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jueves, 3 de julio de 2014

Limosneros:empleo fijo


 José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba. -Nadie los colocó, ellos solos se inventaron el empleo, apremiados por el imperativo de sobrevivir: Vendedores callejeros de cigarros al menudeo o de turnos en las colas, o de jabas en las afueras de los agro-mercados, buquenques, revendedores de periódicos, acopiadores en los basureros de sancocho para alimentar puercos, recogedores de laticas vacías de refresco y cerveza… Sólo en La Habana suman cientos de miles estos limosneros con empleo fijo.
Según los tecnócratas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el socialismo cubano no sería un hecho consumado mientras uno solo de sus ciudadanos permanezca sin empleo. No en balde se dedicaron durante más de medio siglo a falsear las estadísticas oficiales y a inflar plantillas, hasta que la realidad les pasó por arriba. Pero ni aun así escarmientan.
Cuando se dijo que Cuba había alcanzado la condición de país con pleno empleo, al registrar tasas de 2.3 %, en 2004, y de 1.9 %, en 2005, pululaban ya en las calles estos limosneros con empleo fijo, más otros cientos de miles de desempleados, pero al parecer los tecnócratas del MTSS no se enteraron, consagrados como han vivido siempre al trabajo y a la seguridad social, sin salir de sus elegantes oficinas ubicadas nada menos que en plena Rampa, del Vedado.
No hace mucho, volvieron a la carga al afirmar que el empleo no estatal creció aquí en 9 % sólo en la primera mitad del año pasado, olvidando divulgar el altísimo por ciento de aquellos que, desestimulados por las pérdidas y acosados por los inspectores y la policía, renuncian a sus licencias para engrosar las huestes de la bolsa negra. También obviaron a los limosneros con empleo fijo.
Se trata de gente que vive al margen, invisible para los efectos de las estadísticas oficiales. No sólo son ancianos e impedidos físicos a los que los mendrugos de la seguridad social (si es que les llegan) no les alcanzan ni para el desayuno. Junto a éstos, alinea también un contingente interminable de alcohólicos, parias, retrasados mentales, ex presidiarios a los que nadie da empleo.
Los buquenques (pregoneros que presuntamente atraen al cliente en las piqueras de los taxis “almendrones”), son en mayoría procedentes de las provincias orientales y sin residencia ni algún otro respaldo legal en la ciudad. Los revendedores de periódicos y los que se dedican a vender ropas y objetos viejos, extraídos de los contenedores de basura, son ancianos menesterosos y abandonados. Los acopiadores de sancocho para puercos o de latas de aluminio vacías, constituyen el último eslabón en la cadena de nuestros perdedores.
Investigadores independientes -es decir, mucho más realistas y honestos que los tecnócratas del MTSS, aunque no sean oficiales-, calculan que de los 5,5 millones de personas económicamente activas que hay en la Isla, entre 3 y 4 millones no trabajan formalmente, lo que significa que no disponen de una fuente de sustento segura y fluida, bien porque son parásitos que viven a costa de otras personas (sobre todo de parientes emigrados), o porque se ganan el sustento en forma ilícita. Dentro de este impresionante batallón, nuestros limosneros con empleo fijo tal vez no hagan mayoría, pero sí conforman un renglón especialmente vergonzoso y una calamidad social que se expresa por sí sola.
Y ya que hablamos de situaciones vergonzosas, el sábado 7 de junio el noticiero de la televisión nacional exhibió imágenes de un pobre anciano revendedor de periódicos acorralado por una periodista idiota, que al parecer no se ha enterado de que las calles y los ministerios y las corporaciones y las instancias del poder político en La Habana están repletos de bandidos y de auténticos infractores de la ley, así es que se dedica a gastar recursos económicos y a poner en entredicho su ética pretendiendo matar moscas con escopeta.

Nota sobre el autor:
José Hugo Fernández
José Hugo Fernández es autor, entre otras obras, de las novelas El clan de los suicidas, Los crímenes de Aurika, Las mariposas no aletean los sábados y Parábola de Belén con los Pastores, así como de los libros de cuentos La isla de los mirlos negros y Yo que fui tranvía del deseo, y del libro de crónicas Siluetas contra el muro. Reside en La Habana, donde trabaja como periodista independiente desde el año 1993.

 Los libros de este autor pueden ser adquiridos en las siguientes direcciones: http://www.amazon.com/-/e/B003DYC1R0 y www.plazacontemporaneos.com Su blog en: http://elvagonamarillo.blogspot.com.es/

1 comentario:

  1. http://legalinsurrection.com/2014/07/branco-cartoon-4th-of-you-lie/

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