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martes, 14 de septiembre de 2010

La tortuga se mueve, lentamente , pero se mueve

He leído que Castro eliminará medio millón de empleos públicos para reforzar el sector privado.
Pensándolo bien, esto puede ser una buena noticia. Bien sabemos que los trabajadores cubanos, empleados del gobierno, son tratados peor que esclavos. Les pagan con una moneda tipo bonos de papel de cero valor en el exterior y con muy limitado poder adquisitivo dentro de Cuba. Trabajadores mal remunerados independientemente de la profesión, oficio o servicio que realicen.
La suma de medio millón es alarmante, pero no es el fin del mundo. Total, "para la leche que da la vaca, que se la tome el ternero" hubiera dicho mi abuela ante esta situación. El desempleo en Cuba ha crecido en los últimos años, de la misma manera que han surgido trabajadores por cuenta propia que se han estado ganando la vida arriesgando el todo por el todo, ya que, en la mayoría de los casos, han carecido de permiso o licencia oficial para ejercer por cuenta propia.
¡500 000 empleados cesantes en los próximos meses! Esta cifra es un buen síntoma de que el Estado cubano está en bancarrota. Ya no puede darse el lujo de tener las plantillas infladas en los centros de trabajo para tener "contentos" y entretenidos a los cubanos y, por ende, comprometidos con la roboloción socialista.
-" Liberarán a medio millón de esclavos" -me comentó un amigo- "Pueden sentirse felices de que al fin alcanzaran la condición de libertos". No me reí con este comentario, porque es muy serio. No se trata de esclavos liberados, sino de medio millón de personas que tendrán que cambiar su modo de vida, empezando por la costumbre de tener un empleo fijo, de poca monta, pero algo seguro.
Como conozco la idiosincrasia del cubano de a pie, estoy segura que "al mal tiempo le pondrán buena cara" y saldrán adelante, inventando, luchando contra vientos y mareas para que no les falte el pan. Los más ingeniosos en poco tiempo montarán sus pequeños negocios, asi sea recogiendo cabos en las esquinas. A la larga ese medio millón se sumará (si es que ya no lo están) a la oposición. Ya no tendrán que ir obligatoriamente a las reuniones, ni a las movilizaciones, ni a las marchas de apoyo al castrismo. De acuerdo a cómo se desenvuelvan económicamente, evolucionarán mentalmente. Crecerán como individuos, serán más libres y más dueños de sus destinos. De cualquier manera ya son parte y protagonistas del cambio de las relaciones de producción en Cuba.
La tortuga es lenta, pero se mueve. Así mismo la sociedad cubana se está moviendo en otra dirección. El cordón umbilical impuesto por los moncadistas para atarla al Castro comunismo se está partiendo. La soga no aguanta más. Ya se vislumbra la luz al final del tunel.
¿Quienes podrán realmente liberarse? Creo que sólo aquellos que puedan producir algo por cuenta propia, prestar algun tipo de servicio a la población, actuar como intermediario de ventas de productos del agro o de otros productores privados.. y ¿por qué no? hasta vender baratijas, bisutería, y ropas extranjeras que algun familiar les haga llegar desde el exterior. Quizás algunos artistas comiencen a trabajar por cuenta propia para animar fiestas de cumpleaños, bodas, etc. Las posibilidades son muchas. Todo está en que los dejen crear libremente, y sobre todo que cambien las leyes constitucionales que actualmente no protegen la propiedad privada ni estimulan el trabajo creador individual.
Recuerdo la década del noventa, pleno periodo especial. Mi salario como Licenciada y promotora teatral no me alcanzaba ni para comprar la leche que necesitaba tomar mi hija más pequeña. Leche que solo podía conseguir en el mercado negro a 10 pesos cubanos el litro. Estaba sola con mis dos retoños. Tuve que inventar para no morirnos de hambre. Aunque estaba joven, eso de la prostitución, no va conmigo. Asi que me llené de fuerzas y me puse a fabricar ropas de niña/os con recortes de telas que por casualidad conservaba en casa, asi como otros que me regalaban o intercambiaba con mis amistades. Una sobrina me hizo llegar el molde de un tipo de zapatos para bebitos y en menos de una semana ya tenía montada mi fabriquita. Los hacía de vinyl. Ya se podrán imaginar cuántos apuros pasé para conseguir todos los materiales que necesitaba.,pero el mercado negro en Cuba es fabuloso. Todo está en saber burlar las leyes absurdas para no tener problemas con la policía ni con los chivatos de la cuadra. Asi sobrevivimos más de siete años, hasta que pude salir de aquel infierno. Digo infierno porque me arriesgaba diariamente a ser detenida. No tenía paz aunque económicamente me defendía bastante bien. Por las noches apenas podía dormir, no solo del susto, sino trabajando de madrugada escondida en un cuarto para evitar a los chivatos envidiosos que en cualquier momento me podían denunciar.
Han pasado veinte años y algunas cosas en Cuba han cambiado porque son muchos los que han tenido que "inventar" para llevar el pan a la mesa durante muchos años. Creo que los chivatos son menos agresivos en estos tiempos. Y aunque he leído por ahí que los cuentapropistas tendrán que pagar 25 % de sus ingresos al seguro social y entre un 10 y un 40% de impuestos, creo que no tendrán que esconderse para ganarse el sustento honradamente. Algo es algo, pero lo mejor de todo es que ha quedado totalmente al descubierto que el socialismo en Cuba está "en el pico de la piragua". La tortuga, ya echó andar, veremos si ahora la detienen otra vez.
Esperanza E. Serrano

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