Esta noticia no me tomó por sorpresa. Poco a poco, pésele a quien nos pese, Barack Hussein Obama ha estado complaciendo las peticiones y demandas de la mafia de La Habana.
¿Para bien del pueblo cubano? ¿Para lograr la democratización de un país regido por un gobierno centralista con un solo partido, una ideología sectarista, excluyente...? A otro con ese cuento.
Cuba es un caso "cerrado" por el momento. El cambio fraude es un hecho. Todo lo que estamos presenciando aquí y allá así lo corrobora.
Me inclino a pensar que el presidente del cambio está haciendo todo lo posible por satisfacer los intereses de los mandatarios y confabulados de allá y de los empresarios y polítiqueros de acá que están desesperados por lucrar y beneficiarse con la mano de obra barata y de la gran demanda de productos de primera necesidad en un país donde todo escasea.
Pobre Cuba.
Esperanza E Serrano.
Aquí les dejo la noticia que publicó El nuevo Herald
El presidente Barack Obama avisó el martes al Congreso de su
intención de retirar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del
terrorismo, en la que ese país permanece desde 1982 y que supone la
imposición de sanciones.
“Hoy el presidente envió al Congreso el informe y las certificaciones requeridas que indican la intención de la Administración de rescindir la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en un comunicado.
Cuba reclama desde hace años su salida de esa lista que elabora anualmente el Departamento de Estado, que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta de armas y de ayuda económica, y en la que actualmente comparte espacio únicamente con Irán, Sudán y Siria.
El Congreso cuenta ahora con 45 días para estudiar la decisión de Obama y, en caso de desacuerdo, puede presentar un proyecto de ley para tratar de revocar el dictamen presidencial.
La decisión de Obama se produce apenas tres días después de su histórica reunión con el mandatario de Cuba, Raúl Castro, durante la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, en un nuevo paso hacia la normalización de relaciones bilaterales anunciada el pasado 17 de diciembre.
En su mensaje al Congreso, Obama certifica que el Gobierno de Cuba “no ha proporcionado ningún apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses”, y que ha expresado “garantías de que no respaldará actos de terrorismo internacional en el futuro”.
Obama tomó la decisión tras recibir una recomendación de su secretario de Estado, John Kerry, quien celebró el martes la decisión del mandatario.
“Las circunstancias han cambiado desde 1982, cuando Cuba fue designada inicialmente como Estado patrocinador del terrorismo debido a sus esfuerzos por promover la revolución armada en Latinoamérica”, dijo Kerry en un comunicado.
Las razones para mantener hasta ahora a Cuba en la lista eran su presunta acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de a algunos fugitivos de la Justicia estadounidense.
“Aunque Estados Unidos ha tenido, y sigue teniendo, preocupaciones significativas y desacuerdos con un amplio rango de políticas y acciones de Cuba, esas preocupaciones y desacuerdos no entran en los criterios para la designación como Estado patrocinador del terrorismo”, señaló Kerry.
La revisión que hizo Kerry incluyó aportes de la comunidad de inteligencia estadounidense sobre las actividades de Cuba y “garantías proporcionadas por el Gobierno cubano”, según Earnest.
Críticas de congresistas
El anuncio generó críticas inmediatas de congresistas de ancestros cubanos tales como el senador y precandidato presidencial republicano Marco Rubio, quien calificó la decisión como lamentable porque “va a mandar un mensaje muy peligroso a los enemigos y a los terroristas”.
La congresista republicano de Miami, Ileana Ros-Lehtinen, también emitió un comunicado explicando su desacuerdo a través de Twitter.
Desde hace mucho tiempo, Estados Unidos dejó de acusar
activamente a Cuba de apoyar el terrorismo. Cuando Obama y Castro
anunciaron del descongelamiento de las relaciones en diciembre, el
presidente estadounidense manifestó su disposición a retirar a Cuba de
esa lista.
Sin embargo, el mandatario se abstuvo de tomar una decisión ante indicaciones de que la Casa Blanca era renuente a otorgar la petición de Cuba hasta que otros temas espinosos se resolvieran, como las restricciones sobre los diplomáticos estadounidenses en La Habana.
Retirar a Cuba de esta lista podría allanar el camino para abrir una embajada de Estados Unidos en la capital cubana, y otros pasos.
Una alta funcionaria del Departamento de Estado se mostró optimista sobre las negociaciones para la normalización de relaciones diplomáticas entre ambos países, pero dejó claro que aún no se ha establecido una fecha para una cuarta ronda, tras dos celebradas en La Habana y otra en Washington.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que sacar a Cuba de esta lista no cambia el hecho de que Estados Unidos tiene diferencias con el gobierno de la isla.
“Nuestras preocupaciones sobre un amplio rango de políticas y acciones de Cuba quedan fuera de los criterios que son relevantes para rescindir la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo”, dijo Earnest.
“Hoy el presidente envió al Congreso el informe y las certificaciones requeridas que indican la intención de la Administración de rescindir la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en un comunicado.
Cuba reclama desde hace años su salida de esa lista que elabora anualmente el Departamento de Estado, que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta de armas y de ayuda económica, y en la que actualmente comparte espacio únicamente con Irán, Sudán y Siria.
El Congreso cuenta ahora con 45 días para estudiar la decisión de Obama y, en caso de desacuerdo, puede presentar un proyecto de ley para tratar de revocar el dictamen presidencial.
La decisión de Obama se produce apenas tres días después de su histórica reunión con el mandatario de Cuba, Raúl Castro, durante la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, en un nuevo paso hacia la normalización de relaciones bilaterales anunciada el pasado 17 de diciembre.
En su mensaje al Congreso, Obama certifica que el Gobierno de Cuba “no ha proporcionado ningún apoyo al terrorismo internacional durante los últimos seis meses”, y que ha expresado “garantías de que no respaldará actos de terrorismo internacional en el futuro”.
Obama tomó la decisión tras recibir una recomendación de su secretario de Estado, John Kerry, quien celebró el martes la decisión del mandatario.
“Las circunstancias han cambiado desde 1982, cuando Cuba fue designada inicialmente como Estado patrocinador del terrorismo debido a sus esfuerzos por promover la revolución armada en Latinoamérica”, dijo Kerry en un comunicado.
Las razones para mantener hasta ahora a Cuba en la lista eran su presunta acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de a algunos fugitivos de la Justicia estadounidense.
“Aunque Estados Unidos ha tenido, y sigue teniendo, preocupaciones significativas y desacuerdos con un amplio rango de políticas y acciones de Cuba, esas preocupaciones y desacuerdos no entran en los criterios para la designación como Estado patrocinador del terrorismo”, señaló Kerry.
La revisión que hizo Kerry incluyó aportes de la comunidad de inteligencia estadounidense sobre las actividades de Cuba y “garantías proporcionadas por el Gobierno cubano”, según Earnest.
Críticas de congresistas
El anuncio generó críticas inmediatas de congresistas de ancestros cubanos tales como el senador y precandidato presidencial republicano Marco Rubio, quien calificó la decisión como lamentable porque “va a mandar un mensaje muy peligroso a los enemigos y a los terroristas”.
La congresista republicano de Miami, Ileana Ros-Lehtinen, también emitió un comunicado explicando su desacuerdo a través de Twitter.
Sin embargo, el mandatario se abstuvo de tomar una decisión ante indicaciones de que la Casa Blanca era renuente a otorgar la petición de Cuba hasta que otros temas espinosos se resolvieran, como las restricciones sobre los diplomáticos estadounidenses en La Habana.
Retirar a Cuba de esta lista podría allanar el camino para abrir una embajada de Estados Unidos en la capital cubana, y otros pasos.
Una alta funcionaria del Departamento de Estado se mostró optimista sobre las negociaciones para la normalización de relaciones diplomáticas entre ambos países, pero dejó claro que aún no se ha establecido una fecha para una cuarta ronda, tras dos celebradas en La Habana y otra en Washington.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que sacar a Cuba de esta lista no cambia el hecho de que Estados Unidos tiene diferencias con el gobierno de la isla.
“Nuestras preocupaciones sobre un amplio rango de políticas y acciones de Cuba quedan fuera de los criterios que son relevantes para rescindir la designación de Cuba como estado patrocinador del terrorismo”, dijo Earnest.