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martes, 4 de septiembre de 2012

Carta abierta de Rosa María Payá Acevedo a Fernando Ravsberg


Fernando Ravsberg, corresponsal de la Mesa Redonda. 

“Tú, que tantas veces has estado en mi casa y ahora finges hasta no recordar ni como se escribe el nombre de mi padre, técnica que debes haber aprendido de la Mesa Redonda. Tú has utilizado su nombre para suplantar la verdad, ofendiendo su memoria, a mi familia, a la oposición y a todos los cubanos. Eso es demasiado bajo hasta para un corresponsal de la Mesa Redonda”

Fernando Ravsberg ha publicado en estos días,(ver http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2012/08/los_aprendices_de_brujos.html#more)una extensión de las tergiversaciones, manipulaciones y falacias con las que los medios de prensa oficiales cubanos han pretendido confundir al pueblo cubano y al resto del mundo por ya, más de medio siglo. Lo ha hecho desde su propio blogg, al parecer las 4 páginas del Granma (órgano del partido comunista) del día ya estaban saturadas.

Esta vez, a las falsedades literalmente copiadas de la Mesa Redonda y a la reiteración del absurdo carácter accidental que la Televisión Cubana se empeña en dar a la muerte de mi padre y de Harold, Fernando añade algunos enredos de su propia invención, como que Ángel y Aron viajaban por la isla haciendo proselitismo y repartiendo dinero.

Mi amigo, Harold Cepero recientemente escribió que: …los que tienen el coraje y la libertad de plantearse la opción política pacífica para sus vidas, saben que se exponen a la soledad poco menos que absoluta, a la exclusión laboral, a la persecución, a la prisión o a la muerte. Y su vida y su muerte son la confirmación sincera y radical de su pensamiento.

Mas Ravsberg, decide no mencionar que la mayoría de los disidentes en Cuba pierden su trabajo, y ellos y sus familias son tratados como apestados sociales y condenados a la miseria, principalmente fuera de La Habana, donde no llega la prensa extranjera acreditada, en muchos casos ni le interesa llegar. En su lugar, Fernando intenta resaltar el hipócrita debate moral  sobre si la oposición debe o no recibir apoyo material, como si en la mayoría de las luchas de los oprimidos en el mundo entero, y la historia de Cuba es fiel ejemplo, no se hubiese necesitado de la ayuda de simpatizantes y exiliados.

Me pregunto, cuántos países del mundo conocerá Ravsberg donde los miembros de la oposición no puedan viajar libremente por el territorio nacional porque sus nombres estén circulados en todas las estaciones y aeropuertos. En qué otros oscuros rincones del planeta la Seguridad del Estado impide las reuniones de los opositores con chantajes, amenazas, golpizas, detenciones o “accidentes”. Esa es la razón por la que jóvenes simpatizantes que vienen a conocer a mi padre le facilitan en ocasiones el transporte. Hecho que dista mucho de la versión que el corresponsal de la BBC y el gobierno cubano se empeñan en sostener. Fernando sabe que miente, porque él conoce muy bien a mi padre y sabe que nadie puede darle órdenes, y menos aún pretender organizar el MCL. Un movimiento con 24 años de historia cuyo jóvenes tenemos muy claro que hacer. Mi padre goza de ese tipo de libertad que probablemente Fernando nunca ha experimentado a pesar de venir de un país democrático. La libertad de vivir responsablemente, en coherencia con sus principios, pensamientos y sentimientos a la luz de su fe, esa libertad no conoce dueños.

El señor Ravsberg emplea el más cínico de los tonos colonialistas para hablar de las preocupaciones de mi pueblo, minimizándonos, como si para nosotros, “los cubanitos”, con que mejorase o apareciese la comida o las guaguas, fuese suficiente. Sutilmente se suma a esta orgía de la mentira, que pretende entretener a la opinión pública con unas sosísimas y mal implementadas  reformas económicas, que son la fachada de ese cambio-fraude que mi padre tantas veces ha denunciado.

Ravsberg, tu gozas de los privilegios que significan vivir en Cuba como un extranjero, por encima de las desventajas de todos los cubanos. Tus hijos, pueden entrar y salir de aquí, mientras hacen sus vidas en España, pero a mi hermano no lo dejan ir de visita a conocer sus tíos a Madrid. Me pregunto si has tenido que esperar 5 años para visitar a tu hijo médico, porque eso es lo que sufren los doctores de mi país cuando deciden salir de la isla, quizás también para reunirse con su familia en el exterior. Estás tan acostumbrado a caminar sobre esas desventajas que te atreves a sugerir que a los cubanos no les interesan los derechos humanos. ¿Cómo te atreves a despreciar de esa manera racista al pueblo del que has vivido durante tantos años?

Gracias a Dios hoy son muchas las iniciativas en el campo cultural, político y social que ponen de manifiesto la inconformidad de los cubanos y la promoción de los cambios pacíficos. Te recuerdo, porque increíblemente tampoco te acuerdas de sumar, que la iniciativa de ley que constituye el Proyecto Varela está avalada por más de 25 mil firmantes, y continúa vigente porque lo que pretende es un cambio en la ley no en la constitución, para hacer realidad derechos elementales que aún debemos conquistar. Miles firman en este período el Proyecto Heredia, que busca dar a las personas el derecho a salir y a entrar libremente a Cuba, a residir en cualquier parte del territorio nacional y con esto, parar las humillantes deportaciones internas, busca la garantía de tener igualdad de oportunidades en la sociedad sin exclusiones de tipo ideológico y el acceso libre y económicamente justo a internet. Todas son iniciativas independientes y autóctonas que recogen las aspiraciones y demandas de muchísimos ciudadanos.

Los cubanos, de dentro y de fuera necesitamos los derechos para diseñar y edificar la Cuba que queremos. El ingenio, la laboriosidad y las capacidades que se ha demostrado tener aun en tiempos de crisis, garantizan la prosperidad a pesar del destrozo legado por más de 50 años de comunismo. Te aseguro Ravsberg, que la comida y las guaguas aparecerán cuando los cubanos ganemos por el precio justo de nuestro trabajo y tengamos verdaderas oportunidades económicas, políticas y sociales de participación en la construcción de nuestro futuro. Para eso necesitamos los derechos, esa es la Liberación que estamos proclamando. Estamos cada vez más cerca de lograrla, porque hasta esos que nos persiguen, esos a los que tú sirves, son nuestros hermanos, son cubanos y se beneficiarán con la democracia.
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Tú, que tantas veces has estado en mi casa y ahora finges hasta no recordar ni como se escribe el nombre de mi padre, técnica que debes haber aprendido de la Mesa Redonda. Tú has utilizado su nombre para suplantar la verdad, ofendiendo su memoria, a mi familia, a la oposición y a todos los cubanos. Eso es demasiado bajo hasta para un corresponsal de la Mesa Redonda.

Rosa María Payá Acevedo.

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