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domingo, 18 de julio de 2010

La República de la conciencia


La República de la Conciencia

Que trampa tan bien hecha nos han hecho, que somos el ratón y la carnada; la pared y la punta de la espada, el embudo y su cono más estrecho! ¡Qué modo de torcernos tan derecho que resultamos crimen y coartada! ¡Qué trampa tan bien hecha y adornada con nuestro propio estilo contrahecho!"
René Ariza

Las recientes movidas políticas dentro de la Isla y fuera de ella, asociadas al tema de Cuba, no nos toman por sopresa, ni son indescifrables lectura de pared. Sin embargo es prudente cuidarnos de la mala memoria, el reduccionismo simplón y la proclividad a reemplazar la realidad última del tejido político con espejismos.

El que presos políticos cubanos sean puestos en libertad es recibido con alegría. De hecho siempre fueron inocentes de los delitos fabricados por la tiranía. Y como decenas de millares de presos políticos cubanos años atrás, también estos de hoy, víctimas de la injusticia y el despotismo. Sin embargo, hasta tanto no se desmantele la infraestructura judicial de la dictadura, una herramienta más del sistema represivo cubano, no cesarán de existir arrestos arbitrarios, enjuiciamientos sin las garantías necesarias, juicios sumarísimos, encarcelamientos bajo las peores condiciones y no cesarán de existir presos políticos en Cuba.

No nos llamemos a engaño. Nada sustancial ha tenido lugar. Nada significativo se ha producido. Los temas medulares de los problemas de Cuba son aquellos de los derechos humanos, de las libertades individuales y sociales, los de la instauración de la sociedad civil, los del imperio de las leyes y los del ejercicio pleno de la democracia y la soberanía por parte de los únicos legítimamente dueños de la nación.

La ingeniosa falacia de la Retro-volución ha sido expuesta, desnudada. La patria de los cubanos fue transformada a imagen y semejanza de la propiedad privada, deseada por y para Fidel Castro, ser Fidel Castro; nada tiene que ver con ideologías o ideas. Asimismo lo es la Plantación Tercermundista heredada por los Generales-Empresarios, engendro ficticio, falsificado, irreal de República. El Castrismo, el Raulismo y sus iguales son irredimibles.

Por supuesto que los protagonistas de esta última onerosa coreografía, son algunos de los usuales sospechosos de siempre, los que nunca han cesado de tratar de determinar, negociar y ejecutar los destinos de Cuba en provecho propio al tiempo que se aseguran que los propios cubanos queden excluidos y privados de participación alguna.

Lo mismo sea dicho de aquellos otros tras bambalinas por el momento, los "socialistas" que aupan el trabajo esclavo en Cuba a favor de jugosas ganancias y son cómplices de esa arquitectura infame de esquilmados trabajadores sin opciones a establecer sindicatos libres, a hacer huelgas y que sufren de una total carencia de derechos laborales: la España de los Moratinos y los Zapateros.

Son ingenuos los que creen que el actual proceso de "diálogo" entre la dictadura y la Jerarquía Católica cubana se iniciara a pedido de la Iglesia. Fuentes desde dentro de la Isla nos describen un escenario diferente.

Si se suma la atmósfera que raya en la desesperación dentro del círculo íntimo del poder en Cuba, a los reportes internos, especialmente los del "estado de opinión", junto a la altamente crítica situación financiera del régimen, se entenderá qué todo ello ha forzado a los Raulistas a utilizar a la Jerarquía Católica cubana como el "Mediador" adecuado para ofrecer algunas concesiones en aquellas áreas donde les es posible ser "condescendientes".

Hablamos de concesiones que aunque alivian la condición humana de esos presos, resultan para ellos en el Poder, nada significativas -soltar presos, trasladar otros, etc. El régimen ha sido claro en nunca aceptar "presiones" de nadie que invoque un cambio significativo y el cese de la dictadura.

En cuanto a la Jerarquía de la Iglesia, el protagonista idóneo para estas maniobras, nunca ha hablado -desde la ofensiva atronadora de las que fuera blanco en los inicios del régimen- en términos del cese de la dictadura, reclamo de libertades, inicio de proceso de democratización, o el legítimo derecho de los cubanos a vivir en una sociedad civil, abierta, ni siquiera una apelación para que se hagan efectivos los 30 artículos de la Carta Universal de los Derechos Humanos, ni una denuncia del carácter criminal de la dictadura.

El mutismo adoptado ha sido ensordecedor y pareciera un cuestionamiento de la validez de las premisas transcendentales defendidas y enarboladas por una muy diferente Jerarquía cubana entonces corajuda y valientes prelados, durante la época del Terror Total (1959-1962). Esos principios han sido defendidos por La Iglesia Católica en Polonia, Filipinas, Chile, El Salvador y otros países donde ha sido fiel al papel de la Iglesia de ponerse del lado de los oprimidos y denunciar abiertamente a los opresores.

Y si nada de lo anterior ni puede ni quiere pedir y obtener la Iglesia a cambio, ¿cuál entonces es el Quid Pro Quo?. ¿Qué quieren a cambio del favor prestado a los Raulistas en tiempos de verdadero aprieto para la dictadura? La lista de las "demandas" y reclamos de la Jerarquía Católica es conocida sólo parcialmente, pero sabemos incluyen devolución de propiedades, espacio en los medios de comunicación, volver a ser parte del sistema educacional de los cubanos, permiso de entrada de un mayor número de religiosos a Cuba, autorización de reparar la infrastructura, entre muchas otras.

Las "liberaciones" de presos y el "parcial alivio" de las situaciones de otros, están dirigidas a reparar la deteriorada imagen de gobierno español y darle oxígeno a la agenda del ex diplomático del franquismo, Miguel Angel Moratinos Coyaubé- en sus esfuerzos de demolición de la posición común europea. La Habana necesita de los créditos y migajas de la Unión Europea.

Por otro lado la política de concesiones unilaterales de la actual administración estadounidense no ha logrado obtener de La Habana cambios, ni reformas significativas, por el contrario ha endurecido y ha hecho más agresivo el discurso y la praxis del régimen. El "diálogo" con Madrid ha hecho de España el hazmerreír de todos, pero es justo confesar que les ha permitido llevar la delantera en sus objetivos de construir la infrastructura turística más impresionante del Caribe en Cuba, en espera del turismo estadounidense.

La infraestructura represiva de la dictadura cubana no ha cesado de consistentemente ser "productiva", y generar a lo largo de los años decenas de millares de presos políticos. Y no lo dejará de hacer mientras no se desplome la tiranía.

A lo largo de más de medio siglo, en varias oportunidades, la existencia del Gulag cubano le ha permitido al régimen "negociar", "canjear", trocar a millares de seres humanos a cambio de bienes de consumo, dineros, concesiones comerciales y políticas o simplemente como parte de un "gesto benigno", "liberar" presos a manera "de obsequiosos regalos", a distinguidos visitantes, una costumbre medieval propia de los sátrapas del Medio Oriente.

Los numerosos "diálogos" que han tenido lugar durante la larga noche totalitaria de Cuba, han tenido lugar "sólo cuando el régimen lo ha querido y sólo bajo sus propios términos". Ninguno de esos "diálogos" ha logrado una fisura en el monolítico muro del arbitrario sistema judicial cubano ni la liberalización de la sociedad cubana. Para los cubanos de a pie, si como se debate, los embargos han fracasado, también los mal llamados "diálogos".

Muchos de los "cambios 'tácticos" que hemos visto producirse en tiempos de crisis para la dictadura (un ejemplo de ello el Período Especial de los años 90) siempre han sido revertidos, y los que permanecen y son tolerados, lo son no sólo son por rendir jugosos beneficios al régimen, sino por no representar peligro alguno a la estabilidad del status quo que celosamente defienden.

Todos esos "diálogos" como los actuales ha sido orquestado para obtener ventajas para el régimen y los ajenos protagonistas de turno, no cambios sustanciales que beneficien al pueblo cubano. En esos "diálogos" se han derimido "diferendos", con mayor o menor éxito, entre el poder en la isla e intereses foráneos. Los siempre ausentes han sido los cubanos. Los presos políticos han sido siempre nuestros rehenes emocionales con los que chantajea el régimen.

Quienes llaman a la "reconciliación" como si se tratara de un pueblo dividido, debemos pedirles que cesen de insultar nuestra inteligencia. No existe diferendo alguno entre las víctima de ese régimen monstruoso, que son la abrumadora, atronante mayoría de los cubanos dentro de la Isla y los millones desperdigados por todo el planeta. Los exiliados, los desterrados, los forzados a escapar de aquella asfixiante atmósfera de opresión, han acudido siempre a apoyar, ayudar, confortar, consolar a sus hermanos víctimas como ellos, dentro de la Isla.

Lo que no puede haber es reconciliación entre los verdugos y las víctimas. Sino por el contrario existe la necesidad del reclamo de los que tienen hambre y sed de justicia. ¿No la han buscado los argentinos, los chilenos, los centroamericanos trás décadas de espera?. ¿ Por qué no el pueblo cubano?

Afortunadamente no son muchos los verdaderos responsables de tantos crímenes y violencia. Incluso la mayoría de los cubanos que sirven en las fuerzas armadas e incluso entre los cuerpos represivos, son víctimas también ellos de un sistema injusto y criminal que victimiza a quienes lo sirven y a sus familiares. Los grandes culpables son fácilmente distinguibles y deberán algún día responder ante tribunales internacionales.

No debemos desfallecer ante la impúdica presencia del despotismo. Ni siquiera angustiarnos ante los ajenos que se degradan y complicitan con nuestros opresores. No es la República de la Canalla, de los Envilecidos, de los Malvados, de los que sólo buscan lo suyo, la que sobrevivirá.

Tengamos convicción plena en lo principios que animan a la República de la Conciencia. Esa República que no perece bajo el plomo de los verdugos, ni ante la quema de libros, ni la censura, ni se acalla ante el terror, ni se aniquila en las mazmoras de la tiranía, sino que pervive en cada uno de nosotros, incluso dentro de la más oscura celda tapiada y el más doloroso y desgarrador destierro.

Tengamos convicción plena en los valores trascendentes que son el legado común del espíritu libre de hombres y mujeres, valores que no han perecido, sino que son acicate en nuestra histórica voluntad de ser Nación.

No nos dejemos disgregar. No perdamos el rumbo. No nos encandilemos con Cantos de Sirena. No miremos fijo a los ojos de la Medusa.

El único "Diferendo" que es la piedra del ángulo del "problema cubano", el medular, el sustancial, el que debe y tiene que ser resuelto por cubanos y entre cubanos, es el diferendo existente entre nuestra nación y nuestros opresores aún en el Poder.
Editorial 47 publicado por La Nueva Cuba el jueves 24 de junio del 2010
http://www.lanuevacuba.com

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