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sábado, 1 de junio de 2013

Rosa María Payá en exclusiva



LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org.- Rosa María Payá -hija del desaparecido líder del Movimiento Cristiano Liberación- regresó a Cuba tras finalizar una gira con el objetivo principal de promover una investigación internacional, para esclarecer las circunstancias que dieron lugar a la tragedia que el 22 de julio de 2012 costó la vida a Oswaldo Payá y Harold Cepero.

La hija de Oswaldo Payá y Ofelia Acevedo accedió a una entrevista para Cubanet. Habiendo cautivado al público a través de los medios, insiste en que no es su indiscutible liderazgo, ni ella misma, lo más importante. Descubrir si hubo o no responsabilidad gubernamental en los sucesos del 22 de julio de 2012, terminaría con un ciclo de violencia, así como con la impunidad de la Seguridad del Estado, y la presunta inmunidad de las autoridades a las consecuencias de la violación sistemática de los derechos humanos de todos los cubanos.

¿Cuál es la situación de la demanda ante los organismos internacionales, para que se investigue el caso Payá?
En el informe del Examen Periódico Universal, hubo un pronunciamiento al respecto. Nosotros presentamos la demanda ante la Relatoría de Crímenes Extrajudiciales del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que dirige la Alta Comisionada Navy Pillay. Unos días después, la Relatoría nos contesta diciendo que aceptan el caso y que están en contacto con las partes. De hecho, creo que las palabras que usaron es que están en contacto con las familias de las víctimas, lo cual implica un juicio al respecto de lo ocurrido. Más allá de eso, Naciones Unidas tiene sus mecanismos de acción, directamente con el gobierno del país, de mandar a pedir información o de enviar medidas de urgencia, que no todos son públicos. Lo que sí sabemos es que ellos están trabajando en el caso.

Yo le hice la pregunta directamente a la señora Navy, porque después de la intervención ante el Consejo de Derechos Humanos –esa intervención que duró dos minutos, que me interrumpieron como 7 países “estandartes de los derechos humanos”, entre ellos Cuba, Rusia, Bielorrusia-, después de eso había un pleno con la Alta Comisionada, y yo le pude hacer la pregunta de si conocía el caso (es decir, la petición de una investigación internacional) directamente a ella, y ella me da las condolencias, me dice que saben del caso y me pone en contacto con la Relatoría de Crímenes Extrajudiciales; y allí es cuando nosotros presentamos la demanda, y unos días después ellos nos responden diciendo que tienen el caso. Es un proceso. Yo no estoy diciendo que ellos estén haciendo una investigación internacional, solamente estoy diciendo lo que ellos dicen: que están trabajando en el caso con los mecanismos que tiene Naciones Unidas que no todos son públicos.

¿Cómo fue tu intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU?

Dentro del Consejo de Derechos Humanos, hay unas semanas en que las ONGs pueden hablar. Hubo una ONG que se llama U.N. Watch, que me dio su tiempo a mí. Son dos minutos en el Consejo de Derechos Humanos, y en el momento de mi intervención, yo no llevaba medio minuto hablando y “Cuba” comienza a hacer ruido y a pedir la palabra. El presidente, por supuesto, me paró a mí, y le da la palabra al representante de la misión cubana en Naciones Unidas. Si lo buscas están las palabras exactas, pero el tono era el mismo de las amenazas de siempre: “¿Cómo es que esta mercenaria osa venir aquí al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas?” Y pidiendo que no me dejasen hablar, que no me dejasen ni terminar los dos minutos.

Creo que después se levanta Estados Unidos y dice algo así como: “Bueno, de todas formas, todos tenemos derecho a hablar. Vamos a escuchar lo que tiene que decir.” Se sienta Estados Unidos y comienzan a pararse de manera consecutiva: China, Rusia, Bielorrusia, Pakistán, Nicaragua, no recuerdo cual otro de estos países que dicen ser “estandartes de los Derechos Humanos”, se paró para apoyar a “Cuba”, para decir: “solamente apoyo la moción de Cuba”. Pero bueno, después de que se sentó el último, el presidente me volvió a dar la palabra y pude terminar.

En ese Consejo se escuchan todo tipo de cosas, todos los días que dura el Consejo -desde los esclavos de Mauritania, hasta las torturas en Irán-, y la mayoría de los países no reaccionan contra los activistas de Derechos Humanos que están hablando allí. Esa reacción, evidentemente planificada -porque tuvieron que haber hablado con China, con Pakistán, con Rusia, con Bielorrusia, con Nicaragua, para que se levantaran en ese momento y apoyaran a “Cuba”-, indica también su prepotencia, su incapacidad para lidiar con la verdad. Lo que estábamos pidiendo allí era una investigación, estábamos pidiendo un plebiscito. No estábamos acusando a nadie, todo lo contrario, estábamos proponiendo un diálogo.

¿Quieres contarnos sobre tu entrevista con Ángel Carromero?
Mira, yo hablé con él llegando del aeropuerto. Llegué del aeropuerto -estaba muy cansada-, me acosté a dormir, y él estaba en mi casa. En casa de mi primo. Él fue muy cercano, muy coherente, muy racional; me lo explicó todo. Me quería explicar todo paso por paso, lo que había pasado. Estaba bravo (enfadado), de cómo lo habían tratado en Cuba, de cómo lo habían tratado en España, de las cosas que le seguían haciendo, de la actitud de la prensa. Digo bravo porque estaba frustrado de que lo que había salido no era la verdad, y en cuanto a su situación: está siendo tratado como un culpable siendo inocente.

Pero estaba siendo muy racional y muy coherente, y además muy sereno en cuanto a explicar los hechos de manera coordinada y de manera precisa. Incluso había momentos en que me decía: “no recuerdo, eso que me estás preguntando yo no lo recuerdo con exactitud. A veces tengo lapsus, ellos me drogaron”. Es decir: él no me inventó nada, y fue muy preciso incluso cuando yo pretendí en algún momento teorizar, me dijo: “eso no lo sé”. Y por eso cada cosa que hemos dicho ha sido exactamente aquello de lo que tenemos conocimiento. No hemos hecho en ningún momento versiones de lo que ocurrió. Hemos dado hechos que hemos podido confirmar.

Él se mostró muy dispuesto a apoyarnos en todo, y convencido de lo que él decía era la verdad, y que la verdad la diría allí donde la tuviese que decir. Habló con la prensa en el momento que él decidió, y de la manera en que él lo decidió. Algún sector de la prensa en España en algún momento se mostró hostil con él, quizás por eso decidió comenzar por otro medio; pero yo creo que también fue una suma de circunstancias: en el momento en que él había decidido hablar, quien le preguntó fue el Washington Post. Él lo hizo de la manera que él quiso. Me dijo que lo iba a hacer y yo le pedí que lo hiciera, además. Pero lo que es quizá más importante es que él está dispuesto, lo expresó, a tomar parte en cualquier proceso legal, como testigo, exponiendo los hechos que fueron su experiencia.

¿Cómo interpretas el comportamiento del gobierno español?

Nosotros intentamos ver a todos en España, explicarles a todos lo que había ocurrido, porque estábamos pidiendo apoyo para una investigación, una causa que entendemos es muy justa y que además tiene mucho que ver con España porque dos de los implicados son ciudadanos españoles. Uno de ellos es mi padre y el otro es Ángel Carromero.

La actitud del gobierno como tal, a mí no me ha resultado suficiente; por el hecho de que Ángel Carromero es inocente, y el gobierno lo sabe porque los mismos mensajes de texto de los que yo tengo conocimiento están en manos del gobierno español, y él sigue siendo tratado como un culpable en un país libre donde hay conocimiento de su inocencia. Eso es un hecho contra el cual nosotros nos rebelamos y con lo que no estamos de acuerdo y así lo hemos dicho explícitamente. Así se lo dije al señor ministro García-Margallo, que me dio como respuesta que él no va a interferir en nuestros esfuerzos por realizar esta investigación internacional.

¿Has recibido muestras de adhesión de otros políticos y parlamentarios europeos?

Me entrevisté con muchísimos políticos en España, de diversos colores. El PSOE no se quiso entrevistar con nosotros y además envió una carta ofensiva, diciendo que yo estaba utilizando un accidente con fines políticos. Lo cual fue bastante deplorable, pero en todo caso la decisión de no reunirse con nosotros fue de ellos.

Pero con la excepción de los representantes del PSOE, yo me he reunido con líderes del PP, con líderes de UPyD (Unión, Progreso y Democracia), con líderes de Convergéncia i Unió. Todos han sido solidarios y de hecho se han comprometido con el apoyo a la investigación internacional. Muchos ya estaban comprometidos con el apoyo a los derechos humanos en Cuba.

Apartando esa actitud de los representantes del gobierno; dentro de España todos los políticos con los que yo me reuní , desde José María Aznar, Esperanza Aguirre, Rosa Diez, Durán i Lleida, o el señor Vidal-Quadras, que es un eurodiputado del PP -como todos los eurodiputados del Grupo Popular Europeo, que son 280 de toda la Unión-, pues su actitud fue de compromiso, y de solidaridad con la investigación internacional, con la realización del plebiscito, con los derechos en Cuba. Y ya no solo los eurodiputados del Grupo Popular. También conversé con eurodiputados independientes; uno de ellos es el señor Sosa Wagner de UPyD, que es de los que está promoviendo una declaración que exija la investigación internacional como un pronunciamiento del Parlamento Europeo. Hay varios mecanismos dentro del Parlamento Europeo teniendo lugar en este momento, con ese fin de un pronunciamiento que exija la investigación internacional con respecto a la muerte de mi papá y de Harold. Mi padre era Premio Sájarov del Parlamento Europeo, así que lo más lógico es que el Parlamento Europeo no calle.

Me entrevisté también con el Ministro de Relaciones Exteriores Sueco, con el Ministro de Relaciones Exteriores Noruego-; las actitudes han sido de solidaridad con la investigación internacional y con los derechos dentro de Cuba.

¿Dónde podemos leer el discurso ante el Grupo Popular Europeo? ¿Quieres comentarnos cuales fueron los puntos tratados?

Yo tuve una intervención en el pleno de este grupo parlamentario, donde estaba la mayor parte de los eurodiputados. Lo leí de mi cuaderno, pero lo transcribí y lo mandé para que se publicara en el blogwww.rosamaríapaya.org.

Teniendo en cuenta esta coyuntura, de que la Unión Europea está en un proceso de negociación para llegar a algún acuerdo económico con Cuba, nosotros simplemente decimos que la Posición Común exige el respeto a los derechos humanos y lo pone como condición para una normalización de las relaciones.

Nos parece que ese respeto a los derechos humanos debe ser medible, debe ser concreto. El simple hecho de decir: “el respeto a los derechos humanos” puede ser demasiado amplio. Por ejemplo, el gobierno cubano suelta a los 75, y apresa a otro grupo. Pero lo vende como un proceso de cambio o de apertura. Como mismo está vendiendo estas reformas. Como mismo me deja salir a mí del país y dice que es porque está cambiando cuando no es real, cuando en realidad los cubanos no pueden decidir. Pero sí lo utiliza como una carta para enseñar también a la Unión Europea y decirle: “Mira, hay respeto a los derechos humanos en Cuba”.

La propuesta en la Unión Europea es: “Las señales del respeto a los derechos humanos en Cuba no pueden venir del gobierno; es decir, no pueden venir solo del gobierno; tienen que venir, en primer lugar, de las demandas del pueblo cubano en función de sus derechos.”

Hasta el día de hoy, la única demanda que es, de hecho, una demanda del pueblo cubano dentro de la legalidad, es la realización del plebiscito del Proyecto Varela. Si el gobierno cubano realiza un plebiscito, si le pregunta al pueblo, si cumple su propia ley, su propia Constitución, y responde a esta demanda popular, eso puede ser una señal de que comienza un proceso de democratización en Cuba. Hasta que eso no pase, no pueden decir – porque no es real-, que hay un cambio democrático en Cuba que justifique esa normalización.

Nosotros no estamos en contra de los negocios entre la Unión Europea y Cuba. Estamos en contra de que esos negocios se hagan sobre los derechos de los cubanos; o sea: que sean realmente con Cuba, con todo el pueblo cubano y no solamente con el gobierno. Y esa es la propuesta: Apoyen las demandas que vienen del pueblo de manera efectiva. Ese “respeto a los derechos humanos” que ustedes decidieron colocar cuando escribieron la Posición Común solo puede ser medible si responde a las demandas que han nacido del mismo pueblo. Hasta ahora esas demandas se concretan en la realización del plebiscito del Proyecto Varela. La oposición tiene más estrategias, están las demandas de El Camino del Pueblo; pero, como primer paso, nosotros ni siquiera le decimos que apoyen a la oposición, les decimos que apoyen las demandas que vienen del pueblo.

¿Tu aparición en la vida pública se va a limitar a promover la investigación internacional sobre el caso?

Yo creo que quedó bastante explícito en estos dos meses pasados: nosotros como familia y como Movimiento tenemos el objetivo de que se realice esa investigación internacional. Porque merecemos saber la verdad, porque el pueblo de Cuba merece saber la verdad. Es justo con todos los cubanos. Pero también porque como Movimiento político estamos buscando una transición que pase por la reconciliación nacional y ésta necesita el reconocimiento de toda la verdad. Si no, no hay reconciliación y no hay transición real; al menos no la que estamos buscando.

Pero además, nuestro empeño por una investigación internacional… era lo que estábamos hablando antes: nosotros queremos saber lo que pasó, pero también queremos evitar que vuelva a pasar. Y de alguna manera hay que romper esa sensación de impunidad que tiene la Seguridad del Estado del gobierno cubano ahora mismo. Y nos parece que una investigación internacional, con consecuencias jurídicas para el gobierno cubano, es una manera de romper esa impunidad. Y no nos hemos quedado ahí. Hemos pedido medidas cautelares. Una de ellas ha sido para Yosvany Melchor. Es la única que hasta ahora han respondido. Es decir, ya está decretada.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido una medida cautelar que protege a Yosvany Melchor, que es un preso del Movimiento, un preso bastante particular porque él no forma parte del Movimiento, quien forma parte del Movimiento es su mamá, Rosa María Rodríguez Gil. Hace tres años, la Seguridad del Estado la fue a ver y le dijo que si no colaboraba con ellos y si no se alejaba del Movimiento su hijo iba a pagar las consecuencias. Dos días después, su hijo era encarcelado y luego acusado nada menos que de tráfico de personas, con un juicio inventado, en el que el principal testigo dijo que no conocía a Yosvany, que lo había conocido un día antes en la cárcel cuando los pusieron juntos.

Y aun así, ese testigo, que era además uno de los implicados en el hecho, está en su casa y Yosvany tiene 12 años de prisión de máximo rigor. Lleva 3 años. Un muchacho que tiene ahora 30 años y que no ha cometido ningún delito, solamente por ser hijo de Rosa María que es una mujer con mucho coraje que le dijo a la Seguridad del Estado: “Yo no voy a traicionar lo que soy”. Y bueno, la Comisión Interamericana ya se ha manifestado al respecto. Hay otras medidas cautelares en proceso y está en proceso también la demanda que presentamos la semana del 20 de abril buscando una investigación internacional sobre el caso. Nos dijeron que el proceso era un poco largo, ahora mismo está en estudio. Todavía es muy pronto para dar un veredicto, sabemos que va a ser un proceso largo.

¿Rosa María Payá va a asumir el liderazgo del Movimiento Cristiano Liberación?

Yo formo parte del Movimiento oficialmente hace más de dos años, pero de todas formas toda la familia se implica en casos como estos. Mis hermanos y yo, aunque no fuésemos parte del Movimiento, de alguna manera colaborábamos o estábamos influidos por la labor política de mi papá. Yo no soy la líder del Movimiento. El Movimiento Cristiano Liberación tiene un Consejo Coordinador. En estos momentos, por las circunstancias y también por mis decisiones, es posible que quizá sea mi rostro el más visible. Pero en todo caso no es mi rostro lo importante. Lo importante es el mensaje, y el mensaje del Movimiento en este momento, y de la mayor parte de la oposición, ha coincidido en las demandas de El Camino del Pueblo.

Recientemente, la Alianza Democrática Oriental se unió a la plataforma el Camino del Pueblo, que coordina el Movimiento Cristiano Liberación. ¿Esta plataforma de cambio podría conseguir unificar, y por tanto fortalecer, la oposición interna?

Ninguna de las herramientas legales en las que trabajamos se puede llevar a cabo solas. Estamos hablando del Proyecto Varela, del Proyecto Heredia que ahora mismo está en proceso de recogida de firmas. Colaboran muchas organizaciones dentro de Cuba que no son el Movimiento Cristiano Liberación. Y de manera muy particular el reclamo de realización de un plebiscito: el plebiscito del Proyecto Varela. Creemos que las condiciones son propicias, en primer lugar porque es necesario. Llevamos más de 10 años en que 25 mil cubanos están exigiendo un plebiscito, y la Asamblea Nacional está en la obligación de responder. Está en la obligación de realizar este plebiscito, porque la petición de ley fue hecha por más de 10 mil ciudadanos, y esto por Constitución equivale a una respuesta, que en el caso del Proyecto Varela se traduce en una pregunta ciudadana, en un referéndum, en un plebiscito que ellos se niegan a realizar hasta el momento.

Yo creo que estamos en un punto en que tenemos demandas comunes, que la mayoría de la oposición ha firmado. Una mayoría muy diversa, porque están todos los colores en El Camino del Pueblo. También estamos hablando de demandas que son apoyadas popularmente.

Hace 10 años la estrategia del gobierno cubano fue encarcelar a los 75 y cambiar la Constitución; de alguna manera funcionó confundiendo a las personas, atemorizando, y cambiando un poco las prioridades de la oposición, que se convirtieron en sacar a los 75 de la cárcel, y no en realizar el plebiscito. En estos momentos creemos que ya es necesario, ya los 75 están fuera de la cárcel pero más que nada el pueblo cubano ya necesita estos cambios de manera concreta.

¿Crees que las reformas de Raúl Castro pueden conducir al cambio hacia la libertad y la democracia que tantos añoramos?

La estrategia del gobierno en los últimos años ha sido vender una imagen de apertura. Utilizando estas reformas pero utilizando también algunas publicaciones, utilizando todo su aparato de marketing, utilizando su cabildeo; vender la imagen de que están cambiando sin cambiar. Haciendo reformas que no garantizan los derechos aunque tocan puntos importantes para los cubanos como es la entrada y la salida del país.

Pero en cada caso las reformas están diseñadas de manera tal que se convierten también en un mecanismo de control de los cubanos; porque no son un derecho, son una concesión del gobierno. Y los cubanos, se lean la ley o no, tienen esa percepción. Es decir, desde el que tiene una cafetería hasta la persona que va a pedir un pasaporte sabe que lo que está haciendo es pidiendo un permiso, no ejerciendo un derecho. Y sabe también que cuando consiga el pasaporte, o cuando vende maní, es un privilegiado porque puede hacerlo. Y como tiene un privilegio no quiere perderlo.

¿Y cómo se pierden en Cuba los privilegios? Pues metiéndose en política, exigiendo los derechos. Como es el caso de una muchacha que es miembro del Movimiento en Holguín, se llama Madelaine Escobar. Ella tiene una cafetería. Por dos veces le han retirado la licencia. Cada vez que ha protestado, y ella protesta tanto que termina en la Estación de la Policía, todas las preguntas que le hacen en son del tipo: ¿Cuántos miembros hay en el Movimiento Cristiano Liberación? ¿Cuántas firmas tienen del Proyecto Heredia? Ni una al respecto de por qué le quitaron la licencia. Esto es ilustrativo de cómo cada una de las reformas se convierte también en una medida de control del gobierno cubano. Y yo entiendo que la comunidad internacional no lo vea de la misma manera, porque no conoce de estos mecanismos.

Por supuesto que los empresarios forman parte de la Sociedad Civil, y una parte importante, pero para que la empresa sea libre, primero tiene que ser libre la persona. En Cuba no hay personas libres ni hay empresas libres. Hay concesiones, que se le dan a algunas personas, pero además a algunas personas que ya son privilegiadas desde antes, porque ¿quién tiene 50 mil dólares en Cuba para poner una “Paladar”? Los casos que conocemos son personas del gobierno. Y en cada caso, en vez de formar Sociedad Civil libre -es decir, personas capaces de influir en un medio, de aportar ideas, de generar cambios, de ser agentes de desarrollo-, construye privilegiados con temor a perder su privilegio.

Es difícil entender el panorama completo, pero es una realidad que está ocurriendo en Cuba. Estas reformas, en la ley no reconocen los derechos de las personas, y en la práctica funcionan como mecanismos de control del gobierno que garantizan además su poder absoluto. Y son vendidas, a la comunidad internacional, como un proceso de apertura falso y que además viene acompañado de un aumento de la represión evidente. En los últimos años, las detenciones arbitrarias, las golpizas, las intimidaciones, las amenazas, han aumentado. Han aumentado con los miembros del Movimiento Cristiano Liberación, con los periodistas independientes, con las Damas de Blanco, con los miembros de otras organizaciones. Es una realidad que la represión ahora es mayor, al tiempo que se venden estas reformas como un proceso de apertura; con la intención de lavar la imagen del gobierno cubano, con la intención también de hacer negocios con la Unión Europea, con los exiliados de Estados Unidos, con América Latina.

No podemos ser absolutos, desde luego que ha beneficiado a un sector de la sociedad, al menos ha ampliado el número de personas que accede a esos privilegios -que no deberían ser privilegios; pues son derechos-. En cualquier caso es una estrategia del gobierno cubano para el exterior; no es un compromiso con el bienestar, el desarrollo, y la democracia del pueblo cubano. Para los cubanos no hay un cambio real, no hay derechos, no hay posibilidad de autogestión. Ante esta falta de opciones que representa el gobierno cubano para los cubanos, ante esa ausencia de ofertas y ese aumento de la represión, la oposición se levanta con El Camino del Pueblo.

¿Está vivo el Proyecto Varela?

El proyecto Varela tiene más de 25 mil firmas, calzadas con carnet de identidad, en la Asamblea Nacional; pero al tener muchos más simpatizantes, tiene muchas más firmas. El proceso de verificación es tan complejo que no se pueden entregar todas. Porque cada firma que llega a la Asamblea Nacional es una firma recogida y luego verificada, y luego reconocida, antes de ser llevada a la Asamblea. De otra manera nos hubieran llenado de firmas falsas.

El Proyecto Varela tiene una serie de pasos. El primero era la presentación en la Asamblea Nacional, el segundo era la presentación de las firmas que avalaran la iniciativa; y el tercero era una respuesta que no ha llegado. Y esa respuesta es la realización de un plebiscito. Luego que haya plebiscito habrá otro paso, que son las Elecciones. Hubo una fractura en cuanto a la intensidad de la demanda del plebiscito. Por una estrategia del gobierno, que fue encarcelar a los líderes del Proyecto Varela. Y bueno, toda una estrategia de marketing, que evidentemente afectó el desarrollo del Proyecto. Pero lo que es un hecho es que los derechos que los cubanos están demandando en el Proyecto Varela, los cubanos todavía no los tienen. Lo que es un hecho es que el gobierno está violando su Constitución porque no ha realizado un plebiscito.

Por tanto, lo que toca es la realización de un plebiscito. Y toca ahora que el gobierno está intentando una falsa transición. Toca ahora que los cubanos tienen un nivel de conciencia superior de lo que está ocurriendo. Hay un despertar de la solidaridad y de la compresión dentro del Movimiento Democrático Cubano, dentro y fuera del país, de que estamos todos por las mismas demandas. Hay un paso previo en el que nos encontramos que pasa por el reconocimiento de los derechos. Los cubanos, por supuesto que quieren comer mejor, quieren entrar y salir del país; por supuesto que quieren vivir mejor. Pero los cubanos también entendemos que para eso necesitamos los derechos. Necesitamos la autogestión, porque tenemos las capacidades, la imaginación, y somos lo suficientemente trabajadores como para diseñar el país próspero y feliz que todos queremos. Y entendemos que para eso necesitamos derechos.

Con un gobierno dictatorial que no te permite autogestionarte, pues simplemente no puedes ser feliz en tu país. No tienes todos los medios que necesitas para que esta búsqueda de la felicidad sea humana y no una sobrevivencia. Por eso es el momento de realizar el plebiscito. Es el momento también porque puede que dentro de un tiempo la falsa transición cuaje. Estamos ante el peligro de convertirnos en Rusia, o en China, o en cualquier otra aberración que se estén pensando: en un cambio sin derechos, que no es un cambio. Es el momento también de que la comunidad internacional reaccione en función de las demandas del pueblo de Cuba, y no en función de las señales que envía el gobierno.

En Cuba no hay elecciones libres hace 60 años, por tanto, el gobierno cubano no es legítimo. Eso no significa que no tenga autoridad. El diálogo que nosotros estamos proponiendo, tiene en cuenta al gobierno cubano. ¿Por qué lo tiene en cuenta? Porque el gobierno cubano es la autoridad. Sea legitima o no; lo es. Y lo que no podemos hacer es divorciarnos de la realidad.

El Camino del Pueblo es mucho más amplio, la transición es mucho más amplia. El Proyecto Varela es un paso dentro de El Camino del Pueblo. Aunque haya surgido antes: el Proyecto Varela es una herramienta legal, concreta; que por supuesto tiene implicaciones muy grandes: políticas, sociales, para la vida de los cubanos. Pero es un primer paso. El Camino del Pueblo es esta plataforma que concreta todos los esfuerzos de sus actores, que son la mayor parte de la oposición, del Movimiento Democrático Cubano, dentro y fuera de Cuba, por una transición pacífica y por los cambios en Cuba. De alguna manera los ordena, pero de todas formas no está escrito en piedra.

Está ahí para concretar la unidad del Movimiento Democrático Cubano en cuanto a sus objetivos. Y está ahí también para servir un poco de hoja de ruta, pero una hoja de ruta que puede ser transformada, modificada, enriquecida en función de las necesidades, también en función de las propuestas que vayan surgiendo. Una de las estrategias que El Camino del Pueblo propone es la promoción de transformaciones legales que garanticen los derechos. Por eso el Proyecto Varela se puede insertar en El Camino del Pueblo, como se pueden insertar otras iniciativas que reclamen esos mismos derechos. El Proyecto Heredia, como el Proyecto Varela, es una iniciativa de cambio legal. Es decir, la Constitución Cubana da la posibilidad a los ciudadanos de hacer propuestas de ley y presentarla a la Asamblea Nacional. ¿Qué dice la Constitución también?: que si esta propuesta de ley es apoyada por más de 10 mil ciudadanos con derecho al voto, cosa que en Cuba se adquiere con un carnet de identidad; entonces, la Asamblea Nacional está en la obligación de discutir la propuesta de ley, que en este caso es la realización de un plebiscito. Preguntarle al pueblo: ¿Quieren, o no, estos cambios legales que está proponiendo el Proyecto Varela?

El Proyecto Heredia está regido por la misma estrategia legal; teniendo en cuenta la Constitución, propone un cambio en la ley. El Proyecto Varela tiene 5 puntos: la libertad de expresión, la libertad de asociación, la liberación de los prisioneros políticos, la posibilidad de tener empresas privadas, y elecciones libres. Cada uno de los puntos corresponde a pequeñas propuestas de ley, que además han sido enriquecidas con la presentación de leyes; por ejemplo, en la Asamblea Nacional hay una ley de Amnistía que está presentada pensando en el punto del Proyecto Varela que habla de la liberación de los prisioneros políticos, como se presentará una Ley de Asociaciones, como el Proyecto Varela contiene una pequeña Ley Electoral que también puede ser ampliada, porque la ley electoral cubana es un chiste, de mal gusto.

El Proyecto Heredia tiene una serie de capítulos que quizás vayan a necesidades más cotidianas de los cubanos, como son: salir y entrar libremente del país, el acceso libre a Internet, la libre movilidad, o sea, que los cubanos no podamos ser llamados “ilegales” dentro de nuestro mismo país, que terminen las deportaciones nacionales; como también el reconocimiento de los derechos ciudadanos de las personas que están en el exilio, y sus hijos, que son tan cubanos como los que viven en Cuba. Tiene en cuenta también algunos temores de los cubanos, como es el caso de qué va a pasar con las propiedades en Cuba en el momento de la transición. El Proyecto Heredia propone que las propiedades que tienen un uso social, o las casas de las personas, sean respetadas. Porque Cuba cambie yo no te puedo quitar la casa en la que tú a lo mejor vives hace 20 años, aunque inicialmente no haya sido tuya. Es una medida que por supuesto implica renuncia y generosidad.

También es un hecho que un gobierno en transición no tiene dinero para reparar el daño o indemnizar 54 años de robo del gobierno cubano. Así que hay algunas renuncias que debemos hacer y una de ellas es esa. Hay puntos en los que tenemos que ser muy claros y uno de ellos es que a ninguna familia se le va a quitar su casa porque cambie Cuba. Pero hay una cosa muy curiosa: el Proyecto Heredia como propuesta de ley se entrega en el año 2007; a partir del año 2008 comienzan esta serie de reformas, y estas reformas van tocando casi uno por uno los puntos del Proyecto Heredia. O sea, que ellos cumplen parcialmente con lo que dice el Proyecto Heredia, pero evitan entregar los derechos tal y como lo exige el Proyecto Heredia, a los cubanos. Hacen una reforma migratoria en la que pueden decir que sí: derogaron el permiso de salida, pero eso no significa que los cubanos no tienen que pedir permiso para salir, porque tienen que pedir permiso para obtener un pasaporte; que si se cumpliese el Proyecto Heredia estos requisitos serían ilegales, porque el está pensado para que no exista un condicionamiento al derecho que tenemos por ser seres humanos, por ser hijos de Dios, a entrar y salir libremente del país. Es decir: en Chile, los chilenos podían entrar y salir del país, podían tener empresas, podían comprar automóviles; los españoles, podían hacer lo mismo con Franco y de todas formas exigieron sus derechos y de todas formas hicieron un plebiscito e hicieron una transición. Porque los seres humanos necesitamos todos los derechos; y necesitamos -además de comida-, libertad.

¿Has recibido suficiente apoyo de la Iglesia Católica en Cuba?

Yo creo que hay que diferenciar qué cosa es la Iglesia Católica: La iglesia Católica soy yo también, y eres tú. Diferenciar qué cosa es la Iglesia de cierto sector de la jerarquía eclesial, que nosotros entendemos que tienen posiciones que son casi de complicidad con este Cambio Fraude. La realidad que yo he vivido de parte de sacerdotes, de religiosas, de laicos, que han vivido como el pueblo cubano, que han sufrido con el pueblo cubano, y que tienen los mismos deseos de cambio que tiene el pueblo cubano, es de solidaridad, de acompañamiento; es de acogida, de comprensión, y eso también es la Iglesia en Cuba. Te puedo decir que las Damas de Blanco se quedaban -cuando venían a ver a sus esposos: las que vivían en Las Tunas, a Pinar del Río; y las que vivían en Pinar del Río a Santiago de Cuba-, en la casa de religiosas y de sacerdotes por toda la Isla. O sea, ha habido un acompañamiento de mi familia por parte de la Iglesia Católica, y también de los activistas por los derechos humanos en Cuba, eso es lo que yo he experimentado.

Es algo que para mí ha sido fundamental, y es algo que merece ser reconocido. Como también vemos un cierto divorcio de la realidad que puede no ser la intención, pero es lo que se puede interpretar también de ciertas posiciones que han tomado algunas publicaciones de la jerarquía en La Habana, que dan a entender una complicidad, o al menos una comunión, con esta estrategia de Cambio Fraude del gobierno cubano.

¿Cómo ha sido el comportamiento de las autoridades a tu regreso a Cuba?

Enseguida te das cuenta de que hay tensión en sus caras, que saben qué está pasando, pero su respuesta fue: “Bienvenida”. Y todo fue muy rápido en el aeropuerto. Ellos han estado, por supuesto, vigilándonos, acosándonos de una manera menos evidente. Hace poco vinieron dos miembros de una organización. Acordamos la cita por teléfono. Uno de ellos se sentó en la sala a conversar conmigo, y como había venido con la moto, el otro muchacho que venía con él se quedó afuera. Al poco rato de estar conversando teníamos una patrulla en la puerta pidiéndole los documentos a los dos, y pidiéndole los papeles de la moto. Algo totalmente artificial porque las patrullas no andan por las calles secundarias pidiendo documentos.

Pero hubo una amenaza en un blog…

En el blog Heraldo Cubano, de los muchos que tiene el gobierno cubano para mandar sus mensajes de manera “no tan oficial”. Aunque los conocemos y sabemos cuán oficialistas son. La amenaza era tan concreta como: “te vamos a poner en prisión”. Pero siempre con el mismo estilo, con ese estilo que recuerda lo criminal. Es decir, dentro de la ley, dentro del derecho, tú no amenazas; tú dices las cosas concretamente. Es como lo que pasó en Naciones Unidas: “Esta mercenaria que ha osado venir hasta aquí”; no se habla así.

Así no deben hablar las autoridades. Aquí te dejan ver, incluso usando la ley, un trasfondo de criminalidad, de impunidad. Por supuesto que es una amenaza directa y es contra mi persona, y contra mi mamá. Lo que no se atreven a hacer ahora telefónicamente, lo que han decidido ahora no hacer directamente, lo hacen públicamente; utilizando la ley injusta que tienen, la ley que en muchos sentidos sí es criminal porque no está basada en los derechos sino en la represión de estos derechos.


1 comentario:

  1. http://zoevaldes.net/2013/06/02/de-la-componenda/

    Muy bueno.

    S. J.

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