La zafra azucarera del 2012, otro gran fracaso del socialismo cubano.
"Raúl Castro se propuso aumentar la producción de azúcar, pero el millón y medio de toneladas programadas para la más reciente molienda (una cifra producida en el siglo XIX), no se cumplió."
Por Dimas Castellanos
"Tal parece que cada año es la primera zafra que va a hacer el país. Todos los años empezamos a aprender y llevamos más de 200 produciendo azúcar. Si estamos hablando de la necesidad de cambio, lo primero que tenemos que cambiar es esa rutina". Así comienza Atajar los problemas y no esperar la autopsia, reporte de Sheyla Delgado Guerra publicado el lunes 30 de mayo en el diario Granma.
Los Lineamientos de la Política Económica y Social, aprobadas en el VI Congreso del Partido Comunista en abril del pasado año, se propusieron entre las tareas centrales, incrementar la producción de azúcar y los derivados de la caña, una rama de la economía donde se supone que Cuba tiene una larga experiencia acumulada. Sin embargo los resultados de la zafra 2011-2012 confirman el fracaso de dicho propósito.
La contienda, programada para producir 1.450.000 toneladas de azúcar (una cifra que se producía a finales del siglo XIX) y terminar la molienda el 30 de abril —a pesar de que contó con la materia prima suficiente y con el 98% de los recursos contratados para su ejecución—, presentó, como dice Sheyla, las mismas deficiencias anteriores: roturas industriales, interrupciones operativas, dificultades en el suministro de la caña, molidas inestables, envejecimiento de la materia prima, mala calidad de las reparaciones de la maquinaría agrícola, arrancadas tardías, deficiente preparación técnica del personal y mal aprovechamiento de la capacidad potencial, lo que ha causado que la molienda no haya terminado en la fecha fijada por la planificación centralizada ni se alcance la cifra programada.
Así se ha confirmado en la reunión de balance de los resultados, celebrada 29 días después que todos los centrales debían haber culminado la molienda. Aunque como en años anteriores no se ha publicado la cantidad de azúcar producida, en la reunión se reconoció que los tropiezos de esta zafra fueron mayores que los discretos logros obtenidos. Se supo, según el reporte de Sheyla, que la caña dejada de moler por la arrancada tardía de 21 de los 46 centrales que participaron, unido al bajo aprovechamiento de la capacidad potencial y al incumplimiento de la eficiencia planificada, está entre las principales causas del pésimo resultado.
En esta oportunidad, aunque se contó con toda la caña necesaria, al punto que se ha molido más de la cantidad planificada, la producción de azúcar se volvió a incumplir. En la fase industrial las capacidades se aprovecharon solo al 60%, cifra incluso menor a la de la zafra 2010-2011, y por supuesto a la que estaba planificada para esta cosecha. Si bien hubo un modesto sobrecumplimiento en la producción de azucares blancos, en cuanto a la de blanco directo apenas se alcanzó el 8%. Además, siete de los centrales que molieron después de varios años inactivos, lo hicieron al 54% de su norma potencial, razón por la cual se dejaron de producir por esa causa unas 27 mil 500 toneladas de azúcar.
A lo anterior se unen los bajos rendimientos por las condiciones climatológicas del mes de mayo, pues 29 días después del cierre programado, varios centrales continuaban moliendo en época de lluvia, lo que acentúa el declive azucarero, que no es nada novedoso, pues el mismo se inició hace más de dos décadas cuando la zafra 1998-1999 no pudo sobrepasar los 3,8 millones de toneladas de azúcar, una cifra inferior a la producida en 1920, fecha en que se sobrepasaron los 4 millones de toneladas.
El fracaso es mayor si se tiene en cuenta que el país posee decenas de centros docentes y de investigación agropecuarios en todo el territorio nacional, que ha graduado miles y miles de ingenieros y técnicos en estas ramas, que esta vez se contó desde el inicio de la zafra con la casi totalidad de los recursos contratados para su ejecución y con caña más que suficiente para cumplir el plan, todo lo cual indica la búsqueda de los fracasos en otra dirección.
Las reformas relacionadas con la producción azucarera, como el resto de las que se han implementado, ni tienen la profundidad que se requiere ni avanzan a la velocidad que la situación demanda. Es evidente que la falta de interés de los productores —los trabajadores, por los bajos salarios; los propietarios, por las trabas que les imponen— está presente tanto en los resultados de la actual zafra como en los fracasos de las anteriores.
La esencia del problema radica en que las reformas introducidas por el gobierno cubano nacieron subordinadas a la ideología y a los intereses del poder, por tanto se han propuesto contra toda lógica conservar un modelo obsoleto que ha demostrado fehacientemente su inviabilidad.
Los resultados adversos de la planificación centralizada, manifiestos en la zafra 2011-2012, debería constituir un último aldabonazo, que llame la atención definitivamente sobre los aspectos que las reformas han soslayado hasta ahora, me refiero a la imperiosa necesidad de proceder a cambios profundos que incluyan de una vez por todas la estructura de la propiedad, pues medio siglo parece suficiente para delimitar el abismo existente entre los jefes y los dueños; entre el ordeno y mando y la participación de los trabajadores; aspectos que a su vez implican reformas en el ámbito de los derechos y libertades para hacer válido lo anterior.
Sería más útil proceder a esos cambios y no a continuar amenazando con el dedo en alto a los "incumplidores", como apareció el lunes 29 de mayo en la televisión cubana, uno de los funcionarios de alto nivel que participó en la reunión de balance de la zafra diciendo: "¡Se los he dicho!, tienen que cambiar", cosa a la que se han acostumbrado año tras año.
Los números del gigante
El azúcar cubano, ¿en fase de extinción?
El azúcar que Castro se llevó
http://www.diariodecuba.com/
En 2015 la comunidad hispana de Estados Unidos tendrá una capacidad adquisitiva de 15 billones de dólares,
casi 12 billones de euros. Eso convertirá a ese colectivo de 50
millones de personas −mayor que la población de España− en la novena
economía del mundo.
Los
datos, extraídos de un reciente informe de la agencia Nielsen, hablan
de una población cuyas necesidades son poco atendidas por su país, a
pesar de que tienen la potencia de ser determinantes en sectores como el consumo de tecnología o los medios de comunicación.
Actualmente
EE.UU. tiene en el punto de mira las economías de Brasil, China, India y
Rusia (los conocidos como países BRIC); mientras que presta poca
atención al mercado hispano dentro de sus propias fronteras. Obviándolo
está perdiendo la oportunidad de atender las necesidades, y por ende
beneficiarse del crédito económico que generaría, de una comunidad cuya renta per cápita es mayor que la de Brasil, China e India. «El mercado hispano en EE.UU. es una gran oportunidad», apunta Roberto Ruiz,
vicepresidente de marca en Univision, la cadena de televisión en
español más grande de EE.UU. Según él, las empresas del país deberían
prestar más atención a los hispanos, sobre todo porque su población es
más joven y crece en franjas de edad clave como los menores de 50 años.
Ruiz recuerda que cada 30 segundos en EE.UU. dos no-hispánicos alcanzan
la edad de jubilación, mientras que un hispano cumple 18 años. Para Ruiz
existe una «nueva realidad americana»: la de un país dual en el que
todos los hispanos encuentren su sitio.
La
puntualización es importante. Y es que aunque a todos los hispanos se
los englobe en una única categoría, este es un colectivo heterogéneo.
Además de estar formado por un crisol de nacionalidades, culturas y
tradiciones; es una comunidad de personas que se han adaptado de manera diferente al país y su idiosincrasia. Los hay bilingües y monolingües. Monoculturales y biculturales. Más aculturados y menos.
La importancia de los hispanos
EE.UU.
está comenzando lentamente a darse cuenta del creciente impacto de los
hispanos en el país. En parte porque 2012 es año de elecciones
presidenciales y los candidatos de ambos partidos están buscando atraer sus votos, por lo que su presencia en los medios ha aumentado en los últimos meses. Aunque no solo por esa razón.
El
voto hispano será decisivo en los comicios del 6 de noviembre y aunque
sus papeletas suelen ir al partido demócrata, en esta ocasión Barack Obama no las tiene todas consigo. Como señala Curtis Gans,
director del Centro para el Estudio del Electorado Americano, la
población hispana suele ser conservadora en materias como el matrimonio
homosexual o la planificación familiar, por lo que Obama «probablemente
no tendrá tan buen resultado entre los latinos como en 2008, aunque será
similar porque el Partido Republicano les parece anti-inmigración».
Por
el lado republicano, a pesar de la patente hostilidad de parte de sus
miembros hacia este colectivo y de que Romney en sus últimas apariciones
ha omitido discutir su política de inmigración, el ex gobernador de
Massachussets tiene una oportunidad porque «los hispanos tienden a votar por un candidato y no por un partido», como advirtió Ruiz. La baza de Romney puede ser su alianza en la carrera hacia la Casa Blanca con Marco Rubio,
el político de origen cubano que ocupa el puesto de senador del estado
de Florida. Aunque la oposición de Rubio al DREAM Act, la ley que busca
fomentar la educación y proveer de ayuda financiera para sus estudios a
los inmigrantes, le granjeó críticas, su popularidad entre los hispanos
sigue pesando. «Independientemente de con quien se alíe, Rubio marcará
la diferencia porque es latino», subrayó Lucía Ballas-Traynor,
cofundadora y directora de la web Mamás Latinas.
El
otro lugar donde la huella hispana comienza a ser más visible en el
país es en las estadísticas. Los últimos datos censales revelaron que en
la última década más de la mitad del crecimiento poblacional del país fue en el seno de la comunidad hispana,
quienes representan ya el 16,3 por cien de la población total de EE.UU.
Y en lo que al mercado laboral se refiere, aunque tras la recesión el
paro haya vuelto a sacudir a esta comunidad, las proyecciones de centros
como el Pew Hispanic Center apuntan que en la década entre 2010 y 2012
los hispanos representarán tres cuartos del crecimiento de la población
activa del país.