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lunes, 3 de agosto de 2020
La corta memoria de los cubanos
martes, 4 de enero de 2011
Es una realidad.
Amistades mías que han regresado de sus " vacaciones-visitas familiares" en Cuba me han contado que el descontento es evidente y tiene múltiples formas de manifestarse en todos los sectores de la sociedad cubana actual. El descontento no es sólo por los productos que ya no podrán comprar con la libreta de racionamiento, sino por que cada día la lucha por la sobrevivencia se hace más dificil y las nuevas medidas que pretende el gobierno implantar, han creado serias divisiones dentro de la población.
Los de mi generación han llegado a viejos, jubilados ya, sin ver el fruto de tantos sacrificios durante toda su vida. Más de 30 años trabajando para un gobierno que les prometió "un futuro luminoso" en una "sociedad más justa más plena, más humana" que la que existía en Cuba antes de 1959. El futuro prometido es el cruel presente que viven actualmente. Jubilados con una pensión que no les alcanza ni siquiera para comer, y sin fuerzas ni recursos para emprender cualquier tipo de actividad por cuenta propia, y en caso de intentarlo la competencia con los más jóvenes siempre les resultará desventajosa, porque a los sesenta años ya no se tiene la fuerza y el ímpetu necesario para empezar cualquier tipo de negocio y más cuando no se tiene experiencia ni destreza para la creación de un tipo de servicio, ni para la creación y comercialización de productos "hechos en casa". Se "salvan" un poco los viejos que tienen hijos en el extranjero, ya sean exiliados o trabajadores cubanos prestando servicios en otros países amigos del gobierno cubano.
La queja mayor de esos que creyeron ciegamente en el sistema, y que lo defendían contra vientos y mareas porque se sentían muy seguros con las promesas y "haceres" de la "revolución", hoy, que padecen de una miseria extrema, no pueden ni quieren entender que se les permita a otros hacer lo que a ellos se les negó por tantos años: trabajar por cuenta propia.
Esos que apoyaron y defendieron los planes de Ofensiva Revolucionaria, " El Plan "Pitirre", "Plan Maceta" y todos los planes que, de una forma u otra, se relacionaban con las intervenciones y apropiaciones de los negocios y propiedades de la burguesía y de los pobres dueños de timbiriches o pequeños negocios, esos, que fueron "educados" a considerar como algo muy malo, muy inhumano el trabajo por cuenta propia porque genera acumulación de capital. Acumulacion de capital que va en contra de los deseos y principios básicos del castro-comunismo
Esa generación que hoy oscila entre los 50 y 60 años a la que le negaron todo tipo de manifestación y creación individualm y que se acostumbróa a aceptar y cumplir pacificamente todo lo que le imponía el Estado, hoy se sienten traicionados y no entienden las propuestas de "reformas económicas que pretende implantar Raúl. En gran medida se sienten desprotegidos del sistema que les hizo creer que el Estado les resolvería todos sus problemas, porque ese Estado hoy les niega lo que antaño les prometiera, entre otras cosas la seguridad de empleo y la consecuente jubilación decorosa que les garantizara una vejez feliz.
Después de 52 años de blafemar contra el trabajo por cuenta propia, de perseguir y castigar a los pocos que se atrevían a vivir del "business" y del invento, ahora Raúl y su élite moncadista-militar pretenden "palear " la profunda y crónica crisis económica, permitiendo el trabajo por cuenta propia".
Pero es que el gobierno castrista no quiere en realidad resolver el problema, lo que busca es ganar tiempo. Los trabajos permitidos, con excepción de los relacionados con la agricultura, son empleos de prestación de servicios, en pequeña escala y para colmo quienes los ejerzan tendrán que pagar altos impuestos al Estado, lo cual es una medida disparatada que no estimula el trabajo por cuenta propia ni mucho menos ayuda al crecimiento económico de un país que está en la quiebra. Raúl y lo que él representa, no están permitiendo la creación de empresas privadas, ni están permitiendo la creación de industrias productoras de bienes materiales de consumo. No se trata de grandes cambios que resuelvan el problema se trata de un pequeño "maquillaje" para crear la ilusión de que "ahora si van por el camino correcto"
sin embargo la mayoría de mi generación allá en Cuba, se queja de que a ellos no les dieron las oportunidades que le están dando a los más jóvenes.
¿Hasta dónde llega el desconocimiento del pueblo sobre la realidad que atraviesa el país por el fracaso del socialismo como sistema económico?
Creo que son muchas las cajas de Pandora que se abrirán este año, cuando se les termine de caer la venda a los que hasta ahora han confiado en ese sistema.
Por el momento ya es una realidad: Comienzan los despidos masivos en Cuba. Asi lo ha publicado la prensa acreditada en la Isla:
“Cinco ministerios cubanos han comenzado el proceso de reajuste laboral diseñado para reducir las abultadas plantillas estatales del país, en un plan que prevé eliminar casi medio millón de empleos públicos a lo largo de este año.”
“Industria Azucarera, Agricultura, Construcción, Salud Pública y Turismo han sido los sectores elegidos para empezar este "reordenamiento laboral", una de las principales medidas que plantea el Gobierno de Raúl Castro para intentar superar la grave crisis económica que asfixia a la isla.”
…”Según previsiones oficiales, en 2011 se suprimirán definitivamente en Cuba 146.000 puestos de trabajo estatales y unos 351.000 funcionarios públicos pasarán a otras formas de empleo independiente, como parte de los ajustes económicos anunciados.”
viernes, 7 de agosto de 2009
Un comentario sobre "Cuba puede quedarse sin papel higiénico antes de final de año · ELPAÍS.com
viernes, 5 de junio de 2009
Cuba: las campanas están sonando fuerte.
Foto: Francisco Soberón
Cuando Raúl Castro asumió el gobierno en el 2006, muchos intuimos que se producirían cambios en la Isla de Cuba. Algunos, muy optimistas, pensaron en aperturas económicas, políticas y sociales a raíz de su discurso del 26 de julio del año 2007 en el que entre otras cosas prometió que "para el próximo año 2008 cada cubano podría tomarse un vaso de leche diariamente; no habría más apagones porque se continuaría trabajando en los planes de la revolución energética iniciada por el coma andante, y que para lograr todo lo que se había propuesto para el bienestar del pueblo, se producirían algunos cambios en algunas estructuras económicas que no estaban funcionando bien, etc.
Realmente fui y me mantengo muy escéptica con relación a las medidas de aperturas que muchos esperaban de Raúl. En ese sentido soy pesimista porque no creo ni confío en ningún comunista y menos si es cubano y lleva el apellido Castro. Sin embargo debo reconocer que ha habido cambios estructurales
Si miramos el panorama actual de Cuba en los últimos meses, podemos comprobar que sí ha habido cambios sustanciales, sobre todo en el aparato gubernamental. En lo que va de año Raúl ha hecho la más profunda reestructuración de los últimos 15 años en el gobierno cubano. Ha destituido a 8 ministros, entre ellos al impopular ex-ministro de Relaciones Exteriores de Cuba Felipe Pérez Roque; ha destituido a 4 vicepresidentes del Consejo de Estado y de Ministros, en este grupo cayó Carlos Lage. Hace a penas unos días disolvió la poderosa corporación estatal cubana Cubalse y ahora vemos que también se ha producido otro cambio, aunque debo aclarar que se trata según, ha comunicado la prensa oficialista, de una renuncia voluntaria.
A partir de ya, Ernesto Medina es el nuevo Ministro- presidente del Banco Central de Cuba, ya que Francisco Soberón solicitó ser relevado como gerente del Banco Central de Cuba, como miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, como miembro del Consejo de Estado y como Diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Me llama la atención porque hace apenas unos días, el Señor Soberón hablando de los problemas económicos de Cuba, enfatizó en la necesidad de convertir el ahorro en la isla, en la prioridad numero uno. Incluso propuso cambiar la histórica consigna de "Socialismo o muerte" por la de "Ahorro o muerte".
Me llama mucho la atención esta repentina solicitud de liberación de todos sus cargos y responsabilidades por parte del hombre que controlaba las finanzas en Cuba, incluyendo la Cuenta nº 1, es decir, la cuenta Especial de Fidel Castro, según el ex escolta teniente Coronel ( no sé si será ex teniente o si todavía conserva los grados) Juan Reynaldo Sánchez.
Me pregunto ¿Tendrá esa solicitud algo que ver con la consigna de "ahorro o muerte"?
Me parece que si.
Soberón es uno de los talibanes fidelistas, no encajaba bien dentro de la cúpula militar gobernante, no precisamente por bueno sino porque tenía accesos a cuentas que ellos no podían controlar. Cometió "el error" de lanzar una consigna que ha creado el terror en los hogares cubanos. Lo demás lo dejo a consideración del lector.
Seguiré con los cambios.
Cada día el poder económico y político se concentra más alrededor de los generales y otros militares fieles a Raúl Castro.
Las nuevas medidas tomadas por el gobierno apuntan hacia un mayor control de todo cuanto se mueve dentro de la isla que pueda afectar los intereses de la nueva cúpula gobernante y por consiguiente a un aumento de la represión por la imposición de nuevas medidas absurdas que solo sirven para asfixiar más a la población cubana.
Ha aumentado el descontento, la falta de confianza y de la fe en la revolución castrista en el pueblo, que ya no cree en promesas porque está cansado de esperar "un futuro mejor" que cada vez se percibe más lejos o inexistente.
Ha aumentado la miseria, la indisciplina social, la delincuencia y el crimen organizado.
Han aumentado los impuestos a los pocos trabajadores por cuenta propia que persisten en independizarse del estado creando sus pequeños negocios familiares como paladares, servicios de fotografías y vídeos para cumpleaños de quince y bodas,etc-
También le han aumentado los impuestos a los que ejercen sus oficios por cuenta propia: carpinteros, artesanos, plomeros, manicuristas, costureras, etc.
Han vuelto los apagones o los alumbrones.
Se ha empeorado el sistema de transporte público a pesar de la enorme inversión que recientemente hizo el gobierno comprando ómnibus chinos para mejorar el servicio en las principales ciudades. Omnibus que se han roto por las pésimas condiciones de las vías, por la cantidad de pasajeros que cargan en los viajes y por el gran desorden e indisciplina social existente. No son rentables porque las personas no estan echando monedas en las alcancias, como una forma de vengarse del sistema. Muchos de esos ómnibus tienen problemas con el aire acondicionado y lo peor es que no hay piezas de respuestos para repararlos porque no calcularon las rupturas en los planes económicos.
En los famosos campos de la salud y de la educación, crecen los problemas por la falta de profesionales y de materiales necesarios para brindar los servicios, tanto en las escuelas como en los hospitales y otros centros de salud.
Es cierto que se siguen graduando médicos en Cuba, pero la mayoría de lo especialistas, que no se forman en un par de años, están cumpliendo misiones internacionalistas. Lo cual dificulta la atención medica especializada a los enfermos en Cuba.
La mayoría de los maestros activos son profesores emergentes, muchos son jóvenes sin experiencia laboral previa y sin una adecuada formación académica, a demás de que muchos de ellos carecen de la vocación, tan necesaria para una profesión tan importante como lo es la educación de las nuevas generaciones.
La lista de los cambios es larga, pero en ninguno de los auspiciados y anunciados por la cúpula militarista gobernante, veo una apertura hacia la democracia, hacia el pluralismo político y mucho menos la solución a la crisis permanente que padece el país desde hace más de 50 años, agravada ahora por la crisis económica internacional que ha obligado a Chavez a retirarle parte de la ayuda gratuita que antes le daba a Cuba como muestra de su agradecimiento a Fidel Castro.
Creo que seguirán los cambios dentro de la nomenclatura del gobierno y quizás se produzcan ligeros cambios políticos, sobre todo en lo relacionado con la política exterior.
Si tienen en cuenta los acuerdos de la OEA tomados en San Pedro Sula en Honduras, el gobierno de La Habana presentará sus nuevas credenciales ante la OEA, de lo cual no espero mucho ya que lo más probable es que sea esta organización quien cambie sus estatutos teniendo en cuenta el florecimiento y crecimiento de la ideología izquierdista en América.
Otros cambios hacia afuera ocurrirán cuando se reinicien los diálogos con Estados Unidos sobre Emigración. Y quien sabe si hasta logren que el Presidente Barack Obama o la Sra. Clinton, Secretaria de Estado, intercedan para eliminar lo poco que queda del embargo económico...
Estamos a mediados de año, como van las cosas, estoy segura que seguirán los cambios dentro de Cuba. Aquí no termina este capitulo de la historia. Ojala el pueblo despierte porque las campanas están sonando fuerte.
sábado, 23 de mayo de 2009
Cuba en la encrucijada
Por Lázaro Tirador Blanco / Periodista Independiente
Es indudable que Cuba se encuentra en la más dramática encrucijada de su historia. Con la retirada de Fidel es innegable que la mayoría del pueblo cubano sintió como un leve vahído, como un mareo que lo dejó a expensas de las más disímiles especulaciones, tanto en el ámbito nacional como internacional, sobre el significado de este acontecimiento inesperado. Es indudable que Castro se hizo imprescindible en la vida diaria de los cubanos, en su alimentación, en su comportamiento y hasta en su manera de pensar, todo programado, orientado y organizado por una fantástica y eficiente maquinaria de control total que, no por diabólica deja de ser admirable en su concepción y praxis.
Todo ello fue posible primeramente por el cierre total de las fronteras de Cuba para los cubanos: no hay libertad para viajar, no hay entrada de televisión o radio extranjera, no hay acceso a la información y todo lo que no sea orientado y establecido por el Partido Comunista y Fidel es contrarrevolución. Además, se montó una andamiaje propagandístico sin igual en la historia, que dejó como insignificante los conceptos de la propaganda goebelista del nazismo. Toda la publicidad en Cuba es sobre las bondades del sistema, sobre los mártires del sistema, sobre el protagonismo universal del sistema y sobre todo sobre el invencible Comandante en Jefe y ahora sobre el recién estrenado heredero del trono.
Todo ello quizás no hubiera sido suficiente para tener avasallado a todo un pueblo por décadas si no hubiera sido por un férreo, irreflexivo y poco eficiente bloqueo o embargo total contra Cuba, de parte de 10 administraciones norteamericanas. No quiero discutir la eficacia que pueda haber tenido el bloqueo en los primeros años, pero estoy convencido –por haberlo sufrido en Cuba-, que fue y es el mejor argumento y la mejor arma que ha utilizado el castrismo para esconder sus arbitrariedades, su control total de la economía, los servicios y todo lo que vuele, camine o se arrastre en el país, incluyendo sus habitantes.
Cuando faltan los alimentos que no se producen por las malas políticas productivas aplicadas, la culpa es del bloqueo; cuando faltan los medicamentos y recursos médicos malgastados en supuestas misiones humanitarias en otros países –negocios de los magnates gubernamentales-, la culpa es del bloqueo; cuando no hay transporte en las ciudades o el campo para el movimiento cotidiano de las personas y la economía, la culpa es del bloqueo; todo lo que ha acontecido en el desgobierno de Cuba es culpa del bloqueo. El bloqueo ha sido y es el mejor aliado del régimen porque, además de pretexto, ha sido utilizado para evitar el contacto de muchas generaciones con la democracia, el libre pensamiento y el conocimiento y práctica de los más elementales derechos de los seres humanos organizados en una sociedad civilizada.
No en balde Castro es considerado por algunos expertos como un gobernante fuera de serie en la historia política contemporánea y es el único que ha logrado engañar casi todo el tiempo a casi todo el mundo, al menos en Cuba.
Algunos de los logros del totalitarismo castrista y que pretenden enraizarse aún más en el país son la eliminación casi total del liderazgo político –que no sea el del régimen-, el traumatismo total de la sociedad civil y sus estructuras tradicionales al extremo que el día en que Cuba recupere todo lo perdido, los cubanos tendrán que aprender a usar sus derechos cívicos y constitucionales; la suspensión totalmente completa de la iniciativa económica privada –salvo mínimas expresiones temporales de algunas actividades de servicios-, así como la expresión libre del pensamiento y las ideas. Estos son los elementos bajo los que han crecido y vivido muchas generaciones de cubanos en nuestra hermosa y maltratada patria.
Lo que tampoco se puede negar es que, pese a que lo que debía ser no ha sido en Cuba, lo que no debía ser como la delincuencia, la inmoralidad, la doble moral y la corrupción han sido propiciadas por el propio sistema a extremos tales que las lacras contra las cuales supuestamente lucharon los que hoy mandan, se han multiplicado y perfeccionado, alcanzando niveles increíbles y convirtiéndose en práctica obligada de supervivencia de la mayoría de los cubanos.
Desgraciadamente, aún en la disidencia el régimen a logrado mantener de tal manera el control de su mover político que es todavía hoy un movimiento que no tiene unidad ni una plataforma común por la cual lugar y cada grupo se mueve por sus propios programas, ideas y manera de pensar sobre la realidad cubana actual. Como dicen en mi pueblo, los Castro no tienen un pelo de bobos y han sabido valorar estos elementos y por ello han permitido la supervivencia de estos grupos para, entre otras cosas, dar la imagen de que en Cuba se admite a los que no comparten las ideas de la Revolución, pero nunca contra la Revolución. Y todo sigue igual.
La realidad es que Cuba se encuentra en una encrucijada, en espera de las cacareadas medidas de flexibilización que podría tomar Raúl Castro, a las nuevas medidas que puede tomar el gobierno del Presidente Obama según sus promesas electorales. A ello se suma el renacimiento militarista soviético y perpetuidad soñada por Chávez, pero eso es harina de otro costal y tema de otros artículos.
Como ya he dicho, ¿qué vamos a hacer? Se impone una concertación de todos los esfuerzos dentro y fuera de Cuba para dejar de jugar a la oposición y lograr un verdadero esfuerzo nacional para que los cambios sean reales, sin parches ni remiendos, sino medulares en la esencia de nuestras libertades robadas, negadas y escamoteadas durante 50 años. Tampoco podemos olvidar que se necesita de un verdadero liderazgo que concierte y ponga orden en todos los esfuerzos para dejar de tirar pedradas contra un régimen bien estructurado y poderoso y que todos estemos en el sentir de ganar para las futuras generaciones una Cuba verdaderamente libre.
,Para ello, tenemos que estar conscientes de la encrucijada actual, para elegir cual sea el mejor camino, el que conduzca a la libertad y la reconciliación nacional.
Autor> Lazaro Tirador Blanco
martes, 19 de mayo de 2009
Breve nota al Presidente Mexicano Felipe Calderón Hinojosa
Breve nota al Presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa
Por Lázaro Tirador Blanco
Cuando la Secretaria de Asuntos Exteriores de México Patricia Espinosa Cantellano y el entonces Ministro de relaciones Exteriores de Cuba Felipe Pérez Roque (ahora purgado) firmaron el convenio entre los dos gobiernos en el marco de un ostensible mejoramiento de las relaciones entre ambos países bajo el gobierno del presidente Felipe Calderón, se establecía que serán deportados los balseros que llegan a las costas mexicanas; los que entran por tierra desde Centroamérica y los que salieron legalmente de Cuba, pero no regresaron y también están en situación irregular.
Con este paso, el gobierno de Felipe Calderón parecía dar un espaldarazo al régimen de Castro, con una inusual medida que cerraba drásticamente una de las pocas puertas usadas por los cubanos que huyen día a día de la opresión, la miseria y la persecución castrista.
Nunca antes México había dado tal golpe en la cara a los que buscaban en este país la posibilidad de establecerse o de llegar al único lugar donde todavía son recibidos y tienen oportunidad de trabajar y residir. El acto fue no una ofensa a los cubanos que ansían la libertad, sino al propio principio de solidaridad que siempre había dado este país a los necesitados, siendo ellos mismos un país de inmigrantes.
Detrás de estos acuerdos se sostienen elementos como el de frenar el uso de México como "puente" de los grupos de traficantes de indocumentados cubanos, pero sin tener en cuenta la situación de explotación y muchas veces peligro para las vidas de aquellos que deciden arriesgarlas antes de seguir bajo la tiranía de los Castro.
Mucho se especuló de los acuerdos o pactos que estaban detrás de esa actitud de las autoridades mexicanas y parecía que estaba naciendo un nuevo romance, quizás propiciado por las insinuaciones del presidente Raúl Castro sobre la aplicación de medidas de apertura en Cuba y el mejoramiento de las relaciones comerciales con México. De los cubanos sólo podían decir que aspiraban a llegar a la frontera con EE.UU. para presentarse allí. No recuerdo ningún caso en que se encontraran vinculados con el narcotráfico y el sicariato que aún hoy afecta a aquel país.
Todos los cubanos que han sufrido la dictadura de los Castro por más de 50 años, sentimos un dolor profundo ante la actitud del gobierno mexicano y esa especie de solidaridad con el régimen.
Pero Dios es justo y muy poco tiempo después de esta medida que México copatrocinó, el régimen mostró una vez más su rostro despótico, soez y malintencionado en la persona y la lengua del Dictador en Jefe: Fidel Castro acusó a las autoridades mexicanas de haber ocultado el brote del virus H1N1 debido a la visita que realizó a México el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a mediados de abril, cuando ya se habían diagnosticado los primeros casos, según él.
Parece que la senectud del tirano ha despertado en el él una nueva faceta de cuidador y guardador del mundo, ese mismo mundo en el que fundó guerrillas, entregó armas, envió soldados y financió –como buen sicario soviético- revueltas, atentados y la desestabilización de gobiernos de países, principalmente en América Latina y África. Por eso se convirtió en vocero y “chivato” de lo que supuestamente había hecho México con el caso de la influenza.
Si algún error hubiera cometido el gobierno azteca, otra debió ser la manera de llamarle la atención, sin la postura sensacionalista usada por Castro, acostumbrado al vedetismo político que gozó y aún goza sobre el sufrimiento de su propio pueblo.
Espero que la experiencia haya sido buena y aleccionadora para el presidente Calderón, para que se cuide más de permitirse, él o los representantes de su gobierno, las amistades y los chanchullos contra el verdadero pueblo cubano, el que sufre, el que es perseguido y el que ha buscado en su hermano mexicano la oportunidad de ayuda en su dolor y en la fuga de sus opresores.
Este sería una buena oportunidad para que el Presidente Felipe Calderón se retractara del pacto con el régimen sobre la deportación de los cubanos que lleguen a México indocumentados; sería el momento de enmendar errores en su acercamiento a un régimen que pretende establecer una dinastía tiránica en medio de una comunidad de naciones donde cada día toman mayor auge el pluralismo, la concertación regional y la buena voluntad entre los gobiernos en aras del bienestar de sus pueblos y de la región.
¿No se ha dado cuenta, Señor Presidente Felipe Calderón que el régimen de Cuba, en contubernio con el Emperador Chávez I y el resto de sus acólitos del Socialismo del Siglo XXI se confabulan para seguir oprimiendo al pueblo de Cuba y arrastrar a otros a esa condición? Si usted realmente ama a su pueblo, como tantas veces ha demostrado, respételo y rompa los lazos “amistosos”, no con los cubanos, sino con los que se llaman sus representantes y lo hacen por la fuerza.
Los buenos mexicanos tienen bastante fama de rectos, corajudos, honestos y fieles, demuestre que usted es digno de ser el Presidente y representante de ellos y no denigre a México con pactos con opresores, tiranos y desalmados como los que dominan todavía –aunque ya por poco tiempo-, a mi Cuba linda.
Entonces gritaremos con usted: ¡Viva México! ¡Viva Cuba
jueves, 14 de mayo de 2009
¿TIENE FUTURO LA REVOLUCIÓN CUBANA?
En alguna ocasión Fidel Castro expresó una especie de concepto novedoso para Cuba: dijo que Revolución “es cambiar todo lo que debe ser cambiado”. No mucho tiempo después, durante la etapa de Raúl como sustituto provisional de su hermano, se organizó una especie de debate nacional en el que participaron alrededor de cinco millones de cubanos, donde el tema central era la posibilidad de expresar las “críticas” y las opiniones de las cosas que deberían cambiar en el país.
El montaje del espectáculo fue bien concebido para dar la apariencia de que nuevos cambios eran posibles en Cuba dentro de la propia Revolución. En los primeros meses de Raúl como Presidente oficial, las “medidas” adoptadas tenían la finalidad de mostrar la voluntad de hacer cambios; pero la realidad ha sido que sólo se trataba de una falacia más para complacer a la opinión pública que reclama cambios en Cuba y principalmente a la Unión Europea, para que este bloque reanudara –como ya hizo-, las relaciones comerciales y de colaboración con La Habana.
Si bien es cierto que la inmensa mayoría de los cubanos coinciden en que hay una gran necesidad de cambios en la Isla, los acontecimientos más recientes demuestran que los cambios que se pueden esperar están relacionados con el fortalecimiento del poder por parte del nuevo gobernante, aún a expensas de desalojar del poder a los supuestos “líderes carismáticos” que heredó del período de Fidel. Esto quiere decir en buen cubano “mantener agarrada la sartén por el mango y seguir la conga”… y para el pueblo más de lo mismo por otro puñado de años más. Hay que recordar que Raúl había establecido un límite en las promesas de cambios desde su etapa de Presidente en funciones: “Lo único que no cuestionará jamás un revolucionario (supuestamente todo el pueblo) es nuestra decisión de construir el socialismo”.
En el panorama cubano actual han surgido varias tendencias de opinión sin que en realidad contradigan o pongan en peligro la integridad del control ni el dominio total del régimen, porque todos son variantes de una aparente nueva izquierda que podría conciliar el sistema revolucionario con retoques más flexibles. Las más popularmente difundidas se refieren a hacer cambios en los conceptos de producción y distribución de las riquezas sin igualitarismos, combinando el trabajo asalariado con alguna permisibilidad a labores “por cuenta propia”, sobre todo en los sectores agrícolas y de producción de alimentos localmente. La otra plantea la posibilidad de aplicar una variante de la experiencia China, lo que traería cambios más amplios en las estructuras y los conceptos actuales por los que se rige la economía cubana.
En términos generales, a la mayoría de los cubanos estos conceptos le suenan “como idioma chino”, ininteligibles e incomprensibles, pero se consuelan un poco porque traen la coletilla de “cambio” y ese sí es un concepto que ha germinado en casi todas las mentes en la Isla, donde hay casi una unanimidad no acordada sobre la certeza de que las cosas ya no pueden seguir como hasta hoy, porque ya no caben más pobreza, sufrimientos y explotación en la palangana.
De este análisis se puede concluir que hay dos etapas principales por las cuales debe transitar Cuba inexorablemente. Una es la económica, que es la que está hoy en la mente y el interés de la inmensa mayoría de la población. Las mayores esperanzas están en los beneficios que podrían representar las medidas que está tomando y podría tomar en un futuro próximo el gobierno norteamericano, con las recientes flexibilizaciones y un alto porcentaje de probabilidades del levantamiento del embargo. Estas expectativas han polarizado mucho las cuestiones políticas y las opiniones sobre la necesidad de los verdaderos cambios del sistema. La otra es la política, ya que de ocurrir estos cambios como se ven venir, la dirección del régimen cubano quedaría sin el gran enemigo imperialista, sin el gran culpable, sin el sostén de su inmensa y tenebrosa estrategia política y la Revolución se quedaría sin muletas.
Este será el tiempo en que el pueblo cubano, en su inmensa mayoría, pensaría en la real necesidad de las transformaciones políticas, de los verdaderos cambios que podrían dar un vuelco de 180 grados a la sociedad cubana, enfilando el rumbo hacia la democracia secuestrada por 50 años.
El futuro de la Revolución es inexorable, ella es ya un muerto andante que se dirige inexorablemente hacia su tumba, que es su único destino.
Los cubanos de libre pensamiento, los que queremos una vida y un futuro mejor para nuestros hijos, los que debemos saldar la deuda de haber creído una vez en la utopía en la cual crecimos y a la que defendimos y por la cual fuimos engañados, debemos trabajar unidos para que nuestro sufrido pueblo despierte de su letargo, tome conciencia de este proceso y se prepare con urgencia para ejercer más temprano que tarde, los derechos y obligaciones ciudadanas de las que hemos sido despojados por tantos años de opresión totalitarista.
No obstante, debemos estar alertas, no desmayar y perseverar porque hay intereses hegemónicos que quieren oxigenar el cadáver, para que participe en la resurrección del fantasma comunista, totalitarista que se está gestando y que el pueblo cubano sea burlado una vez más, para ser condenado, al menos a otros 50 años de militarismo, esclavitud y servilismo, más peligroso y nefasto que el actual.
¿Cuál será el futuro? ¡Está en nuestras manos, en las manos de todos los cubanos tomar la decisión!