Un libro compuesto por seis relatos cortos, a penas 95 páginas; seis relatos escritos con verdadera maestría, reveladores del submundo y de la pérdida de valores humanos de un país en franca decadencia: económica, moral y espiritual. El autor, con un lenguaje preciso, cinematográfico, nos lleva hacia esas zonas que la prensa oficialista oculta y que muchos cubanos quisieran ignorar para no morir de pena.
Los relatos " La puerca" y "La Perra" nos introducen en las celdas de un grupo de presos comunes. No sabemos cúales fueron sus delitos, pero allí están: inmersos en las mazmorras de la cárcel, como animales en plena selva, hambrientos, desmoralizados, deshumanizados. El homosexualismo, forzado en muchos casos, es el eslabón que los une a la vida a la vez que es la causa "aparente" de serios conflictos entre los reos.
"Lobos en la noche" historia desgarradora pero real. Período especial: hambruna. Los cubanos se ven obligados a robar para comer. La carne de res está prohibida, pero las reses duermen en la vía del tren. Arriesgándolo todo, los hambrientos se lanzan a buscar la carne de las reses atropelladas. Si la policía los agarra saben que iran a la cárcel, pero el hambre es más fuerte y al final se impone...
Historia espeluznante, macabra pero real por mas de 50 años: "Los hijos que nadie quiso" grupos de balseros, huyendo desesperados, sin rumbo en busca de libertad..El estrecho de la Florida, los tiburones, los cadáveres, la inseguridad de no saber cual será el final del viaje y la decisión inclaudicable de seguir adelante, a lo que sea, no hay regresos....
"Los aretes que le faltan a la luna", quizás sea el más conocido de todos porque fue llevado al cine, aunque la película solo se exhibió en la premier, ahora está prohibida. Es el submundo del jineterismo, la prostitución de mujeres y hombres como medio de sobrevivir, de llevar el pan a la mesa y lo que esto representa moralmete para ellos, la destrucción de los valores familiares, la frustracion de ideales y sueños, del amor y de la dignidad humana.
El último de los relatos es tan o más desgarrador que los anteriores "Los olvidados". ¿El tema? La guerra. El servicio militar obligatorio, y el cumplimiento de misiones internacionalistas en tierras lejanas, las enfermedades y las luchas por la sobrevivencia. La pérdida de valores, el aniquilamiento humano por causas absurdas, la muerte, el sufrimiento....
El autor de esos relatos tan conmovedores es Angel Santiesteban, el mismo que recientemente recibió una golpeadura cuando salía de una actividad en la sede de la UNEAC en La Habana . Ni los premios nacionales ni los internacionales que ha ganado por la calidad de su obra literaria, ni su decisión de permanecer en Cuba, al lado de ese pueblo, protagonista de sus historias, lo han exhimido de caer en las garras de la intolerancia de una dictadura que lleva más de 50 años violando el derecho a la libre expresión, a la libertad creadora, violando el derecho de los cubanos a vivir con dignidad.
Los relatos de Santiesteban se limitan a describir una realidad que no se puede obviar, realidad cruda que desnuda todo lo que el régimen pretente ocultar trás la imagen de una Cuba virtual, existente solo en la propaganda y en las noticias de la prensa oficialista.
Los relatos " La puerca" y "La Perra" nos introducen en las celdas de un grupo de presos comunes. No sabemos cúales fueron sus delitos, pero allí están: inmersos en las mazmorras de la cárcel, como animales en plena selva, hambrientos, desmoralizados, deshumanizados. El homosexualismo, forzado en muchos casos, es el eslabón que los une a la vida a la vez que es la causa "aparente" de serios conflictos entre los reos.
"Lobos en la noche" historia desgarradora pero real. Período especial: hambruna. Los cubanos se ven obligados a robar para comer. La carne de res está prohibida, pero las reses duermen en la vía del tren. Arriesgándolo todo, los hambrientos se lanzan a buscar la carne de las reses atropelladas. Si la policía los agarra saben que iran a la cárcel, pero el hambre es más fuerte y al final se impone...
Historia espeluznante, macabra pero real por mas de 50 años: "Los hijos que nadie quiso" grupos de balseros, huyendo desesperados, sin rumbo en busca de libertad..El estrecho de la Florida, los tiburones, los cadáveres, la inseguridad de no saber cual será el final del viaje y la decisión inclaudicable de seguir adelante, a lo que sea, no hay regresos....
"Los aretes que le faltan a la luna", quizás sea el más conocido de todos porque fue llevado al cine, aunque la película solo se exhibió en la premier, ahora está prohibida. Es el submundo del jineterismo, la prostitución de mujeres y hombres como medio de sobrevivir, de llevar el pan a la mesa y lo que esto representa moralmete para ellos, la destrucción de los valores familiares, la frustracion de ideales y sueños, del amor y de la dignidad humana.
El último de los relatos es tan o más desgarrador que los anteriores "Los olvidados". ¿El tema? La guerra. El servicio militar obligatorio, y el cumplimiento de misiones internacionalistas en tierras lejanas, las enfermedades y las luchas por la sobrevivencia. La pérdida de valores, el aniquilamiento humano por causas absurdas, la muerte, el sufrimiento....
El autor de esos relatos tan conmovedores es Angel Santiesteban, el mismo que recientemente recibió una golpeadura cuando salía de una actividad en la sede de la UNEAC en La Habana . Ni los premios nacionales ni los internacionales que ha ganado por la calidad de su obra literaria, ni su decisión de permanecer en Cuba, al lado de ese pueblo, protagonista de sus historias, lo han exhimido de caer en las garras de la intolerancia de una dictadura que lleva más de 50 años violando el derecho a la libre expresión, a la libertad creadora, violando el derecho de los cubanos a vivir con dignidad.
Los relatos de Santiesteban se limitan a describir una realidad que no se puede obviar, realidad cruda que desnuda todo lo que el régimen pretente ocultar trás la imagen de una Cuba virtual, existente solo en la propaganda y en las noticias de la prensa oficialista.
Santiesteban conscientemente ha puesto sus dedos en la enorme llaga. No culpa, no juzga, solo muestra .. El lector no necesita que escriba los nombres de los culpables de tantas desgracias y de tanta destrucción. Creador, obra y destinatario están unidos por lazos que la dictadura, por más que se lo proponga, no podrá destruir. Aunque quieran eliminarlo, Angel Santiesteban seguirá ahí, porque su obra es un fiel testimonio y una denuncia abierta de la época que nos ha tocado vivir a varias generaciones de cubanos...
Esperanza E. Serrano