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sábado, 2 de julio de 2011

Ser cubano será...

Imagen: Cuba Fragmentada

Muchas veces la nostalgia por mi tierra me lleva a navegar por internet buscando noticias, algo nuevo que alumbre la esperanza de que realmente algo ha cambiado allá para el bien de todos. Qué pena que todavía no he encontrado ese rayito de luz que tanto busco.


Duele ver el estado actual de los muros y fachadas de los edificios que otrora fueran orgullo de la arquitectura cubana. Pero mas duele ver el estado de los traseuntes y de los habitantes de esos edificios
Me cuentan, los que han ido a Cuba de visita en los últimos años y los que han llegado recientemente, que a cualquier hora del día, en cualquier esquina, en cualquier portal, se ven grupos de jóvenes, viejos, hombres y mujeres, jugando dominó, fumando, tomando cualquier tipo de bebida alcoholica (preparada en casa o comprada en el mercado negro o en el estatal), escuchando música, "vacilando", "tertuliando"..._Entreteniendo o matando el tiempo ya que, según ellos,  "no hay otra cosa que hacer".
"No hay otra cosa que hacer", es la respuesta que mejor refleja el estado de apatía generalizado. La imagenes que llegan de allá reflejan la realidad cotidiana de un país en bancarrota y de un pueblo que ha perdido la brújula de su destino.
Los de mi generación, si vivían en Cuba en las décadas del 60 al 80, recordarán cuántos sacrificios nos pedían y nos imponían en aras de " construir una sociedad más justa, un futuro mejor".

Este presente de esa Cuba totalmente arruinada, física y moralmente, es el futuro de aquellas décadas; es el resultado de las promesas, mentiras, descalabros, corrupción y despotismo de esa élite militarista, moncadista, gerontocrática, castro comunista, que sigue aferrada al poder y se mantiene gracias a la indiferencia de millones de cubanos, pero también a la ineficacia de los  métodos de luchas anticastristas aisladas, practicadas hasta ahora, dentro y fuera de Cuba, que ha costado un saldo enorme de vidas humanas, sin que aún tengamos, aunque sea una esperanza, de que ahora sí se están haciendo las cosas como se deben hacer para acabar de una vez y por todas con la mafia moncadista y con todo el régimen castro comunista.
No soy politóloga, ni historiadora, soy, simplemente, una cubana de a pie, una testigo y una victima más de los horrores y errores  del castro comunismo. He vivido lo suficiente como para sentirme en la recta final de mi vida. Me duele pensar que me iré de este mundo con el recuerdo de aquella Cuba próspera, democrática, pluralista, la patria de todos los cubanos, que conocí en mis primeros años de vida y que un buen día, sin yo saber por qué,  desapareció ante mis ojos de niña asustada por los gritos de :¡Paredón!

Las nuevas generaciones de cubanos formados en esa ideología sectarista, absurda, hipócrita, llena de falsedades y de fanatismo político, ¿serán capaces de romper esos esquemas y modos de  actuar, de pensar y de vivir, impuestos por el castro comunismo?
Quiera Dios que sí, porque de lo contrario en un tiempo no muy lejano ser cubano será lo peor que le pueda pasar a un ser humano.
Esperanza E. Serrano

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