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viernes, 5 de febrero de 2016

Congresista de Texas pide derogación de la Ley de Ajuste Cubano

"Esta ley se debe y se tiene que cambiar, ya que el trato no se les da igual a los mexicanos y centroamericanos", dijo a Efe el congresista federal, Henry Cuellar, de origen mexicano en entrevista telefónica.
Congresista federal por Texas, Henry CuellarCongresista federal por Texas, Henry Cuellar


El congresista demócrata por Texas, Henry Cuellar, se sumó hoy a las voces que piden una modificación de la Ley de Ajuste Cubano, ya que, en su opinión, supone un agravio comparativo con inmigrantes de otras
nacionalidades.
"Esta ley se debe y se tiene que cambiar, ya que el trato no se les da igual a los mexicanos y centroamericanos", dijo a Efe el congresista federal de origen mexicano en entrevista telefónica.
Cuellar indicó que, mientras los inmigrantes son deportados, los cubanos "no entran por el río, no ven a un juez, ni tampoco a la Patrulla Fronteriza, sino que llegan al puente y cruzan la calle y empiezan a hacer sus trámites para recibir los beneficios federales".
El pasado 12 de enero, el senador republicano y precandidato a la
Presidencia de Estados Unidos, Marco Rubio, presentó un proyecto de
ley para modificar la misma ley, con el objetivo de que sean los
cubanos perseguidos políticamente los que realmente obtengan los
beneficios de la misma.
Esta legislación es similar a un texto ya presentado en la Cámara de Representantes por el congresista republicano por Florida Carlos
Curbelo, aunque la Casa Blanca asegura que no tiene intención de
cambiar esta medida y defiende que ayuda a aquellos que temen volver
a Cuba.
Cuellar coincidió en que "esta ley no es justa y se debe cambiar, ya que ningún grupo debe recibir beneficios federales al momento que cruza la frontera" y, además, es de "hace 50 años", cuando las relaciones entre Cuba y Estados Unidos eran diferentes.
"Es hora de un cambio", opinó. "Por 50 años, ellos (los cubanos) están entrando y entrando, y ni la Patrulla Fronteriza puede hacer nada", continuó el congresista federal por el distrito 28.
Según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza
(CBP), durante el 2014 y 2015 un total de 67.437 inmigrantes cubanos
llegaron al país.
Laredo, que forma parte del distrito que representa Cuellar, fue la ciudad que registró el mayor número de arribos de cubanos con 43.983, muy por encina de la siguiente, Miami, con 14.708 inmigrantes de esa nacionalidad.
Estos datos reflejan el temor de los cubanos de que el restablecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Cuba provoque la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano, que les facilita conseguir la residencia estadounidense.
Esta Ley, vigente desde la década de 1960, y la Política de "Pies
secos/Pies mojados" establecen que los cubanos que llegan a suelo
estadounidense pueden quedarse, mientras que los interceptados en el
mar, aunque sea a pocos metros de la orilla, son devueltos a Cuba

domingo, 24 de enero de 2016

La ley de Ajuste Cubano no es el problema

Cubanos, no le demos más vueltas: el problema no está en la Ley de Ajuste ni en los corrillos de los políticos de aquí, allá o acullá, sino en nosotros.
 Con o sin Ley, los cubanos continuarán emigrando, sea a EE. UU. o a cualquier otro destino
 Se está responsabilizando a una Ley extranjera con la solución de problemas que son netamente nacionales
 https://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2016/01/ley-de-ajuste.png

Miriam Celaya
LA HABANA, Cuba.- La inminencia de la llegada a EE. UU. de miles de cubanos varados en Costa Rica ha vuelto a desatar el debate en torno a la pertinencia o no de la Ley de Ajuste, sus fundamentos originales y las opiniones sobre si los cubanos que actualmente emigran deben ser considerados o no emigrantes políticos y, en consecuencia, merecedores de acogerse a la referida Ley.
Como sucede siempre entre cubanos, el tema mueve las pasiones, nublando la objetividad y haciendo difícil deslindar entre el asunto legal, los intereses políticos, los resentimientos personales de cada quien y la cuestión netamente humana, que es en definitiva la que motiva todo éxodo, más allá de las circunstancias particulares signadas por la política y la economía.
Las posiciones suelen ser polarizadas y excluyentes, sin matices: o se está a favor del arribo infinito de cubanos a EE. UU. –en particular a la ciudad de Miami, capital extraterritorial “de todos los cubanos”– y de la ‘irreversibilidad’ de la Ley de Ajuste, como una especie de derecho divino inmanente a los nacidos dentro de los 110 mil kilómetros cuadrados de este archipiélago, o se aboga por la derogación de ésta y por limitar o cortar la ayuda a los que llegan.
Y como todo vale cuando se trata de sacar ventaja, la ocasión ha sido propicia también para ciertos políticos cubanoamericanos, que han aprovechado la nueva crisis migratoria para atizar las brasas contra el acercamiento diplomático a las autoridades cubanas, impulsado por la Casa Blanca, creando incertidumbre sobre la posibilidad de que desaparezca la Ley de Ajuste y con ella los privilegios que han gozado los inmigrantes cubanos en EE UU.
Lamentablemente, ese enfoque solapa la auténtica causa de la creciente emigración de los cubanos: la asfixia, la decadencia y la condena a la pobreza eterna bajo un sistema sociopolítico y económico obsoleto y fracasado que les fue impuesto inconsultamente casi 60 años atrás. De manera que con o sin Ley de Ajuste los cubanos continuarán emigrando, sea a EE. UU. o a cualquier otro destino, como lo demuestra la existencia de comunidades de compatriotas emigrados en un sinnúmero de países en los que no existen “leyes de ajuste” que los beneficien.
Ergo, la controvertida Ley –la cual, dicho sea de paso, las autoridades cubanas ni siquiera mencionaban durante los tiempos de luna de miel con la Unión Soviética– es un innegable componente del problema, pero no el más relevante, por lo que su derogación no constituiría la solución del incontenible flujo migratorio desde Cuba.
De hecho, se puede afirmar rotundamente que, de desaparecer dicha legislación, los cubanos no renunciarían a las aspiraciones de ingresar al territorio estadounidense, y que una vez dentro de EE UU sobrevivirían en la ilegalidad, tal como lo han hecho otros millones de emigrantes latinoamericanos, los “indocumentados”. ¿Acaso en Cuba, donde todo lo bueno está prohibido, no nos hemos entrenado por décadas en eso de sobrevivir en la ilegalidad de mil manera diferentes?
Los hijos “legítimos” de la Ley de Ajuste
Resulta difícil opinar objetivamente sobre una herramienta legal que ha protegido a tantos compatriotas. Pero cuando hablamos de la Ley de Ajuste, propiamente dicha, es inevitable recordar sus causas y las circunstancias que le dieron origen.
Sancionada en 1966, esta Ley otorgaba estatus legal a un número elevado de cubanos que se habían visto forzados a huir de Cuba, muchos de los cuales habían sido afectados por las leyes revolucionarias o pesaban sobre ellos graves acusaciones, ya fuera por una real o supuesta colaboración con el batistato, o por otros delitos considerados de ‘lesa’ revolución por el castrismo triunfante.
Hay que recordar que en aquellos años todavía el paredón de fusilamiento era la condena habitual que se aplicaba a “los traidores”, por parte de la camarilla guerrillera que tomó el poder en 1959. Tan punible categoría podía incluir por igual a los miembros o simpatizantes de la dictadura anterior –la de Fulgencio Batista– y a los propios participantes de la lucha revolucionaria que se habían opuesto al giro de Castro I hacia el comunismo, una parte de los cuales retornaron a la lucha armada como forma de rebelión, y fueron derrotados.
Los emigrados cubanos de los años 60 fueron principalmente familias de las clases alta y media de la burguesía que habían sido afectados económicamente por las nacionalizaciones y por otras medidas “revolucionarias”, y cuyos intereses eran incompatibles con la línea política que había tomado el gobierno en la Isla.
Y, habida cuenta que al partir de la Isla quedaban despojados de todos sus derechos como cubanos en virtud de las leyes revolucionarias, tampoco desde el punto de vista legal el regreso era una opción para ellos. Así, la Ley de Ajuste nacía para solucionar el limbo jurídico en el que estaban viviendo aquellos primeros emigrados, cuando siete años de fidelismo demostraban que su regreso a Cuba iba a ser más dilatado que lo previsto.
El resto de la historia es bien conocido. Una Ley surgida para beneficio de la emigración política cubana en pleno fragor de la Guerra Fría, acabaría estandarizándose al extenderse a todo cubano que pisa territorio estadounidense, pese a que la mayoría de los que hoy emigran no se reconocen a sí mismos como perseguidos políticos de la dictadura castrista.
“Yo voy a lo mío”
Ninguna de las etapas del largo experimento comunista en Cuba ha estado exenta de migraciones. Con sus picos y sus valles, el flujo hacia el exterior ha sido un signo importante de la historia de la nación cubana en los últimos 57 años, bajo el mismo gobierno y el mismo sistema político.
Las circunstancias actuales, sin embargo, no son las mismas que sirvieron de escenario a las migraciones de los 60, de la colosal migración por Mariel (1980) –donde los abusos de los mítines de repudio, las humillaciones y las golpizas promovidas desde el gobierno y organizadas por el PCC y las organizaciones de masa marcaron para la siempre la memoria tanto de los que se fueron como de los que quedaron en la Isla–, o de la espectacular Crisis de los Balseros (1994).
Si los cubanos que huyeron en los primeros años de la revolución sufrieron la ruptura absoluta con lo que fue su vida en la Isla y fueron despojados de propiedades y derechos como nacionales, si soportaron la condena del desterrado ante la imposibilidad de regresar a su tierra natal a lo largo de décadas en las cuales muchos murieron o perdieron a sus familiares que quedaron acá, sin siquiera despedirse de ellos, y si fueron víctimas directas del sistema político que algunos de ellos incluso habían ayudado a entronizarse en el poder, lo cierto es que en los últimos cuatro a cinco años la realidad ha cambiado, y también así la percepción que tiene el emigrado sobre su propia situación.
Los cubanos que actualmente emigran, no solo se auto definen mayoritariamente como emigrados económicos, sino que en virtud de la reforma migratoria de 2013 conservan tanto el derecho a entrar y salir de Cuba dentro del plazo de 24 meses, como sus propiedades y al menos los mínimos derechos que están refrendados en la Constitución cubana.
Una gran parte de ellos declara que su intención al emigrar era mejorar sus condiciones materiales de vida y ayudar a su familia en Cuba –es decir, ni más ni menos que las mismas aspiraciones de millones de latinoamericanos– y hasta repiten la sempiterna frase sabichosa que tanto se escucha por estos lares isleños: “A mí la política no me interesa; yo vengo a lo mío”.
Y, en efecto, una vez obtenida la residencia (la famosa “green card”), comienzan a viajar a Cuba antes de que caduquen los dos años de gracia que les otorga el gobierno cubano para conservar sus derechos como nativos de la ruinosa hacienda insular. El “miedo” a las represalias castristas que expresaban a la hora de acogerse a la Ley de Ajuste, desaparece abrupta y mágicamente.
Triple beneficio: para los emigrados cubanos porque se favorecen doblemente, tanto con la Ley de Ajuste como con la reforma migratoria raulista. Para el gobierno cubano, porque la migración se ha convertido en una de las pocas industrias que les garantiza el ingreso neto y constante de divisas.
Luego, los privilegios de rápido acceso legal al trabajo, al Social Security Number, a los food stamps, y a otras prestaciones recibidas por una supuesta condición de “perseguidos” se convierte realmente en una especie de timo legal al erario público al que aportan los contribuyentes, en especial los estadounidenses que nada tienen que ver con el drama cubano. Este es el argumento esencial que esgrimen quienes creen que ha llegado el momento de –al menos– revisar la Ley de Ajuste, y modificarla para que se puedan acoger a ella solo quienes puedan ser considerados razonablemente como “perseguidos políticos”.
Pero la trampa mayor de la Ley de Ajuste no radica exactamente en que tiende a reforzar la intangible (y falsa) excepcionalidad de los cubanos. Tampoco estriba en su ambigüedad actual o en la discrecionalidad que en un futuro le pueda conferir alguna modificación, sino que –tal como ocurre con el Embargo– su verdadera inconveniencia reside en que se responsabiliza a una Ley extranjera con la solución de problemas que son netamente nacionales.
Una vez más se coloca sobre los hombros de legisladores y otros políticos foráneos la búsqueda de salidas a la eterna crisis cubana, realidad que demuestra la perniciosa infancia de una nación cuyos hijos, incapaces de percibirse como protagonistas de sus propios destinos y cambiar las reglas del juego en su país natal, optan por escapar del miserable paternalismo castrista para acogerse a las generosas bondades del paternalismo estadounidense. Cubanos, no le demos más vueltas: el problema no está en la Ley de Ajuste ni en los corrillos de los políticos de aquí, allá o acullá, sino en nosotros. Es así de sencillo.
 https://www.cubanet.org/destacados/la-ley-de-ajuste-cubano-no-es-el-problema/

martes, 3 de noviembre de 2015

Ley de Ajuste Cubano ¿Para qué?...

 
 
 Desde hace varios años me estoy cuestionando si vale la pena mantener la Ley de Ajuste Cubano Sé que gracias a ella, muchos cubanos de a pie, realmente necesitados, se han beneficiado  a lo largo de todos estos años, pero, desgraciadamente tenemos que reconocer que, gracias a esa ley, se han infiltrado aquí miles de castristas, espías, delincuentes, oportunistas y desmadrados cubanos que en la isla hicieron mucho daño y aquí continuan haciéndolo impunemente. 
 
Estamos permeados. Hay ciudades en el Sur de la Florida donde viven decenas de supuestamente ex oficiales de la seguridad cubana, (digo supuestamente porque no puedo asegurar que ya no pertenezcan a esa órgano de represión), junto con otros ex militantes, funcionarios y dirigentes comunistas. Todos ellos han venido para acá, supuestamente a reunirse con hijos o familiares adllegados, cuando en realidad vienen a  pasar los últimos años de sus vidas tranquilamente, disfrutando de los múltiples beneficios que dicha ley le otorga a los cubanos que  se acogen a ella. Todos los mayores de sesenta y cinco años  reciben dinero y atención médica gratuita, se benefician de todos los servicios del Welfare que pagan  los contribuyentes de este país.
Si por mi fuera esa  Ley hace rato hubiera desaparecido.
Esperanza E Serrano
 
 
He aquí otro ejemplo ilustrativo, no es un caso aislado.
 
 

 Ex alto funcionario castrista se refugia en Miami
Por TELEMUNDO 51 3 de noviembre de 2015 
 
¿Puede un ex alto funcionario del régimen cubano echar a un lado su pasado de “compromiso revolucionario” y venir a retirarse con su familia en Estados Unidos?
 

Las regulaciones federales limitan los beneficios migratorios a personas que fueron miembros de la élite gubernamental o del Partido Comunista e impiden la obtención de estatus para individuos que violaron los derechos humanos en su país de origen, pero en el caso cubano parece haber un margen para sortear los escollos y buscar refugio en territorio estadounidense.
Como hizo Reinaldo Peguero Pernas, un ex dirigente de la provincia de Pinar del Río, para entrar a Estados Unidos el pasado mayo.
Peguero, de 71 años, fue delegado del Ministerio del Azúcar (MINAZ) en Pinar del Río, miembro del gobierno provincial (1989-1993) y del comité provincial del Partido Comunista (PCC). Su nombre aparece vinculado a propuesta de la candidatura de Fidel Castro para el Premio Nobel de la Paz, en el 2005, y a la petición al Fiscal General de Estados Unidos para la liberación de los cinco espías de la Red Avispa.
Por su desempeño, el propio Fidel Castro le obsequió un auto Lada.
Estuvo también relacionado con operaciones comerciales del gobierno cubano en países como México, Colombia, Brasil, Panamá y Ecuador, entre 1998 y 2009.
Pero a comienzos de este año, Peguero decidió que quería venir a visitar a sus hijas residentes en Estados Unidos, al parecer con el propósito de establecerse aquí bajo el amparo de la Ley de Ajuste Cubano (CAA).
El ex funcionario cubano se presentó a la entonces Sección de Intereses de EEUU (SINA) en La Habana para solicitar un visa de no inmigrante.
Desde Cuba, varias personas que conocieron de la solicitud de Peguero, alertaron al grupo Cuba Represión ID, con sede en Miami, sobre el caso. La organización, fundada en el 2010, tiene como propósito identificar personas que violaron los derechos de ciudadanos cubanos y luego intentan emigrar a Estados Unidos.
“Peguero formó parte de un gobierno que ha violado los derechos de los ciudadanos cubanos por más de 50 años, eso es innegable”, afirmó el abogado Santiago Alpízar, integrante de Cuba Represión ID. “Pero hay denuncias de violaciones y abuso de poder cometidos por él dentro de Cuba”.
Alpízar fue contactado por personas desde Cuba con denuncias sobre Peguero y su intención de obtener una visa para venir a Estados Unidos. Entonces escribió un mensaje al Consulado de EEUU en la SINA para advertir sobre la información recibida.
A su vez, Teresa de Jesús Camejo, residente en la ciudad de Pinar del Río, envió información al Departamento de Seguridad Interna (DHS) de Estados Unidos, utilizado el modelo HSI Tip Form, que electrónicamente puede remitirse con datos significativos de un caso. El reporte fue hecho el pasado 18 de abril.
Camejo, que conoce a Peguero desde los años 70, conversó telefónicamente con Telemundo 51. Señaló que durante el éxodo del Mariel, en 1980, familiares suyos fueron víctima de las acciones represivas encabezadas por el ex funcionario.
Pero ella denunció también que por las acciones de Peguero fue expropiada una vivienda que le pertenecía. “Lo hizo en beneficio propio para él y todo a costa de su condición de dirigente y revolucionario”, manifestó la mujer.
“Temo represalias contra mi persona o contra los míos, tanto por los que residen aquí o los que están en ese país”, agregó Camejo.
Más allá de sus posiciones comprometidas con el gobierno, otros testimonios hablan de abuso y actos represivos cometidos por Peguero en San Cristóbal, su pueblo natal en Pinar del Río.
Al parecer, Peguero recibió una visa estadounidense, que luego le fue retenida tras los reportes enviados por Alpízar al Consulado de la SINA. En el momento de salir de Cuba estaba residiendo en Varadero, Matanzas.
La información obtenida por Telemundo 51 es que Peguero sacó un nuevo pasaporte cubano, fechado el pasado 7 de mayo, y salió rumbo a Panamá para luego viajar a México, cruzar la frontera y pedir refugio a las autoridades estadounidenses, a finales de mayo.
Telemundo 51 recibió también información de que Peguero está recibiendo beneficios como refugiado por parte del Departamento de Niños y Familias (DCF) en Miami-Dade. En mayo del próximo año sería elegible para ajustar su estatus migratorio bajo la CAA.
Peguero fue abordado por Telemundo 51 sobre las acusaciones en su contra.
“Esas son barbaridades”, respondió Peguero, que dijo que es víctima de difamaciones y venganzas personales desde la isla.
“Usted está siendo cómplice de un enemigo a muerte de nosotros”, añadió Peguero. “Yo estoy en este país tranquilo”.
Una hija de Peguero expulsó a Telemundo 51 de las cercanías de la vivienda y llamó a la Policía de Hialeah.
Telemundo 51 contactó a autoridades del Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para indagar sobre el caso. El ICE declinó comentar sobre el asunto, alegando que la política de la entidad le impide referirse a información sobre casos específicos.
Cuba Represión ID considera que el caso de Peguero evidencia fallas en la comunicación que debe existir entre las agencias federales y abre fuertes cuestionamientos sobre el control de las fronteras estadounidenses.
“Este caso demuestra la permeabilidad absoluta que existe en la frontera de Estados Unidos cuando un individuo que se advierte por varias instancias del gobierno que puede entrar aquí usando vías quizás fraudulentas no es tomado con la atención necesaria”, señaló Alpízar.
No está claro si Peguero mintió sobre su pasado de militante del Partido Comunista en su declaración a las autoridades consulares de la SINA a la hora de pedir el visado.
“Lo que más me duele saber que esas personas que fueron tan malvadas en nuestra patria tengan ahora los beneficios de los que ellos persiguieron y humillaron”, agregó Alpízar.
Omar López Montenegro, director de Derechos Humanos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) consideró que el caso de Peguero no es la excepción.
“Es bien vergonzoso que personas que hayan reprimido a ciudadanos dentro de Cuba vengan aquí a aprovecharse de una ley que está hecha para beneficiar precisamente a sus víctimas y no a sus victimarios”, expresó López Montenegro.

miércoles, 3 de agosto de 2011

La Ley De Ajuste Cubano

Por Simón José.
 Desde hace algun tiempo se están escuchando voces, cada día mas, que exponen el criterio de que la célebre Ley de Ajuste Cubano debe ser derogada.
Personalmente siempre he sido un defensor del embargo y de esta Ley. Y siempre he argumentado mis razones para tal posición.
Los que claman porque levanten el embargo no se dan cuenta que Castro tendría entonces entradas de dólares superiores a cinco mil millones anuales solo del turismo americano. Y ese dinero sería usado para perfeccionar el aparato represivo y disminuir aun mas los pocos derechos que tienen los cubanos en la isla.
Pero sobre todo, Castro tendría entonces acceso a los grandes préstamos de la banca internacional. Y volveríamos al despilfarro y esos dineros no serían usados para construir una nacion como debe ser.
Y en cambio, "los que vengan detras" (nuestros descendientes por ocho o diez generaciones) tendrian que pagar una deuda colosal. Ejemplos sobran. Chávez en Venezuela ha recibido, por concepto de precio del petróleo, casi un millón de millones de dolares. Y Venezuela esta endeudada como nunca antes lo había estado. Y asi sucedería, y esta sucediendo, en Cuba.
La Ley de Ajuste Cubano ha sido un manto protector para infinidad de luchadores anticomunistas por décadas. Y siempre estaremos agradecidos a Estados Unidos por su ayuda.
Pero los tiempos cambian.
Hoy los cubanos que llegan a  Estados Unidos no son combatientes anticastristas. Todo lo contrario. La esencia de esa emigración es contraria a la emigración de décadas anteriores.
Y el comportamiento de muchos de estos nuevos emigrantes, casi podemos decir la mayoría, es marcadamente contrario a los intereses norteamericanos y anticastristas que justificaron la promulgación de la citada Ley.
A pesar de todo esto, me he mantenido sin emitir criterios sobre tan escabroso tema, pues se cuantas pasiones se desatan en estas lides y mi voluntad siempre ha sido unir.
Siempre me guiará aquella máxima de José Martí: "HERMANAR ES NUESTRO OFICIO".
Pero hoy nos llegó una noticia que me ha obligado a escribir sobre la Ley de Ajuste Cubano.
Raul Castro dijo en la sesión de la asamblea nacional del poder popular (todo con minúsculas) que se está preparando una nueva ley de emigración que relajará los controles para que los cubanos puedan salir de Cuba como turistas.
ESTO ES UNA TRAMPA.
Esto no es mas que una maniobra para provocar otro exodo masivo que "le baje la presión a la olla".
Desde que se habló algo de esto, hace meses, pronto comenzaron los criterios sobre las posibilidades económicas de los cubanos. Que muy pocos tendrían dinero para salir como turistas.
Pero la intención de Castro es otra.
Los cubanos en Estados Unidos han  pagado  entre ocho a diez mil dolares a contrabandistas para que les traigan un familiar en lancha, y un poco más cuando vienen por Centroamerica y pasando a través de México. Si  Raul facilitara la salida de Cuba con nuevas leyes migratorias, los cubanos podrían salir para otros países cercanos e ingresar a los Estados Unidos fácilmente  gracias a la actual Ley de Ajuste Cubano.
Estamos en presencia de una maniobra que no es más que otro éxodo masivo similar al Mariel o los balseros de Guantánamo. Solo que ahora tiene visos legales.
Es mi criterio que llegó la hora de que sea derogada la ley de Ajuste Cubano. Es el único modo de poder evitar ese nuevo éxodo que es la válvula de escape del castrismo.
Creo que debe ser analizado este aspecto y debemos influir en nuestros representantes en el Congreso Norteamericano para que esta ley sea derogada y que se otorguen visas de modo normal a los cubanos.
Reunificación familiar y refugiados por motivos políticos o similares.
Piensen bien en este asunto. Es de extrema importancia.
Gracias a todos por leerme.
Simón José Martí Bolívar.