Translate

domingo, 26 de noviembre de 2023

El absurdo sentado en mi costado

El absurdo sentado en mi costado

 

Hoy tengo el absurdo sentado en mi costado:

¡En la balanza!

Estoy tratando de entender los augurios del pasado…

Hoy camino, desde mi distancia, con la esperanza

de encontrar una sombra que se me ha ido lejos.

No sé si será que se ha perdido con los reflejos

de alguien que va muriendo en lontananza

al caminar, en silencio, a través de los espejos.

Afuera se escucha el repique del campanario de la esquina.

-Creo que se están escapando las palomas de los huertos-

No sé si abrir mi puerta y de una vez clavarme esta espina,

cuando descubra la ausencia de los barcos en los puertos.

No sé por qué me molestan tanto estos detalles

de las goteras que veo correr desde mi almohada.

No sé por qué tengo mi mente tan vacía, tan alborotada.

si ya sé que todo puede resumirse en esas calles…

Calles inocentes que gritan a los vientos:

¡Piedad!

Piedad para sí mismas; calles ausentes de vida,

desnudas de ellas mismas y de ti y de mí y de la verdad

escondida, vestida de rejas, rebelde, perseguida…

Calles por donde caminan los cuerpos sin vida,

calles vestidas de harapos y rostros indefinidos.

Rostros de tristes miradas detrás de las jabas prohibidas,

calles teñidas de miedos y de sueños perdidos.

Aceras repletas de mudos, ciegos y sordos carteles.

de barbas y boinas negras imponiendo ficticias victorias.

Carteles barbudos, pegados en los famélicos anaqueles,

con las sonrisas de los asesinos de todas las historias.

Sigo maniatada a la merced de este viento

que me llena de polvo y no tengo un plumero,

ni un trapo de colores para barrer este lamento

extraviado en estos huesos cansados que no quiero.

Afuera sigue la multitud callada y ya no llueve.

el vendaval se ha quedado detenido en la rutina,

¡Con su arrogancia entronizada! ¡No se mueve!

Mas de cincuenta años y no dobla la esquina.

Mas de medio siglo y no veo el final de esta corrida…

Sigo sentada, con el absurdo en mi costado,

esperando una sonrisa, una esperanza

de ver, en lo alto, una blanca paloma volando,

anunciando un desfile de alegrías

y abajo, una gran multitud danzando en la amplia avenida.

¡Que termine esta noche que me tiene sin fuerzas!

                       Que termine el parto de la era que nos arrebató los sueños,                      1

con esos rabos de nubes amontonados, cómplices del desorden,

protagonistas de las inmundicias escondidas

detrás de los muros que protegen las rejas.

Desde mi balanza ya no sé cómo pedirle al insensible Crono

que termine este absurdo que me hiere,

me mata día a día y no me muero...

 

 

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario