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martes, 21 de febrero de 2012

Acércate más


Por: Rafael E Saumell
Como exiliado, me encantaría presentar en La Cabaña mi libro 'En Cuba todo el mundo canta', guiar a los interesados a los fosos en los que se fusiló, a las antiguas celdas de castigo, a las galeras en las que estuve preso.
También sobre el tema: Heriberto Hernández Medina, Antonio José Ponte, Andrés Reynaldo.
Mientras escuchaba a los tres panelistas del conversatorio "Tan cerca y tan lejos", auspiciado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), recordé la famosa canción del güinero Osvaldo Farrés, fallecido en Nueva Jersey, que lleva el título de este trabajo. También me vino a la mente otra melodía suya, Quizás, quizás, quizás.
A esta hora todo el mundo sabe que el objeto de la reunión en la UNEAC consistió en hablar de los escritores cubanos exiliados, de la conveniencia de renunciar a toda forma de fundamentalismo, ya sea en la Plaza de la Revolución o en la Cafetería del restaurante Versailles. Igual me pareció entender que existe la necesidad de reconciliar los desagravios ocurridos en el gremio literario en los últimos cincuenta años.
Me parece que quizás, quizás, quizás es un buen comienzo para una tarea que requerirá de la participación no solo de los autores, sino también y en buena medida de los lectores, las instituciones educacionales, las empresas que fomentan la divulgación de libros y revistas, la prensa no especializada y de los monstruos que uno de los panelistas no quería meter en la sopa de letras cocinada o a lo mejor solamente servida en la UNEAC: la maldita circunstancia de la política nacional que controla toda la isla desde el lejano e interminable 1959.
Una joven a quien no identifico habló o más bien preguntó por qué no se invitaba a los exiliados a participar en la Feria del Libro de La Habana. Reynaldo González respondió que también se trataba del interés que deben mostrar los escritores afuerinos en formar parte de ese acontecimiento. Debo confesar que, luego de escucharlo, me pregunté: ¿Será que si yo demuestro el deseo de lanzar mi libro En Cuba todo el mundo canta (Madrid: Betania, 2008) ante los lectores naturales, el Ministerio de Cultura me dará un espacio para hacerlo?
Tiene razón Reynaldo, es imposible que una sola persona lleve un censo exhaustivo de los escritores cubanos y sus libros publicados en el extranjero donde radican. La respuesta a ese razonamiento legítimo, digo yo, sería la siguiente: ¿A quién hay que dirigirse para hacer una muestra variada de editoriales y autores exiliados interesados en comunicarse con los lectores de Cuba, frente a frente?
Yo sí que vendería mis libros en moneda CUC para ayudar a mis hermanos Robertico y María de los Ángeles con los ingresos obtenidos. Así podrían comprar lo que necesiten en las tiendas disponibles. No hay que preocuparse por derechos de autor ni gastos de viaje; trabajo y con mi sueldo me atrevo a asumir los costes. El alojamiento está garantizado, puedo quedarme en el apartamentico de Buenavista (Robertico) o en el de la Villa Panamericana (María).
Además, conozco demasiado bien la fortaleza San Carlos de la Cabaña. Allí estuve preso en la Zona 1 por el delito de "propaganda enemiga". Tendría la inmensa oportunidad de comprobar los cambios ocurridos en el lugar, de revisitar mi pasado carcelario, de pararme frente a las galeras donde antes conviví hacinado con otros compañeros, algunos fusilados, por cierto. Sería el sitio perfecto para acercarme a un espacio represivo que ahora, gracias a una política de rectificación, ha sido convertido en la sede de una importante actividad de la cultura nacional.
Imagino que, a los asistentes al lanzamiento, podré leerles los párrafos donde menciono a La Cabaña para luego llevarlos, literalmente de las manos, a los fosos, a las antiguas celdas de castigo, a las galeras, a la enfermería donde me salvaron la vida, al techo donde nos sacaban a tomar sol una vez a la semana y por dos horas. Todo eso estoy dispuesto a hacer con tal de acercarme a mis hermanos, a mis colegas de profesión, a los antiguos conocidos y a quienes podré tratar por primera vez.
Además, me encantaría regalarle una copia dedicada del libro al ministro Abel Prieto, aficionado como yo a los chistes, a quien empecé a tratar en la época en que había regresado de Isla de Pinos, donde hizo su servicio social. Ambos escuchábamos entonces las grabaciones de Guillermo Álvarez Guedes en mi casa de Marianao, tan cerca de la suya y de la de su hermana Iliana, ex compañera de trabajo en la programación infantil de la TV cubana.
Por otro lado, siempre basado en las declaraciones que escuché en el video, propondría que una manera de ponernos al día todos acerca de nuestros trabajos, o sea para resolver el tema del censo, consistiría en que los colegas residentes en la isla pudieran publicar, si lo desearan, en las revistas del exilio, y que la misma oportunidad se concediera a gentes como yo y así tener acceso, solamente basado en términos estrictamente literarios, como diría el fallecido Lisandro Otero, a las publicaciones impresas y digitales del país, digamos desde Granma hasta La Jiribilla.
En pocas palabras, que los "interesados" (palabras de Reynaldo) lleguen a los lectores a través de cualquier publicación o medio masivo de difusión controlado por el Estado o sus agencias oficiales y oficiosas. Así, abiertamente, que predominen, de forma exclusiva, en la recepción de colaboraciones y en las decisiones editoriales, los criterios universales de calidad de la escritura, apego a las normas de formato del lugar, responsabilidad por el uso riguroso de los datos y las fuentes utilizadas y por las opiniones vertidas sobre personas y personajes, reales o ficticios.
Finalmente, sugeriría que en cada hogar, escuela, oficina, hotel, cibercafé, etc., los lectores cubanos tuvieran libre acceso a la red mundial de información.
¿Es mucho pedir? ¿Es éste un discurso fundamentalista, de calle 8, con una taza de colaíto en la mano? Me gustaría incluso responder a cualquier objeción o inquietud que pudieran generar estas líneas en cualquier espacio nacional o extranjero, institucional y privado. Me da igual.

Desde Texas, siempre en Texas, febrero de 2012.
http://www.diariodecuba.com/cultura/9692-acercate-mas?nocache=1#comment-72970

viernes, 13 de noviembre de 2009

Respuesta de Lázaro García Cernuda a la Carta de Gerardo Paez

La respuesta de Lázaro García Cernuda.
.Ex-Pdte. Partido Pro Derechos Humanos de Cuba.Activista Pro democracia Cuba en el Exilio.Miami, Noviembre 12, 2009.
Muy respetable Sr. Gerardo Páez. Primero que todo déjeme decirle estimado y respetado hermano, que este tipo de chanchullos públicos de solares habaneros no conllevan a ninguna parte, usted tal vez lo desconocía por su temprana edad, lo que no por eso dejo de valorar su valor patrio. Déjeme explicarle que este exilio ha sido muy camado por agentes de la seguridad (y eso para nadie es secreto), millonésimos de dólares han engordado los estómagos de agentes y oficiales del G-2 en Cuba so pretexto de que es para apoyar proyectos ya caducos y sin objetivos logrados. Por estos motivos pienso que los que hoy mandan ayuda no es condicionar, es pedir le den caña al central que realmente esta moliendo. Y poder ver la azúcar que produce, que quiero decir con esto, es muy bonito que usted (por citar un ejemplo) a quien respeto en grado sumo arme un andamiaje de un proyecto el que por su nombre atrae la curiosidad de muchos, pero en su letra y espíritu no conlleve a la finalidad de un objetivo. Muchos esperanzados en el brillante proyecto comienzan a mandar miles de dólares para allá, mientras el tristemente célebre personaje sentado en casa sin disparar un chícharo comienza a vivir del sudor y sacrificio del exilio (esto ha sucedido ya). No quiere decir que tu lo seas, al que le sirva el sayo que se lo ponga. Pero así sucede con muchos, que de tanto armar proyectos en papeles hundirán la isla. Aunque se a ciencias ciertas no se ha hundido por haber muchos colcho-disidentes.No conozco en persona al Sr. De referencia en tu escrito, pero me pregunto si no hubiese sido más sustancioso haberle escrito a él solamente a su e-mail y no al pulpito completo para llevar este asunto a una contienda verbal y así sacar del objetivo primo a un número de personas los que sin duda se dilatan en estos dime que te diré. En mi caso te respondo al ver que estas cosas van en contra de la salud pro democracia en Cuba y más todavía cuando te refieres al diamante negro de la oposición cubana, Antúnez. No se tampoco porque usted hace referencia al titán de titanes, Jorge Luís Pérez Antúnez, déjeme preguntarle conde estabas tú mientras Antúnez aguantaba los maltratos de una prisión, tendrías tu el valor de Antúnez (el cual yo no lo tuve) después de pagar una injusta condena de diecisiete años seguir manteniéndose en pie con una valentía incalculable haciendo verdadera oposición patria al igual que el resto de sus seguidores. Mientras usted se graduaba en una escuela del régimen Castro-comunista, diciendo pioneros por el comunismo seremos como el Che, entre otros tantos alabares al Cesar papista para poderse graduar de no sé qué. Jorge Luís García Pérez jamás lo hizo, todo por el contrario al igual que muchos se dedico a enseñar al pueblo como reclamar sus verdaderos derechos. En resumen Sr. Gerardo Páez Díaz, para mencionar el nombre de Jorge Luís García Pérez (Antúnez), primero hay que aprender y después aprender a hablar con letras mayúsculas. Como bien dices los cubanos de buena voluntad, todos somos uno, uno somos todos y juntos sómos Cuba, por tanto aquí no hay dueños de nada ni mucho menos co-dueños. Aquí hay muchos cubanos en este exilio histórico llenos de dolor patrio que no permitirán se siga burlándose de miles de fusilados y continúen caminando por sobre los cadáveres de nuestros mártires, ni mucho menos mancillando el honor de espíritus de los últimos. Me parece que usted tiene que primero aprender a escuchar, después aprender a interpretar el dolor del exilio y entonces después poder hacer estos tipos de ataque a hombres que lo dan todo por ver a Cuba libre.
De usted, lo admiro en grado sumo,
Lázaro García Cernuda.
Activista Pro Democracia Cuba en el exilio.
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Un comentario al margen de ambas cartas.
En mi opinión, estas cosas suceden en cualquier parte del mundo y en cualquier época.
Las discrepancias, si se debaten con honestidad, ayudan al esclarecimiento de las dudas y a la redefinición de los principios por los cuales se lucha.
No soy quien para juzgar a nadie. Creo y apoyo a todo aquel que honestamente, sin fines de lucro, se enfrenta, dentro de Cuba o en el exilio, a la tiranía. No siempre los métodos usados en esta lucha han dado buenos resultados, sin embargo hay que reconocer que la mayoría de los que se enfrentan a diario al regimen Castro comunista, han hecho de la Libertad de Cuba la verdadera razón de su existencia, lo cual merece todo tipo de respeto.
Antunez con su constancia, entereza y valentía se ha ganado el respeto de la mayoría, asi como otros miles que también se mantienen firmes, sin claudicar. La lista es larga y se peca de injusto cuando algunos nombres relevantes se quedan fuera.
Los caminos emprendidos en esta lucha son muchos, pero la senda que nos conducirá a la meta final debiera ser una sola. Senda de convergencia, de debate, de consenso, de entendimiento, de solidaridad, de hermandad que conlleve a la necesaria reconciliación nacional por el bien de la patria que sufre por los desmanes de esa casta militarista entronizada en el poder que tanto daño nos ha hecho a todos.
Esperanza E Serrano.

miércoles, 10 de junio de 2009

El exilio cubano. Una incompleta mirada a los que viven fuera de la Isla.


Foto: exiliados cubanos apoyando a la dictadura en una manifestación en el exilio.

El exilio cubano

Una incompleta mirada a los que viven fuera de la Isla.

Por: José E. Valladares Díaz.


Me llama demasiado la atención lo que ocurre en Canadá y lo mismo pasa en Los Estados Unidos de Norteamérica y supongo que sea igual en otros países, donde muchos integrantes de la diáspora cubana, han encontrado refugio, cuando logran salir del cerco de opresión establecido por la dictadura de los hermanos Castros alrededor de la isla. Lo he visto con mis propios ojos, lo he leído en no pocas declaraciones juradas y lo he escuchado en las vistas orales hechas por las autoridades migratorias de los dos colosos del norte y por eso el supongo, que debe ser lo mismo en España, Francia, México, Portugal y hasta en las tierras de Burundi. El cubano que llega a todas estas naciones lo hace escapando de las privaciones económicas, de la inexplicable y férrea represión y de las restricciones para expresarse con libertad o desarrollarse como mejor pueda. El 93% afirma ser un perseguido político en la isla del Caribe, una persona a la que la dictadura le hacía la vida un yogur y el porvenir una croqueta. Hablan de encierros en lóbregas mazmorras, de torturas físicas y psicológicas, de acosos a sus familiares y de pasada, como si no importara mucho, de las privaciones económicas y sentados babeantes ante las autoridades migratorias, intentan adivinar si sus leyendas de luchadores por la libertad han sido creídas o no, porque interiormente ellos saben que lo importante es obtener una tarjeta de residente permanente, que les permita más tarde, luego de cumplir los años reglamentados, obtener un acta de ciudadanía y así vivir en la nación escogida sin el temor a ser deportados y con los mismos derechos y deberes de todos los ciudadanos. No existe nada malo hasta aquí, lo vergonzante viene después, ya siendo un residente o un ciudadano, muchos de ellos lo primero que hacen es obtener su pasaporte cubano y solicitar que le estampen una visa de entrada a la misma isla, de la que salieron huyendo como ratas que escapan del buque carcomido, que se hunde tragado por las olas de un encrespado mar. Muy pronto se olvidan de las ficticias mazmorras, de las torturas, de las persecuciones familiares y de sus supuestas luchas en contra de la dictadura, poseen la excusa: que su familia necesita ayuda y la sangre pesa más que el agua. Hasta aquí tampoco es tan malo. Lo bochornoso viene después y lo hace por dos caminos distintos, pero convergentes en un mismo punto y es que se convierten en defensores del castrismo en unas tierras libres, hacen coros cantadores de loas a la inteligencia y valentía del Comandante en Jefe y lo hacen frente a cubanos que lo han dado todo por conseguir la verdadera y definitiva libertad de Cuba.

Fundan instituciones que persiguen como únicos fines aglutinar a otros como ellos y de manera abierta o solapada las ponen al servicio del castrismo y si uno es tan iluso que les reclama por sus aberrantes posiciones, entonces recurren al cuento mil veces repetido: « que la sangre pesa más que el agua » o pretenden dar lecciones de las versiones libre de la historia enseñadas por cincuenta años en los centros educacionales del país: « Batista era muy malo y en Cuba la educación y la salud son gratuitas », pura paparruchadas de cobardes arribistas, que toman las banderas del exilio decente para conseguir sus objetivos y luego se revuelven contra ese mismo exilio.


Nunca predicaremos doctrinas revanchistas que nos entierren más aun en el odio y las subestimaciones personales, eso ya lo vivimos en Cuba por muchos años, pero lo que si siempre estaremos dispuestos a denunciar es a quienes van a la isla en la que dicen que no podían vivir y es verdad, no tenían el valor para hacerlo como uno más del pueblo, a ver a sus familiares y de paso restregarles a los cubanos de a pie, sus supuestas o ciertas posiciones descollantes económicamente en países extranjeros. Solo hay dos tipos de exiliados y otro derivados de esos dos principales: El refugiado económico o el exiliado político, quienes estén en el primer grupo que lo reconozcan cuando son entrevistados por los agentes de inmigración del país escogido por ellos para vivir y si consiguen la residencia, al menos que tengan el decoro de callar ante quienes luchan contra el castrismo. Luego vienen los que dejaron a Cuba por amor a un extranjero o extranjera, esos no son ni económicos ni políticos, al menos en sus contratos matrimoniales no se mencionan esos puntos, a mí en lo particular no me molesta que defiendan al castrismo o lo odien, sus horizontes políticos están subordinados al amor, que tal vez sea el único atributo moral que pese tanto como la palabra Patria.


La mayor virtud o defecto del cubano es su mala memoria y casi generalizo en esta afirmación y pueden creerme que yo la he padecido muchas veces, pero eso no es óbice que me impida ver las realidades cotidianas de nuestro exilio. En los últimos años, hasta los hemos puesto en las páginas de nuestra revista, han llegado a la capital del exilio cubano no pocas personalidades del régimen castrista, que huyen de las injusticias del sistema implantado en la isla y la diáspora cubana, con esa facilidad criolla para el olvido, les abre los brazos como si fueran verdaderos héroes y no son más que un buen bando de arribistas y muchos traidores por partida doble, primero traicionaron a su pueblo cuando servían al tirano y ahora traicionan al dictador pretendiendo aliarse a los que siempre fueron sus enemigos


Me da tristeza y furia un Arturo Sandoval que lloraba como una plañidera ante las autoridades migratorias de USA, para obtener su ciudadanía, que le fue negada por haber militado en las filas del Partido Comunista Cubano y alegaba que: « esa militancia la obtuvo obligado por el gobierno ». Los que conocemos el sistema sabemos que eso es mentira. A nadie lo obligan a ser militante del partido. Si sabemos que cuando se es militante se gozan de mayores ventajas, ventajas de todo tipo y sobre todo la de aquellos que quieren hacer una excelente carrera profesional. Pero eso tiene un costo y lo quieras o no tienes que ser parte de la maquinaria trituradora de aquellos que no son militantes, las ordenes son dadas y las tienes que cumplir porque si no las cumples te trituran a ti. Si Arturo a muchos habrás tenido que destruir desde dentro del núcleo de militantes del ICRT, ese cuento el único que lo creyó fue Andy García, que te hizo una peliculita donde quiere presentarte como un ferviente luchador contra el castrismo.


Lo mismo sucede con el general Del Pino, un Padilla, con los ex escoltas de Fidel, con otros como ellos que mamaron las mieles de una dictadura con sus servilismo y temerosos ante una caída del sistema o las pérdidas de sus prebendas materiales, pusieron mar de por medio y vinieron a refugiarse dentro de la llamada mafia contrarrevolucionaria. Nadie en Cuba llega a general, o a escolta del número uno, sino tiene una trayectoria saturada de hputadas. No me molesta que sean acogidos con los brazos abiertos por mis compatriotas, todo lo contrario, me alegro que sea así y que tengan la oportunidad de rectificar sus conductas, lo que si es indigno es que ahora pretendan ser más anticastristas que nadie y quieran dictar cátedras de patriotismo dentro del exilio. No dudo que Felipe Pérez Roque y Carlos Lage un buen día se aparezcan en Miami como exiliados políticos y ese mismo exilio al que tanto daño hicieron, les dé una bienvenida triunfal y veremos a los perros defenestrados por el dictador dando charlas y concediendo entrevistas en los medios de difusiones masivas y pasen a integrar la parte rosa del exilio, esa donde vegetan los que vivieron muy bien la isla oprimida y continúan haciéndolo en tierras de democracia.