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lunes, 11 de abril de 2011

Japón de luto.



Un monje budista reza en una zona destruida por el maremoto en Natori, en la prefectura de Miyagi, en el nororiente de Japón, el lunes 11 de abril de 2011, un mes después de que un terremoto y un maremoto devastaran la ciudad. (Foto AP/Vincent Yu)

Sirvan esta líneas para expresar mis más sinceras condolencias a los sobrevivientes por toda esta tragedia que desde hace un mes azota a Japón.
Las fuerzas de la naturaleza, cuando se desatan enfurecidas, son impredecibles. Los seres humanos debiéramos ser más sensibles a esta cruda realidad. Tantas guerras y tantas luchas políticas, tantas ambiciones y miserias humanas, tantos odios y rencillas personales ¿Para qué? Si en un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar.
Hasta hace poco más de un mes Japón era un pais próspero gracias a la tenacidad, perseverancia, laboriosidad de ese humilde pueblo y del gobierno que supo encausar el pais para la recuperación economica y sacarlo de las ruinas heredadas por la derrota en la segunda guerra mundial.
Hoy, Japón ha sido golpeado otra vez por la naturaleza inclemente. Todo el pueblo japonés está sumido en la tristeza por el dolor de las pérdidas humanas, por los desastres economicos, por lo incierto del presente y del mañana...
Un pais que nuevamente está en ruinas, con la amenaza de la contaminación por las radiaciones de la planta nuclear destruida por el terremoto y el tsunami que sacudió al norteste del país hace un mes y por si fuera poco, una nueva sacudida acaba de producirse.





SENDAI, Japón (AP) — Una réplica de 7,1 de magnitud sacudió a Japón el lunes al cumplirse un mes de que un poderoso terremoto generara un mortífero tsunami y devastara amplios sectores del noreste del país.

Junto con la réplica fue emitida una advertencia de tsunami de hasta 1 metro de altura, idéntico al de otra réplica de 7,1 de magnitud que sacudió la semana pasada a la costa noreste del país. Sin embargo, ambas advertencias fueron descontinuadas después de algún tiempo al no ocurrir los maremotos.

Los clientes de una gran tienda de aparatos electrónicos en la región central de Sendai gritaron y salieron a toda velocidad, aunque el movimiento sísmico les dificultó el desplazamiento.

Madres de familia abrazaban a sus hijos mientras se sacudían las ventanas. Después de uno o dos minutos, las personas regresaron a la tienda.

No hubo información inmediata de que ocurrieron más daños. Las réplicas han remecido repetidamente la zona afectada por el desastre, pero queda muy poco en la región del noreste que pueda sufrir más daños. La réplica de la semana pasada, que fue la más fuerte desde que ocurrió el terremoto, dejó a cientos de miles de casas sin suministro eléctrico, pero ésté ya había sido restablecido casi en su totalidad.

Un poco más temprano se efectuaron sombrías ceremonias exactamente a las 2:46 de la tarde, hora local, cuando en muchos lugares se guardaron momentos de silencio para conmemorar un mes desde que un terremoto y tsunami devastó la costa noreste de Japón, que ha dejado al menos 25.000 muertos.

Sin embargo, con miles de cuerpos aún por encontrar, una planta de energía nuclear inundada por el tsunami que sigue arrojando radiación y más de 150.000 personas que viven en refugios, había poco tiempo para la reflexión sobre el peor desastre en Japón desde la Segunda Guerra Mundial.

"Ofrecemos nuestras más profundas condolencias a aquellos que perdieron a sus seres queridos", dijo el lunes el jefe del gabinete, Yukio Edano, en una breve conferencia de prensa en la que prometió que el gobierno haría todo lo posible para ayudar a los supervivientes y poner fin a la crisis nuclear. "Lamentamos causar molestias y dificultades a aquellos que aún viven en refugios", agregó.

El terremoto de 9,0 de magnitud y el tsunami que generó arrasaron a las comunidades ubicadas a lo largo de cientos de kilómetros de costa. El gobierno ha calculado que el costo de los daños de la catástrofe podría llegar a los 310.000 millones de dólares.

La frustración es particularmente alta entre personas como Atsushi Yanai, un trabajador de la construcción de 55 años que se vio obligado a vivir en un refugio, no porque su casa haya sido destruída, sino porque está dentro de una zona de evacuación de 20 kilómetros (unas 12 millas) alrededor de la golpeada central nuclear de Fukushima Dai-ichi.

Funcionarios del gobierno exhortaron a las personas salir de una zona más amplia alrededor de la planta nuclear que evacuaran sus hogares debido a las preocupaciones por la radiación a medida que la crisis se ha prolongado.

"No tenemos planes para el futuro. No podemos ni siquiera empezar a pensar en eso porque no sabemos cuánto tiempo va a durar esto o cuánto tiempo tendremos que permanecer en estos refugios", dijo Yanai.

Antes del aniversario, el funcionario de seguridad nuclear Hidehiko Nishiyama se disculpó por los temores y molestias causados por la radiación que emana de la planta, donde los sistemas de refrigeración afectados por el tsunami del 11 de marzo aún no se restablecen y probablemente no se arreglarán por varios meses.

El ejército japonés informó el lunes que soldados de Estados Unidos y Japón encontraron 103 cadáveres durante una operación de un día, más de los 70 que localizaron en un esfuerzo de tres días con aún más elementos hace una semana.

Sólo 13.000 muertes han sido confirmadas hasta ahora, y muchos cuerpos probablemente han sido arrastrados hacia el mar y nunca serán encontrados.
tomado de
http://noticias.latino.msn.com/internacionales/articulos.aspx?cp-documentid=28325729