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martes, 21 de diciembre de 2010

El talón de Aquiles de la tiranía castrista.



Indiscutiblemente el talón de Aquiles de la dictadura es el terror a que los cubanos se independicen económicamente, de ahí que, enérgicamente, los mafiosos comunistas luchen por evitar la concentración de capital en manos de algunos cubanos dentro de la isla. A pesar de la crisis económica que atraviesa el país, siguen empecinados en mantener la economía subordinada a la política y a su ideología sectarista.
Los que conocemos de cerca los métodos empleados por los Castro y sus acólitos, bien sabemos que la autorización del trabajo por cuenta propia es una salida de emergencia para ganar tiempo.
Los cuentapropistas autorizados, si cumplen con todas las regulaciones, jamás podrán acumular ni mucho menos concentrar riquezas que lo ayuden a independizarse totalmente del régimen castrocomunista..
- Los altos impuestos tributarios a los cuentapropistas será otra ley absurda condenada a ser violada por los afectados. Lo que gane legalmente cualquiera de ellos en su "timbiriche" (pequeño negocio) no le alcanzará para cubrir los gastos, mantener a la familia y reunir un dinerito para poder disfrutar unas vacaciones, aunque sea por una semana, en una de esas instalaciones turísticas de lujo que tiene Cuba. Ni mucho menos podrán soñar con salir de vacaciones al extranjero,(El cubano, aunque tenga dinero, no puede darse ese "lujo" porque según Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional, los viajes en avión entorpecerían el funcionamiento normal de las líneas aéreas ya que los corredores aéreos estarían muy llenos)

Los comunistas mafiosos desde que tomaron el poder le declararon la guerra a la "propiedad privada". Los Castro y su camarilla de delincuentes se apropiaron de todo: Fábricas, talleres, escuelas privadas, instalaciones turísticas, mansiones, valiosas obras de artes de coleccionistas particulares (las cuales declararon patrimonio nacional, propiedad del Estado Cubano) y hasta efectuaron un canje de moneda -imponiendo el actual peso cubano- con limitaciones de canje a una cierta cantidad impuesta. En otras palabras, destruyeron la pequeña y gran burguesía cubana como clase social independiente, no subordinada al Estado y con mucha influencia en la política nacional hasta ese momento.

Declararon el igualitarismo social sobre la base de convertir a todos los cubanos en trabajadores dependientes del Estado. Único empleador, dueño absoluto de los bienes de producción, de las tierras y de todos los recursos incluyendo el más valioso: El recurso humano.

En la Constitución Socialista aprobada, según ellos por el pueblo cubano, no hay un solo artículo que proteja la propiedad privada. Todo pertenece al Estado, incluyendo la vivienda e incluso el ganado vacuno, que algunos campesinos crían en pequeñas cantidades junto con otros animales destinados al consumo familiar. Por ley, ningún cubano puede ser inversionista de algún proyecto socio económico dentro de la isla.

Al no existir estímulo a la iniciativa personal, a la creación individual y al desarrollo económico que eso conlleva, el trabajador con sueldo fijo, cumple su horario de trabajo pero le importa un comino si hay o no eficiencia económica en su centro laboral. La productividad es algo que solo aparece en los planes y documentos muertos. Y lo peor de todo es que a los trabajadores les pagan con una moneda tipo bono que solo funciona dentro de Cuba y que en la práctica tiene muy poco valor dado los altos precios de los artículos de primera necesidad ofertados solo en las tiendas de venta por divisas (CU) y en el mercado subterráneo donde los precios, aunque más bajos, también son demasiado altos para los que dependen de un salario.
La lucha por la sobrevivencia ha convertido al cubano medio en un delincuente común. Si no le roba al Estado (único dueño) se muere de hambre. Si no forma parte de la gran centrífuga que domina la sociedad cubana, perece. Los principios morales no dan para comer y mucho menos para vestir.

¿Realmente pensaron los dirigentes cubanos alguna vez que Cuba llegaría a ser, por el sistema socialista impuesto por ellos, un país próspero? Ahora se lamentan, (como ya lo han hecho otras veces ) y culpan a otros de los errores que han conducido al fracaso. ¡Que gran mentira!. A los Castro y a toda la generación moncadista que conforman la élite gobernante y a todos sus secuaces oportunistas, solo les importa mantenerse en el poder, no les importa Cuba. Ellos no entregarán el poder. Seguirán manipulando la opinión nacional, a su antojo, ganando tiempo, esperando a que, por ley biológica, lo pierdan al irse de este mundo.

En sus traquimañas y con la falta de escrúpulos que los caracteriza, han usado a sus aliados españoles y a la Iglesia Católica para dar la imagen de flexibilidad al liberar a los presos de conciencia de la Primavera Negra del 2003, cuando en realidad los han desterrado. Tanto es así que los once que se han negado a salir, junto el Dr. Oscar Elías Biscet permanecen tras las rejas, a pesar de que ya se cumplió el plazo que diera el propio Raúl.

A pesar de conocer cómo funciona el régimen castrista, recientemente grupos de opositores han entregados documentos (publicados en este blog el día 19 de dic.) al gobierno proponiendo soluciones a determinados problemas que aquejan al pueblo. Raúl, cínicamente en su discurso, de manera subliminal, dejó entrever cómo se pacta con el “enemigo”, haciendo anécdotas relacionadas con los primeros días de 1959 sobre el pacto que hizo con el ejército para evitar un golpe de Estado en la capital, ofreciéndoles el pago del dinero que debían cobrar por sus servicios a las órdenes de Batista.

Subliminalmente también en su anécdota sobre las reuniones en aquellos primeros meses de 1959 con el provisionalmente presidente Urrutia, dejó claro que desde el primer momento, eran ellos, Fidel y su camarilla los que tomaban las decisiones. No fue una casualidad que Raúl mencionara que el Estado no debía ocuparse de cosas tan elementales como las relaciones entre individuos, poniendo el ejemplo de la venta de autos viejos, así como criticando las tantas regulaciones que existen a la hora de ponerle precio a los productos del agro que se venden en los puntos particulares. Raúl es un viejo zorro y sabe que hay descontento, pero también sabe que en Cuba la oposición es pacifica y se conforma con los paños tibios que le pongan como parche al gran tumor ya en su nivel de metástasis. A sus cuadros les quiere enseñar (algo que ya ellos saben muy bien) cómo manipular al "enemigo", cómo entretenerlo y cómo demostrarle quien es el que manda.

Ahora están con la soga al cuello. Raúl sabe que el deterioro económico, físico y moral del país, los ha llevado a la quiebra. Los trabajadores que llenan las plazas, atacan a las Damas de Blanco, gritan: Viva Fidel Castro, viva la Revolución, son los mismos que saquean las propiedades estatales. No hay escrúpulos. A la hora de robar, se roban hasta la comida destinada a los enfermos. Se roban las medicinas y todo cuanto pueda tener valor en el mercado negro donde hay de todo a precios acordes con la ley que rige toda actividad comercial: La ley de la oferta y la demanda.

En Cuba el desorden y la indisciplina social es tan grande, que hasta roban en las tiendas de divisas, donde supuestamente trabajan los más fieles al régimen. Los trabajadores de las cafeterías de lujos de las instalaciones turísticas y de los centros comerciales, ofertan primero sus propias mercancías elaboradas en sus hogares con los mismos productos que se roban del almacén o que consiguen en el mercado negro, muchas veces más apetitosas y mas asequibles a los clientes que las que ellos mismos elaboran en la cafetería para la venta legalmente establecida.

El caos predomina. A pesar de la represión, de las sanciones y de los cambios de ministros y de otros dirigentes, la corrupción y las violaciones a las leyes absurdas ya no las para nadie. Las riendas del poder se les están escapando de las manos. Ellos están haciendo “maromas” para no perderlas. Están preparando una revista militar en saludo al sexto congreso del PCC. Revista que será entre otras cosas, una demostración al pueblo del poderío militar de la tiranía. Se supone que el pueblo cubano idenfifique a ese "distinguido" ejército con el poder de la tiranía castrista, la cual no dudará en tirarle los tanques de guerra al pueblo si se bota para la calle en protestra.(cosa que estaría por ver, porque esos soldados y esos oficiales también son parte del pueblo).
Aunque se opongan y sancionen con todo el peso de la ley, la acumulación de riquezas ya es algo que se está produciendo dentro del país. En Cuba existe un poderoso mercado negro el cual ha generado acumulación de capital. Hay ricos, que tienen su dinero muy bien escondido, y aunque saben que están violando las leyes, se sienten seguros porque públicamente se manifiestan como defensores absolutos de la revolución castrista y de la patria socialista, en muchas ocasiones actuan como los más extremistas, apoyando con hechos y palabras la represión contra los opositores pacíficos.

A todo ese caos se suma que el pueblo está cansado de oír las mismas consignas, las mismas promesas y las mismas amenazas. Los cantos de sirenas del dictador y sus acólitos pretendiendo imponer sus doctrinas, solo sirven para mantener entretenida a la gran burocracia, encargada administrativamente, de hacer las leyes, y las regulaciones para luego discutirlas con los subordinados en reuniones planificadas y realizadas a todos los niveles institucionales, en todas las ramas de la economía y en todas las esferas de la vida, incluyendo las organizaciones políticas y de masa. Mientras los “jefes” o cuadro dirigentes a todos los niveles ocupan su tiempo presentando las nuevas regulaciones, los subordinados escuchan buscando las aristas que les permitan escaparse violando lo establecido, bordeando el peligro. Es el eterno juego del gato con el ratón, solo que en Cuba, el ratón es más astuto que el gato, siempre se le escapa. Por eso, mientras más le declaren la guerra a la propiedad privada, más cerca están del abismo donde han cavado su propia fosa.
Hay principios y leyes fundamentales de la sociedad moderna que ningun gobierno, ni ninguna tiranía podrá violar ni siquiera imponiéndose por la fuerza. La acumulación de capital dio al traste con la comunidad primitiva y no fue por casualidad sino por causalidad. Ese es precisamente el talón de Aquiles de la tiranía castrista.

Esperanza E Serrano

1 comentario:

  1. Cuba es un desastre sufre una “descomposición institucional increíble”
    El cubano de hoy, sobre todo el nacido bajo el Sistema Castro-Comunista, no sabe exactamente qué es el trabajo y cuáles son los Derechos Humanos a respetar ya que han sido totalmente aplastados por el Sistema en su casi medio siglo de vigencia. Los stocks de productos se reducen bajo la custodia de los jefes, a veces compartido con el grupo de trabajadores. Esto sucede en los hoteles mayormente porque no se puede estar sirviendo alimentos y bebidas que permanezcan fuera del alcance de los empleados, mal pagados por el Estado.
    Esa bola no hay quien la pare.

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