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lunes, 18 de octubre de 2010

Elecciones en Estados Unidos

Que los democratas se ajusten los cinturones... porque van a perder "güiro calabaza y miel".



PEDRO RODRÍGUEZ / CORRESPONSAL EN WASHINGTON

Día 18/10/2010 - 05.0

En el condado de Fairfax (Virginia), entre interminables centros comerciales, amplias carreteras y largas filas de casas individuales, se encuentra el cuartel general de la Asociación Nacional del Rifle. El edificio, situado a las afueras de la capital federal, contiene las oficinas principales de uno de los grupos de presión más sofisticados de Estados Unidos. El "lobby" empeñado en defender el acceso más libre posible a las armas de fuego.

Las instalaciones cuentan con su propia galería de tiro y un museo-armería que narra la historia de EE.UU. desde el punto de vista del plomo y la pólvora. Sus imponentes salas están llenas de "obras maestras" firmadas por Colt, Remington, Smith & Wesson, Winchester, Browning, Thompson o Garand. Aunque quizá la mejor forma de ilustrar el fenómeno de la Asociación Nacional del Rifle (conocida por sus siglas en inglés N.R.A.) sea la pegatina que se puede comprar en la tienda de recuerdos y que dice algo así como "No se trata de pistolas, se trata de libertad".

Y es que la N.R.A. -tras coger impulso con una serie de victorias consecutivas en los tribunales como el Congreso- ha empezado a expandir sus actividades más allá de lo estrictamente relacionado con la Segunda Enmienda de la Constitución americana ("Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas").

Como resultado de todo ese ímpetu, este "lobby" ha empezado a operar en cuestiones como la reforma sanitaria, la financiación electoral, las regulaciones de Wall Street e incluso qué tipos de jueces deben formar parte del Supremo. Hasta el punto de participar en batallas legislativas no muy conocidas pero tan relevantes como impedir que las compañías de seguro puedan cobrar recargos a propietarios de armas de fuego.

Miedo a la N.R.A

Como ha reconocido la diputada demócrata Carolyn McCarthy, cuya carrera política empezó tras la muerte de su marido en una matanza perpetrada a bordo de un tren de cercanías de Nueva York, en estos momentos es impensable contemplar restricciones a la Segunda Enmienda porque "un montón de miembros del Congreso sencillamente tiene miedo a la N.R.A.". Además del profundo silencio que mantiene la Administración Obama con respecto a estas cuestiones. A pesar de los temores reflejados en un sospechoso aumento en las ventas de armas y municiones a la llegada del nuevo ocupante de la Casa Blanca.

El "lobby" que utilizó como imagen icónica al actor Charlton Heston, cuenta en estos momentos con más de cuatro millones de afiliados y un presupuesto superior a los trescientas millones de dólares anuales. Y ante las legislativas del 2 de noviembre se está permitiendo el lujo de respaldar cada vez más a candidatos del Partido Demócrata, para frustración de los republicados tradicionalmente más en sintonía con la N.R.A.

Diputados con patrocinio de N.R.A

En cada jurisdicción electoral, este efectivo "lobby" se encarga de evaluar la trayectoria de cada uno de los aspirantes a los principales cargos públicos con respecto a la Segunda Enmienda. Y en caso de empate, respalda al candidato que ya ocupa un escaño, con independencia del partido al que pertenezca. Según cálculos publicados por el "Washington Post", el resultado es que al menos 14 diputados del Partido Demócrata en distritos especialmente reñidos están recibiendo el patrocinio de la N.R.A. a través de su "Victory Fund".

La Asociación Nacional del Rifle insiste en que es una organización no partidista y que sólo le interesa acumular influencia con el partido que en cada momento tenga la mayoría en el Congreso. El año pasado, esa estrategia funcionó ejemplarmente cuando el fiscal general Eric Holder sugirió la posibilidad de volver a prohibir las ventas de armas de asalto. Aunque después de que varias docenas de diputados del Partido Demócrata se quejasen por escrito, no se ha vuelto a escuchar una palabra más.

Tomado de http://www.abc.es

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