Amantes eternos
Otra vez la lluvia me acaricia,
y otra vez me siento como la niña
que despertó mujer entre tus brazos,
una de aquellas madrugadas,
cuando la luna se dormía
en un suspiro, y el sol abría
las rejas de la huerta, y nos colaba
el aroma de las horas detenidas
en los susurros de las rosas,
que enojadas y envidiosas,
lanzaban sus quejas al viento,
rosas celosas por la lujuria
de los besos y caricias
de nuestros cuerpos sedientos de infinito.
Siento que la ternura de esta lluvia
me devuelve tus besos,
y me trae la esperanza
de otra aurora sonriente,
cuando pasen otros siglos,
y otra vez despertemos abrazados,
como eternos amantes...
Eternos amantes elegidos por los dioses,
para unirnos un segundo aquí en la tierra,
y luego seguir condenados a vagar sin rumbo cierto
en busca de las eternas galaxias del retorno.
Esperanza E. Serrano
Nueva Gerona, Isla de la Juventud. Cuba
Escrito un día cualquiera, de un mes extraño en un año lejano
No hay comentarios:
Publicar un comentario