Dijeron

“- Dijeron que destruiría la economía … la economía está mejor que nunca.
– Dijeron que deportaría a todos los ilegales … deporta menos que Bush y Obama.
– Dijeron que incitaría más terrorismo islámico con su retórica “islamofóbica” … extirpó ISIS y facilitó el cesamiento de la horrible guerra civil siria.
– Dijeron que comenzaría la III Guerra Mundial … bueno, hace unas horas Donald Trump se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en ingresar a Corea del Norte, l...uego de reunirse con Kim Jong-un en el área que divide a las dos Coreas.

Trump: “Vamos a resolver lo de Cuba adecuadamente, nos vamos a encargar de Cuba”
Hollywood lo amaba, la Prensa lo amaba, los liberales lo amaban, demócratas y republicanos lo amaban, la farándula y Wall-Street lo amaban … repentinamente, cuando se postuló para presidente hace 3 años, se volvió el hombre más odiado del mundo … la encarnación del mal. ¿Por qué? Sencillo: comenzó a defender valores conservadores. Un presidente que no se avergüenza de mencionar a DIOS y honrar el patrimonio Cristiano de Estados Unidos; un presidente que hace todo lo posible para acabar con la industria del aborto; un hombre nacionalista, que pone su nación antes que las otras; un negociador, que quiere negociar, no guerrear … el hombre en sí, no es perfecto, lejos de eso. Pero en Trump, hoy en medio del nuevo siglo, tenemos una clara demostración que para DIOS, ciertamente no hay acepción de personas: la gloria no es del hombre, es de DIOS quién escoge y prepara.
Trump apoya la libertad de Cuba en su primer discurso de campaña presidencial para 2020
Yo bendigo al presidente Donald Trump, Yo bendigo al pueblo estadounidense que le apoya, y yo bendigo a todos aquellos que no se dejan engañar por una Media cuyo objetivo se ha vuelto demonizar, caricaturizar y marginar valores conservadores y cristianos, aquellos que hacen cualquier nación realmente grande.”

Angel Rios Avalos-Cabrera

El camionero de Queens

El camionero de Queens
POR ANDRÉS REYNALDO


En mi cuenta, me deben tres almuerzos. Mis amigos apostaron a que Donald Trump no duraba un año. Pues miren, por todo un año Trump se ha mantenido en la Casa Blanca. Ni las instituciones lo trituraron ni él trituró las instituciones. Un editorial del Wall Street Journal lo dice con pertinente ironía: “Al tiempo que Donald Trump entra en su segundo año como presidente, tenemos el placer de reportar que todavía no se ha producido un golpe fascista en Washington”.
Efectivamente, aquí vemos, en perfecta salud, el habitual sistema de comprobación y equilibrio que vela contra los excesos constitucionales de cualquier presidente norteamericano. Cierto que Trump no se mide en mostrar su desprecio por buena parte de la prensa. El exceso, cuando lo hay, no pasa de ser retórico. Hasta ahora ningún periodista ha sido obligado a callar o rendir cuenta de sus fuentes. Cierto que Trump no pasa día sin jurarse un nuevo enemigo. Hasta ahora ninguno ha sido hostigado por la ley. En honor al registro, no puede decirse lo mismo del presidente Barack Obama. Recordemos las reclamaciones oficiales de récords a periodistas de Prensa Asociada y la cadena Fox en el 2013, así como el ensañamiento del Servicio de Rentas Internas contra organizaciones y personas vinculadas al Tea Party.
Alguien dijo que Trump se comportaba como un camionero de Queens. La observación lleva implícito el desdén de las elites lo mismo por Trump que por los camioneros. Por ahí van las claves de su triunfo. El hombre común reencontró su voz. Mi Dios primero. Mi hogar primero. Mi país primero. Estridente voz, sin duda. Pero simple y afilada. Pensándolo mejor, se necesita la crudeza, el templado ímpetu y el callejero sentido común de un camionero de Queens para tratar de devolverle a esta nación el orgullo por su indoblegable fuerza, el egoísmo por sus bien ganados logros, el celo por su tradición cristiana, la exaltación del trabajo duro y el estricto respeto al mérito sin concesión a raza, origen o sexo. Esta es la tierra de una feroz promesa. Por eso cautivó la imaginación del mundo. La tierra de los hombres que conquistan el oeste, llevan el ferrocarril a las selvas (¡viva la United Fruit Company!), desembarcan en Normandía, traman golpes de estado contra los comunistas, se embriagan de jazz y rock y se hacen dueños de la luna. De alguna manera, este rumbo se había perdido. De alguna manera, piénselo usted, sólo un camionero de Queens, inocente en su arrogancia, culto en trampas, podría atreverse a recobrarlo.
Nadie les va a decir que Trump es Winston Churchill. Ni siquiera que es Ronald Reagan. Mucho menos Richard Nixon, el más intelectual de los presidentes norteamericanos. Eso sí, en una época en que los raperos drogadictos, los académicos que abogan contra la enseñanza de Grecia y Roma, los actores que viven en constante terapia, los atletas analfabetos, los obispos que transforman la doctrina al vaivén de las encuestas, los activistas de la corrección política que organizan el odio y la mediocridad, los representantes políticos del parasitismo y la delincuencia son aceptados como autoridades morales, nadie puede negar que Trump, con todas sus imperfecciones, es un ventarrón de aire fresco en el pantano. Un aventurado, quizás suicida cowboy en territorio comanche.

El presidente no es el enemigo

 

El presidente no es el enemigo
Por Cal Thomas, tomado de Townhall: Aug 01, 2017 12:00 AM

El Establishment, construido por demócratas y republicanos, que gobierna en Washington sin importar qué partido controle el gobierno, parece estar desmayada después de la elección de Donald Trump. Ahora le está tirando todo de un diario cada hora, incluso minuto a minuto - ataque de las investigaciones de los medios de comunicación equivalente de cócteles Molotov.
Washington, D.C., recientemente hizo legal el suicidio asistido. El presidente no está ayudando a su causa por cometer un suicidio político sin ayuda. Cambiar a su jefe de personal puede ayudar, pero un cambio significativo debe venir del propio presidente.
Ganar un argumento es mejor que desacreditar a alguien que tiene una opinión diferente. La forma de derrotar a tu oponente es presentar una idea mejor. En el caso del Establishment, el presidente no sólo debe hablar específicamente de sus muchos fracasos, desde el seguro médico hasta las guerras ganadoras, o invadir países a los que no pertenecemos, sino también presentar una lista de alternativas que cree que funcionarán.
¿Cómo es esto para un eslogan, prestado fuera de contexto del ex presidente Obama: "Si te gusta tu establishmente, puede mantenerlo"?
El problema de hoy es que hemos intercambiado lo que alguna vez fue sentido común por tonterías. Mira lo que consume nuestra atención - los soldados transgénero en los militares, las celebridades, las fugas de la administración y los chismes, todo comida basura para la mente.
Aquí hay una sugerencia positiva. Deje que el nuevo jefe de gabinete de la Casa Blanca, el general John Kelly, se reúna con el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, y el presidente de la Asamblea, Paul Ryan.
Déles una lista de programas y políticas que el presidente quisiera aprobar (o revocar) y pedir a los dos líderes que hagan una encuesta a sus miembros para ver por qué podrían votar, entonces el General Kelly recibirá de los líderes lo que los republicanos del Congreso podrían apoyar y votar.
Algún punto intermedio es suficiente terreno común para derogar la legislación y los programas que no están funcionando y crear otros nuevos que funcionarán, basados en la experiencia, no en la ideología. El presidente puede entonces golpear la carretera y vender una agenda que él, su partido, y quizás algunos demócratas, pueden acordar.
El presidente merece crédito por eliminar las regulaciones que han estado ahogando la economía. Es una razón importante por la que la economía está creciendo de nuevo y el mercado de valores sigue golpeando records máximos. Debe seguir haciendo cosas que su poder ejecutivo le permite hacer.
Llamar al Presidente Trump un narcisista y "infantil" no cambia nada. ¿Cuál es el objetivo de ese lenguaje? ¿Creen los críticos que se convertirá en algo distinto de lo que es, sin una conversión milagrosa?
El anfitrión de "Face the Nation", John Dickerson, redactó un editorial en su programa el domingo pasado sobre un video que pretende mostrar al presidente Trump ignorando a un niño de 11 años en una silla de ruedas, mientras saludaba a otros que asistieron a su discurso de atención médica la semana pasada.
Los enemigos de Trump afirman que el video demuestra lo insensible que es. Dickerson dijo que lo primero que hizo el presidente al entrar en la sala fue inclinarse y hablar con el niño. Sobre el video Dickerson dijo: "Estamo listos para la evidencia, para confirmar el peor absoluto sobre un oponente que resopla hacia fuera nuestra caridad."
Tiene razón y, cuando les conviene, tanto la izquierda como la derecha participan en esta vergonzosa práctica.
Mejor maneje a este presidente y lo bueno que puede hacer, ya que es el único presidente que tenemos.
Corea del Norte e Irak se están convirtiendo en amenazas inminentes. Lanzar "bombas" retóricas a nuestros conciudadanos no es útil. No somos enemigos de los demás. Hay muchos que desean destruirnos. ¿Por qué los estamos ayudando?
tomado de

Andres Pascual