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viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Ahora es el momento?


¿Ahora es el momento?
Miriam Leiva LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) -
Participé el pasado 19 de noviembre, invitada por el Sr. Howard L. Berman, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, en una audiencia para opinar sobre el tema "¿Es tiempo para levantar la prohibición de viajar a Cuba?". Mi esposo, Oscar Espinosa Chepe y yo apoyamos totalmente el levantamiento de la prohibición, a los norteamericanos, de visitar Cuba.
Para una cubana a quien se niega el derecho de opinar en su país, ha sufrido represalias por no doblegarse a las presiones, y afronta el hostigamiento de las autoridades, participar en ese ejercicio democrático y de importancia en la política norteamericana hacia nuestro país, fue una gran responsabilidad. Estoy convencida de que los cubanos lograremos también expresar diversidad de criterios con el mayor respeto en nuestra máxima institución legislativa en un futuro no lejano, cuando reconstruyamos Cuba sin discriminaciones.Para conocer los acontecimientos en un país y su pueblo, para intercambiar ideas y experiencias, para diseminar tradiciones democráticas es esencial estar allí.
Los ciudadanos de la mayoría de los países consideran viajar algo común, excepto los norteamericanos y cubanos, a pesar de estar separados sólo por el Estrecho de Florida. Los amplios vínculos forjados por generaciones, que entretejieron nuestra historia mediante el comercio, la ciencia, la cultura, la música, los deportes, los sueños y las familias, han sufrido mucho durante las últimas cinco décadas de alejamiento.
Resulta difícil entender que en los últimos cinco años, los Estados Unidos se hayan convertido en el principal suministrador de alimentos a Cuba y el quinto socio comercial, pero los norteamericanos no pueden caminar nuestras calles ni conversar con nuestro pueblo.
Recientemente festejamos el veinte aniversario de la caída del Muro de Berlín. Hay que recordar que la cortina de hierro empezó a abrirse por los millones de occidentales que visitaban los países tras ella. Agradecemos a los visionarios políticos que llevaron a cabo la "política hacia el Este", que ayudó a crear condiciones para el rápido y pacífico desenlace. Los norteamericanos desempeñaron un significativo papel en ello. Una oportunidad similar en relación con Cuba tienen actualmente.
Quienes se oponen en Estados Unidos a la visita de sus ciudadanos aducen el impacto financiero del turismo en la economía cubana, con temor a dar aliento al régimen totalitario. Pero, sin ninguna duda, muchos miles de norteamericanos visitando Cuba beneficiarían nuestra sociedad, y por tanto a nuestro pueblo. En primer lugar a través del libre flujo de ideas, y además, presionando al gobierno a abrir el trabajo por cuenta propia para ofrecer productos y servicios, tales como el alquiler de habitaciones porque las capacidades en los hoteles serían sobrepasadas. Mejoraría el empobrecido nivel de vida, mucho más crítico hoy que en la década de 1990, cuando algunos fueron permitidos. Las autoridades cubanas han cerrado toda iniciativa privada para atar al pueblo económicamente, como medio de hacerlo dependiente políticamente.Por supuesto, los norteamericanos gastarían dinero, recaudado por el gobierno cubano, tan ineficiente que únicamente podría quedarse con pequeñas cantidades; muy poco para cubrir sus grandes necesidades. Es incapaz de producir los pocos alimentos que vende a nuestros nacionales, por lo que tiene que comprar más del 80,0% en el extranjero. La mayoría en los Estados Unidos. Actualmente es impresionante encontrar tantos productos norteamericanos en nuestras muy mal abastecidas tiendas. Ningún otro país puede competir en términos de calidad y proximidad, lo cual estimularía el comercio de muchas maneras. El dinero gastado por los norteamericanos retornaría a través de la compra a los agricultores y otros comerciantes norteamericanos, a fin de abastecer los hoteles, los restaurantes y las tiendas. Surgirían otras posibilidades de intercambios.
Las autoridades cubanas han culpado al embargo norteamericano de los grandes problemas económicos existentes en nuestro país, y engañado a la opinión pública nacional e internacional, expresando que desean que sea eliminado. En realidad, han usado el embargo para justificar todas sus arbitrariedades, ineficiencia económica, mal gobierno y represión. Temen perder ese pretexto, tanto como sienten pánico ante la idea de perder la excusa para impedir a los norteamericanos entrar. A pesar de la propaganda y la manipulación sobre lo que sucede más allá de nuestras cerradas fronteras, la mayor parte de los cubanos encuentran vías para saber, están ansiosos por escuchar, han perdido la fe en las promesas incumplidas, están cansados de las carencias cotidianas, y no avizoran un futuro apropiado.


Después de 50 años de estar cerrada al mundo, la sociedad cubana se encuentra en vísperas de cambios. No es cuestión del natural desgaste generacional, sino del agotamiento de un sistema que ha caído en una profunda crisis económica, política y social, sin otra solución que los cambios profundos. Estos pueden llegar de la estructura de poder, consciente de su inevitabilidad, o del pueblo por desesperación y compromiso cívico. Pudieran producirse de forma aterciopelada o violenta con gran represión. Nosotros luchamos por el entendimiento entre todos los cubanos, por hacer avanzar la democracia de manera civilizada y pacífica.
El futuro de Cuba depende de lo que hagamos los cubanos hoy.Sin embargo, estamos convencidos de que menor tensión en las relaciones entre Cuba y Estados coadyuvaría a nuestros objetivos. Los norteamericanos y los cubanos tenemos que elevarnos hacia el Siglo XXI y recomenzar nuestros pasos juntos, respetando los derechos de nuestros pueblos, facilitando el camino hacia la democracia, no esperando gestos de las autoridades cubanas, sino siendo proactivos.Cuba: ¿Ahora es el momento? (26 November 2009)http://www.cubanet.org/CNews/y09/noviembre09/26_C_5.html

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