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sábado, 9 de agosto de 2014

Abuela: la mejor y más placentera condición...


Con  mis dos pequeños nietecitos:Jenly y Joey, mayo 2013
Con Jenly y Joey, julio 2014
Ya los"chiquitines"se están acostumbrando a compartir y a jugar sin pelearse tanto.
Tengo cinco nietos. Por ellos y por toda mi familia, le doy gracias a Dios todos los días.
 Me siento afortunadamente dichosa de poder dedicarles la mayor parte de mi tiempo. Para ellos y por ellos vivo. Siento que son la razón fundamental de mi existencia.
Ojalá tuviera el poder o la magia de cambiar este mundo absurdo donde vivimos, para acabar con las injusticias que pululan por todos lares. Como soy una simple mujer ya pasadita de años y sin recursos (si tuviera millones le pondría precio a las cabezas de los principales causantes de tantas desgracias en este mundo) no me queda de otra que refugiarme en mi familia y darle gracias a Dios por esta dicha y por dejarme disfrutar, al despertar, la luz de cada nuevo día.
Esperanza E Serrano

miércoles, 6 de agosto de 2014

Llega a EE. UU. uno de los dos estadounidenses infectados por ébola /¿Por qué es tan letal el virus ébola?

Llega a EE.UU. uno de los dos estadounidenses infectados por ébola
efe
La ambulancia con el médico estadounidense infectado de ébola llega al Hospital Universitario de Emory, en Atlanta.
Por E. J. Blasco
Kent Brandly, médico de 33 años, infectado por el virus del Ebola a raíz de su trabajo en un hospital de Liberia, llegó hoy a Estados Unidos y fue internado en un centro de Atlanta para su tratamiento. Nancy Writebol, de 60 años, voluntaria en el mismo hospital africano, dedicado a acoger enfermos afectados por el brote, será también trasladada las próximas horas al Emory University Hospital de Atlanta, que cuenta con una de las cuatro unidades designadas en EE.UU. para tratar casos de ese tipo.
La repatriación ha estado precedida por un gran nerviosismo de la ciudadanía, manifestada a través de las redes sociales con comentarios de pánico y algunos mensajes contrarios a la repatriación de los dos ciudadanos afectados, que atendían el hospital Eternal Love Winning Africa de Monrovia, la capital de Liberia. «Stop a los pacientes de Ebola de entrar en EE.UU. Que los traten allí, al máximo nivel. Estados Unidos tiene demasiados problemas», escribió el conocido millonario Donald Trump.
Las autoridades estadounidenses han pedido calma a la población. Además de asegurar que se han tomado todas las precauciones necesarias para evitar que los dos pacientes contagien a otras personas y se extienda el brote, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) pide confianza a los ciudadanos. «Es importante que no nos dejemos llevar por miedo a lo que no es familiar. Los hospitales de Estados Unidos pueden tratar con seguridad a un paciente con Ebola», dijo el CDC.
Brandly fue traslado en un avión en el que se instaló un aislamiento especial para el paciente. También en el hospital de Atlanta se han tomado medidas extra para evitar cualquier posibilidad de contagio, que en caso del Ebola no es por aire, sino por contacto con fluidos de la persona infectada.

 "Un brote "sin precedentes" y que está fuera de control se extiende por Guinea, sierra leona, Liberia y Nigeria. Se han registrado más de 887 muertes y más de 1,603 casos"

Por: Gonzalo López Sánchez

El brote de Ébola que surgió en 2013 en el África occidental sigue propagándose por Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria y está fuera de control según Médicos Sin Fronteras (MSF), uno de los organismos internacionales que se encarga de su contención sobre el terreno. Se han registradoal menos 887 muertes y 1.603 casos en más de 60 lugares disintos, muchos de ellos de difícil acceso.
MSF alerta de la necesidad de destinar más recursos (donaciones aquí) para contener el brote, y el Centro de Control de Enfermedades Europeo (ECDC), encargado de monitorizar y controlar la epidemia, habla de un brote «sin precedentes por el número de casos y la dispersión geográfica».
Destaca que el número de nuevas infecciones se mantiene estable en Guinea y que aumenta en Liberia y Sierra Leona. A pesar de todo, no hace recomendaciones para no viajar a estos países, pues considera que el riesgo de infección para los viajeros «es muy bajo».
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el descubrimiento del virus Ébola en 1976 se han documentado en torno a 1.850 casos de fiebres hemorrágicas, de los que más de 1.200 fueron mortales. De octubre 2001 a diciembre de 2003, varios brotes de Ébola del subtipo Zaire fueron reportados en Gabón y la República del Congo, con un total de 302 casos y 254 muertes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), trabaja junto a otros organismos (CDC, MSF, UNICEF, IFRC, Instituto Pasteur de Dakar, «Save the Children», Plan Guinea y otros) para contener el brote de Ébola bajo el centro de coordinación de Conakry.

¿Cómo es el virus Ébola?

Forma parte de la familia de los «filovirus», virus con estructura filamentosa. Causa una fiebre hemorrágica severa, una enfermedad con una letalidad de hasta el 90% e infecta el endotelio capilar y varios tipos de células inmunes, según el virólogo Jose Antonio López Guerrero.
Hay cinco especies de Ébola diferentes. Todas ellas reciben su nombre de un río cercano al epicentro del primer brote, en República Democrática del Congo. Por su lugar y año de descubrimiento, se conocen como Sudán y Zaire (1976), Reston (1989), Costa de Marfil (1994) y Bundibugyo (2007).

¿Cuál es la letalidad del virus?

Es un virus muy letal pero con una capacidad de dispersión no muy elevada. En los brotes de fiebre hemorrágica del Ébola, la tasa de letalidad ha variado, dependiendo del tipo de virus, entre el 25% y el 90%. Precisamente esta agresividad disminuye el alcance de la transmisión.

¿Cómo se diagnostica?

Las infecciones por el virus Ébola solo pueden diagnosticarse definitivamente mediante distintas pruebas de laboratorio, de ahí que pase algún tiempo entre la aparición de los primeros casos y la identificación del virus. Estas pruebas solo deben realizarse en condiciones de máxima contención biológica.

¿Cuáles son las características del brote?

El actual brote de Guinea se correesponde con la variedad Ébola-Zaire, la más virulenta, y asociada con una tasa de mortalidad de hasta el 90%. Además, es la primera ocasión en la que este virus aparece en el Oeste del continente africano, según el doctor Juan García Costa, miembro del ENIVD (Red Europea para el Diagnóstico de Enfermedades Virales «Importadas»), un organismo encargado de estudiar, controlar y prevenir las enfermedades virales de importación.

¿Cuál es el origen?

El origen del brote es desconocido, como ha ocurrido en todos los casos anteriores, pero se sabe que el virus Ébola está relacionado con el contacto con animales infectados, muertos o vivos. Se sospecha que tres especies de murciélagos de la fruta son huéspedes naturales de este virus.

¿Qué medidas se están tomando?

Una de las principales preocupaciones de la OMS es evitar que la infección llegue se expanda por una gran ciudad. Por ello, la prevención se centra en controlar al personal médico y en interrumpir la circulación de personas en las zonas afectadas. Entre los problemas que se plantean para controlar estos brotes están el contacto tan íntimo que hay entre las personas y los animales en estas regiones, la desconfianza de las personas hacia el personal sanitario y el desconocimiento del modo de transmisión del virus y la forma de evitar contagiarse.
Los países afectados están controlando el tráfico de pasajeros en los aeropuertos, han cerrado algunos pasos fronterizos, han dado vacaciones a los funcionarios no esenciales, han puesto en cuarentena las zonas afectadas e incluso algunos han movilizado al ejército para ayudar en las medidas de contención. El objetivo es restringir el trasiego de personas para frenar la expansión.
Desde la OMS, se está regularizando el modo de enterrar a los fallecidos, se están construyendo nuevas instalaciones para acoger a los afectados y analizar las muestras, se está trabajando en concienciar a la población acerca de los riesgos, se está centralizando la respuesta a nivel regional y se está reforzando la protección del personal sanitario.

¿Podría extenderse por Europa?

El riesgo de un brote en la UE es bajo. Actualmente se está controlando el tráfico de personas en las zonas de riesgo, incluyendo turistas de regreso, visitas de familiares o laboratorios que trabajan en el brote. Desde este jueves 31 de julio, El CDC estadounidense recomienda no hacer viajes no esenciales a Liberia, Nueva Guinea o Sierra Leona.
Aún así, en caso de que el virus llegase a Europa, al tratarse de un virus que se contagia por contacto directo y teniendo en cuenta la existencia de mecanismos de control, sistemas sanitarios desarrollados y conocimiento acerca de la amenaza entre la población, la difusión del virus se podría controlar.
Para entrar en España, los viajeros que procedan de zonas de riesgo deben realizar una declaración sanitaria supervisada por los técnicos de Sanidad Exterior. Otro posible punto de entrada del Ébola en España podría ser el de la inmigración ilegal que entra a través de las ciudades de Ceuta y Melilla, pero la duración del viaje que realizan estas personas desde sus países de origen es de meses e incluso años, por lo que normalmente la enfermedad ya habría dado la cara antes de llegar a España.
Además, «los trabajadores de los CETI y los servicios sanitarios están avisados de las acciones a tomar», declaróFernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.
En 1967 se produjo en Europa un brote de un virus similar, el virus Marburgo, cuando un cargamento de chimpancés de Uganda extendió la fiebre hemorrágica por las ciudades alemanas de Fráncfort y Marburgo, y la capital serbia, Belgrado, causando 31 víctimas.

¿Qué enfermedad causa el virus Ébola?

Este virus produce la llamada fiebre hemorrágica del Ébola, una enfermedad vírica aguda grave que se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolor de músculos, cabeza y garganta, asociada a vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) varía de 2 a 21 días.

¿Cómo se produce el contagio?

Parece estar relacionado con el contacto directo con sangre y secreciones de animales o pacientes, ya estén vivos o fallecidos. Por ejemplo, las ceremonias de inhumación que se celebran en algunas aldeas africanas parecen estar relacionadas en el contagio, ya que algunos miembros del cortejo fúnebre entran en contacto directo con el cadáver. Además, cuando se producen estos brotes, y hasta que se toman las medidas de seguridad adecuadas, el personal sanitario suele contagiarse al tratar a pacientes infectados.

¿Qué precauciones se pueden tomar?

Los medios sanitarios deben utilizar guantes, mascarillas, gafas y trajes para no quedar expuestos al contacto directo con la sangre u otros fluidos de los pacientes infectados.
Se puede reducir el riesgo de transmisión desde animales a humanos sacrificando e incinerando a los animales infectados, restringiendo el contacto con carne cruda de monos o simios infectados y evitando la exposición a murciélagos de la fruta.

¿Se puede tratar la enfermedad?

No existe ningún tratamiento o vacuna, aunque hay varias medidas en proceso de experimentación. De hecho, la mayoría de las enfermedades virales, como los catarros, carecen de vacuna o tratamiento eficaz. Los enfermos de fiebre hemorrágica del Ébola suelen necesitar rehidratación por vía intravenosa u oral, con soluciones que contengan electrolitos.

¿Por qué no se ha creado una vacuna?

Muchos virus carecen de vacuna. En este caso se dan varias circunstancias que dificultan la investigación. Por una parte, la experimentación con animales es muy arriesgada y debería llevarse a cabo en laboratorios de máximo nivel de bioseguridad. Por otro, la letalidad del virus y las circunstancias socioeconómicas de los países afectados dificultan el seguimiento del bajo número de supervivientes, según Juan García Costa, del ENIVD.

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lunes, 4 de agosto de 2014

Carta abierta de jóvenes cubanos al Papa Francisco






En estos días  ha comenzado a circular entre los católicos cubanos una carta muy crítica con el gobierno de la isla y con  la actitud de la Iglesia Católica Cubana, que cinco jóvenes del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) hicieron llegar al Santo Padre a través de la familia del destacado líder opositor Oswaldo Payá.
Los firmantes son jóvenes católicos de entre 24 y 29 años, egresados de distintos centros de Educación Superior de Cuba.

“El temor es ridículo, y puede servir de arma a los enemigos de la libertad”.
Venerable P. Félix Varela


Su Santidad, Papa Francisco:

Nos dirigimos a usted con sumo respeto, cariño y agradecidos por el tiempo que ha destinado a leer esta carta.
Somos jóvenes católicos cubanos que cada día hacemos el intento de responder a los clamores que brotan y salpican nuestra conciencia desde la áspera realidad de nuestra Cuba amadísima. Desde los albores de nuestra juventud ingresamos a las filas del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), un movimiento cívico - pacífico que inspirado en el humanismo cristiano y en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, ha buscado por más de 25 años la liberación que Cuba quiere y necesita.
Amamos a la Iglesia, hemos crecido en sus predios bajo el influjo de la espiritualidad ignaciana. Por tal razón acudimos a Usted con la intención de manifestarle nuestro dolor y preocupación por cómo algunos Obispos cubanos rodeados de laicos pro-oficialistas, entre otros con particulares privilegios, se pronuncian y actúan a nombre de la Iglesia ante el drama humano que hemos vivido los cubanos por más de medio siglo.
Cada vez más espacios eclesiales derivan en una caricatura de lo plural, para serlo sólo en el sustrato de fondo y el denominador común de legitimar al gobierno, de pedir más votos de confianza para la junta político-militar que gobierna dictando y esperar que el nuevo ¨líder¨ sucesor en la dinastía de los hermanos Castro enmiende los ¨errores justificados¨ de 55 años de desgobierno y un país devastado, en la omisión cómplice a las diarias violaciones a los derecho humanos y las acciones represivas despóticas e impunes de la Seguridad del Estado contra la oposición pacífica, en mendigar tímidas reformas sin transparencia y así poder nadar en todas las aguas, en la indefinición y el lenguaje confuso que decora y maquilla para no llamar claras realidades por su nombre, y aun así auto presentarse como auténticos practicantes del diálogo y tendedores de puentes.
Quizás haya que recordarles a nuestros pastores que tanto para dialogar como para mediar se requiere identidad clara e indispensable autonomía para poder expresarla sin ambages en la búsqueda colegiada de la verdad con los otros, apertura y reconocimiento a todas las partes, dosis adecuadas de moderación, pero con transparencia, rigor y respeto por la verdad. Y esto, en una dictadura enquistada en más de cinco décadas de absolutismo, siempre cuesta, y solo lo hacen bien quienes logran superar los miedos conquistando la libertad interior en el absoluto desprendimiento de no tener nada que proteger y nada que ambicionar.
Los que conocemos desde dentro y bastamente la realidad de la Iglesia en Cuba, sabemos que desde los salones del Palacio Apostólico habanero se establece el rejuego político y las prácticas excluyentes de la Iglesia, y que su confusa política sin carácter ni constancia, de tira y encoje, de coqueteos e intercambio de guiños, de la peor diplomacia consistente en sacrificar la integridad de la verdad llana y desnuda dicha con el único presupuesto del debido respeto para sustituirla por elogios forzados a fin de darse el permiso de una crítica que ni siquiera toca fondo, y así mantener el equilibrio en la balanza, tiene el sello del ilustre purpurado que lo habita. Está atada a los mismos temores, presiones, chantajes, compromisos, sentido del límite, protección de intereses y pactos tácitos o explícitos, que marcan su relación actual con el Estado, cuyo timonel ha sido, durante décadas, el cardenal Ortega.
Sujetos a los vaivenes de esta complejísima relación, la precaria autonomía de las publicaciones católicas y los centros de formación al servicio de laicos y consagrados, está mucho más allá de la presumible buena voluntad de sus realizadores y los convierte en voceros no ya del Arzobispo, sino de quien domina en aquella relación, los mismos que permiten que sigan existiendo y circulando, mientras no sobrepase el umbral de tolerancia o en última instancia, deje de servir, a la larga, a sus denostables propósitos. La disyuntiva es clara: o se enajenan de la realidad proscribiendo el tema socio-político como un tabú, en un país donde nada es apolítico, sino más bien profundamente politizado e ideologizado, o reclaman insumos de apoyo al Cambio-Fraude impulsado por el gobierno. ¿De qué pretenden convencernos ahora? Si es el propio Raúl Castro el que habla de sus propias reformas aclarando que son para más Socialismo, y los cubanos sabemos muy bien qué significa eso. Además, ¿alguien nos ha preguntado como ciudadanos, si lo que queremos hoy es más Socialismo? ¿Y cuál Socialismo? ¿Cómo nos quieren convencer, a los cubanos que vivimos dentro y fuera de Cuba sufriendo exclusiones y desventajas, que están avanzando en la implementación de leyes que nos permitan reencontrarnos como quisiéramos? ¿Que este marco actual de opresión, sin derechos ni trasparencia, es el camino de la transición? ¿De cuál transición se trata? La gradualidad sólo tiene sentido si hay perspectivas trasparentes de libertad y derechos. No hablen más por el pueblo, queremos que se alce y escuche nuestra propia voz. No basta con que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba: lo primero es que Cuba se abra a los propios cubanos. Pactar con nuestros gobernantes, como han hecho muchos gobiernos e instituciones democráticos, sin importar que ellos no representen a la ciudadanía, es perpetuar la opresión.
Basta de decidir y pensar por mí e imponerme una ideología de Estado que no me representa. Basta de obligarme a jugar la farsa política pasando por encima de mis principios y condición de hombre libre, bajo la amenaza de perderlo todo: estudios, trabajo, a veces la familia y los amigos, también la libertad y hasta la vida. Por eso es el miedo el principio rector de esta sociedad, el miedo y la mentira; y sostener una sociedad de máscaras y simulación durante décadas crea hombres débiles, esquivos, de verdades a medias, incapaces de hacerle frente y ponerle nombre al mal que nos corroe por dentro. Así vivimos los cubanos.
Quisiéramos que la Iglesia que peregrina en Cuba se atreviera a echar los mercaderes del templo, a los que en virtud de pactos tácitos posponen el cuidado de la persona ante la significación abstracta de los números. Quisiéramos una iglesia dispuesta a no aceptar como privilegio, lo que se le debe reconocer a título de derecho, a cambio de su silencio. Una iglesia que con su voz profética y su testimonio de vida en la verdad en una sociedad carcomida por una cultura del miedo y la mentira, comparta la cruz de la incomprensión, la soledad, la humillación, las privaciones, las calumnias y persecuciones que sufrimos los que nos hemos propuesto romper con el vicio del autoengaño devenido en demencia colectiva. Una iglesia que no se ufane de tener sus bancos saturados de cómoda mediocridad; de arrastrar multitudes tras imágenes que no salvan, capaces de despertar poco más que epidérmicas devociones, mientras lo más precioso de su identidad se diluye y licúa en una seudo-religión de masas; de recuperar espacios e inmuebles para la misión, para luego, con la confianza puesta más en los medios humanos que en Dios y el oportunísimo esplendor de su mensaje, anunciar un seudo-Evangelio privado de su contenido moral y social más iluminador para nuestro pueblo, por ser considerado demasiado ¨subversivo¨ contra el orden establecido. Una iglesia que remueva las conciencias anestesiadas por el temor y la costumbre, ante la irracionalidad, la disfuncionalidad y el absurdo impuestos por un longevo poder absoluto y arbitrario, porque confronte a cada hombre invitándolo a contemplarse en el espejo de la vida y obra de Jesús de Nazaret. Una iglesia que volviendo a creer en el valor de la pobreza, de lo poco, lo pequeño, lo gradual, lo débil, lo anónimo, ofrezca en sus comunidades pequeñas, pero de cristianos coherentes y llenos de ardor, algo fascinantemente diferente y poderosamente cautivador, y ya no más de lo mismo que pulula en los ambientes viciados.
Esa iglesia, encarnada y solidaria, la hemos tenido por años en las personas de algunos valientes y excepcionales obispos, en incontables sacerdotes, religiosas y misioneros, muchos de los cuales hemos visto partir con dolor: desterrados, despedidos por obispos y superiores, o renunciando voluntariamente antes de someterse a reglas pervertidas y pervertidoras. Es esa iglesia menguante y en peligro de extinción la que ha obrado auténticos milagros, gracias a la cual todavía jóvenes y familias como nosotros optamos por permanecer, asumiendo peligros y privaciones, resistiendo cada día la tentación de sumarnos al éxodo masivo de un pueblo que huye en estampida a cualquier parte donde pueda tener una vida más digna, un trabajo honrado, conocer la libertad, luchar por sus sueños, aspirar a la prosperidad y a la felicidad. Esa Iglesia nos reveló con su vida y no sólo con sus discursos, el significado profundo y las implicaciones personales de los misterios centrales de nuestra fe: la Encarnación, el Calvario, la Pascua, la Resurrección. En ella advertimos cómo podíamos ser realmente sacerdotes, profetas y reyes. Porque de esa iglesia aprendimos a buscar y desear la voluntad de Dios como nuestro mayor tesoro, hoy todavía nos atrevemos a nadar contra corriente desoyendo aun los consejos cercanos de voces amigas, a veces susurradas en los propios templos y sacristías, incluso de quienes deben hablar en nombre de Dios, hasta los gritos desesperados de nuestras madres angustiosas, que nos imploran renunciar, huir, escapar, ocuparnos solo de nosotros y de nuestras familias, con mil argumentos incontestables desde el llano pragmatismo de los hechos y los cálculos de fuerza, o componiendo acrobáticas argucias con supuestas razones de fe que terminan desvaneciéndose a los pies del Crucificado. Porque esa iglesia nos enseñó a creer contra toda evidencia y a esperar contra toda esperanza, hoy nuestra vida quiere seguir siendo una respuesta a la pregunta y a la llamada de Dios: ¿dónde están estos responsables?, para continuar siendo, al menos, una voz en el desierto, una luz en la oscuridad, un signo de esperanza, en medio de la aparente esterilidad, a pesar del agobio y del cansancio. Porque los cubanos necesitamos la ayuda de Jesús en la Cruz para mirar con amor estos cincuenta años donde se nos ha oprimido psicológica y físicamente, y atrevernos a decir: ¡Ya no más!
Los cubanos necesitamos una iglesia que nos ayude a vencer el miedo. El miedo que es origen de la desidia y la desesperanza que embarga a los jóvenes y a la sociedad en su conjunto. Necesitamos una iglesia que nos ayude a dar los primeros pasos de la Liberación, esos primeros pasos que siempre empiezan en la persona y terminan por ser un grito más fuerte que uno mismo y que es preciso compartir.
Una iglesia servidora tiene que ser un espacio de libertad, donde la reconciliación no se convierta en amnesia histórica disfrazada de bondad de los justos. Tiene que ser el lugar de la libre expresión, no para hacer política en el templo, sino para encontrar las palabras que cuenten nuestra historia desde abajo, sin las cifras victoriosas, intentando que la memoria sea reconstruida. Necesitamos una iglesia Madre, que trabaje por la verdad sin ambigüedades, que no confunda el amor a los enemigos con el oportunismo político. Una iglesia que nos ayude a nombrar este dolor para ofrecerlo y actuar, sin que nos quiten la voz.
¡Cuente con nosotros Santo Padre! ¡Dios lo bendiga y lo guarde! Un fuerte abrazo desde el Caribe,
Erick Alvarez Gil, 28 años,
Ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica, parroquia San Francisco de Paula.
Anabel Alpízar Ravelo, 29 años,
Licenciada en Comunicación Social, expulsada de su trabajo, capilla Jesús María.
Luis Alberto Mariño Fernández,
27 años, Licenciado en Composición Musical, parroquia Salvador del Mundo.
María de Lourdes Mariño Fernández,
29 años, Licenciada en Historia del Arte, parroquia Salvador del Mundo.
Manuel Robles Villamarín,
24 años, Técnico informático, expulsado de la universidad, parroquia Siervas de María.
Tomado de:
https://www.facebook.com/uncubano.libre/posts/362128933938795:0
Un Cubano Libre.

En Cuba el caracol africano


caracolCuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) La noticia publicada en martinoticias.com es algo más que un alerta. Nuevas plagas se suman al inventario de calamidades echadas sobre la nación cubana por el régimen militar cincuentenario. Además de dengue, cólera, fiebres porcinas, y otras fiebres y males de etiología desconocida o no tan desconocida, ya contamos con el caracol africano y la chinche harinosa.
La noticia coincide con las nuevas medidas puestas en marcha por la Aduana General de la República afanada en estrangular a pequeños comerciantes, para proteger al monopolio estatal. La historia se repite, mientras la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) persigue a pequeños comerciantes, vendedores de bolsitas de naylon, disidentes, etc., los asesinos y los ladrones campean por sus respetos. Entonces, en la aduana cargan las tintas para que los viajeros no traigan un bloomer o un calzoncillo de más y mientras, llegan y entran plagas.
Se trata de que el caracol gigante africano ya fue localizado en la provincia de La Habana. Como los moluscos no vuelan, de seguro entró por alguna ventana aduanera. De acuerdo con la información dada a conocer por martinoticias.com, la presencia de esta plaga la dio a conocer el ingeniero agrónomo Maikel Faría González, jefe provincial de Cuarentena de Sanidad Vegetal.
Junto con el caracol africano, se dio a conocer que también tenemos en casa a la chinche harinosa. Este último bicho es menos letal que el caracol. Pero el caso es que ninguno de los dos debía estar en nuestro ambiente. Para quedar mejor aviados, se dice que el caracol de marras no debe tocarse sin protección de guantes. Segrega un líquido que puede ocasionar ceguera y otros daños a las personas. Se alimenta de plátano, arroz, hortalizas y especies ornamentales, entre otras especialidades de su menú. Es capaz de eliminar a los caracoles cubanos al competir por espacio.
El nuevo bicho llega a medir unos 20 centímetros a los ocho meses de edad y hasta 30 centímetros a los dos años de vida. El caso es que si lo dejan, puede llegar a medir 30 centímetros, casi del tamaño de un gato pequeño. Entonces, ¿qué más le falta a esta gente por hacerle al pobre pueblo cubano? ¿Quién trajo al caracol y cómo está aquí?
Es de sobra conocido que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) tienen como fundamento y razón de ser defender la integridad territorial del supuesto ataque de un ejército enemigo. El caso es que si el enemigo eventual es el ejército o las fuerzas armadas de los Estados Unidos, las FAR serían doblegadas en aproximadamente tres o quizás cuatro horas. Entonces, ¿para qué sirven? Quizás además de prósperos empresarios, deberían reconvertirse en policías. En fin, ocuparse en algo útil, como podría ser evitar la entrada del próximo caracol o averiguar por donde entró este.
Digo por donde entró porque se sabe que salió de África. En África están los mejores amigos del régimen militar cubano. También es el espacio primado para muchas epidemias, miasmas y corrupciones. Allí residen los gobernantes más ricos, empoderados sobre los pueblos más pobres del orbe. En su mayoría y de acuerdo con las últimas corrientes, todos son de izquierda y en su mayoría revolucionarios. No existe conflicto de interés alguno entre robar y desfalcar el erario público y declararse públicamente revolucionario, antimperialista y todo lo demás.
¡Qué diría de esto la Sra. Bejerano con su aspecto de viejecita buena o de hada madrina de Cenicienta de Disney!
Se dice que algún especialista de la Inteligencia Militar le conseguirá al general-presidente el camaroncito duro (africano) que lo saque de su apuro. De ser así, ojala no sea venenoso y no acabe con el resto de las pocas cosas que aún no han conseguido destruir esta gente.
Llegó el caracol africano. El caso es que lo hizo precedido por los hombres iguana de corbata roja. Quizás sea necesario para Cuba desembarazarse de ambos y entonces, lograr tener un buen sueño reparador sin pesadillas africanas, venezolanas, rusas o de cualquier otro origen. Dios lo quiera.
Para Cuba actualidad: j.gonzalez.febles@gmail.com

viernes, 1 de agosto de 2014

El problema de Cuba es quirúrgico


Por: Ernesto Aquino Montes
LA HABANA, Cuba -Luego de su arribo al poder, el presidente cubano Raúl Castro implementó un paquete de medidas encaminados a liberar al gobierno de sus responsabilidades con los programas económicos, basados en las “gratuidades” que supuestamente garantiza el socialismo como parte de su política “benefactora y altruista”.
Sin embargo, a pesar de algunas novedades muy polémicas, relacionadas con la política de empleo y los permisos para viajar, el gobierno continúa atrincherado en su viejo proyecto ideológico, mientras el pueblo sigue remendando sus esperanzas de una vida mejor.
Doris Mons Otero, una joven de 26 años, mostraba su descontento mientras explicaba:
-Cuando oigo hablar de cambios, en lo único que pienso es en el cambio que tengo que hacer de mi dinero en Moneda Nacional (MN) a Pesos Cubanos Convertibles (CUC), para poder comprar en las Tiendas Recaudadoras de Divisa (TRD) los productos de primera necesidad como aceite, jabón, máquinas de afeitar, puré de tomate, pasta dental, detergente.
Mons Otero, continúa diciendo:
-No tienes más que ver la Libreta de Racionamiento: cada vez con menos hojas; porque los productos de la Canasta Básica Familiar, en lugar de incrementarse, lo que hacen es desaparecer; del transporte urbano lo único bueno que se puede decir es que ha permitido desarrollar dos prácticas deportivas: el Campo y Pista y el Sumo (tipo de lucha libre japonés), porque para alcanzar una guagua (ómnibus) tienes que correr como un caballo desbocado; y cuando se detienen en la parada, llegan tan abarrotadas que para subir tienes que luchar cuerpo a cuerpo con la gente.
Otro de los entrevistados, Pablo Rodríguez Peñate, carpintero retirado de 71 años, apuntó, entre otras deficiencias que no cambian, el deterioro de los hospitales y el servicio médico en general; el mal estado de los centros escolares y la falta de preparación profesional del personal docente; la apariencia deprimente y la falta de higiene en las instalaciones gastronómicas y la elaboración de los alimentos.
Este es su testimonio:
-Cuando tú vas al médico, para que te atiendan, tienes que entrar con un ‘estímulo’ en efectivo (una meriendita, un par de jabones CUC, una cajita de cigarrillos, también CUC); pero si la cosa es de hacerte un chequeo profundo, Rayos X o que te pasen por el Somatón, entonces la “mordida” no baja de 100.00 CUC (90 dólares), entre los regalitos y el dinerito. ¡Ahora imagínate que el problema tenga que llegar al salón de operaciones! Cuando terminas de curarte, ya estás enfermo de los nervios y comienza un nuevo ciclo de los mismos gastos. ¡No digo yo si la gente tiene que tirarse al mar para escapar de esta locura!
Por su parte, Eduardo Herrera Durán, un médico de 46 años Especialista en Cirugía General, quien labora en el Hospital Calixto García, hizo énfasis en el deterioro general de la higiene en todos los órdenes.
Herrera Durán calificó de “desastrosa, lamentable y vergonzosa” las condiciones de abandono a que está sometida la vida del ciudadano:
-¿Cómo se puede hablar de cambios, cuando la ciudad, que es el centro de la vida política, económica y cultural del país, agoniza sobre escombros que dejan los constantes derrumbes de viejas edificaciones descuidadas, las tupiciones en los sistemas de drenaje albañal, los desechos de todo tipo amontonados en las esquinas por falta de contenedores o insuficiencia en el servicio de recogida de basura?
Según el especialista en Cirugía General, el problema cubano es quirúrgico. Los paliativos no van a detener el proceso degenerativo que sufre la sociedad cubana, como consecuencia de un gobierno que ha impuesto y persiste en imponer políticas fracasadas.
-Sin dudas –concluyó el médico, de 46 años-, los cambios vendrán. La historia no cree en tiranías perpetuas. Pero si antes de desaparecer, el actual gobierno quiere hablar de cambios reales y concretos, será necesario despenalizar la libertad de expresión y asociación, invalidar la actual Constitución y reconocer el derecho de todos a participar en la construcción de un Estado de Derecho. Mientras tanto –dice el médico-, tendremos que seguir lidiando con estos cambios que lo dejan todo igual, y seguir creando conciencia de que somos nosotros los que tenemos que cambiar.
Nota: Todos los entrevistados, aunque ofrecieron su identidad a este reportero, rehusaron ser fotografiados.
http://www.cubanet.org

domingo, 20 de julio de 2014

Homenaje a Oswaldo Payá y a Harold Cepero


" Los derechos no tienen color político, ni de raza, ni de cultura.Tampoco las dictaduras tienen color político, no son de derecha ni de izquierda, son sólo dictaduras"
                                              Oswaldo Payá

Que su Luz nunca se apague en nosotros. La Esperanza esta abonada por cada vela encendida a nuestros HÉROES.

Misa en La Habana en recuerdo de Harold y Oswaldo

PASIONISTAS MISA
Misa  en recuerdo de Harold y Oswaldo,
Iglesia de Los Pasionistas, La Habana
22 de julio de 2014, 4:00 pm

Misas en Cuba, Estados Unidos y España en recuerdo a Harold Cepero y Oswaldo Payá

 

 Discurso de Oswaldo Payá al aceptar premio Sajarov, Estrasburgo, Dic/2002

Gracias al señor presidente, Pat Cox, y a este Parlamento en el que están representados muchos pueblos de Europa.
Ustedes han concedido el premio Andrei Sajarov al pueblo de Cuba; digo al pueblo cubano porque es el gran merecedor de este reconocimiento. Lo digo sin excluir a ninguno de mis compatriotas, sea cual sea su posición política, porque los derechos no tienen color político, ni de raza, ni de cultura. Tampoco las dictaduras tienen color político, no son de derecha ni de izquierda, son sólo dictaduras. En mi país hay miles de hombres y mujeres que luchan por los derechos de todos los cubanos en medio de la persecución. Cientos de ellos están presos sólo por proclamar y defender estos derechos, por lo que yo recibo este reconocimiento en su nombre.
Digo que este premio es para todos los cubanos porque entiendo que, con este premio, Europa quiere decirles: “Ustedes también tienen derecho a los derechos”.
De esto siempre estuvimos convencidos, pero hubo etapas en las que parecía que esa verdad no era tan evidente para muchos en el mundo.
No vengo aquí a pedir apoyo para la oposición al gobierno cubano, ni a condenar a los que nos persiguen. No es una ayuda para Cuba que algunos en el mundo tomen partido por el gobierno cubano o por los que se le oponen, a partir de posiciones ideológicas. Nosotros queremos que se tome posición a favor del pueblo cubano, con todos los cubanos. Y eso significa apoyar el respeto a todos sus derechos, apoyar la apertura, apoyar la demanda de que se consulte a nuestro pueblo en las urnas sobre los cambios que estamos demandando. Pedimos la solidaridad para que se le dé la voz a nuestro pueblo en las urnas, como lo propone el Proyecto Varela.
Muchos han relacionado este premio con el Proyecto Varela, y tienen razón, porque los miles de cubanos que, en medio de la represión han firmado esa petición de referéndum, están haciendo una contribución decisiva a los cambios que Cuba necesita. Estos cambios significarían participación en la vida económica y cultural, significarían derechos políticos y civiles y reconciliación nacional. Ese sería el verdadero ejercicio de la autodeterminación de nuestro pueblo. Debe terminar el mito de que los cubanos tenemos que vivir sin derechos para sostener la independencia y soberanía de nuestro país.
El padre Félix Varela nos enseñó que la independencia y la soberanía nacional son inseparables del ejercicio de los derechos fundamentales. Los cubanos que viven en Cuba y en la diáspora, como un solo pueblo, tenemos la voluntad y las capacidades para construir una sociedad democrática, justa y libre, sin odios ni revanchas y como lo soñó José Martí: “Con todos y para el bien de todos”.
No hemos escogido el camino pacífico como una táctica, sino porque es inseparable de la meta de nuestro pueblo. La experiencia nos dice que la violencia genera más violencia y que cuando los cambios políticos se realizan por esa vía se llega a nuevas formas de opresión e injusticia.
Queremos que nunca más la violencia y la fuerza sean vías para superar crisis o gobiernos injustos. Esta vez realizaremos los cambios mediante este movimiento cívico que ya está abriendo una nueva etapa en la historia de Cuba, en la que prevalecerá el diálogo, la participación democrática y la solidaridad. Así construiremos una paz verdadera.
Los héroes luchadores cívicos cubanos, los ciudadanos que firman el Proyecto Varela, no tienen armas en las manos. No tenemos un brazo armado. Tenemos los dos brazos extendidos, ofreciéndoles las manos a todos los cubanos, como hermanos, y a todos los pueblos del mundo. La primera victoria que podemos proclamar es que no tenemos odio en el corazón.Por eso decimos a quien nos persigue y a los que tratan de dominarnos: tú eres mi hermano, yo no te odio, pero ya no me vas a dominar por el miedo, no quiero imponer mi verdad, ni que me impongas la tuya, vamos juntos a buscar la verdad. Esa es la liberación que estamos proclamando.
Todavía hay quien sostiene el mito de la disyuntiva entre los derechos políticos y civiles, por una parte, y la capacidad de una sociedad para construir la justicia social y lograr el desarrollo, por otra. No son excluyentes. La ausencia de derechos civiles y políticos en Cuba ha tenido graves consecuencias como la desigualdad, la pobreza de la mayoría, los privilegios de una minoría, el deterioro de algunos servicios, aun cuando éstos están concebidos como sistemas humanos y positivos.
De esta manera, aunque muchos cubanos han trabajado durante años con amor y buena fe, hoy existe una grave situación en materia de derechos civiles y políticos, además de una creciente desigualdad y deterioro de la calidad de vida para las mayorías. Inclusive se les atan las manos a los
ciudadanos, neutralizando las inmensas potencialidades de creatividad y laboriosidad de los cubanos. Esa es la principal causa de nuestra pobreza. No se puede justificar esta realidad afirmando que el pueblo cubano escogió libremente este sistema. Ustedes saben que ningún pueblo de los representados en este Parlamento, ni ningún pueblo en el mundo, renunciaría jamás al ejercicio de sus derechos fundamentales. Cada vez se demuestra más que el bienestar y el progreso en materia económica y social son frutos del ejercicio de los derechos. De igual manera, una democracia no es verdadera o no es completa si no es capaz de iniciar y sostener un proceso de elevación de la calidad de vida de todas las personas. Porque tampoco ningún pueblo ejerce su voto libremente para optar por la pobreza y la desigualdad que reduzca a las multitudes a una situación de desventaja y marginación.
Nuestros pueblos latinoamericanos están reclamando la democracia real que es aquélla en la que se puede construir la justicia. Es escandaloso que en nombre de la eficacia se apliquen métodos que pretenden superar crisis y acabar con la pobreza, pero que, en la práctica, amenazan con aniquilar a los pobres.
No pretendo anunciar nuevas posiciones o modelos, pero nuestro pueblo ha vivido y sufrido diversos sistemas políticos y económicos. Hoy sabemos que cualquier método o modelo que, en una supuesta búsqueda de la justicia, el desarrollo o la eficacia, se sitúe por encima de la persona o anule cualquiera de los derechos fundamentales conduce a alguna forma de opresión, a la exclusión, y sumerge a los pueblos en la calamidad.
Queremos expresar desde aquí nuestra solidaridad con todos los que sufren cualquier forma de opresión y de injusticia, con los que están silenciados y marginados en el mundo. La causa de los derechos humanos es una sola, como una sola es la humanidad. Si hoy se habla de globalización, anunciamos y denunciamos que si no se globaliza la solidaridad no sólo peligran los derechos humanos, sino el derecho a seguir siendo humanos. Sin solidaridad humana tampoco conservaremos un mundo limpio donde siga siendo posible la vida para los seres humanos.
Por eso, humildemente creo que más que nuevos modelos, tanto en las sociedades como en las relaciones entre los países, lo que se necesita es un nuevo espíritu. Este nuevo espíritu debe expresarse en la solidaridad, la cooperación y la justicia en las relaciones entre los países y no será un freno al desarrollo. Porque si se subordinan las políticas y los modelos a la realización de la persona, a la construcción de la justicia y la democracia, si se humanizan las políticas, entonces se superarán los abismos que separan a los pueblos y seremos una verdadera familia humana.
Llegue desde Cuba nuestro mensaje de paz y solidaridad a todos los pueblos. Todos los cubanos reciben este premio con dignidad y proclamando nuestra esperanza de reconstruir nuestra sociedad con el amor de todos, como hermanos, como hijos de Dios. Los cubanos somos sencillos y sólo queremos vivir en paz y progresar con nuestro trabajo, pero no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad.
Ante el Señor de la historia, que fue acostado en un humilde pesebre, depositamos este homenaje, y nuestras esperanzas.
Gracias y feliz Navidad.
 http://www.youtube.com/watch?v=TJx47JMd2O8&feature=player_embedded

Publicado: 25 Diciembre 2002 en Artículos Oswaldo Payá y M.C.Liberación.

jueves, 17 de julio de 2014

La comparsa de los crédulos y de los apátridas



"La única fórmula digna de un pueblo que después de medio siglo sigue en pie de lucha es exigir la salida de los Castro y el castigo ejemplarizante de quienes han sido sus cómplices."
 
De un tiempo a esta parte se ha desatado, tanto dentro de la Isla como en el exilio, una erupción de frentes, foros y encuentros que dicen representar una alternativa moderada y pragmática a la brutal tiranía que nos ha oprimido por 55 años. Basan sus argumentos en la premisa de que la confrontación y la violencia no han logrado derrocar a la tiranía cubana. Según estos señores, como los cubanos no hemos sido capaces de derrocar a los tiranos por las "malas", nuestra única alternativa es que nos entendamos con ellos por las "buenas". De hecho, lo que proponen los promotores de esta comparsa del apaciguamiento es que confiemos en la comprensión y la compasión de una gente que se hizo del poder por la fuerza y que ha logrado mantenerlo por el asesinato y la violencia. Algo tan inaudito como pedirle a Satanás que nos dé la bendición y nos abra las puertas del cielo.
En un foro realizado recientemente en una universidad del sur de la Florida, sus promotores se refieren a los recientes cambios cosméticos de la tiranía como si fueran reales y "consideran apropiado y oportuno capitalizar y aprovechar esos cambios para fortalecer la incipiente sociedad civil cubana, impulsar mayores cambios y fortalecer el emergente sector privado. Para lograr esto, proponen flexibilizar las sanciones norteamericanas". Lo de "flexibilizar las sanciones" es una forma solapada de hacer causa común con los Castro en su desesperada aspiración de que le levanten el embargo con el mínimo de concesiones por parte del régimen.
Para despejar el enigma y desenredar el acertijo analicemos esta descabellada propuesta. Estos señores dicen que van a "capitalizar y aprovechar esos cambios". Se olvidan de que el objetivo de esos cambios ficticios no es otro que prolongar la tiranía y de que resulta irónico hablar de "capitalizar" en una sociedad cerrada donde los únicos "capitalistas" y mandamases son y han sido siempre los Castro y sus apandillados. Se refieren en el mismo párrafo a "fortalecer la incipiente sociedad civil cubana". En esa gigantesca cárcel la sociedad civil está integrada por ciudadanos presos de un régimen totalitario que monopoliza todos los recursos en su propio beneficio. Los carceleros tienen las llaves y deciden quienes entran y quienes salen según las conveniencias del régimen. Quienes se fortalecen no son los miembros de la inexistente sociedad civil sino la gentuza corrupta y asesina que integra los cuadros de la tiranía castrista.
Más allá de sus intenciones, los proponentes de esta forma de lidiar con la tiranía castrista demuestran ser unos sinvergüenzas o unos ignorantes de nuestra historia reciente. En octubre de 1978 se produjo el llamado "primer diálogo" entre un sector del exilio y la tiranía de Fidel Castro. Los farsantes que promovieron aquel diálogo se adjudicaron el mérito de haber logrado la liberación de 3,600 presos políticos. La realidad, según lo demostró el Dr. Antonio de la Cova y lo publicó Baracutey Cubano, aquellos presos fueron liberados por gestiones de representantes diplomáticos del entonces presidente Richard Nixon. Dieciséis años más tarde, en junio de 1994, 225 arrepentidos exiliados cubanos se prestaron a participar en la misma patraña. Bajo el título de "La Nación y la Emigración", viajaron a La Habana a proferir sandeces en elogio del régimen y estrechar la mano ensangrentada del asesino de millares de cubanos. Hoy sabemos que ninguno de esos diálogos condujo al derrocamiento de la tiranía castrista.
En un contexto más amplio, los diálogos con ideólogos de la izquierda totalitaria han terminado siempre en un rotundo fracaso. En los últimos 30 años tres gobiernos colombianos han sostenido conversaciones con las FARC para poner fin a su horrible tragedia de más de medio siglo. En 1984, cuando el gobierno de Belisario Betancur y las FARC firmaron el Acuerdo de la Uribe. A mediados de 1991, cuando el gobierno liberal de César Gaviria dio inicio en Caracas a unos diálogos con la guerrilla que terminaron finalmente en México sin resultado alguno. En 1999, cuando el gobierno del presidente Andrés Pastrana acordó con las FARC lo que se denominó la agenda del Caguán, cuyas conversaciones fracasaron por las excesivas demandas de Tiro Fijo. Las actuales conversaciones de La Habana, utilizadas por Santos como argumento de campaña electoral, constituyen una interrogante para la que todavía no hay una respuesta definitiva.
En la Venezuela del chavismo, y a pesar de declaraciones en contra de algunos miembros de la Mesa de Unidad Democrática, el diálogo ha terminado también en el más absoluto fracaso. El discípulo de los Castro ha utilizado las mismas mentiras y falsas promesas de sus mentores para ganar tiempo y promover el desgaste de la oposición. Con el encarcelamiento de estudiantes y líderes opositores sin proceso debido han descabezado a la oposición y neutralizado la embestida brutal de un pueblo valiente y enardecido que parecía al borde del triunfo. Leopoldo López, con su llamado a reclamar el control de las calles por el pueblo venezolano, parece ser la única esperanza de que algún día se logre la libertad.
Pero si descabellada es la idea de que se puede negociar con tiranos, desconcertante es la lista de quienes, sin compartir ni promover la idea, otorgan credibilidad a sus promotores participando en debates que sólo benefician a quienes tienen una agenda de colaboración con los Castro. Quienes se oponen al levantamiento del embargo no van a cambiar la posición de quienes desean su levantamiento. Quienes favorecen su levamiento ganan terreno sembrando dudas entre multitudes que ignoran la realidad cubana, incluyendo a muchos cubanos.
Quienes promueven el levantamiento del embargo son los únicos que saben lo que quieren y hacia donde van. Son los mismos apátridas de siempre que persiguen el enriquecimiento personal o la notoriedad que sólo pueden lograr por el tamaño de su cuenta bancaria y no por la dimensión de su intelecto o su servicio desinteresado a la libertad de la patria.
Estoy convencido de que, quienes, sin compartir sus ideas, acceden a participar en estos debates inútiles son unos crédulos que están perdiendo el tiempo y debilitando la causa de nuestra libertad verdadera. Una libertad sin compromisos con el pasado tenebroso y sin la presencia de los mismos que nos han esclavizado por tantos años. En Cuba no podemos resignarnos a un Vladimir Putin tropical que prolongue de manera indefinida la tiranía castrista. Porque una tiranía con careta de democracia duraría más tiempo y sería más difícil de derrocar que una tiranía a cara descubierta como la que sufrimos en estos momentos.
Hemos luchado durante muchos años, han padecido cárcel demasiados cubanos, y han muerto innumerables patriotas para que ahora, cuando la tiranía se tambalea, vayamos a alzar la bandera blanca de una rendición ignominiosa. La única fórmula digna de un pueblo que después de medio siglo sigue en pie de lucha es exigir la salida de los Castro y el castigo ejemplarizante de quienes han sido sus cómplices.
No propongo ningún tipo de masacre sino el justo castigo que merece ese 5 por ciento del pueblo cubano que, junto a los Castro, oprime en estos momentos al otro 95 por ciento que sólo desea libertad para ganarse el pan y para labrarse su propio destino. Y esa libertad se acelera negando a la tiranía los recursos para mantenerse en el poder. Cualquier otra cosa sería una fórmula para el desastre y una alta traición a la patria. 

Alfredo Cepero, Director de www.lanuevanacion.com
La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en : 

viernes, 4 de julio de 2014

Happy Fourth of July: Día de la Independencia de Estados Unidos de América

 
El 4 de julio es considerado el día de la Independencia de los Estados Unidos en conmemoración y celebración por el 4 de julio de 1776 en que fue firmada la Declaración de la Independencia de las trece colonias de la metropoli inglesa.
Declaración que fue escrita y firmada por todos los miembros del Congreso Continental, en Philadelfia, Pensylvania.
El Congreso Continental, en dicha Declaración de Independencia explica detalladamente las causas por las cuales las trece colonias consideran que deben independizarse de Inglaterra y la decisión unánime de hacerlo de inmediato. Una vez firmada la Declaración, las trece colonias se declaran como Estados Unidos de América´.
Oficialmente el 4 de julio fue declarado día de fiesta nacional (holiday) en 1941

 

Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América


Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América
Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación.

Sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad. Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; tal es ahora la necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobierno La historia del actual Rey de la Gran Bretaña es una historia de repetidos agravios y usurpaciones, encaminados todos directamente hacia el establecimiento de una tiranía absoluta sobre estos estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial.

El Rey se ha negado a aprobar las leyes más favorables y necesarias para el bienestar público.

Ha prohibido a sus gobernadores sancionar leyes de importancia inmediata y apremiante, a menos que su ejecución se suspenda hasta obtener su asentimiento; y una vez suspendidas se ha negado por completo a prestarles atención.

Se ha rehusado a aprobar otras leyes convenientes a grandes comarcas pobladas, a menos que esos pueblos renuncien al derecho de ser representados en la Legislatura; derecho que es inestimable para el pueblo y terrible sí, para los tiranos.

Ha convocado a los cuerpos legislativos en sitios desusados, incómodos y distantes del asiento de sus documentos públicos, con la sola idea de fatigarlos para cumplir con sus medidas.

En repetidas ocasiones ha disuelto las Cámaras de Representantes, por oponerse con firmeza viril a sus intromisiones en los derechos del pueblo.

Durante mucho tiempo, y después de esas disoluciones, se ha negado a permitir la elección de otras Cámaras; por lo cual, los poderes legislativos, cuyo aniquilamiento es imposible, han retornado al pueblo, sin limitación para su ejercicio; permaneciendo el Estado, mientras tanto, expuesto a todos los peligros de una invasión exterior y a convulsiones internas.

Ha tratado de impedir que se pueblen estos Estados, dificultando, con ese propósito, las Leyes de Naturalización de Extranjeros; rehusando aprobar otras para fomentar su inmigración y elevando las condiciones para las Nuevas Adquisiciones de Tierras.

Ha entorpecido la administración de justicia al no aprobar las leyes que establecen los poderes judiciales.

Ha hecho que los jueces dependan solamente de su voluntad, para poder desempeñar sus cargos y en cuanto a la cantidad y pago de sus emolumentos.

Ha fundado una gran diversidad de oficinas nuevas, enviando a un enjambre de funcionarios que acosan a nuestro pueblo y menguan su sustento.

En tiempos de paz, ha mantenido entre nosotros ejércitos permanentes, sin el consentimiento de nuestras legislaturas.

Ha influido para que la autoridad militar sea independiente de la civil y superior a ella.

Se ha asociado con otros para someternos a una jurisdicción extraña a nuestra constitución y no reconocida por nuestras leyes; aprobando sus actos de pretendida legislación:

Para acuartelar, entre nosotros, grandes cuerpos de tropas armadas.

Para protegerlos, por medio de un juicio ficticio, del castigo por los asesinatos que pudiesen cometer entre los habitantes de estos Estados.

Para suspender nuestro comercio con todas las partes del mundo.

Para imponernos impuestos sin nuestro consentimiento.

Para privarnos, en muchos casos, de los beneficios de un juicio por jurado.

Para transportarnos más allá de los mares, con el fin de ser juzgados por supuestos agravios.

Para abolir en una provincia vecina el libre sistema de las leyes inglesas, estableciendo en ella un gobierno arbitrario y extendiendo sus límites, con el objeto de dar un ejemplo y disponer de un instrumento adecuado para introducir el mismo gobierno absoluto en estas Colonias.

Para suprimir nuestras Cartas Constitutivas, abolir nuestras leyes más valiosas y alterar en su esencia las formas de nuestros gobiernos.

Para suspender nuestras propias legislaturas y declararse investido con facultades para legislarnos en todos los casos, cualesquiera que éstos sean.

Ha abdicado de su gobierno en estos territorios al declarar que estamos fuera de su protección y al emprender una guerra contra nosotros.

Ha saqueado nuestros mares, asolado nuestras costas, incendiado nuestras ciudades y destruido la vida de nuestro pueblo.

Al presente, está transportando grandes ejércitos de extranjeros mercenarios para completar la obra de muerte, desolación y tiranía, ya iniciada en circunstancias de crueldad y perfidia que apenas si encuentran paralelo en las épocas más bárbaras, y por completo indignas del Jefe de una Nación civilizada.

Ha obligado a nuestros conciudadanos, aprehendidos en alta mar, a que tomen armas contra su país, convirtiéndolos así en los verdugos de sus amigos y hermanos, o a morir bajo sus manos.

Ha provocado insurrecciones intestinas entre nosotros y se ha esforzado por lanzar sobre los habitantes de nuestras fronteras a los inmisericordes indios salvajes, cuya conocida disposición para la guerra se distingue por la destrucción de vidas, sin considerar edades, sexos ni condiciones.

En cada etapa de estas opresiones, hemos pedido justicia en los términos más humildes: a nuestras repetidas peticiones se ha contestado solamente con repetidos agravios. Un Príncipe, cuyo caracter está así señalado con cada uno de los actos que pueden definir a un tirano, no es digno de ser el gobernante de un pueblo libre.

Tampoco hemos dejado de dirigirnos a nuestros hermanos británicos. Los hemos prevenido de tiempo en tiempo de las tentativas de su poder legislativo para englobarnos en una jurisdicción injustificable. Les hemos recordado las circunstancias de nuestra emigración y radicación aquí. Hemos apelado a su innato sentido de justicia y magnanimidad, y los hemos conjurado, por los vínculos de nuestro parentesco, a repudiar esas usurpaciones, las cuales interrumpirían inevitablemente nuestras relaciones y correspondencia. También ellos han sido sordos a la voz de la justicia y de la consanguinidad. Debemos, pues, convenir en la necesidad, que establece nuestra separación y considerarlos, como consideramos a las demás colectividades humanas: enemigos en la guerra, en la paz, amigos.

Por lo tanto, los Representantes de los Estados Unidos de América, convocados en Congreso General, apelando al Juez Supremo del mundo por la rectitud de nuestras intenciones, en nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas Colonias, solemnemente hacemos público y declaramos: Que estas Colonias Unidas son, y deben serlo por derecho, Estados Libres e Independientes; que quedan libres de toda lealtad a la Corona Británica, y que toda vinculación política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña queda y debe quedar totalmente disuelta; y que, como Estados Libres o Independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, concertar alianzas, establecer el comercio y efectuar los actos y providencias a que tienen derecho los Estados independientes.

Y en apoyo de esta Declaración, con absoluta confianza en la protección de la Divina Providencia, empeñamos nuestra vida, nuestra hacienda y nuestro sagrado honor.

Firmantes:

Nueva Hampshire: Josiah Bartlett, William Whipple, Matthew Thornton

Massachusetts: Samuel Adams, John Adams, John Hancock, Robert Treat Paine, Elbridge Gerry

Rhode Island: Stephen Hopkins, William Ellery

Connecticut: Roger Sherman, Samuel Huntington, William Williams, Oliver Wolcott

Nueva York: William Floyd, Philip Livingston, Francis Lewis, Lewis Morris

Nueva Jersey: Richard Stockton, John Witherspoon, Francis Hopkinson, John Hart, Abraham Clark

Pensilvania: Robert Morris, Benjamin Rush, Benjamin Franklin, John Morton, George Clymer, James Smith, George Taylor, James Wilson, George Ross

Delaware: George Read, Caesar Rodney, Thomas McKean

Maryland: Samuel Chase, William Paca, Thomas Stone, Charles Carroll of Carrollton

Virginia: George Wythe, Richard Henry Lee, Thomas Jefferson, Benjamin Harrison,
Thomas Nelson, Jr., Francis Lightfoot Lee, Carter Braxton

Carolina del Norte: William Hooper, Joseph Hewes, John Penn

Carolina del Sur: Edward Rutledge, Thomas Heyward, Jr., Thomas Lynch, Jr., Arthur Middleton

Georgia: Button Gwinnett, Lyman Hall, George Walton

jueves, 3 de julio de 2014

Limosneros:empleo fijo


 José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba. -Nadie los colocó, ellos solos se inventaron el empleo, apremiados por el imperativo de sobrevivir: Vendedores callejeros de cigarros al menudeo o de turnos en las colas, o de jabas en las afueras de los agro-mercados, buquenques, revendedores de periódicos, acopiadores en los basureros de sancocho para alimentar puercos, recogedores de laticas vacías de refresco y cerveza… Sólo en La Habana suman cientos de miles estos limosneros con empleo fijo.
Según los tecnócratas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el socialismo cubano no sería un hecho consumado mientras uno solo de sus ciudadanos permanezca sin empleo. No en balde se dedicaron durante más de medio siglo a falsear las estadísticas oficiales y a inflar plantillas, hasta que la realidad les pasó por arriba. Pero ni aun así escarmientan.
Cuando se dijo que Cuba había alcanzado la condición de país con pleno empleo, al registrar tasas de 2.3 %, en 2004, y de 1.9 %, en 2005, pululaban ya en las calles estos limosneros con empleo fijo, más otros cientos de miles de desempleados, pero al parecer los tecnócratas del MTSS no se enteraron, consagrados como han vivido siempre al trabajo y a la seguridad social, sin salir de sus elegantes oficinas ubicadas nada menos que en plena Rampa, del Vedado.
No hace mucho, volvieron a la carga al afirmar que el empleo no estatal creció aquí en 9 % sólo en la primera mitad del año pasado, olvidando divulgar el altísimo por ciento de aquellos que, desestimulados por las pérdidas y acosados por los inspectores y la policía, renuncian a sus licencias para engrosar las huestes de la bolsa negra. También obviaron a los limosneros con empleo fijo.
Se trata de gente que vive al margen, invisible para los efectos de las estadísticas oficiales. No sólo son ancianos e impedidos físicos a los que los mendrugos de la seguridad social (si es que les llegan) no les alcanzan ni para el desayuno. Junto a éstos, alinea también un contingente interminable de alcohólicos, parias, retrasados mentales, ex presidiarios a los que nadie da empleo.
Los buquenques (pregoneros que presuntamente atraen al cliente en las piqueras de los taxis “almendrones”), son en mayoría procedentes de las provincias orientales y sin residencia ni algún otro respaldo legal en la ciudad. Los revendedores de periódicos y los que se dedican a vender ropas y objetos viejos, extraídos de los contenedores de basura, son ancianos menesterosos y abandonados. Los acopiadores de sancocho para puercos o de latas de aluminio vacías, constituyen el último eslabón en la cadena de nuestros perdedores.
Investigadores independientes -es decir, mucho más realistas y honestos que los tecnócratas del MTSS, aunque no sean oficiales-, calculan que de los 5,5 millones de personas económicamente activas que hay en la Isla, entre 3 y 4 millones no trabajan formalmente, lo que significa que no disponen de una fuente de sustento segura y fluida, bien porque son parásitos que viven a costa de otras personas (sobre todo de parientes emigrados), o porque se ganan el sustento en forma ilícita. Dentro de este impresionante batallón, nuestros limosneros con empleo fijo tal vez no hagan mayoría, pero sí conforman un renglón especialmente vergonzoso y una calamidad social que se expresa por sí sola.
Y ya que hablamos de situaciones vergonzosas, el sábado 7 de junio el noticiero de la televisión nacional exhibió imágenes de un pobre anciano revendedor de periódicos acorralado por una periodista idiota, que al parecer no se ha enterado de que las calles y los ministerios y las corporaciones y las instancias del poder político en La Habana están repletos de bandidos y de auténticos infractores de la ley, así es que se dedica a gastar recursos económicos y a poner en entredicho su ética pretendiendo matar moscas con escopeta.

Nota sobre el autor:
José Hugo Fernández
José Hugo Fernández es autor, entre otras obras, de las novelas El clan de los suicidas, Los crímenes de Aurika, Las mariposas no aletean los sábados y Parábola de Belén con los Pastores, así como de los libros de cuentos La isla de los mirlos negros y Yo que fui tranvía del deseo, y del libro de crónicas Siluetas contra el muro. Reside en La Habana, donde trabaja como periodista independiente desde el año 1993.

 Los libros de este autor pueden ser adquiridos en las siguientes direcciones: http://www.amazon.com/-/e/B003DYC1R0 y www.plazacontemporaneos.com Su blog en: http://elvagonamarillo.blogspot.com.es/

lunes, 23 de junio de 2014

Cuba mirada por una extranjera: la realidad es más fuerte que el discurso

Este video me ha hecho llorar. Este es el futuro presente por el que se sacrificaron millones de cubanos. Cuba es un país de indigentes. "El lado oscuro de Cuba"

sábado, 21 de junio de 2014

Olvido involuntario



“Olvido involuntario”


Autora: Esperanza E Serrano
Corrían los meses del verano caribeño con sus estragos de lluvias, mosquitos, calor, humedad, aburrimiento…
Sebastián se paró detrás de la ventana. Miró a través del cristal la suave lluvia besando las calles. Le dijo a sus compañeros que necesitaba leer un buen libro. La humedad y el  bochorno  de la tarde no le dejaban  concentrarse en su nuevo  proyecto de investigaciones en la Academia de Ciencias de la localidad donde trabajaba desde hacía varios años. Un buen pretexto para acudir de nuevo a la vieja biblioteca.
Siempre encontraba una excusa para buscar en los viejos estantes de la Sala de Arte y Literatura de la Biblioteca Municipal el libro inexistente, sabía que en corto tiempo la joven bibliotecaria se acercaría a preguntarle si necesitaba ayuda. Pregunta cuya respuesta era siempre la misma.
-No, ese libro no lo tenemos pero te sugiero que leas a…
Por ahí comenzaba otra amena conversación sobre cualquier tema relacionado con la literatura local, nacional, universal, o bien podría ser un comentario sobre la última exposición de pintura o de historia en el museo. A veces bastaba una simple broma para comenzar a disertar sobre Freud y el Psicoanálisis, o sobre Ivan Petrovich  Pavlov y los reflejos condicionados. Los temas variaban, pero nunca perdían su encanto.
Las visitas de Sebastián a la biblioteca cada vez eran más frecuentes. Ya ni siquiera necesitaba dar una excusa para escaparse de la Academia a cualquier hora de la tarde. Al llegar las compañeras de Nancy lo saludaban y le indicaban donde podía encontrarla en ese momento. Bien sabían que no buscaba un libro en específico sino un pretexto para conversar con la joven.
Cada vez se sentía más atraído por los encantos de la muchacha que siempre lo recibía con su sonrisa  seductora mirándolo directamente a los ojos como diciéndole: “Te esperaba”. Cada encuentro le producía la misma sensación, una mezcla de alegría y de miedo.
Miedo por las consecuencias si su esposa Estela llegara a enterarse de sus fugas, de sus encuentros y prolongadas conversaciones con la joven bibliotecaria. Si su esposa llegara a saber o a sospechar  de cuánto le atraía aquella muchacha, seguramente le armaría un gran escándalo, además de involucrar a los hijos en la “bronca”.
 Nancy se le estaba convirtiendo  en una obsesión. Cada tarde sentía la imperiosa necesidad de verla. Le atraía su figura larguirucha, pálida, soñadora, su andar sensual, su dulce voz, su sonrisa, sus grandes ojos siempre brillantes, sus manos, su largo pelo rubio… Le atraía descomunalmente su elegancia, su exquisita educación y su capacidad para hablar o escuchar sobre cualquier tema de interés. Sabía que estaba jugando con fuego, pero estaba dispuesto a quemarse antes que renunciar a la compañía de la muchacha.
Demetrio, su amigo de toda la vida, le había advertido que actuara con discreción. Ya en muchos círculos de amigos, conocidos y compañeros de trabajo se comentaba con picardía sus visitas a la biblioteca y sus prolongados encuentros con Nancy. Se hablaba de un romance entre ellos y del gran escándalo que se armaría cuando Estela se enterara de su infidelidad.  Sería una bomba explosiva en el pueblo y su reputación como miembro de la Academia de Ciencias y como figura pública se afectaría grandemente.
Sólo Sebastián sabía de sus luchas internas por las tantas veces que se repitió  a sí mismo que no debía verla, no debía pensar en ella, debía alejarse antes de que fuera demasiado tarde. Sabía que estaba en juego  no sólo su prestigio de hombre serio, de padre y esposo ejemplar, sino su estabilidad matrimonial y sus relaciones con sus dos hijos, casi adultos pero aún adolescentes y dependientes de ellos. Estaba en juego todo lo relacionado con sus hijos, su familia, el hogar que él había fundado veintidós años atrás con Estela… Lo que dijera la gente no era lo que más le preocupaba. Le preocupaban sus hijos, Estela y la misma Nancy. No quería herir a nadie. Se sentía culpable, egoísta. Inconforme consigo mismo, pero a la vez incapaz de poner punto final a lo que ya se estaba convirtiendo en una necesidad vital para él.
Una fuerza desconocida, un llamado interno, sobrenatural, delicioso y la vez lacerante lo llevaban cada tarde a la biblioteca. Era un acto ya enfermizo, involuntario. Se comportaba como un adicto. Buscaba la compañía de la muchacha con la misma vehemencia con la que el alcohólico busca el primer trago de ron con el pretexto de  calmar  la sed, asegurando que sólo tomaría una pequeña cantidad a sabiendas  de que sería incapaz de cumplir  sus promesas al dejarse llevar por el placer de saborear un trago de licor,  para luego caer dominado por el vicio saboreando uno y otros muchos tragos más hasta perder el juicio.
Con el paso de los meses los temas fueron tomando un carácter más personal, más íntimo. Comenzaron las anécdotas sobre los pasajes de sus vidas cuando eran niños, adolescentes, sobre el seno familiar en el que habían crecido, sus experiencias estudiantiles… Comenzaron a encontrar coincidencias en gustos musicales a pesar de los quince  años de diferencias entre ellos, ambos preferían la música clásica, joyas musicales de todos los tiempos, las baladas  románticas, la música ligera… Les gustaban los mismos autores, las mismas obras literarias. Coincidían en sus posiciones políticas, en sus conceptos morales, en la forma de ver la vida como un gran regalo de Dios que hay que disfrutar y enfrentar con coraje. Cada encuentro propiciaba nuevas confidencias. Alguna que otra vez unas lágrimas se escapaban de los ojos de la muchacha. Él la escuchaba con atención cuando ella le hablaba de su infancia de niña triste abandonada por sus padres, mimada por sus abuelos y mortificada por sus hermanos y primos  celosos.
 Le hablaba de sus fracasos amorosos, de sus desajustes con el medio, de sus desequilibrios emocionales, de cuánto disfrutaba refugiarse en la literatura para olvidarse del gran dolor que llevaba por dentro… Le habló de su pequeño hijo, y de su gran tragedia como viuda y madre soltera. Su hijo  no conoció a su padre, era un bebé  cuando éste murió en el  Estrecho de la Florida  a los tres días de haber salido de Cuba en una balsa tratando de llegar a Estados Unidos, tierra de libertad, de promesas, de posibilidades, pero también tierra de refugio, de penas, de sacrificios y de muchos riesgos.
Su esposo, Ángel, tenía  la ilusión de una mejor vida en aquel país, estaba convencido que era la única forma de asegurar un mejor futuro para el niño, para ellos y para la familia. En Cuba todo estaba perdido. Él no tenía esperanzas de que las cosas mejoraran algún día. La historia le daba la razón. En siete años las cosas estaban peor que cuando él se fue Le habló de sus sueños y de sus luchas en contra del gobierno y todo el daño que todo eso le había ocasionado indirectamente a ella y al niño. Le contó cuánto lo amó y cuánto sufría por su pérdida. Le confesó sus miedos, sus angustias, le habló de su soledad, de su tristeza y de sus ruegos a Dios para que la ayudara a criar a su hijo lo mejor posible. El niño era la razón de su vida, su ancla y su desvelo.
Le confesó su angustia por vivir en la Isla lejos de la familia, sin amigos verdaderos.  Ocupaba su tiempo en el cuidado del niño, en el trabajo y en la lucha diaria por la sobrevivencia o más bien por la pervivencia. Le contó de sus insomnios y de sus largas noches leyendo o escribiendo para olvidarse de todo.
Él nunca había imaginado  cuántos sufrimientos escondían aquellos ojos negros que lo miraban con dulzura y aquellos labios que le sonreían cada vez que él llegaba. La historia de Nancy lo conmovía infinitamente, quería protegerla, ayudarla, mimarla, apoyarla. Quería convertirse en su principal aliado, en su más seguro refugio. Sabía que cada día la amaba más y más aunque no tuviera el valor de decírselo.
Una tarde estaban solos en el gran salón de lectura de la biblioteca. Ella le mostró el último cuento de aventuras  que había escrito para su hijo. Él lo leyó con atención y lo encontró fabuloso. Le recomendó que lo enviara al próximo concurso nacional de literatura infantil. Ella le respondió que no perdería su tiempo en eso, sabía que nunca le publicarían ni una línea, y mucho menos le otorgarían un premio. Prefería conservarlo para su hijo, para que al menos tuviera un buen recuerdo de su infancia.
No tuvo valor de contradecirla y mucho menos el valor para evitar abrazarla. La estrechó en sus brazos y la besó. Ella quedó totalmente confundida. Se sonrojó y no supo qué hacer. Él le pidió que lo perdonara, que entendiera lo que le estaba sucediendo. Se había enamorado de ella y no podía evitarlo.
Comenzó a regalarle flores, le enviaba tarjetas con mensajes amorosos y le pidió que le permitiera ser parte de su vida, no como amante sino como amigo, como alguien que la amaba incondicionalmente sin esperar ser correspondido. Le prometió respetarla por encima de todo.
Los encuentros en la biblioteca disminuyeron. Ella trataba de evitarlo cuando lo veía llegar. Temía que sus compañeras notaran el breve temblor que la sacudía cuando él se le acercaba. Temía que todo aquello se convirtiera en un gran escándalo, otro problema más en su vida.
El comenzó a visitarla los fines de semana en horarios diurnos. Le ayudaba a podar el jardín de su modesta casita en las afueras de Nueva Gerona. Poco a poco se fue encargando de los arreglos de puertas y ventanas, de tuberías tupidas, de fachadas descoloridas a las que les dio vida con nuevos colores de pinturas caseras inventadas por él mismo.
El niño se acostumbró a su presencia dominguera. Le llamaba por su nombre aunque  en más de una ocasión quiso decirle tío o papá. Cuando se acabaron las reparaciones y los almuerzos compartidos se hicieron más comunes, volvieron las tertulias y otra vez hubo tiempo para la literatura y también para jugar con el niño e incluso para llevárselo a pescar al río Las Casas, o para llevarlos a la hermosa playa de Punta del Este donde algunas fines de semana debía ir por sus investigaciones sobre el medio ambiente. Allí la Academia de Ciencias tenía un albergue donde se podían quedar a pernoctar la noche del sábado.
Los vecinos de Nancy se acostumbraron a verlo. Las ventanas y puertas de la casita de Nancy nunca se cerraron cuando él llegaba, no había motivos para sospechar de adulterio, ni de la seriedad y compostura de la joven a la que no le conocían ninguna aventura amorosa desde que se mudó para el barrio. Algunas vecinas más voluptuosas sospechaban que algo no andaba bien con la joven bibliotecaria. O era lesbiana o tenía algún problema. Ese “viejo” cuarentón que la visitaba tenía cara de todo menos de galán.
Estela por su parte se acostumbró a las salidas domingueras de su marido. Hasta sintió alivio por no tener que preocuparse por el almuerzo. Podía dormir ampliamente las mañanas, sus hijos estaban creciditos y cada cual podía prepararse su desayuno, o calentar la comida que había quedado de la noche anterior. También se acostumbró a su falta de deseo sexual. Ya ni siquiera recordaba la última vez que él la besó. Su mirada siempre estaba ausente. Cuando le hablaba le respondía con monosílabos. Todo lo que ella hacía  le parecía bien. Nada le exigía ni nada compartía. Con frecuencia Estela le comentaba a sus hijos,  a sus amistades y a su familia que desde que su esposo se metió a escritor, la literatura lo mantenía en otro mundo. Los premios que él había ganado  en diferentes concursos con sus cuentos y noveletas bastaban para entenderlo y dejarlo vivir su “mundo”, cuando salía o cuando pasaba noches enteras tecleando en su vieja Remington.
Fueron pasando los meses, más de un  año, y el matrimonio ya no tenía ni temas de conversación excepto las relacionadas con la vida cotidiana o con los hijos. A penas salían juntos. No iban al cine, ni al teatro, ni a la playa ni a visitar a los amigos o a la familia.
Una mañana de marzo sonó el primer campanazo de lo que vendría después. Estela había encontrado una carta que alguien había colado por debajo de la puerta la noche anterior. Se trataba de una carta escrita por un anónimo en la que le contaba de las visitas domingueras de su marido a la casa de una mujer joven, viuda, madre soltera trabajadora de la biblioteca…
A partir de ese día no hubo paz para nadie. Por todas partes se difundió la noticia. Hubo días de tres o cuatro papeles colados por debajo de la puerta. Al parecer aquellas cartas eran escritas por varias personas que no se atrevían a poner sus nombres pero sí eran capaces de contarle a la esposa ultrajada los detalles de las tardes de Sebastián  fuera de la Academia, metido en la biblioteca escondido en un rincón hablando y riéndose con la muchacha larguirucha, la zorra con carita de ángel que le estaba robando el marido. Otros papeles menos cuidadosos le relataban los pormenores de las visitas a la casita de las afueras donde vivía la “zorra”, de las pesquerías con el niño y hasta de las caminatas por las playas, en la que los tres  aparecían como  una familia feliz, disfrutando del verano y de las maravillas naturales caribeñas.
Poco a poco se fue desmoronando el hogar. Estela ya no era la misma. Siempre estaba de mal humor y no era solo por los síntomas propios de la menopausia. Los hijos comenzaron a preocuparse. Estelita, más que su hermano Sebastián, temía lo peor: el divorcio de los padres. Ella no quería ser una más en la lista de los jóvenes con   “familias” rotas por la infidelidad de uno de los padres. La jovencita lloraba a escondidas. Fueron meses de mucha angustia, de altas tensiones en el hogar, tirones de puertas, insultos y dormideras en el sofá de la sala.
Sebastián sufría más que nadie su propia situación atrapado en sus indecisiones, sus miedos y sus sentimientos contradictorios. Nancy no era su amante pero la amaba con un amor desmedido, extraterrenal. Por verla sonreír  era capaz de cualquier cosa. Pero estaba Estela, su esposa, su compañera de tantos años, la madre de sus hijos. Mujer buena, intachable, que había estado con él en las buenas y en las malas, apoyándolo en todo, incluso en eso de dedicarse horas y horas a escribir. No podía fallarle a aquella buena mujer que ya no amaba con la pasión amorosa de antes, ya no la deseaba como mujer, pero le tenía un gran afecto. Se había acostumbrado a vivir con ella, a sus atenciones y cuidados hogareños. Por mucho que pensara no encontraba una excusa fuerte para abandonarla. El malo era él no ella, ni Nancy.
Sebastián deseaba mantener ambas relaciones. Con Nancy se nutría de fuerzas, de ilusiones y de motivos para escribir, era  su musa, su inspiración. Nancy había irrumpido en su vida llenándolo de alegrías, rejuveneciendo sus deseos y sus fantasías  sexuales. Era tan linda, tan joven, tan angelical, tan suave, tan dulce, tan irresistible que no podía alejarse de ella.
Su vida había dado un vuelco de 180 grados desde las tardes en la biblioteca. Los domingo en casa de Nancy, los paseos por la playa, el tiempo compartido con el niño huérfano que lo admiraba y lo buscaba para contarle sus travesuras, o pedirle que le hablara de su trabajo en la Academia o de sus premios literarios. Sentía más empatía con Ángel Andrés que con su propio  hijo. Ángel Andrés, con sus ocho años recién cumplidos, tenía más inquietudes intelectuales que su hijo Sebastián que ya andaba cerca de los  veinte y todavía no sabía qué quería hacer con su vida.
Renunciar o alejarse de Nancy era también perder el encanto de las noches de tertulia en casa de Demetrio,  animadas y conducidas  por la joven bibliotecaria. Era perderse las lecturas de poemas, de cuentos, o de relatos cortos; era perderse los debates en torno a las obras presentadas, o sobre las nuevas y viejas corrientes literarias; era como perder el contacto con otras personas cercanas que compartían sus mismas inquietudes.
Nancy era la ilusión, la esperanza, lo idílico, lo deseado, lo prohibido, lo soñado, lo que un día seria completamente suyo por ley de vida. El brillo en sus ojos y la manera de ella mirarlo le habían revelado lo que él significaba para ella. Sabía que ella le correspondía de la misma manera, sospechaba de sus luchas internas. Entre ellos dos había surgido, crecido y madurado un sentimiento de pertenencia, eran el uno para el otro más allá de las circunstancias. Sabía que en cualquier momento la pasión contenida por tanto tiempo se impondría por encima de prejuicios y perjuicios. La gran pregunta que le atormentaba era,  llegado ese momento  de la entrega total, ¿Qué pasaría?
 Los anónimos se adelantaron a los acontecimientos. Estela con sus cuarenta y cinco años, sus canas, su cuerpo más que explorado por él, su mirada sin brillo, su apatía, su mal humor, lo llenaban de pena. ¿Cómo decirle que ya no la amaba como antes? ¿Cómo separase de ella sin hacerle daño? ¿Cómo explicarles a los hijos lo que estaba sucediendo? ¿Cómo enfrentar un divorcio y sus consecuencias con sus consabidos cambios de vida, de rutinas, de costumbres, de relaciones familiares?
Es normal que todo cambio en nuestras vidas nos llene de terror, pero un divorcio puede ser tan desastroso como la pérdida de un ser querido por muerte brusca o esperada. Sebastián estaba consciente que cualquier decisión que tomara traería sus lamentables consecuencias.
Le resultaba muy difícil concentrarse en su trabajo en la Academia. Ya apenas escribía. Nancy en más de una ocasión le había preguntado si estaba enfermo. Sus ojeras y su falta de apetito lo denunciaban. Se sentía culpable y a la vez incapaz de hablar claramente con alguna de las dos.
Sabía que había llegado la hora de las definiciones. Era hora de romper el desequilibrio, era el momento impostergable para el cambio. Por momentos continuaba con las ensoñaciones. Con la solución idílica de mantener las apariencias en su hogar, continuar al lado de su esposa y sus hijos y a la vez mantener o hasta incrementar sus encuentros con Nancy. Poseerla, amarla, hacerla feliz… Pero ¿cómo podría la muchacha ser feliz si la sociedad la condenaría por ser la amante, concubina de un hombre casado? Se sentía egoísta,  culpable y en deuda con las dos mujeres. 
Nancy lo observaba. Se imaginaba la gran tragedia interna que estaba sufriendo pero no se atrevía hablarle directamente  de ese tema. Trataba de distraerlo, de transmitirle confianza en sí mismo. Con mimos y atenciones le demostraba que confiaba en él y que no debía preocuparse por ella. Todo estaba bien entre ellos. Ella no le exigía nada, se conformaba con todo lo que él le podía dar en ese momento, le agradecía sus atenciones y el tiempo y actividades compartidas en su casa, en las tertulias, en la playa en las orillas del río. Le agradecía infinitamente sus atenciones y tiempo dedicado a Ángel Andrés. La palabra Estela y lo que ella representaba entre ellos era un tabú que Nancy no pensaba romper en ningún momento. Su amor por Sebastián estaba por encima de todo, incluso de ella misma.
El tiempo seguía corriendo, los anónimos fueron desapareciendo paulatinamente. No se había producido el gran escándalo. La gente se ocupaba de otros chismes de barrios, o se habían acostumbrado al triángulo. Parecía que la calma había regresado. Estelita ya no lloraba tanto escondida por los rincones. Ahora tenía un novio que la hacía olvidarse de sus padres y sus problemas.
Un anoche, justo a las 3:30  de la madrugada, sonó el teléfono. Comenzó un nuevo infierno. Las llamadas anónimas se  multiplicaban a cualquier hora del día o de la noche. Siempre era la misma voz y la misma pregunta acompañada de la misma risa sarcástica, irónica, insultante:
_ ¿Está su marido en  su casa o está con su amante? ¿Le revisó los calzoncillos? ¡Cuídese, señora, que las enfermedades venéreas matan…. Jajajajajajajaja. 

Cuando Sebastián estaba en su casa desconectaba el equipo. Si Estela lo mantenía conectado en su ausencia era su problema. Él no estaba dispuesto a escuchar aquella maldita grabación que lo sacaba de sus casillas. No le contó a Nancy lo que estaba sucediendo. Tampoco le había dicho lo de las cartas anónimas. Ese era su problema y no el de ella. No le gustaba el rumbo que habían tomado las cosas pero se había acostumbrado a postergar la gran decisión de su vida.
Las llamadas telefónicas se habían convertido en una obsesión para él. No quería escucharla de nuevo hasta que no descifrara en su cerebro el tono de aquella voz y de aquella risa que le parecían conocidas. ¿Quién se había prestado para semejante bajeza?
¿Nancy? ¿Alguna amiga o compañera de ella? ¿Alguien de la Academia? ¿La esposa de Demetrio?. Esa voz le era conocida, esa risa era inimitable ¿pero de quien se trataba? ¿su hermana, amiga entrañable de Estela? ….
Pasaban los días y él seguía observando con atención las voces y risas de todas las mujeres que de una forma u otra se encontraban cerca de él.
Un día, inesperadamente lo descubrió todo. Había llegado sin avisar. Por un olvido involuntario no le había comunicado su salida urgente para La Habana por cuestiones de trabajo. Estaría ausente por varios días. Partía en el último vuelo de esa noche y aún debía preparar el equipaje.
Cuando se acercó  a la puerta de entrada se detuvo, escuchó la misma risa una y otra vez, las mismas preguntas: “ ¿Está su marido en su casa o en casa de su amante?...” Alguien manipulaba la grabadora. La cinta corría una y otra vez repitiendo lo mismo…
La ira lo llevó a empujar la puerta, la derrumbó con fuerzas rompiendo la cerradura y el marco que la sostenía…
Demetrio en calzoncillo, sentado en el sof'á,  jugaba con la grabadora. Estela, sonriente,  semi desnuda,cubierta solamente por una bata de dormir totalmente transparente, salía de la cocina con una tacita de café en cada mano.
Esperanza E Serrano.
Nueva Gerona, Isla de la Juventud,
abril 1993

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