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viernes, 17 de julio de 2009

Dolor y consternación en los funerales del Padre Mariano Arroyo Merino...

Hoy, viernes 17 de julio en la Catedral de la Habana los feligreses se reunen para darle el último adiós al Sacerdote español Mariano Arroyo Merino, párroco de la iglesia católica del barrio habanero de Regla, cuyo cadaver fue encontrado el lunes en su morada cerca de la parroquia de la Virgen de Regla en condiciones muy penosas y muy lamentables.

Este es el segundo sacerdote español asesinado en Cuba en lo que va de año. En febrero el cadaver del padre Eduardo de la Fuente Serrano, párroco de la Iglesia de Santa Clara, en el barrio habanero de Lawton, fue encontrado en un lugar sospechoso y en condiciones muy parecidas a las del padre Arroyo. Los cuerpos de ambas víctimas mostraban signos inconfundibles, reveladores de que ambos sacerdotes fueron vilmente torturados antes de ser asesinados. Es bochornoso y muy doloroso que estas cosas sucedan en Cuba

El Arzobispo Católico de la Habana, Cardenal Jaime Ortega ha declarado que ya han encontrado a los asesinos de los sacerdotes españoles y que estos dos asesinatos no están relacionados entre si. También ha dicho, en una nota de prensa, de que "se trata de un acto criminal que no está relacionado con la religión ni con la política"

No estoy en Cuba, ni tengo por qué dudar de las palabras del Cardenal, pero me duele en lo más profundo de mi corazón, que dos siervos del Señor hayan perdido la vida en manos de unos delincuentes que al parecer actuan sin contemplaciones con sus víctimas. Si fueron capaces de torturar y asesinar a dos personas que realizaban una labor encomiable dentro de la comunidad habanera ¿De qué otras cosas no serían capaces? El silencio de la prensa oficialista cubana sobre estos casos, que tienen una gran connotación internacional, resulta demasiado sospechoso. ¿Acaso no quieren que el pueblo sepa que ni los sacerdotes católicos, que han trabajado en armonía con el sistema castrista, tienen la vida asegurada en Cuba? Si han callado este crimen ¿que otras cosas no callarán?

Pero a pesar de los criminales, asesinos inescrupulosos, que han proliferado en la capital cubana, algo sí queda claro: los feligreses católicos en Cuba, llenos de dolor y con una gran consternación le han dado el último adiós a un ser que les llevó fe, amor, paz, dedicación, caridad y esperanza. Un ser que les tendió la mano y les mostró el camino de la redención humana. Cuba sangra y con ella sus hijos...

Que Dios reciba en su santa morada al Padre Mariano Arroyo Merino como ya lo hizo con el padre Eduardo de la Fuente. Que sus muertes no hayan sido en vano y que por lo menos sirvan para detener y ponerle fin a esa ola de crímenes y asesinatos que en las últimas décadas se han incrementado en Cuba, a pesar del silencio oficialista con el que se pretende ocultar los hechos.
Esperanza E. Serrano
Nota: fotos tomadas de otros blogs cubanos.

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