Cuando nuestra cabellera se vuelve blanca y las manos se cubren de manchas, y a veces tiemblan cuando tratamos de agarrar la taza del cafe, es ahi cuando los recuerdos comienzan a florecer. Hoy otra vez vi aquel joven hermoso que hizo latir mi corazon adolescente. Lo vi al revisar mi viejo cuaderno de descargas personales.
Se paró frente a mi, con su mirada azul y ni siquiera me preguntó :¿Estás bien?.Le sonreí con indiferencia y no me perdí en el mar de sus ojos...
Los recuerdos se nos presentan inesperadamente, vienen ejercitando nuestra memoria,juegan con nuestros sentidos. Son tan vívidos que parecen fotografías tomadas de un viejo álbum´
En realidad hace más de cinco décadas que no sé nada de él. No se si está vivo, no sé si estará muerto.
Por tres años lo amé. Lo amé íncondicionalmente, desesperadamente. Fue mi compañero de clases por tres años. Yo creía que él también me amaba. Pero un día descubrí que él ni siquiera pensaba en mi, aunque sabía que lo amaba. El sólo se aprovechaba de mis sentimentos, por eso me buscaba siempre que necesitaba algun favor. Se creía merecedor de todo. Se consideraba el centro del universo.Pero llegó el día en que mi corazón entendió que no valía la pena acelerarse cuando lo tenía cerca y aprendió a ser indiferente . Me liberé totalmente de aquel amor platónico que me hacía soñar. Me sentí libre y con fuerzas otra vez para volver a soñar.
No me arrepiento de haberlo amado. A fin de cuentas yo era feliz amándolo. El me perdió,yo gané.
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