El senador republicano de origen cubano afirma que el régimen es garante del proceso negociador por su relación con las FARC y como «jugada política»
Cuba se ha implicado en el diálogo del Gobierno colombiano y las FARC como una «jugada política», aseguró este jueves el senador republicano Marco Rubio en una entrevista con Efe, en la que dudó de que el régimen cubano esté interesado en la paz en Colombia.
Si La Habana es sede de la negociación del Gobierno de Bogotá con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «es por las relaciones que tiene Cuba» con ese grupo guerrillero, declaró Rubio, de origen cubano, en su despacho en el Senado.
Cuba y Noruega son garantes del proceso de diálogo entre las partes iniciado en noviembre pasado, mientras que Venezuela y Chile ejercen de acompañantes del mismo.
Según Rubio, destacada figura hispana de la política
estadounidense, la implicación de Cuba como garante de la negociación no
es mas que «una jugada política de los cubanos».
«Quieren mostrarse como un país responsable»
Preguntado qué debe hacer Cuba para salir de la lista de
países que EE.UU. considera terroristas o que promueven el terrorismo,
Rubio dijo que «tiene que abrirse al pueblo y al mundo, respetar los derechos humanos, respetar la libertad de prensa, de los partidos políticos de oposición, y tener elecciones abiertas y democráticas».
«No tienen que tener un sistema económico como el nuestro
(...) En todos los países (latinoamericanos) hay elecciones menos en
Cuba, aunque en algunos países no estén gobernando de forma democrática,
como en Venezuela, Bolivia, pero las hay o ha habido. ¿Por qué Cuba es la excepción?», se preguntó el senador republicano.
Seguirá en la lista
El Departamento de Estado debe enviar al Congreso a finales
de mayo su informe anual sobre el terrorismo en el mundo, que incluye
la lista en la que Cuba permanece desde 1982. Y en ella «seguirá» por el
momento ante la ausencia de una «decisión política» de retirarla, según
manifestó recientemente a Efe otra fuente, que pidió el anonimato.
Estados Unidos
considera que un Estado es patrocinador del terrorismo cuando el
Gobierno del país en cuestión «ha dado apoyo en repetidas ocasiones a
actos de terrorismo internacional», según el Departamento de Estado.
La inclusión en esa lista negra supone sanciones
como la prohibición de la venta y exportación de armas, la prohibición
de ayuda económica y otro tipo de penalizaciones económicas y
restricciones.
Caso Gross
Rubio, asimismo, renovó sus acusaciones de que «el
terrorismo cubano no solo es internacional, sino también interno»;
ejemplo de ello es, en su opinión, el caso del subcontratista
estadounidense Alan Gross, condenado «por repartir radios y tecnología de radios» entre la comunidad judía en la isla, afirmó.
Gross, de 63 años, fue detenido en su quinto viaje a Cuba
en diciembre de 2009 cuando trabajaba en un proyecto financiado por la
Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid) para la
promoción de la democracia en la isla.
El Gobierno de La Habana le acusó de atentar contra la
seguridad del Estado y el Tribunal Supremo de la isla posteriormente
ratificó una condena a 15 años de prisión por espionaje.