y se van... En cada puerto tienen un amor..."
    En mi caso no era un marinero cualquiera. Eramos vecinos y compañeros de estudio en la secundaria. Fue mi primer amor, se trataba de una relación bonita, ingenua, casi infantil, pero terminó.. El escogió echarse a la mar en un barco que pasó por allá, decidió hacerse marinero para salir de Cuba, y yo me fui a estudiar a la capital...Así terminó el romance que comenzó lleno de promesas... No nos volvimos a ver hasta muchos años después... El poema lo escribí una noche que me puse a recordar mi adolescencia en mi pueblo natal.
    Armienne bonitas palabras.
    creo que todos los cubanos, de una forma u otra, estamos marcados por el mar. Te confieso que no podría vivir en un lugar donde no pueda ver el mar. Aunque no lo tenga al alcance de la vista, pero necesito saber que está cerca, que puedo verlo, palparlo cuando lo desee.
    Roger, gracias por tus palabras. Pasé por tu blog y te dejé un comentario. Te deseo muchos éxitos en la presentación de tu libro este viernes.
    Espe

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