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viernes, 2 de diciembre de 2011

Cuba: Las fuerzas represivas y el silencio y la apatía como cómplices...



¿Quién nos protege?
Por:Leannes Imbert
LA HABANA, Cuba, diciembre
Leannes Imbert
(Leannes Imbert. Guantánamo,1977. Licenciada en Educación, Especialidad de Defectología.)
http://www.cubanet.org/ -Cierta vez escuché que cuando se creó lo que funcionaría como el primer cuerpo de policías en la antigüedad, con el fin de que protegiera al pueblo de saqueadores, asesinos, estafadores, etc., alguien, refiriéndose a los nuevos policías, preguntó: ¨ ¿y de ellos, quién nos protegerá?¨
Hoy en Cuba, constantemente me pregunto lo mismo. ¿Quién nos protege de unos policías que, lejos de cuidar y velar por el bienestar de los ciudadanos, los mancillan y atropellan, pisoteando continuamente sus derechos más elementales?
Cuando recuerdo al joven travesti Nelson Linares, a quien unos policías, detuvieron el pasado mes de septiembre, para luego dejarlo morir en uno de sus calabozos sin brindarle asistencia médica que necesitaba de urgencia, me aterra pensar que esos mismos hombres son los encargados por el gobierno cubano para cuidar nuestras calles y velar por nuestra seguridad. Son los mismos policías que hace algunas semanas dejaron desangrarse tirado en la calle, durante más de 50 minutos, a un deficiente mental, por ser presuntamente portador del VIH/Sida; algo de lo que fui testigo presencial.
Los cubanos vivimos horrorizados en una isla donde la policía está compuesta por  gente en cuya escala de valores no parecen estar el respeto por la dignidad y la vida. Policías, además, que no tienen nada que los frene, que se sienten omnipotentes, en un país donde no existe la división de poderes que reina en las sociedades democráticas.
De las arbitrariedades de que somos víctimas cada día los ciudadanos cubanos, de los atropellos cometidos contra personas que sólo intentan subsistir en medio de tantas penurias, de  las agresiones físicas que conocen tan bien las Damas de Blanco y el resto de opositores y disidentes  y, de los crímenes cometidos por la policía política en Cuba, no nos librará el gobierno, ni los jueces. Somos nosotros mismos, los cubanos atropellados, insultados y agredidos, quienes tenemos que poner coto a esos individuos que se creen con poder absoluto sobre cada ciudadano, porque eso les han hecho creer los dueños del país, los que les pagan.
Hce solo cuatro días, la noche del lunes 28 de noviembre, en San Rafael y Espada, en Centro Habana, un policía que manejaba un auto patrullero –el número 332-  a toda velocidad, no respetó el derecho de vía e impactó a un motociclista, causándoles graves heridas. El patrullero no se detuvo inicialmente, era la intención de los policías dejar abandonado al herido, pero a una cuadra de distancia un grupo de personas que había presenciado el hecho se plantó frente al auto y los obligó a detenerse, entre gritos e insultos. En medio de la ira que me produjo ver la actuación de los agentes, sentí esperanza al ver que el pueblo tuvo el valor de enfrentarlos, y pensé que es eso lo que tenemos que hacer, enfrentarlos.
Los cubanos tenemos que gritar, denunciar, contarle al mundo sobre las violaciones flagrantes y los tantos crímenes perpetrados contra nuestra gente por la policía y la Seguridad de Estado de este país, sólo así tendremos alguna protección ante esos bárbaros.
Tenía razón Martin Luther King, Jr. al decir que ¨La peor tragedia no es la opresión ni la crueldad de los malos, sino el silencio de los buenos¨. Es hora ya de que los cubanos perdamos el miedo que nos mantiene callados. Quitémonos la mordaza que por tanto tiempo nos ha impedido enfrentar y denunciar a nuestros agresores.

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