Años atrás se podía tener acceso a la salud pública con facilidad, ya fuera por los consultorios, los cuerpos de guardias o en las escuelas becadas donde existían médicos, enfermeras y carros para llevar a los enfermos a los hospitales. Hoy todo esto ha desaparecido, si los alumnos se sienten mal, los que deciden si están enfermos o no, son los mismos profesores. Cuando los alumnos se sienten verdaderamente aquejados y en vista de que los profesores no los toman en cuenta, deciden llamar a sus padres para que lo lleven al Área de Atención de Salud más cercana. Entonces es cuando se pone bueno el asunto, se le redacta un Acta Disciplinaria, porque no se puede salir de la escuela y mucho menos llamar a los padres. Triste situación de abandono y negligencia la que sufren los becados cubanos en sus escuelas. La crueldad tampoco está ausente de estos centros, pues los educadores usan métodos correctivos dignos de la Edad Media, de injusticias es mejor ni hablar pues las preferencias, ligadas a la posición social o política de los padres de los educandos, juega un papel importante.
Contradice todo esto la Convención de la ONU que asevera: "Las Niñas y los Niños tienen derechos a que se les proteja de la crueldad, la negligencia y la injusticia". Situaciones que en Cuba se violan constantemente no sólo en el plano educativo, sino también en el ámbito social producto del régimen dictatorial imperante por más de 50 años.
Decía Martí, el Apóstol de la Independencia cubana que: "Libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado, a pensar y hablar sin hipocresía". Reafirma la Convención de marras que: "Las Niñas y los Niños tienen derecho a expresar su propia opinión y a reunirse con otros para expresar sus puntos de vista".
Nada más alejado de la verdad, en este país pensar está prohibido, expresarlo y discutirlo con otros, constituye delito. Por atreverse a disentir de la opinión oficialista, en el 2003, fueron condenados 75 pacifistas a varios años de privación de libertad, algunas frisaron hasta casi tres décadas, por el solo hecho de tener Bibliotecas no gubernamentales o difundir la verdad.
Por estas medidas antidemocráticas sufren los hijos de los encausados en la llamada Primavera Negra y en general la prole de todos los opositores cubanos estén o no prisioneros. A los niños se les inculca el temor a la libre expresión, la Doble Moral y la simulación florecen desde temprana edad, producto de una educación politizada y escolástica, que impide todo razonamiento.