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viernes, 30 de diciembre de 2011

Los habaneros celebrarán el Fin de Año con una gran misa en la capital.


La peregrinación de la Virgen de la Caridad del Cobre culminará esta noche, 30 de diciembre del 2011, con una gran misa en La Avenida del Puerto,  Habana, Cuba

Dictadura y religión: El porqué de su alianza táctica.

por: Antonio Arencibia, La Coruña, España

¿Qué pueden tener en común la comunión de un candidato presidencial otrora ateo, la sanación de un dirigente por intercesión divina o de los santos populares, y una procesión en Cuba con la imagen de la Virgen? Pues sí, tienen muchísimo en común: son las nuevas mañas de que se valen los caudillos para su perpetuación en el poder. Claro que ahora la religión no es el nuevo “fantasma que recorre Europa”, (y América, y Medio Oriente y llega hasta China), porque no viene por su propio peso, sino que la traen de la mano unos viejos políticos que renuevan su imagen con el apoyo de prelados, monjes y muftis. ¿La traen, o la religión organizada se deja llevar? Para empezar a dilucidar esta cuestión tenemos que revisar la historia reciente, y ver hasta que punto la relación actual en Cuba entre Iglesia y régimen es la norma o la excepción.

Empecemos por un ejemplo poco conocido por los cubanos. Saddam Hussein, que implantó en Iraq el laicismo característico del partido socialista árabe BAAS, decidió jugar la carta religiosa durante su guerra con Irán, apoyándose en los musulmanes de la secta suní contra los chiítas iraníes. Llevó esa manipulación hasta inventarse una genealogía que lo hacía figurar como descendiente del Profeta del Islam. Luego hizo construir tres mezquitas, una de ellas en Bagdad con el nombre de “La Madre de Todas las Batallas”, cuyos minaretes tenían la forma de misiles Scud.

La estrafalaria y sospechosa devoción de última hora de Saddam lo llevó, según dicen, a donar su sangre durante dos años, - más de siete galones- para escribir con ella un ejemplar del Corán, que hoy en día, -a cinco años de su ejecución en la horca-, sigue guardado, pues el libro sagrado del Islam no puede ser destruido. Toda la estrategia pro suní del derrocado dictador ha cambiado con la invasión norteamericana y la entrega del poder a la mayoría chiíta iraquí.

En otro ejemplo más afín a la realidad cubana, el cambio de enfoque del Partido Comunista Chino respecto a la religión, ha sido notable desde mediados de la década de 1980. Aunque la Constitución china estipula que ningún órgano estatal, organización o individuo puede obligar a los ciudadanos a creer o no creer en religión alguna, ni puede discriminar a los ciudadanos por esos motivos, esto no se cumple en el caso del cristianismo, del islamismo de la minoría étnica uigur y de los lamaístas tibetanos. La protesta de estos últimos ha llevado algunos monjes a la auto inmolación tras gritar: “Libertad para el Tíbet”.

No obstante, los comunistas chinos han estado favoreciendo otras religiones, como el budismo y el taoísmo, consideradas más cercanas culturalmente a la mayoría étnica Han. Así, autorizaron un masivo programa de reconstrucción de templos, muchos de ellos destruidos durante la llamada Revolución Cultural. Hace pocos años, el presidente Hu Jintao resaltó la importancia de las obras de caridad religiosas, porque ayudan a resolver problemas sociales, y recientemente el gobierno chino organizó conferencias internacionales sobre el Budismo y el Taoísmo. A esta última asistió Jia Qinglin, uno de los principales dirigentes partidistas chinos, y participaron 500 delegados de más de 20 países.

Según reporta el NYT Magazine, “los chinos están en medio de un gran despertar religioso. En las ciudades, los jóvenes profesionales miran hacia el cristianismo. El budismo atrae a la clase media, mientras el taoísmo ha renacido en las pequeñas poblaciones y en el campo”. No obstante, a pesar de dar acceso en sus filas a ricos y millonarios, el PC Chino mantiene la contradicción de abogar porque sus miembros rechacen toda religión. Pero la contradicción mayor es que el papel creciente del mercado está cambiando la vida y costumbres de los chinos.

Por eso, el 25 de diciembre será fecha muy bienvenida por la población de Xitan, en la provincia de Zhejiang, que es llamada la “Aldea Navideña de China” porque tiene 240 fábricas y empresas que se dedican a producir adornos de Pascua. Hay que señalar que el valor millonario de esa producción no solo procede de su exportación a Occidente, sino del mercado nacional, porque ya millones de chinos empiezan a adornar sus arbolitos de Navidad cada año. Por su parte, los centros comerciales y hoteles de las ciudades chinas se han decorado e iluminado para estimular un ambiente propicio a esta temporada de ventas y regalos.

¿Será que los líderes comunistas han comprendido que la religión puede ayudarlos a mantener el control social, adormeciendo con una inyección de “opio” al sobre- explotado pueblo chino?
El chavismo juega la carta religiosa
En América Latina la historia reciente abunda en ejemplos de manipulación religiosa por parte de dictadores y caudillos populistas. Pero la posición de Hugo Chávez en este asunto no ha sido precisamente coherente, lo cual no extraña, teniendo en cuenta que ni siquiera lo es en su definición del “nuevo socialismo” que pretende instaurar en Venezuela. Fue más bien una simulación de humildad cristiana el tono de voz lacrimoso del Teniente Coronel cuando emergió, crucifijo en mano, en abril del 2002, tras ser liberado de sus captores al fracasar el golpe de estado en su contra. Aquella invocación suya “a Cristo, a Dios nuestro Señor” y su petición de “paz espiritual” para todo el país, no duró mucho. Durante un discurso en la Asamblea Nacional se dirigió al representante de la Santa Sede acusando al actual cardenal-arzobispo de Caracas, Jorge Urosa, e igualmente “al anterior cardenal”, de haber sido golpistas en el 2002

“Mándele un mensaje a su Santidad... Mientras manden estos obispos aquí, nos sentiremos bien alejados” de la jerarquía católica, dijo Chávez al Nuncio, y después hizo pública su intención de revisar el convenio de Venezuela con el Vaticano que le da ciertos privilegios económicos a la Iglesia Católica.

Pero de parte y parte casi toda esta confrontación cambió con la grave enfermedad de Hugo Chávez.

Ahora, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), que ha criticado al gobierno chavista porque su proyecto socialista va contra la Constitución de Venezuela, ha pedido a los fieles católicos orar por la salud del presidente, y ha enviado un mensaje a otras iglesias cristianas en Venezuela para que también lo hagan. Chávez, que ha declarado varias veces que es marxista, ha estado subrayando que “antes de ello, y más profundamente”, es cristiano. Así, el 12 de julio de 2011, en la Academia Militar de Caracas, el Obispo de San Cristóbal, monseñor Marino Moronta, presidió la eucaristía por la salud de Chávez y le administró la unción de los enfermos. En otro servicio religioso celebrado en agosto en el Palacio de Miraflores, el supuestamente recuperado líder, reconocía a sus sanadores: “El primer doctor se llama Jesús de Nazaret, el más alto de los curanderos, el segundo es Fidel, y el tercero es el equipo médico”.

Sin salirnos del ámbito cristiano, el 18 de agosto, miembros de 50 iglesias evangélicas celebraron una plegaria ecuménica por la pronta recuperación del mandatario enfermo, y el 8 de septiembre Chávez celebró la fiesta de la Virgen del Valle, patrona del oriente venezolano, proclamando la fecha Día de Júbilo Nacional. También, y en el marco de otras devociones católicas, está la visita que hizo Chávez el 20 de octubre, al regresar de su tratamiento médico en La Habana, al santuario del Cristo de La Grita, en el estado Táchira. Al llegar en peregrinación dijo a la prensa: “Quiero dar gracias a Dios y por eso la promesa al Santo Cristo de La Grita. Vine a presentarme al jefe, al comandante de los comandantes, al Cristo Redentor”.

Días más tarde, el 26 de octubre, se celebraba el nacimiento del médico José Gregorio Hernández, considerado santo por muchos venezolanos y extranjeros, aunque la Iglesia no ha terminado el trámite de su canonización que requiere la “comprobación de curas milagrosas”. Y fue en esa ocasión en la que Hugo Chávez declaró lo siguiente: “Me anoto en la lista de los que hemos sido bañados por el milagro del siervo de Dios, me siento parte de esa legión de hombres y mujeres de los que vivimos gracias a los milagros”. De inmediato también declaró la fecha Día de Júbilo Nacional.

Tampoco el caudillo dejó pasar la fiesta del 11 de noviembre, festividad de Nuestra Señora de Chiquinquirá, “la Chinita”, como llaman los venezolanos a esta advocación de la Virgen. No asistió a Maracaibo como se esperaba, pero escribió en su cuenta oficial en twitter: “Chinita de Maracaibo, Chinita de Venezuela, ¡contamos contigo para seguir viviendo, para seguir haciendo Patria! ¡Patria para tus hijos mi Chinita!”.

No podemos descartar en este recuento el bilongo de sanación celebrado en Miraflores, y el culto conjunto en La Habana de los afrodescendientes cubanos y venezolanos, donde se invocaron a los orishas Babalú-Ayé y Oshun, y a las deidades María Lionza, el Gran Cacique Guaicaipuro, y el Negro Felipe.

Tales manifestaciones del sincretismo religioso popular fueron manipuladas con consignas políticas. Podemos decir que todas esas rogativas, ceremonias y profesiones de fe por y de Hugo Chávez, que contaron con la muy activa participación de diversas instituciones y organizaciones religiosas, pueden haber convertido su enfermedad y posible curación en un elemento electoralmente favorable al continuismo chavista en las presidenciales de octubre del 2012.
La “conversión” de Daniel Ortega
Pero donde podemos encontrar semejanzas notables con la actualidad cubana es en la transformación del radical Comandante Daniel Ortega de la década de los ochenta en el presidente “devotamente católico” de la Nicaragua del siglo XXI. Lo más sorprendente no es solo el cambio de Ortega, también lo es el de Monseñor Miguel Obando y Bravo, acusado en los ochenta por el Gobierno Sandinista de ser “archienemigo de la revolución”, y de buscar ayuda a favor de la Contra con el gobierno de Reagan.

El acercamiento entre los dos viejos enemigos se remonta a abril del 2005, cuando sorpresivamente Juan Pablo II aceptó la renuncia canónica del cardenal Obando como arzobispo de Managua por razones de edad y lo sustituyó por el entonces obispo de Matagalpa, Leopoldo Brenes Solórzano. Entonces Daniel Ortega, que era líder de la oposición, ofreció respaldo a Obando, y cuando alcanzó la presidencia en las elecciones de noviembre del 2006, nombró al cardenal dirigente de la Comisión de Paz y Reconciliación.

Como cuenta el periodista de El País Carlos Salinas Maldonado, ya en el 2004 Obando había oficiado una misa en celebración del 25 aniversario del triunfo sandinista, y por su parte Ortega le había pedido perdón públicamente por sus “errores del pasado”. Según Salinas, la alianza quedó sellada cuando el cardenal casó a Daniel Ortega y su compañera Rosario Murillo en septiembre del 2005.

Entre los opositores católicos al acercamiento de Obando con Ortega está Humberto Belli, ex ministro de Educación en los gobiernos de Violeta Barrios y Arnoldo Alemán. A Belli, figura importante del Opus Dei, se le atribuye haber fraguado en el Vaticano la aceptación por el Papa de la renuncia de Obando. Otros críticos del cardenal opinan que éste actualmente tiene muy poco peso dentro de la Iglesia y entre el pueblo, que repudia su coqueteo con el sandinismo, y creen que su rol al frente de la Comisión de Paz viola lo establecido, pues a los obispos se les prohíbe ocupar cargos públicos tras el retiro. Pero para los católicos que le apoyan, las relaciones del purpurado con Ortega lograron que los diputados sandinistas se sumaran en el 2006 a la legislación que castiga con penas de cuatro a ocho años de cárcel la realización de abortos terapéuticos en Nicaragua.

Ortega, que nunca comulgó ni se le vio en misa, lo hace ahora tras su boda por la Iglesia con Rosario Murillo. Desde entonces, y cada año con mayor fuerza, en vísperas del 8 de diciembre Daniel Ortega y su esposa asisten en la Plaza de la Revolución de Managua a los festejos religiosos de la Inmaculada Concepción. Así utilizan la festividad conocida como “La Gritería”, tradición de extraordinario arraigo en la población nicaragüense, para sus fines políticos. Por esa misma razón, el Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), llevaba como lema que Ortega, su candidato a la presidencia, es “cristiano, socialista y solidario”. La “conversión” de Daniel Ortega fue eficaz: en los comicios del pasado 6 de noviembre obtuvo más del 62 por ciento de los votos emitidos, y ganó un tercer término presidencial.
Neocastrismo con visita y jubileo de la Caridad del Cobre
La visita de Benedicto XVI en el 2012 será la segunda de un Pontífice a Cuba. Es una muestra de la atención que otorga el Vaticano a la Isla, y -si exceptuamos las nueve del Papa Wojtyla a su Polonia natal- marcará récord de viajes papales a un país comunista. Desde el punto de vista religioso, la agenda del Papa Ratzinger se centrará en la conmemoración del cuarto centenario de la Virgen de la Caridad del Cobre, que fuese coronada como Reina y Patrona de Cuba por Juan Pablo II en 1998. Como parte de los preparativos para esa celebración se ha llevado a cabo la procesión con la imagen del Santuario de El Cobre por toda la Isla, por primera vez en medio siglo.

La peregrinación culminará este 30 de diciembre con una gran misa en la Avenida del Puerto, como anunciara por la televisión estatal el cardenal arzobispo de La Habana. Pero además de esta inusitada presentación de Jaime Ortega, distintas emisoras de radio provinciales autorizaron el pasado 8 de septiembre, alocuciones del arzobispo de Santiago de Cuba y de los obispos de las diócesis de Pinar del Río, Bayamo-Manzanillo, Holguín-Las Tunas y Guantánamo-Baracoa, por la festividad de la Virgen del Cobre. Aparte de la peregrinación central ese día se llevaron a cabo dos grandes procesiones, una en la ciudad de Pinar del Río y otra en la de Santiago de Cuba.

Hay elementos patrióticos que ha sido muy resaltados por los prelados y sacerdotes cubanos en alocuciones y homilías en este año. Primero, que la declaración en 1915 de la Virgen de la Caridad como Patrona de Cuba se hizo por el Papa Benedicto XV en respuesta a una petición de los veteranos mambises, y también que el nombre completo del Titán de Bronce es Antonio de la Caridad Maceo y Grajales, bautizado así por la devoción a la Virgen de su madre Mariana Grajales, y que su hijo también siguiera. El régimen, aunque no simpatice con la divulgación de esos hechos históricos, ha autorizado la llegada de la procesión con la imagen de la Virgen al mausoleo de Lomas del Cacahual, provincia de Artemisa, que guarda los restos de Maceo y Panchito Gómez Toro y le ha dado todo su respaldo organizativo a esa visita con el ceremonial militar correspondiente.

No es nada creíble que Raúl Castro a su edad vaya a adoptar públicamente una religión como hizo Daniel Ortega, pero sus concesiones de más espacios para la Iglesia van a ser una señal de más tolerancia religiosa para los que le sucedan al frente del régimen. De ese modo llegamos al fin de año, que los habaneros celebrarán no con una fiesta por el nuevo aniversario de la fracasada Revolución, sino con una gran misa en la capital.

Luego vendrán las que oficie Benedicto XVI a fines de marzo, que contarán con la presencia de los principales jerarcas raulistas. A diferencia del caso del cardenal Obando en Nicaragua, no parece plausible que Jaime Ortega sea relevado repentinamente del arzobispado de La Habana a pesar de estar en edad de retiro. Ha sido muy útil al Sucesor como instrumentador de la excarcelación-destierro de presos políticos a España, y así se ha convertido en el principal contacto con el régimen al más alto nivel.

En los tiempos que se aproximan con la puesta en práctica de soluciones neo-liberales muy radicales para echar a andar la etapa neocastrista de la “Revolución”, son necesarios grandes aportes caritativos por parte de la Iglesia para paliar la agudización de las desigualdades. Tampoco les vienen mal a los jerarcas comunistas los consejos oportunos de quienes, -como los prelados católicos cubanos-, tienen gran interés que continúe sin grave alteración de la paz social este ambiente de tolerancia religiosa que favorece su proselitismo. Pero, ¿se quedará ésta alianza en un plano solamente táctico?

A mediados del siglo XIX y frente a los sucesos revolucionarios que estremecían a Europa, Austria organizó un verdadero estado policiaco, que pretendía a cambio de gran eficiencia administrativa y del progreso material, que el pueblo se olvidase de la libertad. Un demócrata de la época planteó que aquel régimen se sustentaba en “un ejército de soldados en pie, un ejército de funcionarios sentados, un ejército de sacerdotes arrodillados, y un ejército de delatores arrastrándose”.
Lograr la combinación horriblemente eficaz, de esos cuatro tipos de servidores garantizaría cierta estabilidad para caudillos, jerarcas y tiranos como los que se han descrito en este trabajo.

Afortunadamente, aunque la frase arriba citada encierra una regularidad histórica, sabemos también que ni todos los soldados obedecen ciegamente las órdenes, ni todos los sacerdotes se doblegan ante el líder de turno.

Esperemos que en Cuba esto último se cumpla.

tomado de:
 http://www.cubanalisis.com

martes, 22 de noviembre de 2011

El nuevo gobierno español no cambiará la política hacia Cuba.

El nuevo gobierno de Mariano Rajoy no cambiará la política tradicional de España con el neocastrismo. Solo será menos obsequioso y más cauteloso

EL NEOCASTRISMO Y ESPAÑA DESPUÉS DEL 20 N ( I I
Por:Antonio Arencibia, La Coruña, España
En la primera parte de este trabajo sostuve que “tras las elecciones del 20 de Noviembre no van a cambiar “de forma substancial” las relaciones del PP con el régimen de La Habana”.
Ahora me propongo demostrarlo. Para comenzar hay que hacer un balance de poder político en España en estos momentos.

Primero, la información básica. Las elecciones en España son de dos tipos: elecciones generales a Cortes, donde se eligen los senadores y los diputados al Parlamento -como será este “20 N”- y elecciones autonómicas en las diecisiete CCAA (comunidades autónomas) en que se divide el país y que, según la Constitución, están dotadas de autonomía legislativa, competencia ejecutiva, y facultad de administrarse mediante sus propios representantes.

En mayo de este año, trece de las diecisiete CCAA españolas celebraron elecciones autonómicas, y solo Andalucía, Cataluña, Galicia y el País Vasco no las celebraron, porque no habían agotado los cuatro años de sus respectivas legislaturas.

El resultado de las autonómicas fue arrolladoramente favorable al Partido Popular, que
retuvo la presidencia autonómica en las de Castilla y León, la Comunidad Valenciana, La Rioja, Madrid y Murcia, derrotó al PSOE en Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha y Extremadura, y ganó al candidato regional en Cantabria. Si sumamos Galicia, gobernada desde antes por el PP, son once de diecisiete comunidades las gobernadas por los Populares.

Solo quedan en manos de los socialistas Andalucía y el País Vasco. Además, los partidos regionales gobiernan en Cataluña, Canarias, Navarra y Asturias, aunque es importante señalar que en las dos últimas comunidades los triunfadores son de similar tendencia política que el PP. Por eso, las elecciones autonómicas de mayo convencieron a Rodríguez Zapatero de que no podía seguir gobernando España, y no tuvo más remedio que convocar a estas elecciones generales anticipadas.

A inicios de noviembre un sondeo de la intención de voto el 20 N, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), arrojó el cálculo de que el PP obtendría entre 190 y 195 diputados, es decir 74 escaños más que el PSOE, que solo alcanzaría entre 116 y 121 representantes. A mediados de noviembre, el diario El País -afín a los socialistas-, publicaba los resultados de otra encuesta, que ratificaba el pronóstico del CIS y vaticinaba que los populares iban a superar con creces el total de 183 diputados obtenido por José María Aznar en las elecciones del 2000.

En la noche del domingo, día de la votación, se constataba la contundente mayoría alcanzada por los Populares y el retroceso del PSOE en todas las comunidades de España. Para un congreso de 350 diputados, donde la mayoría absoluta se alcanza con 176 escaños, el Partido Popular (PP) logró 186 (34 más que en las elecciones del 2008), mientras los socialistas (PSOE) quedaron con 110 (59 menos que en 2008). Otras nueve organizaciones políticas se repartieron los 54 asientos restantes:
.....
....Los socialistas españoles y los Castro
A pesar de la lluvia de opiniones que apuntan a lo contrario, las relaciones de los socialistas españoles con los Castro no han tenido nada de armoniosas. Quizá prima en muchos exiliados cubanos un rechazo visceral al término socialismo, que se asocia a comunismo. No hago la apología a la social democracia, pero si revisamos su trayectoria en muchos países europeos, podemos constatar que siempre ha actuado en el marco del Estado de derecho y la economía de mercado.

Para medir sus profundas diferencias con el castrismo solo hay que recordar la cumbre Iberoamericana de La Habana de 1999, en la que Fidel Castro se burló públicamente de las recomendaciones del socialista Felipe González para que emprendiera reformas a favor de la democracia y los derechos humanos. El déspota barbudo ironizó que había escuchado las sugerencias con la paciencia de Job y la sonrisa de la Mona Lisa.

Otro choque ocurrió durante el segundo gobierno del PSOE, aunque Rodríguez Zapatero se había comprometido a luchar por eliminar la Posición Común acordada por la Unión Europea en 1996, cuando Aznar era presidente del gobierno. En un discurso en la ciudad de Cárdenas, Fidel Castro se lanzó contra Trinidad Jiménez, entonces Secretaria de Relaciones Internacionales del Partido Socialista Obrero Español, por pedir el cese de los “actos de repudio” contra el disidente socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa.

Castro no la nombró pero dijo, -con su consabida arrogancia-, que era “una que se autotitula funcionaria de un partido que dice que es socialista o socialdemócrata” y continuó de forma amenazante: “no quiero mencionar nombres de partido, pero que sepan muy bien que estamos con ojo avizor y con una buena colección de datos en la mochila”.

Ya “retirado” Fidel Castro, en una de sus Reflexiones de marzo del 2009 lanzaba otro ataque al gobierno de Zapatero, cuando definió a España como “viejo imperio en muletas” al servicio de EE UU. El motivo de su ira fue que la agencia española de noticias había hablado de destitución cuando Raúl Castro orquestó la defenestración de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque. Para el “Enfermo en Jefe”, con ese despacho la EFE le hacía el juego al imperialismo. No se puede olvidar tampoco que el entonces canciller español Miguel Ángel Moratinos, le quiso quitar punta a los insultos de Castro, diciendo -ridículamente-, que el viejo dictador ya no ostentaba cargos en “el gobierno de Cuba”.

Pero la muerte en huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo produjo un viraje que desencadenó el repudio de los demócratas europeos y de todo el mundo, y condujo al aislamiento internacional del castrismo. Los socialistas españoles no podían dejar de pronunciarse, y hasta Rodríguez Zapatero aludió al crimen, aunque lo hizo de forma velada, cuando afirmó que “nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano”. También lamentó la muerte de Zapata, Manuel Chaves, entonces vicepresidente del Gobierno socialista, y criticó el “déficit de derechos humanos en Cuba”, tema que según dijo era preocupación permanente del Ejecutivo español.
Aquella muerte también repercutió en el Parlamento Europeo, donde se aprobó una condena a la dictadura castrista por 509 votos a favor, 30 en contra y 14 abstenciones, y que contó con el apoyo de los eurodiputados de casi todas las tendencias: socialistas, populares, liberales y parte de los verdes.

Ante aquella situación, el régimen quiso soltar vapor y a Moratinos le tocó jugar un papel importante en el acuerdo de España con Raúl Castro, -que contó con el visto bueno del Vaticano-, y fue presentado a la opinión pública como una mediación de la Iglesia cubana, en la persona del cardenal Ortega, para la liberación de los presos políticos. El proceso consistió en que los que aceptaran el destierro serían acogidos con sus familiares por el gobierno socialista español.

Las afrentas de los Castro a los socialistas, dentro y fuera del gobierno español, han continuado. Como el régimen no puede concebir una prensa libre, Fidel Castro acusó a la periodista y bloguera independiente Yoani Sánchez y otros jóvenes cubanos como ella de ser “enviados especiales para realizar labor de zapa y prensa neocolonial de la antigua metrópoli española que los premia”.

Como es lógico, la prensa oficial secundó de inmediato esa campaña, identificando al grupo español PRISA, propietario de El País, que había concedido a Yoani el premio de periodismo digital “Ortega y Gasset”, y lo calificó de promotor de acciones “contra la Revolución Cubana”.
En septiembre de este año continuó la ofensiva contra PRISA, cuando el Centro Internacional de Prensa (CPI), del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, retiró la acreditación al corresponsal de El País y de la cadena radial SER, Mauricio Vicent.

Este periodista, que llevaba 20 años cubriendo la información noticiosa en la isla, fue suspendido por haber “faltado a la ética periodística” y no haberse ajustado en sus despachos a la objetividad. Según informa el propio diario español, funcionarios del Centro argumentaron que desde hace tiempo el periodista Vicent ofrece “una imagen parcial y negativa” de la realidad cubana, hasta el punto, “de influir en la línea editorial del periódico”. Tanto la última la Ministra de Exteriores socialista del gobierno de Zapatero, como el embajador español en Cuba, Manuel Cacho, expresaron ante la cancillería castrista su desacuerdo con la medida.

Planes a largo plazo respecto al neocastrismo
A pesar de todas esas afrentas, pero alentados por las promesas de Raúl Castro de reanudar los pagos de adeudos, este año se duplicó la presencia de España en la Feria de la Habana respecto al año anterior. Por eso recibió el Premio Especial como país con mayor representación, ya que por primera vez su Instituto de Comercio Exterior organizó la participación de las empresas españolas.

En la Feria, Francisco Landa, director general del Instituto, declaró que en estos momentos Cuba constituye el cuarto destino de las exportaciones del país ibérico en el continente, superando incluso a Argentina.

A fines del mes de octubre el Consejo de Ministros de España concedió la Gran Cruz de la orden de Isabel la Católica al cardenal Jaime Ortega. Como reza su reglamento, la orden española premia los comportamientos de aquellas personas que hayan redundado en beneficio de España o que contribuyan de forma relevante a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de este país con el resto de la comunidad internacional.

Esto confirma que los socialistas españoles, coordinaron con la Iglesia de Roma participar en Cuba en una gestión que les trajo bastantes sinsabores, tanto por parte de la derecha como por la izquierda radical.

En medio de una enorme crisis y gran desempleo, las protestas de los cubanos deportados y sus familiares por la calidad de su alojamiento y la escasez de recursos para establecerse al llegar a España fueron lógicamente amplificadas por el Partido Popular. Al mismo tiempo los comunistas de Izquierda Unida y otros grupos radicales, aprovecharon la ocasión para criticar al PSOE por incurrir en grandes gastos mientras los españoles están desempleados, y de paso demeritaron a los cubanos excarcelados por su “ingratitud”.

La coordinación de los esfuerzos de la Iglesia cubana y la española, con el respaldo de la Santa Sede y la autorización del régimen, se ha puesto de manifiesto en el inicio de Cursos de Empresariado para pequeñas y medianas empresas y cooperativas, que son organizados e impartidos por profesores de la Universidad Católica San Antonio, de Murcia, España. Como parte de la participación directa de la Iglesia Católica en los proyectos de “actualización” de la economía en Cuba, en noviembre, los Jesuitas (Compañía de Jesús) anunciaron un curso de tres meses a los trabajadores cubanos por cuenta propia para “iniciar, consolidar y ampliar” sus negocios.

Si valoramos en conjunto todas esas acciones, resaltan de manera especial la condecoración a Jaime Ortega, su ratificación por el Papa en su cargo, a pesar de haber llegado a la edad de retiro, y el anuncio casi simultáneo de la posible visita de Benedicto XVI a la Isla.

Esto nos lleva a concluir que el gobierno del PSOE ha estado coordinando con el Vaticano una política a largo plazo con relación al neocastrismo. Y si tenemos en cuenta que el Partido Popular está más cerca que el PSOE de la Iglesia Católica, ese plan de cooperación con Raúl Castro para que la Iglesia gane posiciones en la Cuba postcastrista, no va a cambiar.

Los Populares y los intereses españoles en Cuba
En diciembre del 2010 El País publicó diez cables confidenciales de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, recibidos de Wikileaks. Los que son de la época del gobierno de George W. Bush, se refieren a las inversiones españolas en Cuba, susceptibles de ser objeto de sanciones por la Ley Helms-Burton. En ellos hay algunas cuestiones interesantes, como es el disgusto de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba (AEEC) con el gobierno de Zapatero porque no ha restituido el seguro de riesgo que tenían en sus ventas e inversiones con la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación, (CESCE).

Este seguro fue suspendido por atrasos en el pago de 600 millones de dólares por parte del régimen de La Habana. Pero quizás lo más importante para este trabajo es la información de que “aunque el oposicionista Partido Popular (PP) es muy crítico del poco apoyo que el gobierno del PSOE brinda a los activistas cubanos pro derechos humanos, todas las agrupaciones políticas de España están unidas en su oposición a la “Liberty Act” [Helms-Burton], y en especial a su Artículo III. Tanto el PSOE como el PP probablemente buscarían acciones de represalia de parte de la UE si se aplicaran contra alguna compañía española medidas basadas en el Artículo III”.

Si eso fue entonces, ahora -con el incremento de la crisis de la zona euro-, es impensable que el nuevo gobierno del PP en España vaya a dar un viraje sustancial en sus relaciones económicas con el régimen de Cuba. Lo cual no significa que el discurso político sea el mismo que el del PSOE, y como no creen que los castristas van a hacer transición democrática alguna, no seguirán el camino intentado inútilmente por los socialistas, de hacerle concesiones a la dictadura o tratar de sacarla de su aislamiento en Europa.

Hace pocos días el Club de París enviaba una carta al Banco Central de Cuba, preguntando si el gobierno de Raúl Castro quería reanudar las negociaciones sobre la deuda, interrumpidas hace una década. Esa gestión de los acreedores no es tan disparatada, pues tanto el general-presidente, como sus principales ministros han insistido en que quieren reanudar los pagos que adeudan.
Un informe elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana, en abril del 2011 planteaba que:

Japón es el principal acreedor, seguido por Argentina, España y Francia. Con Alemania se reprogramó en su día la deuda fuera del Club de París, decisión que los demás miembros del Club no consideraron correcta; pese a ello, otros países han renegociado deuda a corto.

Ahora bien, si Alemania, que es el motor económico de la UE, el segundo mayor exportador mundial, y el segundo país con un superávit comercial mayor, no tuvo escrúpulos en renegociar su deuda con el régimen castrista, ¿qué vamos a esperar de un gobierno de derecha en España?

Hace muchos años el presidente norteamericano Calvin Coolidge planteó en términos inequívocos que el negocio de Estados Unidos es “hacer negocios”. ¿Por qué hay que pensar que el gobierno del PP va a considerar que su tarea sea frenar los negocios de las empresas españolas instaladas en países no democráticos?

Hay una frase-cliché de tiempos de Bill Clinton, que reza “Es la economía, estúpido”, que ahora viene al caso, porque es impensable, -por mucho que nos duela -, la ruptura bajo el gobierno de Mariano Rajoy de un esquema cooperativo de España con los Castro que data desde el franquismo.

En el único debate de la campaña electoral entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, los contendientes se saltaron no solo el tema Cuba de la agenda, sino cualquier referencia a política exterior, y solo discutieron la grave situación económica y social española y como solucionarla.
Pero la prensa siguió presionando a los candidatos con todos los temas que quedaron fuera del tintero.
Por fin, el pasado jueves 17, Rajoy concedió una larga entrevista a El País, y cuando le preguntaron por Cuba, su respuesta no fue precisamente apurar a la dictadura, sino darle más tiempo para que haga cambios democráticos. Dijo así:

"En Cuba yo quiero democracia, quiero libertad, quiero derechos humanos. Bueno yo no, lo quiere todo el mundo. Y esperemos en la inteligencia de los que allí siguen mandando desde tiempo inmemorial para propiciar un cambio de verdad, porque así no se puede continuar mucho tiempo."Como consuelo ante una desgracia, muchos de los cerca de 106,000 cubanos que residimos en España repetimos el refrán que aprendimos en la niñez: “Más se perdió en la guerra…”. Solo al llegar a la Península supimos de qué guerra se trataba. El viejo refrán español lo especifica en cinco palabras: “Más se perdió en Cuba…”.

De ahí que, aparte de la identidad cultural, los lazos familiares y la memoria de generaciones de españoles que fueron acogidos en la Isla en tiempos difíciles, lo fundamental sigan siendo los intereses económicos.

Ni los del PSOE, ni los del PP, quieren arriesgarse a perderlos otra vez en Cuba.

El nuevo gobierno de Mariano Rajoy no cambiará la política tradicional de España con el neocastrismo. Solo será menos obsequioso y más cauteloso.

ARTÍCULO ORIGINAL PARA EL THINK-TANK DE CUBANÁLISIS
Tomado de: