LA HABANA, Cuba. — Reinaldo Emilio Cosano Alén (Cuba Sindical) Parece que la mala suerte ronda al Águila que coronaba el Monumento a las Víctimas del Acorazado “USS Maine”, buque que explotó el 15 de febrero de 1898 en la bahía de La Habana, que causó doscientos sesenta y seis víctimas y precipitó la intervención estadounidense en la Guerra Hispano-Cubano-Americana.
Hace más de seis décadas un potente huracán arrancó y lanzó al mar el Águila con las alas abiertas, fundida en bronce, de gran peso, rescatada milagrosamente indemne por valerosos marines norteamericanos voluntarios. Fue emplazada en el jardín de la vivienda del Jefe de la Misión estadounidense en La Habana.
Una nueva Águila se fundió en los Estados Unidos –donde conservan el molde- y colocó en la cúspide del Maine, en una explanada del Malecón habanero.
Otro momento de mala suerte para el Águila, pero intencional, ocurrió el 18 de enero de 1961. Durante una concentración anti norteamericana presidida por Fidel Castro, el orador despojó al Maine del águila, alegoría como ave nacional, atributos patriótico y Sello Oficial de los Estados Unidos, trastrocando el símbolo nacional estadounidense con el mote de “Águila Imperial”.
Caída la noche, cuando la explanada quedó desierta, la emblemática ave fue derribada constituyendo el hecho, en realidad, una profanación del Monumento. Altruistas ciudadanos anónimos, arriesgándose, subrepticiamente recogieron los pedazos y entregaron en la clausurada legación diplomática de los Estados Unidos, a unos trescientos metros.
Por suerte Pablo Picasso no cumplió su promesa, como se anunció en el acto de repudio contra el águila, de esculpir una Paloma de la Paz, que sustituiría el águila destrozada. Hubiera sido espuria impostura.
El conjunto monumental, obra del famoso arquitecto cubano Félix Cabarrocas Ayala (1887-1961) quedó inaugurado el 8 de mayo de 1925 por el presidente Alfredo Zayas, con presencia de numeroso público y los estadounidenses general Pershing y almirante Daylon. Se convirtió en uno de los principales atractivos patrióticos y turísticos de La Habana.
El sitio patrimonial quedó abandonado expuesto a los embates de huracanes, olas del estrecho de Florida, salitre, herrumbre y del peor enemigo, la indiferencia oficial. Siete grandes lozas de mármol de Carrara de metro y medio cada una fueron robadas.
Hace pocos meses ante tanta crítica el Monumento al Maine fue restaurado, aunque continúa decapitado. Monumento que no pertenece a ningún gobierno sino a los pueblos de Cuba y Estados Unidos. La construcción del sitio histórico se construyó con dinero por colecta popular en Cuba. El Águila, parte intrínseca del monumento se forjó en los Estados Unidos, que la donó a Cuba.
Independientemente de circunstanciales desazones entre gobiernos siempre ha prevalecido la amistad entre los pueblos de Cuba y Estados Unidos. Por razón de elemental justicia, el Águila con sus alas extendidas debe ocupar el lugar que le pertenece en el Monumento a la Víctimas del Maine en La Habana. El momento de ciertas distensiones políticas parece oportuno.
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El monumento a las víctimas del acorazado US Maine, fue decapitado por la turba revolucionaria en 1961. Vea vídeos