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viernes, 15 de octubre de 2010

Del anonimato a la fama

La vida está llena de sorpresas. En un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar. El ejemplo más conmovedor de los últimos tiempos lo es, sin dudas, la historia de los 33 mineros atrapados en la mina San José, 700 metros bajo tierra por 69 días, desafiando el calor, la humedad, la oscuridad, el hambre.... Una tragedia que, gracias a Dios y a los esfuerzos mancomunados de muchas personas cuya la fe inquebrantable los llenó de fuerzas y los vistió de esperanza para combatir la angustia, de decisión y coraje para hacer lo correcto, de tenacidad y honestidad para llevar la obra hasta el final, todo terminó felizmente. Los 33 mineros fueron rescatados con éxitos. Una nueva vida les espera.

He aqui un reportaje publicado por ABC en español que nos da más detalles sobre este tema:

Día 15/10/2010 - 12.25h

Chile nombrará a los 33 mineros Héroes del Bicentenario.

El presidente chileno Sebastián Piñera les ha prometido mejoras en las minas y ayudarles a buscar trabajo. Copiapó los nombrará hijos predilectos y el Gobierno los condecorará como "Héroes del Bicentenario". Y entre tanto festejo, un médido de la NASA advierte que necesitarán ayuda psicológica para aguantar las presiones de la fama, y uno de los supervivientes de los Andes pide que no les abandonen en el futuro.

A los mineros les esperan numerosos homenajes, como el que el Gobierno planea dedicarles para condecorarles como "Héroes del Bicentenario", ya que su proeza ha coincidido con el 200 aniversario de la independencia de Chile.

Además, se están preparando ya películas y documentales sobre la aventura en la que se han visto envueltos estos hombres, que después de dos meses bajo tierra han pasado de ser humildes trabajadores anónimos a alzarse como un ejemplo de fortaleza y superación.

Visitarán el campamento el sábado

De momento, los 33 visitarán el sábado el Campamento Esperanza, en las afueras de la mina San José, donde sus familiares convivieron desde el día del derrumbe, el 5 de agosto, a la espera de verlos con vida.

Así lo han confirmado los empleados de la Municipalidad de Copiapó, encargada del mantenimiento del campamento, que acogió a más de 3.500 habitantes llegados de todo el mundo. Periodistas de decenas de países hablando en distintos idiomas, miembros de una variopinta gama de organizaciones que llegaban a solidarizarse con los mineros con cargamentos de comida, predicadores de diversas congregaciones religiosas y rescatistas se mezclaban con los 300 familiares que aguardaban el rescate de los trabajadores.

En el lugar se instaló hasta una pequeña escuela para que los niños no perdieran clases durante la espera. "A petición de los mineros, los familiares quieren que esto se quede hasta el sábado, porque ellos quieren venir a ver cómo era el campamento", dijo Pedro Araya López, uno de los encargados del "casino" del lugar. Agregó que desde la noche del miércoles "lo que queda en el campamento son carabineros y periodistas. Familiares se ven muy pocos".

Hijos predilectos de Copiapó

Muchos familiares se desplazaron en las últimas horas a Copiapó, cuyo ayuntamiento nombrará hijos predilectos a los 33. Allí están sus seres queridos para estar cerca de los mineros, que permanecen hospitalizados. Aun así, no desmontarán las tiendas de campaña que han sido sus hogares en este tiempo. "Queremos que conozcan cómo vivíamos durante la espera", dijo Alberto Segovia, hermano Darío Segovia, que también quiere regresar "de vez en cuando" en el futuro a este paraje que ha marcado sus vidas.

"Queremos volver en el futuro, recordar lo que pasamos, recordar lo que pasó mi hermano, ojalá que esto se mantenga como lo vamos a dejar", añadió, en declaraciones a radio Cooperativa.

Los familiares encendieron por última vez la pasada madrugada velas en el lugar donde 33 banderas, una de ellas boliviana, permanecieron durante 70 días como señal de esperanza, y corearon los nombres de cada uno, seguidos de la palabra "presente", en señal de que ya están de regreso.

La celebración de todos los chilenos

El rescate de los mineros fue celebrado en todo Chile, donde la gente salió a las calles en alegres caravanas que recorrieron calles y avenidas hasta la madrugada, en improvisados carnavales. En Santiago, apenas unos minutos después de que el topógrafo Luis Urzúa, el último minero atrapado, saliera de cápsula de rescate, centenares de personas llegaron hasta la céntrica Plaza Italia, tradicional sitio de festejos. Bajo la lluvia y con bocinazos de fondo, la gente saltaba y gritaba, agitaban banderas y entonaban el clásico "ceacheí" para celebrar.

Frases como "Mineros supersónicos", "Fuerza mineros" o "Estamos bien, en la superficie los 33" podían leerse en las pancartas desplegadas por los manifestantes. Panoramas similares se observaron en diferentes ciudades de chile, entre ellas Linares, Punta Arenas, Talca, La Serena y Osorno, pero principalmente en Copiapó, la más cercana a la mina San José.

«No los abandonen»

Por último, el uruguayo Daniel Fernández Strauch, uno de los 16 supervivientes de la Tragedia de los Andes de la que ayer se cumplieron 38 años, celebró el rescate de los mineros chilenos atrapados en la mina San José y recomendó que "no los abandonen" en el futuro. "Hoy son héroes nacionales y viven una gran alegría, como todos, pero es importante que la familia los contenga y que dentro de un tiempo, cuando las cosas se normalicen, la sociedad no los abandone para evitar problemas".

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